Holas! Aquí os dejo con otra de mis traducciones. Es algo que ando leyendo y me gustó tantísimo que no pude evitar pedirle el permiso a su autor original para que me dejara traducirlo al español. ¡Y me dejó! Parece bastante largo pero si sois fans de Hitsugaya y Hinamori no os va a defraudar en absoluto!
Todo el mérito es de anGeL Hinaningyouyo tan sólo me he dedicado a traducir y adaptar la historia lo mejor que he podido. Aún así lo he hecho con mucho amor... Así que también agradezco los reviews. Mil gracias por leerme!
THIS MARRIED LIFE
Básicamente es la historia de Hitsugaya y Hinamori hasta llegar al matrimonio. Comienza años después de la guerra de la sociedad de almas y de vez en cuando hay algún que otro spoiler, pero os aseguro que vale la pena arriesgarse y leerlo.
Advertencias:
La pareja principal es Hitsugaya y Hinamori pero también aparecen en menor medida la de Ichigo y Rukia, y algunas otras.
Contiene algunos spoilers del manga.
De vez en cuando algunos personajes son OOC.
Todas las cosas "contemporáneas" son propiedad de Rukia, esto se verá más tarde XD.
Una última advertencia de la traductora: La autora original se ha pasado cuatro pueblos en lo que a tiempo vivido se refiere (Más claro agua), así que no tengáis muy en cuenta que la acción pase de cien en cien años, que en realidad es como si sólo transcurriera uno o dos¿Vale? Por lo tanto los personajes no tienen pintas de viejos cuarentones o peor, siguen siendo adolescentes. Esto de vivir en la sociedad de almas es muy raro...
Ahora disfrutad esta maravilla!
CAPÍTULO UNO:
DECLARACIONES DE UN JOVEN GENIO
Existe una teoría que dice algo parecido a esto: "Las mejores relaciones son aquellas que comienzan con las declaraciones más originales." En el caso de Hitsugaya Toushiro y su esposa, Momo, esto es totalmente cierto. Para poder entenderlo, debemos volver unos cien años atrás en el tiempo cuando Hitsugaya era tan solo un capitán adolescente y Hitsugaya Momo era conocida como Hinamori Momo.
Pero antes de hacerlo, dejaremos claro que las declaraciones amorosas son más difíciles de llevar a cabo para unas personas que para otras. Y para Hitsugaya Toushiro esto resultaba algo más bien imposible. ¿Cómo iba él con su mente fría a caer en las ardientes garras del amor? Eso era lo que pensaba hasta que se traicionó a si mismo y decidió que debía cambiar. Era hora de dar un paso más.
Debido a esta idea suicida, Hitsugaya comenzó insinuando sus sentimientos esperando que Hinamori se diera cuenta, y con un poco de suerte ser correspondido. Así es cómo se embarcó en una peligrosa cacería dejando a la intemperie parte de su corazón, que visto desde cualquier otro punto no resultaba en absoluto estar tan a la intemperie...
"Debe ser mía como sea, debe serlo." Frunció el ceño debido al exceso de concentración. Una de sus manos descansaba sobre sus rodillas mientras que con la otra apoyada justo debajo de la barbilla se sostenía la cabeza, exactamente en la misma posición que el pensador de Rodin. Sus ojos brillaron por un momento al ver con claridad la decisión de su compañera.
Lentamente pero confiada, la chica cogió su reina blanca y la movió unos pasos situándola peligrosamente al lado del rey oponente.
"Jaque." - dijo, mirándolo con cautela. - "¿Y ahora cual es tu próximo movimiento?" - parecía que pensara. Hitsugaya contempló el tablero de ajedrez.
"Ya veo..." -se dijo a si mismo. - "Me parece que nunca me superarás, Hinamori." - Una leve sonrisa apareció en sus labios y cogió al rey. El horror se vio reflejado en la cara de la chica al caer en la cuenta de lo que acababa de hacer. Se comió a su reina, y situó su pieza a dos pasos del rey blanco.
"Jaque mate." - declaró. Acababa de ganar la guerra... Y todavía sostenía a la reina en sus manos.
"Vaya, siempre ganas Hitsugaya-kun!" - suspiró disgustada, al tiempo que se relajaba en la silla. El chico clavó su mirada en ella.
"Desde luego, deberías saber que no soy un genio por nada."
Hinamori rió burlándose de su arrogancia.
"Para ser un genio eres demasiado cerrado para algunas cosas." -replicó.
Hitsugaya se sumergió unos instantes en sus pensamientos algo confundido, sin embargo no supo a qué se refería con eso de ser cerrado. Lo dejó estar.
"¿Cerrado en qué?" -preguntó. Ella sonrió y sacudió la cabeza.
"No importa, capitán Hitsugaya." -contestó levantándose y avanzando hacia la puerta. Hitsugaya gruñó disgustado al escuchar su título en ese tono, incapaz de ignorar con cuanto sarcasmo lo había dicho.
"Ese es el tipo de respeto que deberías mostrar a tus superiores." -le informó satisfecho. Hinamori puso los ojos en blanco antes de abandonar la habitación. Y una vez se hubo ido no le quedó más remedio que volver a su despacho para terminar el papeleo del día.
"Desde luego, deberías saber que no soy un genio por nada."
Hinamori rió burlándose de su arrogancia.
"Para ser un genio eres demasiado cerrado para algunas cosas." -replicó.
Hitsugaya se sumergió unos instantes en sus pensamientos algo confundido, sin embargo no supo a qué se refería con eso de ser cerrado. Lo dejó estar.
"¿Cerrado en qué?" -preguntó. Ella sonrió y sacudió la cabeza.
"¿Recuerdas el otro día cuando Matsumoto te preguntó si te gustaría tener novia?"
Hitsugaya la miró extrañado no muy seguro de a dónde quería llegar.
"Sí¿Y qué?"
"¿Te acuerdas de lo que contestaste?" -insistió. Hitsugaya pensó por unos momentos.
"Dije que no, que no necesito novia."
"Bien, pues a mí no me gustó esa respuesta." -le confesó.
"Eh?" -Estaba desorientado. - "¿Y qué es lo que tiene de malo?"
"Que no era lo que quería oír." -insinuó. Pero Hitsugaya no lo pilló. Pensó unos instantes y volvió a observarla de nuevo totalmente perdido.
"¿Por qué no?"
Hinamori bufó declarando su frustración y luego se levantó de su silla disgustada.
"¿Ves cómo sí eres demasiado cerrado Hitsugaya? No me gustó esa respuesta porque te quiero!" -le gritó enfadada.
Hitsugaya permaneció clavado en su asiento sin saber qué decir o qué hacer, lo invadía una fuerza mayor que reconoció como pura felicidad.
"¿Hitsugaya?" - La joven se inclinó hacia él y movió varias veces su mano ante sus ojos, tratando de desencantarlo y sobre todo de no reírse de la expresión bobalicona que mostraba su cara en aquel momento.
"¡Hitsugaya!"
"Ei, Hitsugaya, Hitsugaya." - una voz lo llamaba. Se dio la vuelta e intentó regresar a su cielo. Pero la voz no le dejó.
"¡Hitsugaya!" - lo llamó de nuevo, y esta vez no hubo forma de ignorarla.
Abrió los ojos lentamente y parpadeó. "Mmmm¿Mi habitación?" -observó a la persona que estaba arrodillada junto a él.
"Hina..mori" -bostezó, al tiempo que se sentaba medio dormido en su futon. - "Solo era un sueño" -pensó disgustado, intentando retenerlo consigo un poco más. - "¿Qué es lo que ocurre Hina..." -bostezó otra vez. - "... mori?" -le preguntó, dejándose caer en el futon y luchando por mantener al menos un ojo abierto.
"He vuelto a tener otra pesadilla."-confesó con timidez. El chico abrió los ojos con lentitud y volvió a sentarse.
"¿Otra más?" -preguntó. Hinamori asintió y esquivó su mirada. Hitsugaya suspiró y se acercó a ella. - "Anda ven." -la chica obedeció y se recostó a su lado, mientras él de forma involuntaria la rodeaba con su brazo. - "¿Qué es lo que pasaba esta vez?" - Inquirió. La notó temblar antes de oírla hablar con voz queda.
"En el sueño Aizen regresaba y destruía la sociedad de almas."
"No seas tonta Hinamori, Aizen está muerto. Murió hace cuarenta años y no va a volver."
"Lo sé, pero todavía..."
De pronto el silencio. Hitsugaya ahora se encontraba bien despierto sin embargo Hinamori reconfortada en sus brazos comenzaba a adormilarse.
"Oye, Hitsugaya." -lo llamó somnolienta.
"Dime."
"¿Qué era lo que estabas soñando? Se te veía muy feliz."
El chico enrojeció de golpe y dio gracias por aquella maravillosa oscuridad.
"No me acuerdo." -mintió.
"Mentiroso." -se rió la joven.
"¡Anda cállate!" -le dijo volviéndose a tumbar. Ella se recostó a su lado y cerró los ojos.
"Seguro que era algo pervertido." -murmuró lo suficientemente claro para que él pudiera oírlo.
"¿Qué!" -exclamó incorporándose de golpe, listo para devolvérsela. - "Un momento te has..." - se interrumpió a si mismo al ver que estaba en lo cierto y la chica se encontraba ya profundamente dormida.
Frunció los labios disgustado y la observó.
"Eres tonta, Hinamori." -masculló mientras apoyaba la cabeza entre sus manos y la contemplaba dormir. Le hubiera gustado poder hacer eso más a menudo, - hacía años cuando ella tenía miedo acudía a su habitación a dormir- le habría gustado quedarse despierto toda la noche a su lado mientras ella soñaba. La chica suspiró profundamente abrazando la almohada. El pelo perfectamente alisado le caía por la cara. Espontáneamente su mano se movió sola y le apartó los mechones a un lado. Tuvo unas ganas horribles de besarla, pero se contuvo.
Cuarenta años. Había tenido que esperar cuarenta años y seguía esperando. Hubo un tiempo en el que estuvieron juntos, pero los dos eran demasiado jóvenes. Y luego llegó Aizen... Pero ahora había crecido, tanto en mentalidad como en estatura, y sabía perfectamente lo que quería.
Mientras velaba su sueño, una idea invadió su mente - No quería seguir esperando en las sombras... El problema ahora no era seguir engañándose si no cómo decírselo. No quería hacerlo de cualquier manera. - Pero todo aquello era demasiado embarazoso para él.
"Lo sé, pero debo hacerlo" -se dijo a si mismo. Y se volvió a tumbar contemplando el techo.
A la mañana siguiente cuando Hinamori se levantó, Hitsugaya ya se había ido. "Probablemente ha tenido que irse a la reunión de capitanes." - se figuró. Se cambió la ropa e hizo la cama. Y justo cuando terminó, se escucharon unos nudillos llamando a la puerta.
"Teniente Hinamori?" - La voz provenía del exterior. Hinamori se quedó helada.
"¿Cómo demonios me han encontrado si estoy en el cuarto de Hitsugaya?"
"¿Qué ocurre?" -Preguntó al tiempo que el pánico se iba apoderando de ella. Se escucharon algunas risas tras la puerta, y esto provocó que la curiosidad de la chica le llevara a abrir.
"¡Buenos días Hinamori-chan!" -La saludó una alegre Matsumoto. Hinamori volvió a respirar aliviada.
"Pasa, Rangiku-chan." -le respondió. Al entrar, se percató de que la mujer a parte de un generoso escote que dejaba entrever su más que bien dotada delantera, traía algo más consigo.
"¿Qué es eso?" -dijo señalando la caja en cuestión.
"Tu desayuno. Mi capitán no quiere que se quede otra mañana sin tomar nada." -contestó Matsumoto, dejando la caja sobre la mesa.
"Muchas gracias."
Rangiku le guiñó un ojo cómplice antes de abandonar la habitación.
Después del almuerzo, Hinamori puso rumbo hacia su oficina en los despachos de la quinta división. Se sorprendió al encontrar una rosa blanca en su escritorio, la cogió con rapidez y una gran sonrisa se le dibujó en el rostro.
"Podría ser que... Hitsugaya quiera decirme algo?" - se ruborizó contenta llevándose la flor al pecho. - "Pero... No me ha dejado ninguna nota. ¿Qué es lo que pretende?" -permaneció pensativa por un momento y luego sonrió con picardía. - "Jugaré con él un rato hasta que no tenga otra opción que la de decirme algo."
Con esta idea rondándole por la cabeza se sentó frente al escritorio y se sumergió de lleno en su trabajo.
Algunas horas después, Hinamori firmó al final de uno de los tantos papeles y se estiró cansada. Ichigo, ahora el capitán de la quinta división, odiaba el papeleo. Y por esa razón le dejaba a ella la mayor parte de este odioso trabajo.
"Bien, creo que me merezco un descanso." -pensó. Y cogiendo la rosa salió de su despacho.
Minutos más tarde, entraba en el cuartel de la décima división para encontrar a Hitsugaya postrado ante un montón de trabajo en su oficina. Sus ojos brillaron cuando la vio aparecer, pero pronto rectificó para mostrar un claro gesto indiferente. Sin embargo, Hinamori no era tonta. Sonrió divertida y siguió avanzando hacia él. Hitsugaya empalideció al ver que traía una rosa consigo.
"Hoy me han dejado una rosa." -comenzó.
El chico continuó con actitud pasiva aunque era consciente de que su corazón latía a mil por hora.
"Ya veo." -contestó lo más frío que pudo, cruzándose de brazos.
"Venía sin ninguna nota o tarjeta, pero aún así creo estar completamente segura de quién ha sido." -canturreó.
El chico arqueó una ceja.
"¿En serio¿Y quién crees que ha podido ser?"
"Bueno, el que alguien te de una rosa puede significar varias cosas, pero yo me quedo con dos de esas interpretaciones. Así que eso me ayuda a eliminar a todas las posibles personas que hayan podido ser... Hasta reducirlas sólo a dos."
El corazón de Hitsugaya dio un vuelco, pero se recordó a si mismo el no bajar la guardia.
"¿Y cuales son esas interpretaciones?"
"Hmmmm... Regalar una rosa puede significar un Te Quiero, lo que querría decir que hay alguien que me admira en secreto. Otra cosa que significa es Seremos amigos siempre, y por lo tanto me la habría dejado un gran amigo." - se detuvo un momento demasiado pensativa. - "O..."
"¿O qué?"
"O también podría ser de un muy buen amigo que me quiere mucho y quiere dar un paso más en nuestra relación. Lo que me hace pensar... ¿Qué amigos tengo yo que pudieran llegar a quererme de este otro modo? Sólo se me ocurre una persona..." -hizo una breve pausa. - "... y es: Kira-kun"
Se sonrió para si al ver un claro estado de shok reflejado en el rostro de Hitsugaya.
"¿Estás bien, Hitsugaya-kun?" -le preguntó inocente.
"Desde luego." -tosió. - "¿Kira¿Pero qué demonios!"
Hinamori sintió el estrés que le estaba provocando al pobre chico. Suspiró siguiendo con su actuación.
"¿Qué es lo que puedo hacer? No me gusta Kira-kun, pero es mi amigo y no quiero herir sus sentimientos. Shiro-chan¿Qué es lo que debería hacer?"
Hitsugaya la miró incrédulo. "¡Estaba convencida de que Kira le había regalado la rosa!"
"No puedes estar segura de que sea de Kira, así que no hagas nada que luego puedas lamentar."-le advirtió.
Hinamori suspiró dando por perdida su actuación y le sonrió tímidamente.
"Tienes toda la razón, no puedo estar segura de que haya sido él. Creo que nunca sabré de quién es. Es una pena porque me hubiera gustado hacerle saber lo mucho que me ha gustado." -suspiró una vez más. - "Gracias, Hitsugaya-kun, creo que me has salvado de hacer el ridículo."
El chico le devolvió la sonrisa.
Una vez Hinamori se fue, Hitsugaya se hundió en la miseria de su primer intento fallido. ¿Por qué no le había dicho que se la había dejado él? "Porque eres un cobarde." -se contestó a si mismo. - "Menudo capitán de mierda estás hecho."
Esa noche, cuando Hinamori volvió a su cuarto a dormir, se encontró con una gran caja en su mesa. Se acercó curiosa y la abrió, en su interior había un precioso conejito de peluche. Emocionada lo tomó en sus manos y lo abrazó con fuerza. Era muy suave.
Se detuvo a examinar la caja y se percató de que había una pequeña nota:
Ei, Hinamori. Deja de tener pesadillas.
Hitsugaya.
Lo volvió a coger y lo abrazó aún más fuerte incapaz de dejar de sonreír. Luego miró al conejito.
"Hmmm... Eres de color blanco, eh?"
"¡Te llamaré Shiro-chan!"
Al día siguiente Hinamori le llevó el peluche a la oficina de Hitsugaya.
"¡Hitsugaya!" -lo llamó contenta, y antes de que el chico se pudiera dar la vuelta lo abrazó tomándolo por sorpresa. Cuando dejó de hacerlo el chico la miraba con un expresión de indiferencia no muy alejada de la suya habitual.
"¡Gracias por el conejito!" -le dijo, propinándole otro de sus fuertes achuchones al muñeco en cuestión.
Hitsugaya maldijo al conejo algo celoso, puesto que estaba convencido que recibía mejor atención que él.
"¡Te quiero mi Shiro-chan!" -exclamó feliz sin dejar de mirar a su peluche.
El corazón de Hitsugaya se aceleró de tal forma que por un momento pareció que se le fuera a salir del pecho.
"¿Quiere a su... Shiro-chan?"
"¿Qué?" -preguntó con los ojos fuera de sus órbitas.
Hinamori lo señaló y luego puso su índice en el muñeco.
"Shiro-chan, te presento a Shiro-chan, mi nuevo peluche."
"¿Le has puesto mi nombre al conejo?" -preguntó algo escandaloso. - "Puto conejo".
"Por supuesto, siempre voy a tu habitación cuando estoy asustada. Y ya que me lo regalaste para que no tuviera pesadillas... ¿Qué nombre le iba a quedar mejor que el tuyo?"
Hitsugaya se quedó clavado en el sitio. Había sido reemplazado... Por un maldito muñeco de peluche nada más y nada menos. Y para colmo había sido él quién se lo había regalado. Empezaba a odiar profundamente a ese conejo.
Hinamori suspiró deprimida.
"¿Qué es lo que pasa?" -le preguntó al verla desanimada.
"Nada, solo que tengo mucho trabajo por hacer."
"Tráelo aquí, yo te ayudo." -se ofreció.
"De ningún modo, tú también tienes muchas cosas por hacer. Además tampoco tengo tanto, solo que es muy aburrido. Ya sabes, sellar cartas, leer informes, contestar solicitudes..."
Después de esta conversación Hinamori abandonó el despacho.
Hitsugaya resopló agobiado sin dejar de pensar en ella.
"Tal vez le vendría bien tomar vitaminas..."
Cogió otra de las cartas del montón de papeles sobre la mesa y comenzó a leerla, de pronto mientras la leía se le ocurrió algo.
Algunos días más tarde, Hinamori se encontraba sentada en su despacho enterrada entre papeles. En un montón tenía la pila de cartas leídas y en otro montón las cartas por leer. Cogió la siguiente y la desdobló asqueada.
Sus ojos se abrieron como platos cuando leyó a quién pertenecía:
CURRICULUM VITAE
Nombre: Hitsugaya Toushiro
Objetivo: Ocupar el puesto como novio de la teniente de la quinta división que siempre lleva el pelo recogido.
Cualidades excepcionales: Todas, creo.
Experiencia: Unos dos siglos de buena amistad con ella.
Referencias: La teniente Matsumoto Rangiku, Obaasan, cualquiera.
14 de Abril de 2046
Hinamori Momo San
Teniente
Departamento de la quinta división
Despacho nº5
Seireitai, Sociedad de almas
Querida Hinamori-san
Después de muchos años de espera y contemplación, finalmente te entrego mi curriculum para ocupar el puesto como tu novio. Quiero fortalecer esos sentimientos que tengo hacia ti. Te quiero. Y mucho.
Si tu crees que estoy cualificado para el puesto házmelo saber, bien por carta o personalmente, si lo deseas puedes concederme una entrevista.
Sinceramente,
Hitsugaya Toushiro
Para ti: Shiro-chan
Hinamori leyó una vez más la carta para cerciorarse de que había leído correctamente.
Hitsugaya era incapaz de concentrarse.
"Debe de estar leyéndola ahora". -pensó al borde de la histeria.
Si había escrito la carta en forma de curriculum era por dos razones: La primera era por si ella se reía de él, se lo tomaba como una broma y no le correspondía.
Desde luego que todo aquello podía pasar perfectamente como una broma.
La segunda era la simple de que no se atrevía a decírselo de ningún otro modo. Y era la más fácil para que nadie más se enterara.
Se escuchó tocar a la puerta.
"Capitán Hitsugaya." -llamó uno de sus subordinados.
"Entra."
"Hai." -el shinigami abrió y se quedó en el umbral sin pasar al interior.
"Tiene una carta señor."
El corazón de Hitsugaya se detuvo en seco.
"Déjala en la mesa." -ordenó, continuando con el papeleo.
"Sí señor." - este la dejó en su escritorio y él siguió sus tareas como si no le importara lo más mínimo. Pero así que se hubo retirado, se abalanzó sobre el trozo de papel y lo leyó ansioso.
Querido Hitsugaya Toushiro,
He decidido tener en cuenta tu solicitud y he decidido que me gustaría entrevistarte esta noche a las 11 en el árbol que hay junto al lago. Espero que estés allí.
Sinceramente,
Hinamori Momo
"A las once" -echó un vistazo al reloj, tan solo eran las nueve y media. "Unas dos horas... Me pregunto qué es lo que me dirá." -masculló nervioso, y trató de terminar el trabajo para las once.
El agua parecía brillar a cada movimiento del oleaje debido a la luz de la luna. Hitsugaya estaba sentado en una de las raíces del gran árbol junto al lago, tratando de relajarse en aquella maravillosa paz. No lo conseguía.
"Hitsugaya." -lo llamó una voz que conocía muy bien.
El chico se quedó helado al divisar a Hinamori esperando a pocos pasos de él, no la había oído llegar. Se preguntó si llevaba ahí mucho tiempo, ya que la joven era toda una experta en ocultar su presencia.
"Bueno..." -comenzó ella, animada por un sentimiento esperanzador. - "He recibido una carta bastante interesante de tu parte." -continuó. Parecía tranquila.
Hitsugaya permaneció callado temiendo hablar. Ella inclinó su cabeza tímidamente y sonrió insegura. Avanzó unos pasos hacia él. Hitsugaya no se movió.
"¿Es cierto? O simplemente es algo que hiciste para que no me agobiara con tanto trabajo?" -preguntó. Sus ojos parecían suplicar. - "Por favor, dime que es verdad."
Hitsugaya quería que se lo tragara la tierra. No estaba seguro de lo que debía hacer¿Qué es lo que quería que le dijera¿Qué es lo que le gustaría oír?
El aire se volvió cada vez más pesado a cada segundo que pasaba.
Hinamori se mordió el labio inferior, el silencio de Hitsugaya era desquiciante.
"¡Di algo Hitsugaya!"- le ordenó al tiempo que avanzaba un paso, y otro, y otro... Hasta que terminó por estar justo delante suyo.
"Es... Lo cierto es..." -tartamudeó. No le salían las palabras. Si le decía la verdad y no era correspondido quizá su amistad terminara para siempre, pero si ella... Levantó su mirada para encontrarse con ella. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y parecía iban a desbordarse en cuestión de segundos.
"¿Por qué estaba apunto de llorar?"
"¿Si?" -insistió temblorosa. Estaba apunto de desmayarse. No soportaría mucho más tiempo aquella tensión.
Hitsugaya se decidió.
La miró directamente a los ojos.
"Es verdad. Todo es verdad." -admitió, vigilando cada detalle de su reacción. Las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro. No podía creérselo. Hitsugaya no apartaba su vista de ella y el corazón le iba a mil latidos por minuto.
"Está sonriendo... Eso significa que..." -se intentó tranquilizar a si mismo.
"Quiero escuchártelo decir." -le pidió, mirándolo una vez más.
Reinó durante unos instantes un silencio sepulcral. Tan sólo se escuchaba el cantar de algunos insectos nocturnos y las olas mecidas por la suave brisa.
Hitsugaya no apartó la vista. Ella lo era todo para él.
"Me gustas mucho, Momo."-confesó.
Ella se inclinó hacia él buscando en sus ojos la verdad, hasta que esbozó una amplia sonrisa. Entonces lo abrazó e hizo que sus labios se chocaran por unos leves instantes. Los ojos de Hitsugaya se abrieron sorprendidos para después cerrarse poco a poco. Y se perdió en la humedad de aquellos labios probando su dulce boca. Rodeó su pequeño cuerpo con sus brazos estrechándola hacia si, como si tuviera miedo de que pudiera escaparse. Siguieron besándose hasta que tuvieron que separarse para recuperar el aliento.
"Entonces..." -comenzó Hitsugaya algo sofocado. - "¿Eso quiere decir que he conseguido el puesto?"
Hinamori hizo ademán de pensárselo.
"Mmmmm..."
"¡Eh¡Hinamori!" -la apremió.
La chica rompió a reír.
"Bueno, podría decirse que sí reúnes los requisitos." -se burló, y dejó escapar de nuevo una risita. - "La verdad es que ningún otro podría quedarse con ese puesto." - Hitsugaya arqueó una ceja. -"Porque... Tú también me gustas mucho."
Un sentimiento eufórico invadió los corazones de ambos. Aquel iba a ser un nuevo comienzo.
FIN DEL CAPÍTULO PRIMERO
OOOOHHHH! Pero qué bonito T.T (sniff).
Ahora recapitulemos y vamos a pensar en cuantos instantes de la lectura se nos ha puesto la sonrisilla boba en la cara XD
Y la gran pregunta es¿Os ha gustado¿Queréis que siga traduciendo? Todos vuestros comentarios para bien o para mal serán bien recibidos, así que espero vuestros reviews!
