Hola! Siento mucho el retrazo. Aquí esta el segundo capítulo. Espero que les guste!

Muchas gracias a los que escribieron Reviews. Me encantó leer que les agradaba mi fic. Este es con cariño para ustedes.


Titulo: Marcas del Pasado

Autora: Heleni

Segundo Capitulo: Lo que hicimos.

- SANGO!- Los jóvenes se giraron para encontrarse con Edgard corriendo en medio de la calle.

-este tipo no se rinde?-Dijo Miroku ahora entretenido.

-al parecer no!- Respondió Sango aterrorizada.

Corrió hacia el aeropuerto donde abrió una puerta violentamente, busco desesperada un baño donde poder refugiarse. Miroku por su parte no encontró nada mejor que pararse imponente en el mismo lugar que lo había estado segundos antes la joven y mirar altivo al muchacho que corría detrás de la novia fugitiva.

-Ey! Alto… no deberías correr detrás de una mujer que no te quiere.

-Maldito!-dijo Edgard acercándose amenazadoramente a Miroku

- ah! Mucho cuidado con lo que haces… antes que tú, en su corazón estoy yo

-de donde saliste?-gritó atrayendo la mirada de la gente que pasaba al lado- por que volviste justo hoy?

-Volver? Jajaja… no lo creo. Amigo mío, yo y, Sango se llama, nos vimos por primera vez hoy.- aclaró dibujando una sonrisa en su rostro.

-qué!

-lo que escuchaste. Aun que nos conocemos desde hace mucho.

-No comprendo…-Sacudió la cabeza-Son amigos por correspondencia?-gritó.

-Bueno… en primer lugar… No, no nos mandamos cartas y en segundo… ¿de verdad puedes tener amigos por correspondencia? es lo más estúpido que he oído.

-Idiota!- Edgard parecía sumamente molesto, Apretó los puños. Miroku notando lo que se proponía se hizo a un lado.

-Bueno, me encantaría seguir charlando contigo, pero…-Miró el reloj de pulsera que llevaba en la muñeca-Tenemos un avión que tomar.

Luego se dio vuelta y caminó rápidamente hacia el cuarto de baño de damas. Sin un poco de vergüenza entró en él. Las mujeres que había allí lo miraron escandalizadas y una se le acerco indignada.

-Sé puede saber que es lo que esta haciendo?-Miroku miraba por debajo de las puertas buscando a una mujer con zapatos de tacón alto y con medias blancas.

-Busco un baño vació, tengo la vejiga llena-dijo sin perder el humor.

-Miroku?-escuchó la voz de una joven. Al momento siguiente la puerta del final se abrió de golpe.

-De vemos tomar el avión-Miroku tomó su mano y la llevó hacía la salida. Pero antes de que pudiera tocar el pomo, ésta se abrió.

-Sango!-Dijo Edgard con la mirada impregnada en ira.

-Ed…-Pero antes de que Sango pudiera terminar de decir una palabra, él ingles la tomo por el brazo con mucha fuerza acercándola a él.

-Maldita!-le dijo con el más profundo desprecio.

-No la toques!-Pero antes de que Miroku pudiera hacer algo, las mujeres que estaban dentro del baño comenzaron a pegar con sus bolsas al hombre que tenía firmemente atrapada a Sango.

-Desgraciado.

-Déjala!

-Sinvergüenza!

El escándalo era tal que para librarse y protegerse, Edgard tuvo que soltar el brazo de la joven. Sango sin pensarlo dos veces tomo la mano de Miroku y salio de allí.

-Qué hacemos?-pregunto cuando ya estaban lejos del baño.

-Tomar el avión-Sacó los pasajes y caminó hacía la azafata.

Ella tomó los bolotes y les indico la entrada. Pero cuando Miroku le dirigía una sonrisa a Sango para indicarle que todo saldría bien, no la vio a su lado. Asustado se volvió en sus pasos. Sango estaba parada junto a la azafata y con cara triste.

-Qué pasa?-pregunto angustiado.

-Es que…-No sabía cuales eran las palabras precisas- Yo no se lo que… Es… Tú…

-Siempre eres tan directa?-preguntó entre risas.

-Eso es precisamente!-soltó Sango levantando la vista-No me conoces.

-Vamos… Ambos sentimos lo mismo cuando nos vimos-dijo Miroku tomando sus manos. La azafata parecía muy interesada en lo que ellos decían.

-Sí, pero quien me dice que esto es lo correcto?

-Tu corazón no te lo esta diciendo?-Miroku levanto su rostro con sus manos delicadamente.

-Mi corazón no debe estar muy cuerdo-dijo Sango sonriendo al mismo tiempo que sus mejillas tomaban un leve color rosa.

-Disculpen-La azafata parecía tener lagrimas en los ojos-No quisiera interrumpir pero… el Avión esta apunto de partir. Si no suben ahora se quedaran aquí.

Miroku miro a Sango con una leve nota de desesperación.

-Por favor…-le dijo apretando sus manos.

Sango levanto la vista y vio sus ojos. Se sintió protegida y segura. Asistió con la cabeza.

-SANGO!-se escucho el grito lejano de un hombre.

-Vamos-Corrieron y no pararon hasta que entraron el avión. Se sentaron es sus asientos.

Sango vio por la ventana como Edgard gritaba desesperado.

-Pobre…-Le dolía verlo así-lo siento…de verdad, lo siento.

El viaje fue largo y poco placentero. Sango sentía la angustia en su pecho y no paraba de pensar que había cometido un grave error. Miroku por su parte se preguntaba que diablos pasaría luego, que opinaría su padre y que haría con una mujer a la que tan solo conocía su nombre. Pero cuando sintió su mano sobre la de él, todo el miedo cambio a ansias. Ansias de conocerla y de saber que era lo que había provocado aquello.

-Crees en las casualidades?-le preguntó.

-Ahora?-La castaña pensó durante un momento-Ahora no creo.

Sango tenía una voz suave, Miroku sentía que lo acaricia con solo hablar. La miró durante largo tiempo. Quien pensaría que ese viaje a Inglaterra le traería a la mujer que había estado buscando. Siempre tuvo a la dama que quería, sin mucho esfuerzo conseguía las mejores noches. Pero cuando vio el rostro de Sango pensó en más que eso, pensó en un sentimiento, en una promesa y en un pasado. De niño soñó con encontrar a una chica que lo consintiera, que le regalara dulces y todo tipo de juguetes. Ya más grande fantaseaba con una muchacha dulce y linda. Pero con el paso del tiempo notó que esa joven jamás llegaría y comenzó a satisfacerse con chicas fáciles. Era atractivo, con su pelo oscuro enloquecía a cualquiera y sus ojos hipnotizaban hasta la chica más difícil, pero aparte del encanto y su físico, tenía el bolsillo lleno de dinero, lo que atraía a un más a las mujeres.

-Háblame de ti-Las palabras de Sango sacaron a Miroku de sus pensamientos.

-De mí?-preguntó apuntándose a si mismo.

-Claro… si estoy escapando contigo, al menos quiero saber en que trabajas antes de llegar a Japón-la sonrisa de Sango le gusto tanto.

-Primero bésame-se apoyo en su asiento y la miró profundamente.

-Be… besarte?- Abrió los ojos sorprendida.

-Sí, bé-sa-me.

-No… no creo… que sea una buena idea-Se giró y miró por la ventana.

-¿Por qué?-Miroku estaba tranquilo y algo divertido por la reacción de la chica.

-Simplemente… Yo… es…-No encontraba las palabras.

-Eres tímida-dijo Miroku sonriendo de oreja a oreja.

-Un poco…-Sango agacho la cabeza apenada.

-Entonces tendré que besarte yo-Tomo una sus manos y la tiro para que se girara, dejando a una impresiona y sonrojada Sango frente a él. Levanto dulcemente el mentón de la chica con la mano y se acerco a sus labios.

-Tienes los ojos más bellos que he visto-le susurro a unos pequeños centímetros de ella.

-No me hagas daño…-le suplico.

-Daño?-preguntó apartándose un tanto.

-Te estoy entregando mi felicidad…-le dijo con pequeñas lágrimas en los ojos.

Miroku sonrió ante sus palabras, no recordaba haber escuchado algo tan bello en toda su vida. "Te estoy entregando mi felicidad" las palabras de ella se repetían en su mente mientras rozaba con sus labios los de ella.

-No te haré daño…-Beso dulcemente sus calidos labios. Sango sentía que su estómago se llenaba de pequeñas mariposas-…te lo prometo.

Cuando el Avión toco tierra, Sango no sabía que ocurriría, ni que sería de ella de ahora en adelante. Su vida había tomado el camino más extraño que esperaba que tomara. En la mañana estaba feliz porque se convertiría en la esposa de Edgard, pero ahora no veía otro futuro que no fuera estar al lado de aquel hombre que la caso de Inglaterra.

-Espera…-dijo deteniéndose cuando se disponían a salir del aeropuerto.

-Qué?

-Cómo lo hiciste?-preguntó frunciendo el ceño.

-El qué?-Miroku no entendía nada. ¿A que se refería Sango?

-Sacarme del país!-Cuando pensaba en el "hombre que la saco de Inglaterra" cayo esa duda. Era imposible que pudiera salir así no más de la isla. Primero, no tenía con ella su pasaporte.

-Ah! Bueno… Mira-dijo sacando de su bolsillo lo que parecía ser…

-Cómo lo conseguiste!-preguntó agarrando lo que él le había entregado.

-Estaba sobre la mesa donde estabas esperando antes del matrimonio-Miroku reía.

-Robaste mi pasaporte!-Sango parecía una fiera.

-No!-Miroku se alejo de ella, sintiendo nerviosismo-Estaba allí y sin querer lo metí en mi bolsillo.

-Mentira!-Le grito. La gente los observaba con curiosidad.

-Vamos, Sanguito…-Miroku le quito el pasaporte que ella blandía delante de él-Es el destino, Yo quería tener algo tuyo y fue esto-le mostró el pasaporte- Pero nos fue mucho más útil de lo que esperaba. Apropósito ¿Dónde pensaban ir de Luna de miel?

-A Japón tamb…-Sango volvió a unir piezas-un segundo! Esos pasajes! Eran los de mi Luna de Miel!

-Emmm… eto…-Miroku se alejó con las manos frente a él para protegerse- Yo…Es simple. Sentí que debía tomarlos.

-Así!-Sango se sentía completamente estúpida- Yo no sé como pude cre…

-Miroku?-La voz de una joven hizo que se callara en medio de su griterío.

-Kagome!-dijo el ojiazul. Al lado de ellos con una mirada sorprendida había una chica con largo cabello ondulado oscuro y ojos café que lucían junto a su blanca piel.

-Que alegría!-La chica daba pequeños saltos.

La joven se lanzo a los brazos de Miroku y lo abrazo afectuosamente. Para sorpresa de Sango, Miroku beso su mejilla de forma demasiado cariñosa. ¿Quién era esa muchacha?

Continuara…


Dejen Reviews! Nos vemos en el próximo capítulo.

Chua! Chua!