Satén y rosas
Entró, decidida, y cerró de un portazo.
La sangre bullía en su interior, y el calor la abrasaba.
Se zafó del molesto ropaje que debía llevar, y quedó con una simple picardía, suspiró aliviada.
"Ah..." - se sentó sobre la mullida cama de sábanas de seda negra, y estiró su cuerpo sobre la mullida cama, echando en falta un cuerpo a su lado.
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Etrius entro elegantemente cerrando tras de si, se habia arreglado, vestia ropas negras, sus favoritas, pero elegantes, sus cabellos negros habian sido domados en una coleta, se acerco a paso lento hasta sentarse al lado de la chica.
"creo que alguien a pedido mi presencia, es eso cierto?"
siquiera habia llamado a la puerta, para que? El era asi
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Dió un respingo, y, en un gesto inconsciente, se llevó las sábanas al pecho para taparse.
Aunque a los pocos segundos, se puso en pie, mirándole coquetamente, y, sin decirle nada en absoluto, asintió con un leve gesto, sentandose a horcajadas sobre él.
"Me alegra taaanto que hayas venido" sonrió, dejando entrever unos blancos colmillos
Le miró largamente, y le besó mientras agarraba su cabello, jugueteando con él.
Se puso en pie, y se dirigió a una gran bañera, llena de agua caliente y espuma.
"¿Porqué no te bañas conmigo?..."
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No habia esperado en absoluto esa reaccion, suspiro y asintio con la cabeza.
"me parece una idea esplendida mi dama, veo que esta todo preparado.."
Suavemente empezo a desabrocharse la camisa dejandola caer al suelo, se desabrocho los pantalones quitandoselos, quedando completamente desnudo, no llevaba ropa interior, eso para la ocasion, se medio giro con una leve sonrisa y ando hasta el cuarto de baño.
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"No me malinterpretes..." - suspiró - "Necesito un buen baño para relajarme.. y es mi costumbre tener algo de compañía, por supuesto.. pero, eso no significa que no vaya a atenderte como te mereces..."
Miró la superficie del agua, algo abochornada. A pesar de que aquél hombre era tratado como una mercancía ; también era un hombre con un alma, y, aunque le deseaba... también le asqueaba usarlo tan sólo para satisfacer sus instintos.
Así pues, acercó una fuente llena de dulces y fruta fresa a la gran bañera, y lo mismo hizo con la bebida.
"Espero que te guste la hidromiel.. ¡Es mi bebida favorita!"
Vertió algo de aceite de rosas en el agua tibia, y se despojó de su ropa, para meterse lentamente en el agua.
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