Y como lo prometido es deuda aquí esta el capitulo final (XD), con esto doy por concluida la historia, aunque quería hacerle un epilogo luego pensé que lo mejor era terminarla de una vez por lo que este capitulo será el mas largo que haya escrito, bien ahora si y sin mas preámbulos los dejo con el capitulo final (n.n).
Datos del fic:
Titulo: El final de una dura travesía.
Historia: Después de varios años de haber desaparecido Edward regresa, pero a un costo que preferiría jamás haber pagado...
Declaimer: Solo aclaro que Full Metal Alchemist no me pertenece y este fic lo hago por diversión nada más.
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CAPITULO XVI
El final de una dura travesía
Todo había terminado finalmente para el joven, ya no mas sufrimiento, ni deseos de venganza, ni dolor en el cuerpo, todo aquello iba desapareciendo conjuntamente con todas aquellas heridas que fueron abiertas un día, cicatrizando lentamente conforme cerraba sus ojos al mundo.
Ahora ni el intenso frío, ni los golpes recibidos en la batalla, ni siquiera la tempestuosa tormenta en el ambiente sentía sobre si, era todo lo contrario pues a medida que se derrumbaba sobre el manto helado de la nieve que yacía bajo sus pies podía sentir una enorme calidez que le indicaba su misión había terminado, teniendo su tan anhelada paz y el descanso final para su alma.
A lo lejos pudo entrever una hermosa luz sumamente brillante pero por extraño que pareciese no le cegaba la visión, sino al contrario veía con mucha más claridad el panorama.
Posteriormente bajo la vista hasta sus manos donde se detuvo por unos momentos, todas las sensaciones habían regresado a su mano derecha, la observo cuidadosamente y pudo ver que al igual que su pierna izquierda habían regresado y estaban ahí, de carne y hueso como sus otras extremidades.
No podía creerlo… ¿acaso estaría soñando, no, eso no era un sueño ya que todos sus sentidos podían percibir aquella suave calidez en el ambiente, levanto su rostro otra vez para encontrarse de nueva cuenta con aquella luz resplandeciente.
No sabia como había llegado a ese lugar y realmente no le importaba, lo único que quería era disfrutar al máximo aquella inigualable sensación de tranquilidad en su ser e inmediatamente quiso alcanzar esa luz pues se dio cuenta que al acercarse a ella su paz y tranquilidad aumentaban, corrió con todas sus fuerzas hasta el lugar de donde nacía el resplandor.
Solo unos metros lo separaban de poder cumplir su objetivo de ser feliz eternamente, estaba tan cerca, pero entonces puedo escuchar una voz que lo llamaba con insistencia, no pudiendo evitar detener su paso y regresar su vista hacia atrás que era el lugar de donde provenía aquella voz tan familiar para él.
No podía regresar, sabia perfectamente que si lo hacia perdería aquel hermoso paraíso, sin embargo la voz que lo llamaba era mas fuerte que él y su voluntad, sonrió con resignación al ver que aun no era el tiempo de ir a ese lugar, mientras lo que antes se escuchaba como un pequeño murmullo que lo llamaba se iba haciendo mas fuerte hasta que se volvieron dolorosos gritos de sufrimiento.
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- ¡Edward despierta por favor! – exclamaba con enorme desesperación y amargura la muchacha rubia mientras que sus lágrimas caían al cuerpo inerte de su amigo que ahora reposaba entre sus brazos – ¡tienes que despertar!... no espere tanto tiempo tu regreso para que al final me abandonaras otra vez.
Se aferró fuertemente a él bañando su rostro con sus lágrimas que no dejaban de rodar por sus sonrosadas mejillas, meciendolo con desesperación para que reaccionara, aun tenia presente la imagen de cuando este se desvaneció frente a sus ojos.
Después de haber escapado del cobertizo se encamino con rapidez hasta la parte delantera de la cabaña, fue entonces que vio a su amigo atravesar con su brazo mecánico a aquel individuo que la había mantenido cautiva y el que finalmente se desintegro esparciendo sus rastros en la ventisca de la tormenta.
Corrió a todo lo que daban sus piernas mientras veía horrorizada como el muchacho rubio caía de rodillas y finalmente se desplomaba completamente en el suelo.
Cuando finalmente llego hasta él lo volvió frente a si, percatándose prontamente del charco de sangre que dejo en aquel lugar, su primera reacción fue contener la hemorragia y comprobar sus signos vitales mas fue ahí cuando todos sus temores se hicieron realidad puesto que el corazón del chico había dejado latir.
Trato de revivirlo una y otra vez pero sus esfuerzos habían sido inútiles hasta ahora, un sentimiento de entera melancolía le invadió y se afianzo a su cuerpo como si toda su vida dependiera de ello.
- Edward... – murmuraba la chica notándose en sus palabras un dolor desgarrador.
- W-Winry... – escucho una voz casi apagada que la llamaba, cuando levanto la cabeza pudo ver al muchacho castaño que estaba todo lesionado parado frente a ella con una cara llena de desconcierto - ¿q-qué paso?
Ella no respondió, sus lágrimas y sollozos no le dejaron, solo se aferró con mayor fuerza al cuerpo inerte del rubio.
- ¿É-él esta...? – titubeo al no querer saber la posible pero evidente respuesta.
- ¡No...! – grito la ojiazul sin soltarse del chico – él se pondrá bien, lo hará como tantas otras veces, él no puede morir, no puede...
El chico castaño comprendía el sufrimiento y dolor que seguramente estaba sintiendo su amiga ya que él empezaba a vivirlo en carne propia, no dijo nada mas al entrar en una especie de estado de shock, simplemente se negaba a creer que su hermano hubiese muerto, por el contrario quería creer que todo se resolvería y cuando menos lo esperasen él abriría los ojos nuevamente.
- ¿Porque me haces esto Ed...? – murmuro la joven sumamente dolida al oído del chico – no eres mas que un enano alquimista mentiroso... me prometiste que esta vez si te quedarías a mi lado, no puedes irte... no ahora que sé que te amo...
Sus lagrimas se intensificaron al igual que su desesperación… sin embargo algo le hizo parar de repente quedándose a la expectativa de la situación, pues sintió el cálido aliento del muchacho sobre su piel y entonces escucho claramente lo que este le decía en un casi inaudible murmullo.
- ¿A quien le dices enano...? – la joven abrió los ojos de golpe y al instante se separo de él para asegurarse de que aquello no fuera una cruel broma de sus emociones encontradas al quererlo nuevamente de vuelta.
- Ed... – sus lagrimas cesaron y su semblante se ilumino totalmente con una maravillosa sonrisa viendo como la persona que mas amaba en el mundo aun seguía con vida aunque si bien este parecía haber quedado nuevamente inconsciente.
El castaño al darse cuenta de aquello también lo invadió un sentimiento de felicidad extrema sin embargo la rubia lo saco inmediatamente de sus pensamientos.
- Al, tenemos que llevarnos a Ed de aquí para que lo atiendan o si no... – no pudo terminar la oración ya que el castaño se le adelanto.
- No tienes que decirlo, pero en el estado en que estamos tardaremos horas en llegar al pueblo, además de que esta tormenta dificulta considerablemente las cosas – era cierto lo que decía la rubia pero también había que tomar en cuenta al chico castaño.
- Lo sé, pero si no hacemos algo Edward morirá – de pronto su semblante preocupado cambio radicalmente, como si repentinamente hubiese recordado algo importante - ¡lo tengo!
- ¿Qué pasa? – el chico la miro con cara de no haber entendido.
- En el cobertizo en el que estuve encerrada había un trineo, tal vez pueda servirnos para llegar mas rápido al pueblo – con aquello el problema quedaba resuelto así que sin decir algo mas los dos se pusieron en marcha para cumplir con su objetivo y así poder salvar la vida del ambarino.
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El muchacho sintió como los cálidos rayos del sol matutino se colaban por los cristales de la ventana de la habitación en que se encontraba, con suma pesadez abrió sus profundos ojos dorados, aunque quizás hubiese sido mejor no despertar pues sentía que su cabeza era fuertemente taladrada, sin contar que empezaba a sentir como un intenso dolor se iba a apoderando de todo su cuerpo a medida que iba recobrando la conciencia.
Lo primero que pudo distinguir cuando estuvo totalmente conciente, fue la silueta de una joven rubia que lo acompañaba en su letargo quien al percatarse que este al fin había reaccionado lo recibió con una bellísima sonrisa en los labios.
- ¿Winry...? – murmuro con cansancio, sentía como si una locomotora le hubiese pasado encima.
- Gracias al cielo que al fin despertaste – le sonrió con suma ternura y acaricio con delicadeza el rostro del muchacho – nos diste un gran susto...
- ¿Dónde estoy? – sus ideas aun no se entrelazaban para darle una respuesta clara.
- Te encuentras en el hospital de Central – contesto con cierta calma – al enterarse de lo ocurrido el general Mustang ordeno inmediatamente que tu y Alphonse fueran trasladados hasta acá para que recibieran una mejor atención medica.
El escuchar el nombre de su hermano menor le hizo recordar rápidamente todo lo ocurrido e inmediatamente quiso saber sobre el bienestar del chico.
- ¿Y Al…¡¿donde esta! – pregunto con desesperación, la rubia solo sonrió un poco para tranquilizarle.
- Calma, Al se encuentra muy bien, de hecho mañana lo darán de alta, él solo recibió unos cuantos golpes además de su brazo que esta roto – el muchacho le veía con algo de desconfianza lo que ella noto inmediatamente – si no me crees le diré a Al que pase a verte mas tarde para que te convenzas.
- ¿Cuánto tiempo eh permanecido inconsciente? – dijo de repente cambiando completamente la conversación.
- Um... déjame ver – adopto una postura pensativa tomando con una mano su barbilla – con hoy son cuatro días.
- Por lo menos no fueron dos semanas como la ultima vez – hablo distraídamente mientras se enderezaba un poco de la cama.
- ¿Dos semanas? – la rubia alzo una ceja y le miro de forma inquisidora haciendo que el chico se pusiera un poco nervioso.
- Eh... larga historia que mejor dejamos para después...
- Como sea... – suspiro con algo de resignación ya que cuando ese chico lo quería podía ser una tumba – le avisare al doctor que por fin despertaste y de paso le diré a Al que se de una vuelta mientras voy a desayunar algo.
- Esta bien – serró nuevamente los ojos ya que el mas mínimo esfuerzo le hacia resentirse considerablemente de su herida.
- Ed... – lo llamo antes de salir de la habitación pero sin volver la vista hacia atrás un solo momento – gracias por regresar... – fue lo único que dijo para después salir completamente de la habitación ante la mirada confundida del ambarino.
Posteriormente a la revisión que descarto alguna clase de complicación el chico rubio se quedo en compañía de su hermano menor el cual tenia enyesado su brazo izquierdo, el hueso fue fracturado en dos partes por lo que andaría un buen tiempo con el yeso puesto.
Durante su visita el castaño le relato con lujo de detalle como había sido su fenomenal rescate y sobretodo que debía darle las gracias a su amiga el que ahora se encontrasen con vida pues gracias a su genio mecánico pudieron acondicionar rápidamente el desvencijado trineo que los llevo hasta el pueblo, por otro lado le dio la extraordinaria noticia de que la mayoría de sus recuerdos habían regresado después de su tortuosa pelea con el homúnculo.
- Al... – el rubio hablo cabizbajamente – de veras lo lamento.
- ¿De que hablas hermano? – se expreso con algo de extrañeza el castaño.
- Todo esto fue mi culpa, si desde un principio te hubiera dicho lo que estaba ocurriendo nada de esto habría pasado.
- No tienes por que disculparte – se apresuro a decir el castaño – ese homúnculo estaba desquiciado y habría hecho cualquier cosa para desquitarse de ti – hablaba sin prestar mucha atención puesto que el yeso le producía cierto escozor en el brazo e intentaba rascarse por todos los medios.
- ¿Te molesta mucho? – pregunto el mayor de los Elric a lo que el otro solo le respondió con una mediana sonrisa.
- Digamos que es un poco incomodo...
- Ven acá – le señalo se acercase a él, si bien no entendió lo que quería de todas formas hizo lo que su hermano mayor le dijo – veamos... – observo con detenimiento el yeso para posteriormente transmutar la espada de su brazo mecánico.
- Hermano ¿qué haces? – lo miro mas que confundido luego de que el aludido rasgara el yeso y dejara su brazo al descubierto.
- Solo no vallas a mover tu brazo ¿de acuerdo? – aunque no muy convencido hizo un ademán afirmativo.
El de ámbar mirar junto sus palmas ocasionando que la reacción alquimica circulara por su sistema, luego acerco sus manos al brazo fracturado de su hermano realizando una pequeña transmutación que lo hizo sanar inmediatamente.
- Y bien ¿cómo lo sientes? – lo observo divertido mientras este hacia toda clase de maniobras para comprobar que realmente estuviera curado.
- Quedo de maravilla... ¿pero cuando fue que aprendiste a hacer eso hermano? – le miro sumamente sorprendido.
- Bueno pues eh traspasado tantas veces esa dichosa puerta que he aprendido varios trucos nuevos – hablo con calma aunque con un dejo de tristeza en su mirada – sabes, creo que te debo una amplia explicación de todo esto – sonrió con algo ironía pero ya no había marcha atrás, el otro muchacho solo le vio de frente, en su rostro pudo entre leer que lo único que quería su hermano menor era conocer esa explicación y definitivamente había llegado el momento para dársela.
- No entiendo...
- Bueno pues empezare por contarte lo ocurrido desde mi llegada al otro mundo hasta mi inesperado regreso – el joven de ojos café no dijo nada solo le miro con curiosidad cosa que le indico al otro muchacho tenia su entera atención.
- Todo comenzó con mi abrupta llegada a Munich, una pequeña ciudad al sur de Alemania... – empezó a relatar con cierta calma el muchacho.
Entonces fue que le contó como se había reencontrado con su padre y también como este le había pagado sus estudios de medicina, a lo que el castaño presto mucha mayor atención pues jamás le paso por la cabeza que su hermano fuera un doctor, simplemente no lo concebía en esa profesión.
- Poco después de recibirme de la carrera de medicina empecé a viajar por toda Alemania con la esperanza de hallar una pista que me indicase la forma de regresar aquí, aunque sin obtener resultados satisfactorios...
La charla se prolongo mas de lo esperado, la rubia regreso a la habitación luego de haber desayunado y de hecho ahora mismo llevaba una bandeja con comida para el ambarino, estaba a punto de abrir la puerta cuando escucho claramente la voz del muchacho que creía tenia una amena platica con su hermano.
Mas que nada, por la curiosidad que era innata en ella se quedo ahí un rato tratando de averiguar que era eso que los mantenía tan entretenidos a ambos, se acerco cuidadosamente a la puerta sin realizar ningún ruido y escucho con cuidado lo que del otro lado se decía.
- Fue entonces que me vi obligado a regresar a Munich, al saber de mi estancia en la ciudad uno de mis mas apreciados profesores se entero y me invito a la fiesta de compromiso de su hija mayor, no sirvió de mucho resistirse, ese hombre tenia el mayor poder de convencimiento que jamás haya visto... – sonrió al recordar como este prácticamente lo obligo a ir a la fiesta.
- Después de literalmente escabullirme de la fiesta fui a dar a uno de los jardines traseros de la enorme casa, alejándome un poco del barullo de la fiesta, recuerdo que el día anterior había caído una fuerte tormenta y aun quedaban varios charcos de lluvia en el terreno pastoso... – hizo una pequeña pausa en esa parte de la narración.
En ese pequeño instante el castaño pudo apreciar como una mediana sonrisa se iba delineando en la comisura de sus labios, lo cual indicaba que aquellos eran gratos recuerdos para él.
- Llamémosle casualidad del destino, pues en ese momento tropecé accidentalmente con la hija menor de mi maestro, por mi culpa ella cayo en un charco de lodo y su vestido de gala quedo totalmente arruinado... – su semblante cambio súbitamente a uno mucho mas sombrío – pero sabes, creo que hubiese sido mejor que ella y yo jamás nos hubiéramos encontrado.
- ¿Por qué lo dices? – tanto el chico como la rubia que estaba al otro lado de la puerta estaban hondamente interesados en lo que este tenia que decir a continuación.
- Pues porque por mi culpa ella tuvo que sacrificar su vida – apretó con mucha fuerza las sabanas de la cama, aunque ya había decidido dejar todo eso atrás aun le dolía recordarlo – ella fue la intermediaria para que yo pudiese regresar a este mundo.
- ¿Pero como...? – el muchacho no acaba de atinar en lo que su hermano mayor quería decirle.
- ¿Recuerdas que alguna vez te dije que para poder volver tendría que sacrificar algo realmente valioso para mi?
- Lo recuerdo, pero sigo sin entender...
- Pues ese bastardo de Envidia la sacrifico a ella para que esto se cumpliera – el joven no acaba de comprender sus palabras, el otro chico lo noto prontamente por lo que intervino nuevamente - ¿dónde quedo mi ropa?
- Creo que Winry la puso en la cómoda ¿por qué lo preguntas? – de verdad que no entendía los constantes cambios en la conducta de su hermano.
- Pásame por favor mi saco... – le estipulo de inmediato.
- ¿Pero para que quieres tu saco?
- Por favor Al... – se expreso con algo de suplica en los ojos haciendo que muy a su pesar el chico obedeciera, después de un momento de registrar la chaqueta saco un papel doblado de uno de los bolsillos – creo que esto aclarara mejor tus dudas.
El chico lo tomo aunque no muy convencido, al parecer era un recorte de periódico de unos meses atrás, al principio no puso demasiado cuidado en lo que decía pero a penas y razono lo que estaba leyendo en su cara se pudo entrever una enorme sorpresa al saber aquella noticia.
- ¿Era tu esposa...? – le dijo escépticamente, el ambarino solo asintió con un pequeño ademán afirmativo de cabeza.
Estaba a punto de contestar pero un estrepitoso sonido se escucho en la entrada, al instante el castaño se dirigió a la puerta para ver de quien se trataba.
La joven rubia dejo caer la bandeja que traía entre las manos, un golpe en seco se escucho cuando esta hizo contacto con el piso, instintivamente se llevo ambas manos a la boca sin salir de su asombro y abriendo desmesuradamente los ojos, en instantes vio como frente a si aparecía el menor de los Elric.
El rubio la miro incrédulamente después de todo lo que había pasado los últimos días creía que eso era lo menos que la joven debería escuchar, al ver la desilusión en su rostro quiso inmediatamente explicarle todo aquello.
- Winry yo... – se sentía de alguna manera culpable y mucho mas cuando vio como de los ojos de la joven salían abundantes lagrimas, tenia que explicarle las cosas tal y como ocurrieron pero simplemente no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo.
La muchacha movió la cabeza de forma negativa por unos momentos, como si al sacudirse de en esa forma lograría quitarse de encima aquellas palabras pronunciadas por él, su cerebro le decía que pidiera una explicación mas su corazón le gritaba que se alejara de ese lugar, después de unos momentos le hizo caso al segundo, alejándose del sitio sin querer escuchar lo que el chico tenia que decir.
- ¡Winry no te vallas! – pidió desesperadamente pues tenia que arreglar aquel asunto, no podía dejarla escapar, simplemente no podía perderla ahora que había descubierto algo realmente importante – ¡espera por favor!
El chico con todo y sus heridas se levanto de la cama tratando de salir a darle alcance, con pasos dificultosos se acerco a la puerta donde fue interceptado por el castaño que le impidió el paso al ver como este aun no estaba en condiciones de levantarse.
- ¡Hermano detente! – insistía con cierta desesperación el chico castaño mas el otro parecía no escucharle – aun estas muy débil...
- Tengo que explicarle lo sucedido ¿acaso no lo entiendes! – la impotencia hablaba mas por él que si mismo.
- Lo entiendo, pero no estas en condiciones de salir – le hablo de una manera reprendedora ocacionando que el chico dejara de lado el forcejeo – además no creo que sea el momento, deja que Winry se calme un poco… lo mejor es dejarla en estos momentos a solas.
- Pero... – sin duda su hermano menor tenía toda la razón, sin embargo no deseaba o mas bien no podía permitir que las cosas quedaran así.
- Por favor hermano, lo mejor para los dos será que hablen cuando estén mas calmados – le hablo de forma apacible con esa voz tranquilizadora de la que era portador.
- Esta bien... – acepto, mas su cabeza aun le decía que tenia que aclarar todo aquello cuanto antes, simplemente no se hacia a la idea de que ella le llegase a mirar con desprecio pues le dolería hondamente que esta incluso llegara a odiarlo.
Las horas transcurrieron lentamente para el ambarino… ese día ya no tuvo mas noticias de la rubia causándole preocupación pero sobre todo una gran ansiedad, de ser por él ya hubiera ido en su búsqueda mas Alphonse y el doctor se habían opuesto tajantemente, tanto que su hermano se quedo a dormir esa noche en su habitación ya que conociendo lo impulsivo que solía ser en algunas ocasiones estaban completamente seguros intentaría una locura.
A la mañana siguiente tampoco hubo rastros de la joven, fue hasta poco más o menos pasado del medio día cuando esta al fin se presento en el lugar.
El chico en un principio no se percato de su presencia pues tenia la mirada perdida en los exteriores del edificio que se reflejaban por los cristales de la ventana que estaba a un lado de su cama.
- Edward – le llamo con voz suave haciendo que este inmediatamente se girara para verla de frente.
- Creo que te debo una explicación – dijo él repentinamente aunque de verdad no tenia la menor idea de como empezar aquello.
- N-no... es necesario – la joven desvió la mirada al no querer verle de frente.
- Insisto… – se apresuro a decir al notar aquel desanimo en las palabras de la chica – por favor...
- Sabes Ed, eso ya no importa ahora – fingió una sonrisa que no la salio para nada creíble pues aun se sentía algo resentida por lo del día anterior – de todas formas yo no viene a eso.
- ¿De que hablas? – no le gusto para nada el tono que esta había utilizado.
- Solo vine a despedirme, pues evidentemente ya no tengo nada que hacer en este lugar – sus ojos se empañaron así que decidió mantener su vista fuera del alcance del chico – en un rato mas partiré para Rizembull.
- Si es por mi, no tienes que... – fue interrumpido por ella antes de que terminara.
- No es solo eso… – siguió demostrando aplomo en sus palabras aunque su corazón ahora se encontraba destrozado.
- ¿Entonces? – se quedo por un momento a la expectativa pero ella jamás respondió – entiendo… – él también desvió la mirada a un punto vació, jamás quiso que las cosas terminaran así entre ellos – al menos escucha lo que tengo que decir.
- E-esta bien – presentía que se iba a arrepentir de haber tomado esa desición pero de todas maneras tenia que saber las razones de aquel chico, tomo una silla que estaba a un lado de la puerta acercándola hasta quedar frente a la cama donde posteriormente tomo asiento.
- Como debiste haber escuchado ya, Sarah era mi esposa... – empezó a narrarle la historia del cómo había conocido a aquella joven, la muchacha a pesar de que sentía un mar de emociones encontradas se quedo ahí, escuchando pacientemente lo que el rubio le contaba a pesar de que pudo notar lo doloroso que era para él hablar de aquello – y así fue como regrese a este mundo – cayo por unos instantes esperando la reacción que sin duda tendría la joven.
- Lo lamento mucho Ed, de verdad... – fue lo único que atino a decir mientras las lagrimas amenazaban con empezar a brotar en cualquier momento.
- Fue por esta razón que no pude darte una respuesta aquel día, primero tenia que ordenar mis ideas – le hablo con tranquilidad – y sabes, por fin definí mis sentimientos – le sonrió de una manera agradable y con algo de felicidad reflejada en su rostro.
- Ahora eso ya no importa – ella también sonrió pero su gesto era de melancolía y no de felicidad.
- ¿Por que lo dices...? – trato de preguntar, mas la chica se puso inmediatamente de pie con la clara intención de retirarse.
- Me voy… mi tren saldrá dentro de una hora y quiero estar a tiempo... – dijo aquello sin volver su mirada en ningún momento.
- Winry... – murmuro aquello con cierta tristeza, ahora si había perdido toda esperanza.
- Pero... – repentinamente escucho la voz de la chica ocasionando que su atención se centrara nuevamente en ella – quizás podamos hablarlo después, por el momento creo que tu y yo aun tenemos mucho en que pensar – se giro lentamente hasta quedar frente al chico dedicándole una bella sonrisa que el correspondió, no en vano habían sido amigos por tanto tiempo – hasta luego Ed... – dijo finalmente para salir por completo de la habitación.
- Hasta luego Win... – bajo la mirada, pero esta vez no era ese rostro sombrío que frecuentemente utilizaba, sino al contrario pues el borde de sus labios se había arqueado vislumbrando una enigmática sonrisa – estaré esperando ansiosamente el día en que nos reencontremos…
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Los días en el hospital transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos, las heridas del ambarino sanaron y muy pronto estuvo listo para continuar con en sus labores como alquimista nacional.
Durante su tiempo restante como alquimista al servicio del estado medito con suma calma y cuidado sus sentimientos, para cuando llego el final del trato que acordara tiempo atrás con el general Mustang este ya había tomado una resolución.
A penas se cumplió el plazo lo primero que hicieron él y su hermano menor fue regresar a Rizembull, los jóvenes llegaron al poblado poco mas o menos pasado del medio día, el sol brillaba en todo lo alto enmarcando aquel hermoso y pintoresco paisaje que se extendía frente a sus ojos.
El joven rubio se mantuvo callado la mayor parte del camino, aun no sabia a bien como se presentaría frente a ella nuevamente y más aun como seria la reacción de esta cuando lo viese.
El joven castaño por su parte tampoco quiso hacer comentarios pues sabía muy bien la situación por la que atravesaba su hermano luego de que este le contara ya con más calma lo ocurrido entre su amiga y él.
Bien, la hora de enfrentar su nueva vida había llegado, ambos se plantaron frente a la puerta principal de la casa de la familia Rockbell, el castaño llamo dos veces a la puerta y quien primeramente salió a recibirlos fue Den el fiel perro de los moradores de ese hogar.
Posteriormente se abrió la puerta y frente a ellos apareció la figura de la anciana Pinako, la cual los recibió con una mediana sonrisa e inmediatamente los invito a pasar, regañándoles pues no tenían que llamar a la puerta ya que esa casa también era su hogar.
- ¿Donde esta Winry? – no pudo evitar preguntar el joven rubio luego de un rato de conversación.
- Ella se encuentra en su taller – respondió la anciana con cierta calma mientras daba un fuerte sorbo al humo de su pipa – Edward hazme un favor y ve llámala para que baje a comer mientras Alphonse me ayuda a poner la mesa...
- Pero... – trato de objetar mas la anciana intervino rápidamente.
- Anda, no pongas pretextos y ve... no comeremos hasta que ella baje – dijo mientras se ponía de pie y se orientaba hasta la entrada de la cocina.
- Esta bien... – respondió de no muy buena gana, poniéndose en marcha y subiendo con algo de nerviosismo aquella viejas escaleras que rechinaban a causa de la madera vieja.
El muchacho de rubia cabellera llamo a la puerta del pequeño taller de la joven mecánica, luego de que esta hiciera la indicación de que podía pasar ingreso con algo de cautela pues esta no se había dado cuenta aun de quien se trataba.
- Hola Win... – saludo el chico mientras cerraba con cuidado la puerta tras de si.
Al escuchar aquella voz tan familiar para ella sitio como su corazón daba un gran vuelco, no sabia si debía estar nerviosa, asustada o feliz de que él estuviese ahí.
- E-Ed... – se giro lentamente hacia el chico que estaba igual o mas nervioso que ella.
- ¿Cómo has estado? – fue lo único que se le ocurrió decir mientras sentía como sus mejillas empezaban a sentirse tibias.
- B-bien... ¿y tu? – ella tampoco sabia que decir o hacer exactamente, tuvo casi nueve meses para meditar las cosas y pensó que sus pensamientos ya estaban aclarados pero al solo verlo ahí, de pie frente a ella sintió nuevamente como su mente se empezaba a nublar por la confusión.
- Igual, supongo... – no sabia ni como empezar, tenia que hablar con ella sobre lo ocurrido en Central pero simplemente no encontraba la forma de hacerlo – ¿Win...?
- ¿Si...? – pregunto con incertidumbre aunque estaba casi segura de lo que vendría después.
- ¿Podemos hablar sobre lo que ocurrió la ultima vez que nos vimos? – bien, lo había dicho, ahora solo le quedaba rezar porque ella aceptara y aclararan de una buena vez por todas sus sentimientos.
- No creo que tengamos nada de que hablar – hablo de forma simple, llenando de dudas y temores la cabeza del rubio que insistió en hacerlo.
- Por favor... dijiste que hablaríamos cuando nuestras mentes se despejaran y aclaráramos nuestros sentimientos – le miro de frente, en sus ojos dorados se podía ver algo de suplica, la chica no pudo resistirse a pesar de que se lo había prometido a ella misma.
- E-esta bien... aunque no creo que haya mucho que decir al respecto – en todo momento evito mirar de frente al chico, temía que si veía directamente en aquellos profundos ojos ámbar inevitablemente flaquearía ante él.
- Sin embargo yo creo que aun tenemos bastante decir – se acerco lentamente a ella, la joven podía sentir su rostro arder a medida que el joven acortaba la distancia – sé muy bien que he cometido muchos errores en mi vida, pero sabes… ya no quiero volver a equivocarme...
- No entiendo porque me dices esto – la joven levanto la mirada un tanto confundida al no saber muy bien lo que este intentaba decirle.
- Winry... – tomo la barbilla de la joven con cuidado obligándola a mirarlo enteramente de frente – lo que quiero decirte es que me arrepentiré toda mi vida si te dejo ir así de mi lado.
- E-Edward... – abrió desmesuradamente los ojos mientras su cerebro aun no acaba de procesar muy bien lo dicho por el chico.
- Sabes... aquel día que fuiste secuestrada me di cuenta de una cosa – le sonrió tiernamente sin soltar para nada la barbilla de la joven – y fue lo importante que eres para mi, el solo pensar que algo malo llegase a pasarte me destrozaría totalmente al alma… porque tu Win eres la persona mas amada para mi.
No sabia si continuar o no con aquello, pero es que al tenerla tan cerca se sintió inevitablemente atraído por su esencia, ella trataba de reaccionar pero tal como lo predijo, al solo mirar dentro de sus ojos quedo desarmada completamente.
- Y tú lo eres para mi Ed... – murmuro ya sin ninguna clase de fuerza de voluntad, solo se dejo llevar por aquel momento.
Al escuchar aquellas palabras el chico sintió una enorme felicidad recorrerle por todo el cuerpo, incitándole a acercarse mas a la joven desde pequeños sentía una inevitable atracción hacia ella, toda su vida habían tenido ese especial lazo, solo que en ese entonces él lo veía como mero amor fraterno, cuando realmente era todo lo contrario.
En el pequeño instante que sus miradas quedaron entrelazadas el joven pudo sentir el cálido aliento de la chica sobre su piel quedando totalmente hechizado por aquel encantamiento que producían sus hermosos ojos azules.
Sentía un sinnúmero de emociones que jamás había experimentado antes, las cuales se desbordaron al sentir los dulces labios de ella sobre los suyos, por un instante los dos se quedaron estáticos sin saber que hacer hasta que el ambarino fue profundizando poco a poco en aquel beso.
Si bien estos ya habían comprobado esa emoción alguna vez, esto era totalmente diferente, puesto que ahora los dos estaban ampliamente conectados el uno con el otro, el beso fue largo y hasta cierto punto apasionado, solo la falta de oxigeno pudo terminar aquello obligándolos a separarse por unos momentos.
- Winry... - le dijo casi en un murmullo al estar separados solo por un par de centímetros – si tu sientes lo mismo podríamos intentar que nuestra relación sea mas que la de solo amigos – la joven le miro con suspicacia por unos segundos.
- Tal vez deberíamos darnos una oportunidad – aunque con la cara mas roja que un tomate consecuento en sus palabras al muchacho, quedando envueltos en un nuevo beso que demostraba todo aquello que los dos sentían el uno por el otro, disfrutando así de su mutua presencia.
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El año siguiente a esos acontecimientos muchas cosas nuevas e interesantes habían tenido lugar en Rizembull, los hermanos Elric reconstruyeron su casa en ese tiempo, mientras que el joven rubio por su parte abrió un pequeño consultorio medico que junto con sus ahorros acumulados mientras estuvo al servicio del estado lo dejaron en una posición bastante desahogada.
La anciana Pinako se retiro del negocio de los auto mail heredándole en vida a su nieta que siguió con el negocio familiar, siendo ahora una de las especialistas mas reconocidas en su ramo.
Aunque claro hubo muchos mas cambios, al meditarlos con mayor detenimiento la joven rubia no pudo evitar dejar escapar un pequeño suspiro mientras veía detenidamente en el infinito del paisaje que se reflejaba a través de los vidrios de la ventana de su alcoba, definitivo, ya se parecía al muchacho rubio, pues ahora ella también disfrutaba de aquellos ratos de armonioso silencio.
Si bien era verdad que aun era muy temprano, no pudo resistirse a contemplar aquel hermoso amanecer que marcaría el inicio de una nueva vida para ella, disfruto cada segundo en el que a ella llegaban los primeros rayos de la mañana mientras la cubrían con su cálida sensación.
Una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios cuando volvió de reojo su mirada atrás, asegurándose de alguna forma que nada de lo vivido la noche anterior fuera un sueño, ahora creía claramente que su vida seria así de ahora en adelante, haciéndole sentir ciertamente dichosa pues en esos momentos no le quedaba la menor duda en su corazón que los sentimientos del joven ambarino solo le pertenecían a ella y a nadie mas.
El chico fue despertando a medida que los rayos dorados del sol matutino entraban a la habitación, su primera reacción fue la de buscar a su compañera que supuso aun se encontraba a su lado, alertándose rápidamente al no hallarla ahí, esto ocasiono que se sentara en la cama para buscarla con la mirada, mas sin embargo se tranquilizo automáticamente al verla placidamente sentada en el umbral de la ventana.
No dijo nada, solo la vislumbro por un rato mientras la luz del día que comenzaba la iluminaba y hacia resaltar con pequeños destellos dorados el rubio de su cabello, lucia increíblemente hermosa bajo la luz de esos rayos, era una escena que definitivamente el joven quería asegurarse de conservar para siempre dentro de su memoria.
- Buenos días – dijo ella al percatarse que el chico había despertado, recibiéndolo con una bella sonrisa en los labios.
- Buenos días Wyn... – sonrió complacido al ver como la joven se levantaba de su lugar para tomar asiento junto a él, no pudiendo evitar notar que solo la camisa que este utilizo la noche anterior le cubría el cuerpo.
- ¿Cómo dormiste? – se acerco lentamente a él depositando un pequeño beso en sus labios.
- De maravilla ¿y tú? – la atrajo hacia si rodeándola delicadamente con su fuertes brazos de una manera un tanto posesiva.
- Estupendamente – le sonrió juguetonamente mientras apoyaba la cabeza sobre el pecho desnudo del rubio – aun no puedo creer que ahora sea tu esposa, ayer fue todo perfecto, tal y como siempre soñé que seria.
- Me alegra que te haya gustado la fiesta… - deposito un sutil beso sobre su cabeza al momento que acariciaba su largo y sedoso cabello dorado.
- Y como no me iba a gustar si todos mis seres amados estuvieron conmigo, hasta Roy y Riza vinieron a la boda a pesar de que falta muy poco tiempo para que nazca su bebé – se separo un poco de él sentándose en la cama para verle con un semblante sumamente alegre.
- Si… y pensar que Mustang siempre se quejaba de Hughes, creo que ya hasta esta peor que él – no pudo evitar hacer mofa de aquello al ver como este no dejaba ni a sol ni a sombra a su esposa desde que se entero que seria padre.
- Pero los dos se ven muy felices ¿no lo crees? – el otro solo hizo un pequeño ademán afirmativo mientras se giraba para quedar frente a ella - ¿crees que cuando nosotros tengamos a nuestros hijos seamos tan felices como ellos – inesperadamente el semblante del rubio se volvió un poco sombrío inquietando bastante a la chica - ¿sucede algo malo?.
- No es nada – movió la cabeza negativamente para no preocupar a su ahora esposa.
- ¿Aun piensas en ella verdad? – en los ojos de la joven se pudo entrever un dejo de tristeza.
- Sarah siempre será parte de mi pasado – comenzó a decir el joven captando inmediatamente la atención de la chica – pero como es solo eso… pasado, lo he dejado atrás ya que ahora lo que me importa es disfrutar el presente y no preocúpame por lo que pasó o pasara, simplemente quiero vivir el ahora.
- Entiendo… - le sonrió tiernamente acurrucándose de nueva cuenta en su pecho, después de un largo rato de permanecer abrazados la muchacha se levanto inesperadamente de la cama con miras a la puerta principal.
- ¿A donde vas? – el chico se extraño un poco por su acción.
- Tomare un largo y relajante baño… - le dijo distraídamente con una pequeña sonrisa en los labios.
El rubio no dijo nada, solo se encamino hasta donde estaba ella con claras muestras de que él la acompañaría, tomándola inesperadamente de la espalada y las piernas para cargarla hasta la tina.
La joven se sorprendió un poco por la maniobra de su marido ocasionando en ella un pequeño sonrojo que al chico le pareció encantador, tratando de dejar eso atrás la chica comenzo una conversación.
- ¿Te parece si mas tarde vamos a visitar a Al y a la abuela? – pregunto mientras se aferraba al cuello del chico que la llevaba en brazos.
- Pero si los vimos ayer… - el muchacho protesto automáticamente – ahora solo debemos enfocarnos en nosotros, ya los veremos mañana.
- ¿Y que se supone que haremos todo el día? – pregunto ella con verdadera inocencia.
- ¿De verdad quieres que te conteste? – la miro de arriba abajo riendo un tanto divertido al ver el nuevo sonrojo que había provocado en la joven que había captado inmediatamente el mensaje.
- Entonces que sea mañana la visita – fue lo único que dijo pues su compañero se encargo de acallarla con un beso.
Y así inicio para ambos un nuevo ciclo en su vida, ahora ya no existían todas aquellas ataduras ni preocupaciones y mucho menos una misión de por medio, solo existían ellos empezando a disfrutar de su tan anhelada paz.
Aunque ya no había ningún obstáculo que le impidiera ser felices y a pesar de conocerse desde pequeños todavía tenían mucho que aprender el uno del otro, pero sin lugar a dudas cualquier obstáculo seria mínimo comparado con los problemas que ya habían enfrentado antes, por lo que evidentemente la vida se encargaría de resarcirles todo aquel dolor y sufrimiento, dándoles una felicidad duradera.
FIN
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Creo que se me paso un poquito de tueste el final (n.nU), simplemente no pude concretar las ideas como esperaba, no se que me paso (¬¬), en fin… lo importante es que lo pude terminar, ojala y les haya gustado el ultimo capitulo, esperare gustosa ya sean sus felicitaciones, quejas, inconformidades (incluso los jitomatazos que ya veo venir (XD).
En especial quiero agradecer a todos aquellos que estuvieron apoyándome para continuar y seguir escribiendo, de veras gracias porque sin sus comentarios dudo mucho que hubiese podido terminar esta historia, créanme que siempre tome enormemente en cuenta cada uno de ellos y por eso quiero hacer algunos agradecimientos especiales a:
Ishida Rio, f-zelda, kayter, Ilye-aru, Lovely Dead Girl, Dark Zeldalink, Annie-chan Diethel, Aome Hiroshima, XiO-chan, Misao Q.Q., RockbellWinry, Yuu Keiyu, Anna Ale, WaterTear, Kitsuky-san, AkikoSamaN, Dolphin-Chan, E. Naomi Yano, vivichan, Maggi, LR-CHAN, Kamy, cynthia, aráispotter, evekag, beautifly92, fallen angel, GrEEnZ-Faby, elricwinry, cindy, KaKuRiNe, Sanguito-chan21, Naoko Andre, Yoko-chan, angie-azakura, Marin Lifemetal, kamisAlchemistEdxWin4eve…, kaname-c y Ninnia-Weasley-007 (espero no me haya faltado nadie (u.uU), gracias chics por todo sus comentarios y por supuesto que agradezco de antemano a todos los que dejen review en este capitulo (XD) además de los que aparte e igual no me dejaron sus comentarios pero se tomaron la molestia de leer el fic (n.n)
Bueno ahora si, este es el adiós definitivo (o al menos lo es para esta historia (XD), tal vez nos veamos en algún proyecto futuro, no lo sé, quizás y así sea, por el momento esto ha sido todo y como nunca eh sido buena para las despidas solo les diré hasta luego.
