CAP11 – Cambios y Reacciones Inesperadas.

-algo esta ocurriendo, el ambiente ha cambiado, además esa presencia que fue acompañada por la brisa...me es familiar...pero no recuerdo a quien pertenece...-pensaba mientras su mirada se perdía en el rojizo atardecer.

-entiendo, así que este es el famoso Sengoku...-mascullaba entre dientes la pelirroja.

-bueno si, exactamente así es como se le conoce...-se escucho una voz suave.

-disculpa, pero me puedes decir ¿donde queda la aldea de la anciana Kaede, lo que sucede es que he escuchado hablar mucho sobre ella...-se justifico la joven al ver la mirada inquisidora de su ahora compañera de viaje.

-claro, al fin y acabo nuestro destino es llegar a ese lugar.

-y ¿por que ese es su destino?

-por que en ese lugar, se encuentra una grupo exterminador de demonios, se que si nos unimos a ellos será mucho más fácil derrotar a ese ejercito de seres.

-pero solamente quedan seis de ustedes, eso sería demasiado peligroso.

-lo es, pero no puedo dejar que la muerte de mi manada sea en vano, como líder del clan de lobos blancos, es mi deber vengar su muerte.

-vaya...-la joven se encontraba sorprendida por la determinación de la mujer lobo...-en esta época los líderes son mujeres, ahora entiendo por que a Kagome le gusta mucho este lugar, puede ser tranquilo pero por ahora el ambiente esta demasiado tenso...-medito para sus adentros.

-por cierto May... ¿eres extranjera o algo por el estilo?...-pregunto perturbada la chica.

-ah...si así es Ayame, soy extranjera provengo de un lugar algo lejano...-aunque en realidad estamos en el mismo lugar de donde provengo.

-lo pregunto por tu vestimenta, es algo extraña.

-este...tienes algo que pueda usar, me refiero algo de estos lugares no desearía llamar la atención de nadie.

-claro, solo tenemos pieles de lobo espero que eso no te moleste.

-no para nada.

-Dakota, ¿tienes contigo ese cambio de lobo que te pedí que trajeras?

-si, así es mi lady...-se inclino un poco y le entrego las pieles de lobo.

-Dakota, cuantas veces tendré que decirte que no me gusta que me digas así, no por lo menos tu ni ellas...-miro a las demás hembras...-en estos momentos todas somos iguales.

-hai...-asintieron las chicas.

-toma, aquí tienes...-entregándole la ropa.

-gracias...este podrías cuidar mientras me cambio por favor...-pidió amablemente May.

-claro, no te preocupes estaremos vigilando...-afirmo la loba alejándose un poco del lugar dejando a May para que se cambiara.

May saco las pieles de lobo, era un traje estaba conformado por una falda un poco más corta que la de Ayame, con aberturas a los lados de las piernas, la parte superior era muy parecida a la de ayame, solo que esta llevaba solo una manga del lado derecho, los protectores que iban en las piernas, las dos pulseras de piel que se puso en las muñecas, de la ropa que llevaba desprendió un pedazo de ella y se sujeto el cabello en una coleta alta, dejando caer dos mechones por su rostro, se sentía algo rara con la piel de lobo, menos mal que llevaba prenda intima por debajo de esa falda demasiado atrevida.

-es muy cómoda la piel de lobo...-mascullo suavemente para si, escondió su ropa entre los arbustos y sin más demora salio del lugar encontrándose con las demás hembras. Ayame sonrío complacida al ver lo muy bien que se veía May con esas pieles ahora era una de ellas.

-veo que te quedo a la perfección.

-si, gracias es muy cómoda la piel de lobo.

-así es, bueno ya es hora de partir, esta comenzando a oscurecer y eso es demasiada desventaja para nosotras.

May asintió, Ayame y las otras jóvenes retomaron su andar, el atardecer se había terminado dándole paso a la hermosa y a la ves tenebrosa noche.

Mientras tanto en el oeste para ser más exactos en las praderas, un lord yukai acompañado por un sapo de nombre Jaken (no se si se escribe así), una niña que conversaba animosamente con la mujer que se había unido a ellos sin el consentimiento del yukai, pero tampoco había reproche por parte de el, después de todo entretendría y cuidaría de la pequeña durante sus ausencias.

-mi nombre es Rin, ¿Cómo te llamas?...-preguntaba animosa y curiosa la niña.

-mucho gusto pequeña Rin, mi nombre es Sakura...-le sonrío tiernamente.

El Yukai se perturbo un poco al escuchar el nombre de la mujer gritona, si no cabía duda ella se llamaba como su ya difunta prometida Sakura.

-Sesshomaru sama, la señorita Sakura puede acompañarnos ¿verdad?...-la niña caminaba al lado de el, el hombre seguía mirando al frente. Sakura se molesto un poco puesto que ese hombre no le prestaba ni la más mínima atención a la pequeña.

-Rin, cuantas veces te he dicho que no molestes al amo Sesshomaru, sabes que esa mujer no puede acompañarnos, ya que el amo no soporta la presencia de las mujeres humanas...-le recrimino el sapo.

Sakura que se encontraba completamente molesta por el comentario del sapo feo, se acerco rápidamente a el y le propino un buen golpe en la cabeza, sus ojos se encontraban cerrados, una venita en su frente se apreciaba de lo furiosa que estaba. Sesshomaru no había prestado ni la más mínima atención a lo que su fiel sirviente había dicho a su protegida, pero tampoco se le escucho afirmación alguna de aceptar a la mujer. Rin se acerco alegremente a la chica, le tomo suavemente de la mano estirándola un poco, Sakura por su parte estaba indecisa ese joven no había dicho palabra alguna, sobre la petición de la niña.

-anda, es mejor apurar el paso o Sesshomaru sama nos dejara aquí...-le apresuraba.

-Rin, creo que no es muy conveniente que yo los acompañe...-se justificaba la peli castaña acariciándole suavemente la mejilla a la pequeña.

-¿Por qué no? ¿Rin no le agrada a Sakura?

-no, claro que si me agradas, pero no quiero ser una molestia para tu protector.

-Sesshomaru sama es muy fuerte, el se encargara de protegernos...-la niña sonreía alegremente, la joven peli castaña poseía corazón de pollo por lo que no pudo seguir negándose a la petición de la pequeña. Rin por su parte se alegro mucho al ver que su nueva amiga, les acompañaría durante el viaje. Sakura se detuvo rápidamente, se giro a sus espaldas veía con asombro el enorme ejercito de demonios que descendían desde las montañas.

-Rin, no te apartes de mi lado...-le ordenó suavemente a la niña.

-hai...-asintió la pequeña.

Sakura tomo entre sus brazos a la niña, y comenzó a correr lo más rápido que le permitían sus piernas, los demonios descendían con una velocidad sorprendente, en cuestión de minutos se encontraban pisándole los talones a la mujer y a la niña. Uno de los demonios sujeto fuertemente con su lengua del pie a Sakura, por inercia haciéndola caer al suelo, cubrió a Rin entre sus brazos para que no resultara herida, al sentir que era jalada por ese ser, soltó a Rin.

-Rin, corre...huye de aquí, ahora...-le grito desesperada la joven.

Rin inmediatamente se puso de pie y comenzó a correr lo más que sus pequeñas piernas le permitían, Sakura con temor vio como uno de los demonios alcanzaba a la pequeña. Rin cayó al suelo al momento de levantar su mirada se encontró con los ojos rojizos de un monstruo, era una especie de perro sin piel, asusto demasiado a rin que por consecuencia la único que pudo hacer fue gritar fuertemente.

Sesshomaru se detuvo de inmediato al escuchar el grito de temor de su protegida, la busco con la mirada y al no verla cerca de el ni del lugar de donde el se encontraba, se regreso corriendo velozmente el trayecto que minutos antes había recorrido. Se detuvo al ver a la mujer y su protegida siendo atacados por una gran cantidad de enemigos, se sorprendió un poco al ver como la mujer se las arreglaba sola para enfrentar a esos seres inferiores, no tuvo mucho tiempo de seguir observando a la humana, se lanzó en contra del monstruo que amenazaba con acabar con la vida de rin. Un estruendoso chillido por parte del perro demoníaco se escucho por todo el lugar, Sesshomaru lo había cortado en dos con su poderosa espada (disculpen es que no recuerdo como se llama), en el rostro de la pequeña apareció una gran sonrisa y por instinto se escondió tras el yukai, se encontraba segura de que el la protegería.

El yukai acaba de uno por uno con los enemigos, sujeto fuertemente la espada lanzando un potente ataque en contra del ejercito, los había logrado derrotar a todos, se encontraba enfundando su espada cuando un nuevo ejercito de demonios los atacaba, estaba dispuesto a atacarlos nuevamente, pero se detuvo al sentir unas pequeñas manos que se aferraban temerosas a su haori blanco, miro con desprecio la enorme cantidad de enemigos que se acercaban a ellos. Una fuerte ventisca mando por el mismo sendero que los acechadores avanzaban, el mirar del yukai se poso en la peli castaña que se encontraba de pie y con sus brazos juntos y sus manos extendidas el viento seguía soplando fuertemente no permitiendo avanzar más al enorme ejército. Sakura mantenía su mirar al frente.

-no te conozco en lo absoluto, pero estoy segura de que eres un yukai demasiado orgulloso, que jamás huiría de una batalla, pero si en verdad quieres proteger la vida de esa pequeña que tienes a tu lado, estarás conciente de que no puedes continuar con una batalla que no puedes ganar...-murmuro la joven.

-no necesito ayuda de una humana como tu, yo solo puedo con esto...-respondió con su expresión fría e indiferente.

-si quieres morir no te detendré, pero no puedo permitir que lleves contigo la vida de Rin, eso jamás...-respondió de igual manera Sakura.

Sesshomaru indiferente retomo su andar, siendo perseguido por Rin quien preocupada miraba a la mujer que se había quedado ahí, esperando su huida.

-no te preocupes...estaré bien.

Rin se sorprendió, puesto que en ningun momento vio que ella se girara para verla.

-Rin...-le llamó el joven yukai. Ella al escuchar que su protector la llamaba se fue corriendo en dirección a el, ambas figuras se perdieron en el frondoso bosque. Sakura suspiro profundamente.

-que tenso es estar cerca de ese sujeto...-murmuro algo cansada, puesto que era mucha la energía que estaba usando en esos momentos en mantener alejados a esos seres mientras huían, antes de bajar sus manos coloco un campo de protección...-eso servirá para mantenerlos ocupados, mientras nos alejamos más de su alcance.

Bajo sutilmente sus brazos, les guiño uno de sus ojos a los demonios haciéndolos enfurecer más, se lanzaron para atacarla pero ella dejo escapar una sonrisita al ver como estos chocaban contra el campo protector. Retomando el aire comenzó a correr en dirección por la cual la pequeña Rin y el yukai se habían retiraron...-con que su nombre es Sesshomaru...es un muy lindo nombre...-un leve sonrojo apareció en sus mejillas ante tal pensamiento.

-Sango, ¿No has notado lo raro que esta la Srta. Kagome últimamente?...-preguntaba inquieto el sacerdote.

-si y eso me tiene muy preocupada...-mascullo la exterminadora.

-últimamente ha estado muy callada y pensativa...-se lamentaba el pequeño Kitsune.

-quizás el enfrentamiento que tuvo con esa estupida bestia y con la sacerdotisa de barro, la perturbo y es lo que la tiene así...-opino el joven lobo.

-quizás el joven Kouga tenga razón...-suspiro Miroku.

Inuyasha observaba sin perder cada detalle de los movimientos de Kagome, o cualquier gesto en su rostro, la veía ahí tranquila, tan sumida en sus pensamientos, constantemente la brisa soplaba agitando los suaves cabellos de la pelinegra, se sorprendió al ver que la joven por cada brisa que pasaba por su cuerpo, cerraba sus ojos como si entendiera lo que la brisa susurraba en silencio.

-no entiendo...-observo que sus labios se movieron un poco, algo que no pudo escuchar ya que había sido en un murmullo.

-¿Qué es lo que esta pasando?...-su expresión cambio a una de sorpresa y temor, sus ojos se habían abierto lo más que podían, el hanyou se inquieto por el gesto de la joven, veía como la sacerdotisa se giraba para observar en dirección a sus amigos, para después girarse y verle a el y a Kikio. Los árboles comenzaban a mecerse ruidosamente, el viento había dejado de ser un viento tranquilo para pasar a ser violento.

-no...no puede ser...maldición...-el hanyou escucho gritar a su compañera, llamando así la atención de el y sus amigos.

-¿Qué sucede Kagome?...-pregunto una asustada Sango ya que el gritó de su mejor amiga le tormo por sorpresa.

-no tengo tiempo para explicaciones, Sango encargate de reunir a todos los aldeanos y llevalos a esa montaña que se encuentra cerca del lugar...-le ordenó temerosa.

-¿pero que sucede?...-pregunto nuevamente.

-solo hazlo ahora...-ordeno rudamente. Sango por su parte se sorprendió ya que Kagome jamás le hubiera gritado, pero en esta ocasión algo la estaba perturbando. Sin pensar o intentar saber la razón del por que de la actitud de la joven, se fue corriendo para resguardar a todos los aldeanos.

-Miroku y Shippo ustedes ayuden a Sango y en cuanto terminen...-miro al sacerdote...-regresen pero asegurándose de que el pequeño Shippo no venga con ustedes.

Miroku asintió, el pequeño Kitsune estaba apunto de protestar pero fue sujetado por unos fuertes brazos, Miroku había cargado al pequeño entre sus brazos y ambos se alejaron corriendo del lugar, obedeciendo las ordenes de la sacerdotisa.

-Kouga, dime ¿solo tu eres el único sobreviviente de tu manada?

-no, solamente hemos sobrevivido una pequeña cantidad de lobos, somos 25 en total, ¿Por qué preguntas Kagome?...-la curiosidad mataba al joven lobo, pero más le intrigaba la actitud de su "mujer".

-por que necesitaremos toda la ayuda posible para lo que se avecina...-respondió casi ausente la pelinegra.

-harías el favor de dejar de hablar tantas tonterías, dinos de una buena ves que es lo que esta pasando...-la voz de la ex mico no se hizo esperar.

Kagome se limito a verla simplemente, no prestando la más mínima atención a lo dicho por su encarnación.

-necesitaremos también la ayuda, del lord de las tierras del oeste.

-¿Qué?... ¿la ayuda de Sesshomaru?...eso nunca...-se negó el hanyou.

-te guste o no tendremos que pedirle ayuda, no nos podemos dar el lujo de decidir quienes nos ayudan o no, el tendrá que ayudar lo quiera o no...-Kagome miraba fijamente al hanyou, el por su parte se sintió extraño la mirada de ella se había tornado rígida, no mostraba expresión alguna y la seriedad con la que hablaba, lo desconcertaba.

-¿aun sigues con la idea de que eres tu quien da las ordenes?

Kagome dirigió su mirada a su encarnación, estaba harta de las negaciones por parte de la ex viva, tendría que ponerle un hasta aquí, quisiera o no el hanyou no iba a detenerse, el mundo entero dependía de las decisiones y por que no también de la sabiduría en batalla que tendría que poseer.

-escúchame y escúchame bien Kikio, ya estoy harta de que siempre abras tu bocota ante mis ordenes o peticiones, si no te gusta que sea yo quien las des, puedes ir largándote, si no ayudas no estorbes.

-si Kikio se va yo también me iré...-protesto el hanyou, ante esto en el rostro de Kikio apareció una sonrisa de triunfo, pero eso no inmuto a la chica.

-puedes largarte tu también Inuyasha, pero no estarán en pie ni 5 minutos, su destino sería la muerte más dolorosa, incluso pedirán piedad para que terminen con su asquerosa existencia...-una sonrisa despiadada surco el rostro de la pelinegra...-todos ellos se comerán su carne, despedazarán su pellejo, los mutilaran y después de eso harán una enorme fogata con sus huesos y lo que llegase a quedar de sus restos.

Inuyasha, Kouga y Kikio se habían quedado en verdad congelados, por la forma tan despiadada en la que la joven ahí presente les había narrado el destino, pero lo que más escalofríos les dio fue la sonrisa, esa sonrisa despiadada, eso no era de ella o al menos no de la verdadera Kagome, la Kagome que ellos conocían.

En dos lugares diferentes, dos chicas una pelirroja y una castaña, detuvieron su andar rudamente, llamando la atención de sus acompañantes, la expresión de la pelirroja era de furia, de completo enojo, y un deje de diversión, su acompañante solamente se limitaba a verla con expresión de estar confundida. La expresión de la castaña era de miedo y terror, si miedo por que todo indicaba que la batalla estaba próxima a llevarse acabo, el yukai le miraba de reojo, esa expresión en el rostro de ella le había llamado la atención, ¿Qué era lo que atemorizaba y tenía preocupada a esa mujer? ¿Qué era lo que estaba sucediendo? Esa y otras preguntas más se formulaban en su cabeza, ya que el ambiente estaba demasiado turbio y una enorme energía maligna se aspiraba por todo el lugar y por que no también en todo el mundo.

-la guerra esta por comenzar...-susurraron las tres hermosas chicas, que se encontraban en diferentes direcciones, por lo que sus expresiones eran diferentes también.

CONTINUARA...

Notas Autora:

Hola bien sinceramente no puedo ser tan mala y dejarlas con la curiosidad, si bien me borraron los primeros capítulos, pero la continuación sigue y seguirá, sea quien sea que me haya borrado el fic, no le daré el gusto de verme derrotada, seguiré con este fic hasta el final, aunque lamentablemente como les dije los rewies pasados ya no los podré recuperar pero en fin, aquí tienen la continuación, las cosas se están complicando, la guerra esta por comenzar. Gracias a todas por seguir el fic espero que lo sigan hasta el final (cosa que esta muy próximo por no decir demasiado cerca n n). Se que el titulo no tiene mucho que ver con el capi, pero no se me ocurría otro titulo.

Su Amiga y Fiel Servidora Ayame Fire.