Capitulo I
"Carne de mi Carne"
Por: Jenny Anderson
-"Sailor Moon?"- Pregunto Yúkio, mirándola como un niño a quien al fin le dan el juguete con el que había soñado.
-"Así es"- contesto ella, sin vacilar, ni apartar sus ojos azules de las pupilas violetas de él.
-"Pero no entiendo, si la destruimos ahora tu no nacerás"- dijo Yuta, no había preocupación en sus palabras si no curiosidad, simple y extraña curiosidad
-"Lo que no quiero es que el reino aparezca, entienden, si no es mío no será de nadie"- grito con furia, con aquella ira que recorría su interior, la misma que la había llevado a buscar a aquel hombre de cabellos plateados para que acabara con su madre, pero el había fracasado y ella ahora tenia que lidiar con esos tres seres, que no conocían nada salvo la destrucción.
-"Explícame"- pidió Yirem encendiendo un cigarrillo y mirándola extrañado
Ella los miro un momento, ¿Como explicarle a tres seres concebidos para exterminar lo que sentía?, no podía no encontraba las palabras adecuadas para que ellos la entendieran, ¿Como explicarles todos los sentimientos que la carcomían por dentro?, ¿Como explicarle a ellos que no sentían nada salvo odio?, penso en explicarlo pero en vez de eso se quedo callada, pensando en su pasado, en su pasado que era el futuro de esa tierra, en su madre, en su hermana, en el reino.
Kousagui había nacido talvez demasiado tarde, cuando la pequeña dama contaba con 8 o 9 años, pero eso no impidió que el reino hiciera una gran fiesta por ella, desde pequeña sintió que pertenecía a ese lugar y que tenia que ser ella y no su hermana quien tenia que gobernar, pero no había nada que hacer, seria su hermana Usagui, quien tomaría control sobre el reino, y sobre ella misma.
y la odio, la odio por que ella Kousagui se parecía más a sus padres que su hermana, la odio por tener aquel peinado de pompones emulando a su madre, por tener el cabello de aquel tono rosa, por tener aquellos ojos entre rojo zafiro y rubí, cada vez que se miraba en el espejo y veía sus ojos azules, "Los mismo que tu madre" le decía su padre, mientras ella, su madre, cuando la peinaba alguna de esas mañanas en que no estaba ocupada, le decía "El mismo cabello de tu padre", pero eso era todo lo que tenia, sus padres nunca estaban con ella, y su hermana estaba demasiado absorta aprendiendo a ser una dama y una Sailor como para ponerle atención.
Y después había aparecido él, Erios, un príncipe de algún sueño lejano, a quien su hermana había conocido cuando había viajado al pasado para su formación como Sailor, y ella, ella no era más que la hermana menor, ni siquiera estaba contemplada para ser una Sailor, ¿Envidia?
Puede que si le tuviera envidia a su hermana, Erusion era un planeta hermoso, aquel del cual aquel joven Erios había llegado para pedir la mano de la chica, cosa que sus padres, permitieron, y ella, ella no tenia nada, por eso había decidido acabar con ese sueño perfecto, con aquella caja que sus padres había creado para que nadie se diera cuenta de la verdadera soledad en que se vivía.
no había problema, la llave del tiempo estaba en la habitación de su hermana, "la pequeña Dama" junto con el cristal de plata, aquel que su madre le había legado cuando se convirtió en Sailor, y se prometio que acabaría con todo eso, con Erios, con su madre, con su padre, con su hermana, con el reino, pero no podía explicarles lo que sentía, aun no.
-"Eso es algo que no les incumbe"- dijo levantándose y saliendo del lugar, para refugiarse en la oscuridad de su habitación, por que había recordado su pasado y dolía, no sabia por que pero dolía.
-"Que le pasa?"- Pregunto Yuta a la peliazul que aun estaba en la habitación, ella simplemente se encogió de hombros, ella era hija de Amy Mizuno, guerrera Mercurio, pero no quería serlo más, quería que todo eso acabara, no quería terminar como su madre, sirviendo a la familia real, por un recuerdo pasado, ella no seria una guardiana, y para eso, necesitaba que el reino no existiera aun que con eso, tampoco ella existiría.
-"No creo que les cueste encontrar a la madre de Kousagui, su nombre es Serena Tsukino, creo que es todo lo que necesitan no?"- preguntó, Yirem hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa, ella salió de la sala con un débil buenas noches, dejando a los tres chicos en aquella sala, mirando por la ventana, la cuidad.
-"Lo haremos"- dijo Yúkio quitando de la mano de Yirem el cigarrillo y dándole una calada
-"Como ordenes"- dijeron los otros dos, sin encontrar diversión en esa misión.
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Taiki, caminaba lentamente por las calles llenas de luces que lo llevaban al departamento que compartía con sus hermanos, se sentía feliz por Seiya y Yaten, por que habían encontrado a quien querer, pero el, no encontraba a esa persona que iluminara sus días.
Caminaba lentamente, pasando desapercibido por las personas, y era algo que de verdad agradecía, a diferencia de sus hermanos a el no le gustaba ser acosado por un grupo de chicas que gritaban su nombre como si no existiera otro más.
Pero eso no era lo que verdaderamente lo preocupaba, lo preocupaban sus sueños, aquellos que lo habían estado acosando desde una semana atrás, cuando el ataque a una de las avenidas de Tokio, no sabia por que pero despertaba sudoroso y agitado, algo en esos sueños lo inquietaba, eran tan reales, y tan extraños, podía reconocer a Yaten, reconocía a Serena, a Lucy a Sakura, pero su sueño carecía de lógica.
Los soñaba como guerreros, el mismo peleaba contra un demonio o algo así, pero no tenia sentido y sin embargo algo en su interior sabia que todo era real, que no importaba lo mucho que lo negara.
-"Ohh, por dios, Tu eres Taiki Kou?"- pregunto una chica frente a él, la observo un momento, tenia unos increíbles ojos azules y el cabello del mismo color que caía sobre su espalda, como una cortina, se veía tan sedoso, la observo un momento, le parecía conocida, de aquel mismo sueño que lo acosaba.
-"Así es"- contesto torpemente, algo tan extraño en el quien siempre era frio y reservado
-"Mi nombre es Marina Ryusaki"- dijo la chica estirando la mano hacia él, el la tomo torpemente, estaba a punto de invitarla un café cuando una voz masculina se escucho tras ella
-"Al fin encontré un lugar para aparcar, ¿Quien es el Marina?"- Eriol Hiraguisawa, poso sus ojos en las manos aun sujetas de su novia, y aquel chico, Eriol tenia una extraña habilidad que intentaba ocultar a los demás, podía leer a las personas de una manera especial, de la misma forma en que sabia que Marina no era una chica ordinaria, también sabia que el chico que estaba con ella, tampoco lo era, pero había algo más, aun que no podía saber que era exactamente.
-"Eriol, es Taiki Kou"- dijo ella recuperando su mano y sonriendo visiblemente emocionada, Eriol, se sintió estúpido por haber por un segundo sospechado de aquel joven.
-"Eriol Hiraguisawa"- se presento cortésmente, Taiki lo miro un momento, el chico también estaba presente en sus sueños.
Yirem, observaba todo desde la distancia, con las pupilas grises brillantes, de una alegría infinita, había estado tan aburrido durante esa semana, en que sus hermanos lo habían dejado encerrado, mientras buscaban a esa chiquilla Serena, así que había decidido salir a dar una vuelta y se encontraba con aquella joven, tan bella, y con esa aura tan extraña, no importaba que estuviera acompañada, saco su espada lentamente de su mano derecha, dolía, pero ya se había acostumbrado, en el mango estaba el mismo símbolo de la triada de la luz salvo por la espada, que se encontraba colocada a la inversa.
Bajo lentamente, pasando extrañamente desapercibido entre la gente, no le importo, los humanos jamas veían más haya de sus propia nariz, sonrío, mientras se acercaba, una sonrisa cruel, adorno su rostro, haciendo que un brillo anaranjado cruzara por su mirada, acercándose lentamente.
Marina lo sintió venir antes de verlo, talvez era por sus clases de Esgrima, pero se giro a mirarlo antes de que el estuviera verdaderamente cerca, el se detuvo mirándola fijamente, ahora que la miraba de cerca se daba cuenta de que era realmente bella, tomo la espada con más fuerza, clavando en ella sus pupilas.
Las piernas de marina se congelaron al verlo, no lo conocía, pero solo tenia que mirar sus ojos para darse cuenta de sus intenciones, en aquellas pupilas grises no había nada, salvo frialdad, y aquella sonrisa carente de diversión, sus ojos tardaron solo un segundo en encontrar la espada, cuya oja brillaba con las luces de la calle.
-"Cual es tu nombre preciosa?"- Pregunto sin acercarse, con voz fría, Eriol y Taiki observaban la escena en silencio, Marina abrió la boca para contestar pero las palabras se ahogaron en su garganta.
-"Que quieres?"- Pregunto Eriol poniéndose delante de la chica, el había tardado un poco más que marina en notar la espada
-"Simplemente saludar"-
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-"Que le pasa?"- Pregunto Seiya a su novia al notar a Lucy distraída y distante
-"Esta así desde la semana pasada"- contesto ella, caminando al mismo ritmo que el chico, se dirigían al departamento de los chicos, para cenar.
-"Creo que tiene que ver con lo que paso en aquella avenida"- dijo Sakura uniéndose a la conversación, mientras Yaten junto a ella, miraba el cielo que amenazaba con lluvia
-"Crees que Taiki ya haya llegado?"- Pregunto a su hermano, sin preocuparse por la Pelirroja
-"Si no nos hubiéramos entretenido con su club de Fans, habríamos llegado antes que él"- contesto Lucy, molesta por que hablaran de ella, en susurros como si ella no estuviera
-"No podíamos negarnos a nuestra fans, sabes, son la que nos dan de comer"- dijo Yaten, listo para una batalla verbal con la chica, pero un grito callo sus palabras, los cinco corrieron hacia donde provenía.
Observaron por un momento perplejos los cuerpos que ya adornaban la calle, salvo por tres personas que aun estaban de pie, por un milagro más que por suerte, Yaten clavo la vista en la cuarta persona un chico vestido de negro con una espada que parecía estar manchada de sangre, Serena dio un paso hacia atrás ante la escena.
-"Seiya, Yaten, váyanse de aqu"- dijo Taiki en cuanto los vio, Yirem también giro la vista hacia los recién llegados, y entonces la vio, la misma mirada, la misma aura, apretó los puños al mirarla, y su rostro, se contrajo en una mueca de odio.
-"Tu?"- Grito acercándose lentamente, con su aura de batalla de un rojo intenso brillando -"Ahora terminaremos lo que iniciamos hace mucho tiempo cosmos"- dijo lanzándose contra la rubia, quien no entendía que era lo que pasaba.
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Ryoko y Kasuma, corrían rápidamente, por aquellos pasillos adornados de silencios, donde la luz era lo único que verdaderamente reinaba, corrían rumbo al salón del consejo, tenían que llegar lo antes posible.
Abrieron la puerta de golpe, rompiendo una de las miles de reglas que había en aquel lugar.
-"Por que interrumpen así en la sala del consejo"- pregunto una voz
-"Yirem, a encontrado a la portadora de Cosmo"- dijo Kasuma, tocándose un costado a causa del flato
-"Imposible"- grito una voz más haya
-"Nosotros mismos lo vimos..."-
-"Tienen prohibido, observar por el espejo"- exploto una voz
-"Lo se señor, pero estabamos preocupados..."-
-"Ustedes no son más que simples guardianes"-
-"Pero si Yirem extermina a la chica, no quedara nada que hacer, la triada de la oscuridad, llegara aquí y nos mataran a todos"- grito Ryoko ya fuera de si, ya habían sido testigos de aquella batalla, y ya habían visto en el espejo del destino lo que podía pasar necesitaban impedirlo aun que eso significara ir contra el mismo concilio.
-"Eso es inaudito"-
-"Traición"-
-"Calma, estos chicos tiene razón en estar preocupados, pero nosotros no podemos hacer nada, lo único que podemos hacer es, mandar a la guardiana del tiempo y regresarle sus recuerdos a los guardianes, es todo lo que podemos hacer"-
-"pero excelencia"-
-"Van a discutir mis ordenes"-
-"eso no excelencia"-
-"Entonces que esperan"-
Ryoko y Kasuma, suspiraron, por un momento podían ganar tiempo, aun que lo que el espejo del destino les había mostrado aun los angustiaba.
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En el área de cuidados intensivos, algunas veces, cuando terminaba su turno, se podía ver a Touya Kinomoto, observar con cierta melancolía una de las camas, donde meses atrás había sido internado un chico por un accidente automovilístico, Touya no sabia por que , pero algunas veces cuando la desesperación crecía en su pecho o se sentía disgustado, el observar aquel rostro pacifico lo hacia sentirse bien.
Pero nunca lo había conocido, Touya Kinomoto, se había criado en un internado, y nunca había sido muy bueno para hacer amigos, pero, sentía que conocía a aquel hombre pálido, dentro de él, y por aquel extraño don que había tenido desde pequeño, sabia que ese chico era algo más que un simple paciente.
-"Touya"- llamo el chico abriendo los ojos, y clavando en el galeno sus orbes cafés
-"¿Como sabes mi nombre?"- Pregunto sobresaltado, olvidando por un momento que ese hombre acababa de salir del coma, y que tenia que hacerle un chequeo
-"Touya, ¿Donde esta Sakura?"- Pregunto nuevamente Yukito, entrecerrando los ojos, la claridad lo lastimaba y le dolía todo el cuerpo, de pronto recordó que lo habían atropellado, y que había estado a punto de morir, aun que lo que realmente lo había sobresaltado, había sido que en su inconsciencia había visto a su otra identidad, quien le había pedido que despertara por que Sakura estaba en peligro.
Pero Touya lo miraba como si no lo recordara, y eso era algo que estaba desesperándolo
-"Quien es Sakura?"- pregunto el galeno, pensando que talvez el hombre después del traumatismo estaba diciendo cosas sin sentido, talvez algunos de las cosas que había escuchado tras su accidente había sido su propio nombre y el de aquella chica, Sakura, aun que no sabia por que pero algo dentro de el se removía al escucharlo.
-"Sakura ,Touya, Tu hermana, no la recuerdas?"- pregunto Yukito con el malestar ahora más presente
-"Yo no tengo Hermanas, fui hijo único, ahora no se exalte, acaba de salir del coma y es posible que sus ideas no estén claras, llamare al doctor Chiba el lo atender"- dijo alejándose, al sentir que alguien lo sujetaba de la bata, era Yukito quien lo miraba suplicante
-"No entiendo nada Touya, ¿Como que no conoces a Sakura?"- dijo con la voz entre cortada y con suplica en las pupilas.
Touya no supo por que pero aquel gesto, desesperado del chico lo desarmo por completo
-"No lo dejare solo, solo permítame llamar a el doctor Chiba, prometo que estaré a su lado"- dijo, Yukito no se tranquilizo pero lo soltó
Touya salió de ahí, con el corazón latiendo rápidamente, las enfermeras lo miraban con curiosidad, pues estaba pálido, como si estuviera a punto de caer desmayado, vio a Darién en el pasillo intercambiando unas palabras con Amy Mizuno, Touya no recordó poner mala cara ante la escena, la parejo lo miro con sobresalto.
-"Doctor Kinomoto se encuentra bien?"- Pregunto Amy acercándose a él, pero el la ignoro, miro a Darién y con voz rara que le costo reconocer como suya hablo.
-"El chico que esta en coma desde hace meses, acaba de despertar"- Darién y Amy caminaron rápidamente hacia el lugar el tardo un poco más en caminar hacia ahí.
-"¿Como esta?"- Pregunto acercándose a ellos, Yukito lo miro con una mueca de dolor
-"Touya, por favor, necesitamos ver a Sakura"- pidió e intento levantarse, Darién lo impidió.
-"Lo conoces?"- Pregunto el chico, fijando la vista en un descompuesto Touya Kinomoto
-"No logro recordarlo"- contesto él, acercándose al chico y acariciando la cabellera gris en un gesto de ternura, un gesto que nunca había tenido para nadie, Amy y Darién lo observaron en silencio, mientras Yukito lo miraba con suplica, no podía creer que Touya no lo recordara, no podía creer que estaban perdiendo el tiempo ahí cuando Sakura podía estar en peligro.
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Shaoran Li observaba la torre de Tokio, se encontraba en Japón por asuntos del concilio, el era un mago poderoso, jefe del clan Li y también futuro jefe del concilio en cuanto cumpliera la mayoría de edad.
Pero había algo en esa torre, el sabia, que las energías de Japón se juntaban ahí, y que también era uno de los puntos cardinales, en cuento a las barres mágicas que protegían la tierra, pero el sentía que esa torre era más para él.
Como si la hubiera visto antes, en un sueño talvez, por que esa era la primera temporada que el pisaba las tierras japonesas, y sin embargo, Cuando llego a arriba se dio cuenta de que el paisaje no le era desconocido.
Fijo sus pupilas en un lugar en el horizonte, y se quedo ahí hasta que la presencia de una chica lo saco de sus pensamientos
-"Que pasa Maí?"- Pregunto a la castaña que lo miraba fijamente
-"Acabo de recordar algo amo"- dijo ella por que su mente estaba siendo inundada de recuerdos y frases
-"Que Maí?"- pregunto el
-"Usted vino aquí, tras la llamada de la reencarnación de Clow, vino a buscar a la dueña de las cartas"-
-"De que me estas hablando Ma"-
-"Aquí había un castillo negro, y usted perdió ante ella, pero amó no entiendo como es que no lo recuerda"-
-"Maí estas confundiéndome"- dijo el preocupado por la salud mental de su guardiana
-"Amo, se lo que digo, algo o alguien lo hizo olvidar"-
-"Como es que lo recuerdas hasta ahora?"- Pregunto el aséptico
-"Es como si alguien me hubiera dejado ver, como si hubieran quitado lo que me impedía recordar"-
-"Magia"- fue lo único que el chico murmuro antes de caminar hacia el elevador que le permitía bajar de la torre, si era verdad lo que decía su creación, tenia que encontrar la manera para el mismo recordar todo.
-"Talvez la señorita Hino sepa algo"- dijo la guardiana alcanzándolo, el simplemente asintió, no conocía a alguien a quien el fuego sagrado le mostrara la verdad, más que a Reí Hino.
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Setsuna Meiou, se encontraba en aquel desfile, tenia que hacer un reportaje sobre la bella y joven Tomoyo Daidouji, quien había conquistado a todo el lujoso jet set de la moda, y ha su modelo exclusiva, quien era todo un fenómeno global.
Setsuna trabajaba para una revista muy importante, era la encargada de una de las columnas más importantes, y con las paginas centrales y títulos en portada, y era por eso que no entendía el que la hubiera mandado a ella, a ese desfile, era verdad que Tomoyo y la modelo Mina Aino, era una fenómeno, pero ella como conocedora, sabia que así tan rápido como había subido desaparecerían.
Hubiera preferido mil veces hacer su articulo de los 10 galanes más guapos de los escenarios, donde indudablemente los miembro del grupo Three Lights tendrían un lugar reservado, observo con atención al gato blanco que se acerco a ella con sumo cuidado, casi había jurado que se cuidaba de que nadie lo viera.
Salto con aquella gracia y agilidad que solo poseen los felinos clavando sus ojos azules en ella, como si intentara leer sus pensamientos, aparto esas ideas de su mente por descabelladas y observo la placa que servia de identificación del felino.
-"Artemis"- leyó cuidadosamente, la ponía nerviosa la mirada del animal.
-"Setsuna"- articulo el gato en lo que se suponía tendría que haber sido un maullido
-"AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH"- Grito arrojando al gato lejos de ella, bajo la atenta mirada de todos los periodistas y demás casas de modas, talvez estaba trabajando demasiado, pero el gato seguía mirándola fijamente.
-"Que paso?"- Pregunto Mina a Tomoyo en cuanto esta ultima llego donde se encontraban las modelos, traía en sus manos a Artemis, quien luchaba para soltarse de las manos de la diseñadora
-"Tu mascota, se encargo de saltarse encima a una de las mejor columnistas de la cuidad y darle un susto de muerte"- contesto la chica
-"Artemis"- dijo Mina tomando al gato entre sus brazos acariciándolo suavemente
-"Es mejor que lo encierres"- dijo Tomoyo -"Estas a punto de salir a la pasarela y no quiero que te llenes de pelo de gato"- dijo arrebatándole al felino, Artemis, encajo las zarpas en el brazo de Tomoyo, pero la diseñadora no lo solt
-"Perdónalo Tomoyo, sabes que detesta estar encerrado"-
-"Luego hablaremos de tu gato del demonio, ahora sal a a la pasarela"-
Artemis, observo resignado a Mina, ahora que había recuperado la memoria, no podía hablar con su dueña, por que esa diseñadora se interponía, y ahora que encontraba a otra de las Sailor, esta se asustaba, talvez la única solución era buscar a Luna y devolverles la memoria a las Sailor, o si no nunca existiría Tokio de Cristal, lo que Artemis no sabia era que Tokio de cristal era la ultima de sus preocupaciones.
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No podía moverse a tiempo, el chico tenia una velocidad sorpréndete, simplemente lo único que tenia que hacer era cerrar los ojos y esperar el impacto.
Nada..
Abrio sus ojos azules con miedo, delante de ella, protegiéndola con su báculo había una chica, con un traje de marinero
-"No te interpongas"- Grito el chico fuera de si
-"Princesa se encuentra bien?"- Pregunto Akira en pose de batalla sin perder de vista a Yirem
-"Todos estamos bien"- contesto Marina llegando junto a la Sailor, tenia la ligera impresión que solo si estaban junto a ella, podrían salir con vida.
Pero Akira sabia que ella no podría hacer nada contra Yirem, así que hizo lo único que se le vino a la mente, levanto el báculo del tiempo, una luz intensa los rodeo, y al instante se encontraban en la cámara de la puerta del tiempo, con Yirem lejos de ellos.
-"Pero que ha sido todo eso"- Pregunto Lucy demasiado asustada como para dejar de temblar
-"Eso a sido un miembro de la Triada de la oscuridad"- contesto Akira.
Notas de la autora
Al fin lo termine, es un capitulo bastante bueno creo yo, se explican algunas cosas, los personajes empiezan a integrarse, algunas cosas se resuelven, otras quedan aun mas confusas, es el capitulo más largo que e escrito de esta serie, contemplando también la primera parte y estoy muy contenta por eso, talvez no es todo lo extenso que les gustaría, pero es mi mejor esfuerzo.
Ya el sig. capitulo tiene presente una pelea, quiero agradecer todo el apoyo que he recibido para esta segunda parte, mil gracias a todos y ahora si contesto sus reviews.
Ferio Tsukino
Hola hombre, es un enorme placer volver a saludarte, me halagas de verdad, muchas gracias, tambien intentare continuar escribiendo así, que te siga gustando por el momento espero que te haya gustado este capitulo. y mil gracias por tu comentario
Silver Moonlight-81
Me alegra saber que te gusto el capitulo, ahora ya sabes que es lo que pasa por la cabeza de la chica, y espero que te hayan gustado las imagenes, mil gracias por tu comentario.
Julia Asakura
Eso creo que ya a quedado claro, espero que con el e-mail ya no te quedaran dudas, ahora ya sabras que es lo que pasa por la mente de Kousagui, mil gracias por tu review.
Ilusion
Ami tambien y me alegra saber que te gusto la primera parte, muchas gracias por tu comentario.
Perla
Bueno, son esas incognitas las que le daran forma a esta segunda parte, ya te habras dado cuenta, y me alegro que el prologo te haya gustado, y lamento haber tardado tanto en actualizar, mil gracias por tu comentario.
Mely-Chan
Muchas gracias por tus porras y tambien que te haya gustado el prologo y la introduccion de la triada, por cierto espero que te haya llegado la imgen de la triada de la oscuridad. Muchas gracias por tu review
Lul
Bueno, eso se resuelve un poco aqui, pero solo un poco, espero que te guste, eso espero yo tambien por el momento las cosas ya empiezan a tomar forma, muchas gracias por tu review.
