CAP12 – Huída Estratégica.
-la guerra esta por comenzar...-susurraron las tres hermosas chicas, que se encontraban en diferentes direcciones, por lo que sus expresiones eran diferentes también.
-Ayame es hora de partir, tenemos que llegar a ese lugar de inmediato...-susurro suavemente para que solo la chica loba le escuchara, ella aun parecía confundida pero comenzó a correr tras de May ya que ella se había alejado un poco.
-espera May, recuerda que no sabes muy bien donde queda el lugar...-escuchaba gritar casi a lo lejos a Ayame.
-no te preocupes, se donde queda...-ya que una gran energía maligna se siente en esa dirección...-meditaba mientras aumentaba su velocidad, Ayame y las demás le alcanzaron, les costaba trabajo correr a la misma velocidad que May, pero se mantenían al paso.
Sakura por fin había salido de sus pensamientos, enfocándose en su realidad que era una Rin que le miraba con expresión curiosa, el sapo con mala cara, mientras que el simplemente no le había tomado mucha importancia. Dejo escapar un leve suspiro y comenzó a correr en dirección al norte, pero una voz de cierta niña le llamo la atención.
-Sakura san, esperenos...-la niña llego al lado de ella...-¿Por qué Sakura san tiene prisa por irse?
-ella no lo entendería...-sonrío a la pequeña, para después mirar al yukai...-mira no se muy bien lo que esta pasando en aquel lugar...-señalando al norte...-estoy casi segura de que estas sintiendo la misma energía que yo, también puedo apostar que hay muchas preguntas que te estas formulando, pero si en verdad deseas saber que es lo que sucede y quien demonios mando todo ese ejercito a acabar o al menos intentar acabar con tigo, pues allá es donde encontraras respuestas a todas tus preguntas...-sin más se alejo corriendo lo mas velozmente que sus piernas le permitían.
Sesshomaru con su mirada seguía a la mujer quien se había perdido entre las llanuras del bosque, dejándole como único rastro su aroma, puesto que ella estaba conciente de no poder dar a conocer a un su esencia no hasta que su amiga le dijera cuando podrían hacerlo.
Sesshomaru dejo escapar un bufido de fastidio.
-Jaken, Rin, es hora de irnos...-ordenó tajantemente.
-Amo Sesshomaru, ¿hacia donde nos dirigiremos esta vez?
-iremos a hacerle una pequeña visita, al estupido de mi hermano...-mascullo entre dientes con cierto deje de desprecio a su medio hermano.
Los tres seres retomaron el camino por donde la misteriosa chica había desaparecido minutos antes. Esta claro de que el gran Sesshomaru no deseaba ver a cierto hanyou, pero si deseaba respuestas solamente ese se las podría dar. Las tres figuras se perdieron en las llanuras del bosque.
Mientras tanto en la aldea de la anciana Kaede, había demasiado movimiento, la exterminadora y el sacerdote se encontraban sacando a todo aldeano de sus cabañas, y a las personas que habían llegado completamente asustadas, habían sido resguardadas y por lo tanto también se los llevarían. La Tai-ji era quien los guiaba hasta las montañas, llegaron a una enorme cueva primero entro ella a revisarla para ver si no había peligro alguno o si algún yukai la habitaba. Los aldeanos al igual que la mujer Kaede se encontraban perturbados, puesto que de la nada esos jóvenes los habían sacado de sus casas solo dando la excusa de que la sacerdotisa Kagome era quien había dado las órdenes.
-Sango, niña ¿no sabes por que Kagome ordeno esto?...-se escucho la voz tranquila de la anciana.
-no anciana Kaede, cuando le pregunte su reacción fue algo que me desconcertó, puesto que es la primera vez que me grita y me pide algo sin antes decirme el por que...-comentó preocupada la joven por la actitud de la pelinegra.
-tranquilas, estoy seguro de que la Srta. Kagome, sabe el por que de estas cosas, y casi estoy seguro de que nos dirá que es lo que esta ocurriendo, lo que la tiene así de sobréprotectora con los aldeanos y nosotros...-mascullo suavemente el joven.
-si quizás tenga razón...por cierto, ¿ya esta toda la gente refugiada aquí?
-si, no falto nadie, incluso los cinco pequeños que Kagome trajo consigo se encuentran aquí, solo que como nosotros, también están preocupados por ella...-suspiró angustiada la chica.
-anciana Kaede, ¿le puedo pedir un favor?
-si digame, su excelencia.
-podría cuidar y proteger a la gente en lo que nosotros regresamos.
-claro, ese es mi deber como sacerdotisa del lugar.
-bueno tenemos que regresar, ya que presiento que Kagome tiene algo que decirnos.
-si, y por favor tengan mucho cuidado, el ambiente esta demasiado extraño al igual que el viento y el bosque, presiento que algo grave esta por pasar.
-no se preocupe, tendremos cuidado, y por favor no deje que Shippo nos siga, ni que ningún niño salga fuera de aquí.
-tranquilos, los cuidare váyanse tranquilos y por favor hagan caso a cualquier orden de mi niña, convenzan a Inuyasha de que no sea tan conteston.
-trataremos, ya que usted conoce a ese hanyou tan bien como nosotros, eso que nos pide no será tarea fácil...-suspiro frustrado el sacerdote por la petición de la mujer mayor.
-ya es hora de irnos.
Los dos jóvenes salieron de la cueva, la gente había salido solo unos momentos para despedir a los dos jóvenes, rezando a Kami por que los cuidara y los trajera de regreso a casa con bien. Sango y Miroku caminaban inquietos puesto que la presencia que sentían en esos momentos era demasiada perturbadora. A lo lejos podían divisar a los cuatro jóvenes, quienes estaban de pie y mantenían su vista fija al frente.
-Kagome, ya toda la gente ha sido refugiada...-susurro Sango llegando y quedando al lado de ella, mirando en la misma dirección.
-gracias...discúlpame por haberte gritado hace unos momentos...-susurro suavemente la chica.
-no te preocupes por eso, aunque en verdad desearía saber que es lo que esta pasando, ¿Qué es lo que te tiene tan inquieta?
-no desesperes Sango, te prometo que sabrás que es lo que esta pasando y que es lo que me tiene así.
-sabes desde que llegaste, has estado demasiado misteriosa, a veces siento que ya no confías en nosotros y es por eso tu actitud...-confesó ella.
-confió más en ustedes que en cualquier otra persona, pero enriéndeme Sango no puedo decir que es lo que me pasa, tengo cosas que pensar.
-se que cuando tus pensamientos estén claros, nos dirás que es lo que te perturba.
-eso te lo puedo asegurar.
-Kagome cuanto más vamos a tener que estar en este lugar, parados sin hacer nada más que observando...-protesto Inuyasha.
-aunque presiento que mi paciencia se esta terminando...-murmuro. Este comentario hizo que Sango comenzara a reír por lo bajo.
-es cierto, Inuyasha suele desesperar de ves en cuando.
-de ves en cuando, ¿estas bromeando Sango?...esto es casi a diario, no se como le he tenido tanta paciencia...-suspiro resignada Kagome.
Sango había girado un poco su rostro para verle, Kagome le miraba de reojo y noto como su mejor amiga comenzaba a reír por la expresión que ella había puesto en su rostro y por el tono de voz resignado.
-hey Kagome te estoy hablando...-se escuchaban los gritos y reclamos por parte del chico bestia.
-vamos amiga, cierto hanyou espera una respuesta...-le animo.
-¿no podemos tirarlo por el acantilando y fingir que fue un accidente? ...-mirando a Sango con ojos de esperanza.
-mmmm...No...-Sango dejo escapar esta ves una carcajada, Kagome le miraba algo sorprendida pero también se unió a las carcajadas de Sango.
-en fin, aquí voy...-y tomando algo de valor, se giro para ver a Inuyasha, mientras que a su lado se encontraba una Sango riendo por lo bajo.
-tu puedes...-murmuro entre risas la tai-ji.
-Inuyasha, ya te lo dije si quieres puedes irte yo no te estoy reteniendo en este lugar...-comentó con los ojos cerrados, mientras escuchaba aun las risas de su amiga.
-demonios, Kagome dime de una buena ves ¿que es lo que estamos haciendo aquí?
-pues no es para hacer una fiesta o si...-respondía con cosas incoherentes haciendo reír más a Sango, quien se le unía Kouga y Miroku.
-no estoy jugando...-mascullaba entre dientes.
-y ¿Quién dijo que estábamos jugando, dime por que yo no he escuchado a alguien que dijera eso.
-mi paciencia se esta terminando.
-si lo se, al igual que la mía se esta terminando pero por cierto hanyou que no deja de hablar, parece un bebe que quiere su mamila...-suspiro.
Sango, Miroku y Kouga no pudieron retener más la risa, por lo que unas estruendosas carcajadas se escucharon por todo el lugar.
-ya ya, chicos ya fue suficiente...-suspiro.
Los chicos pararon de reír secándose las traviesas lágrimas que habían salido de sus ojos.
Todos se pusieron en guardia cuando escucharon que había movimiento entre los arbustos, Kouga e Inuyasha se acercaban cautelosamente al lugar, el hanyou había desenfundado su espada dispuesto a atacar cuando. Cierto yukai salio de este acompañado por sus dos fieles sirvientes, Inuyasha por el susto se cayó hacia atrás, mientras que el yukai lobo bajaba la guardia al igual que Kagome. Sango y Miroku imitaron a Kagome pero si aun comprender el por que ella no estaba aun en guardia.
Un segundo movimiento les llamo la atención puesto que del otro arbusto de donde el imponente Yukai había salido, al parecer sea lo que sea se encontraba en problemas puesto que no salía del lugar. Kouga intento acercarse para sacar fuera lo que estuviera ahí, pero dio un salto hacia atrás al ver que lo que estaba en ese lugar era una chica. Esta había caído al suelo por estar intentado sacar su zapato de entre las ramas del arbusto.
-auch...eso si me dolio...-sollozaba la joven sobandose la parte afectada.
Los que estaban presentes se sorprendieron, puesto que nunca se habían imaginado al gran Sesshomaru el lord de las tierras del oeste, fuera acompañado por una mujer humana. Pero quien más sorprendida estaba era nuestra sacerdotisa.
La chica abrió lentamente sus ojos encontrándose con rostros desconocidos, su mirar se fijo en el chico que tenía orejas de perro.
-.tu...tu eres ¿Inuyasha?...-pregunto la chica sin dejar ver al hanyou.
-feh! El mismo ¿Quién demonios eres tu? ¿Acaso me conocer?
-entonces si el es Inuyasha...eso significa que Kagome no ha de estar muy lejos de aquí...-una gran sonrisa surco su rostro.
-Sesshomaru... ¿que demonios haces aquí?...-gruñía Inuyasha mostrando sus colmillos, y desenvainando su colmillo de acero.
-siempre tan repugnante hermano...solo he venido por algunas respuestas.
-¿respuestas?...-la expresión del era de confusión.
-no te hagas el estupido. Inuyasha, quiero que me digas que demonios esta pasando en este lugar, y quiero saberlo ahora...-demando molesto el.
-no se de que demonios me estas hablando, Sesshomaru, ni yo se que demonios esta sucediendo.
-¿no habías dicho que aquí encontraría respuestas?...-dijo mirando a la joven que aun se encontraba en el suelo.
-y las tendrás...-todos se giraron a ver a Kagome...-pero no en este momento, que bueno que has venido Sesshomaru...ya que necesitamos de tu ayuda.
Sakura al divisar a Kagome se paro de inmediato de pie.
-Kagomeeee!...-gritó sutilmente la castaña abrazando sorpresivamente a la pelinegra, quien tenía los ojos abiertos, tardo en corresponder al abrazo.
-Sakura...-murmuro suavemente, abrazándola cariñosamente, cerró suavemente al escuchar los suaves sollozos de su amiga.
-me...me alegra...encontrarte, pensé que nunca te iba a encontrar...-se le entendía con dificultad pues no dejaba de sollozar.
-a mi también me alegra verte, pero dime ¿Cómo es que llegaste a este lugar?
-yo...yo...bueno no sabría explicarte Kag, puesto que estábamos May y yo conversando ya que ella se encontraba desesperada por no encontrar la manera de atravesar a este lugar, pero una extraña luz color azul cielo me cubrió a mi y a may, para cuando volví en si ya estaba en este lugar y Sesshomaru me encontró, y pues ahora estoy aquí...-había murmurado extremadamente suave en el oído de Kagome, ya que se había percatado de que ella aun no les decía a los ahí presente cual era su verdadero poder.
-y May?
-no lo se Kag, yo me encontraba completamente sola, no se si ella se encuentra en este lugar o en alguna otra parte de la barrera del tiempo...-confeso la chica.
-Kagome, dime ¿Conoces a esa chica?
-ah...si, así es Sango la conozco, no te preocupes todo esta bien...-le sonrío, los chicos espectadores se encontraban perturbados por la actitud y el comportamiento tan familiar que la joven sacerdotisa había tenido para con esa extraña.
Kagome y Sakura se separaron inmediatamente del abrazo, y se pusieron al frente mirando en la dirección, que desde que habían llegado ahí Inuyasha y compañía no habían descuidado. Los demás presentes se giraron para mirar a la misma dirección, abrieron enormemente sus ojos a excepción de Sesshomaru y Kikio. A 15 metros de ahí, a lo lejos se apreciaba un enorme batallón, eran más de un millón de demonios, al frente de ellos se encontraba un chico encapuchado, un brillo color azul destallo un poco de su frente, la expresión de Kagome era de sorpresa con algo de temor. Sakura por otra parte puso ambas manos hasta la altura de su pecho, su corazón latía rápidamente se encontraba asustada.
Sango, Miroku, Kouga, Inuyasha, Sesshomaru y Kikio, habían tomado sus armas, en posición de ataque.
-bajen sus armas, no podemos pelear...no por ahora...-escucharon la voz suave de Kagome.
-pero que no estas viendo que esas cosas están aquí para terminar con nosotros...-reprocho el hanyou quien no estaba dispuesto a bajar las armas.
-lo se, y por eso mismo no podemos comenzar una guerra...solamente somos ocho personas, para toda esa gran cantidad.
-entonces ¿Qué es lo que haremos?
-retirarnos...-fue la orden tajante que ella dio.
-¿estas loca?
-no podremos vencerlos, necesitaremos mas ayuda, Inuyasha que parte de necesitamos ayuda ¿no entiendes?
-vaya, vaya, pero que tenemos aquí, un pequeño grupo de humanos y dos yukais que intentan detener mi avance...-el joven encapuchado guardo silencio al identificar el hanyou que había matado a Yuna...-tu...maldito.
-demonios...-murmuro Kagome preocupada.
-tu hanyou del demonio, tu fuiste quien mato a Yuna...-gritó furioso el joven.
-¿Yuna?...no se de que demonios me estas hablando y no me interesa saberlo, pero yo no mate a esa mujer...-se defendió Inuyasha.
-no...no puede ser, el piensa que Inuyasha mato a Yuna cuando en verdad quien la mato fui yo...las cosas se saldrán de control si no intervengo...-pensaba asustada.
-no te hagas maldito...-fijo su mirada en la mujer vestida con ropas de sacerdotisa y a la otra chica que tenía parecido con ella, sus ojos se abrieron lo más que se le era permitido puesto que la joven que se encontraba al frente su esencia no solo era de sacerdotisa si no que reflejaba el Ángel protector del fuego...-vaya no sabía que tu eras la elegida de Ángel Fire.
La expresión de Kagome y Sakura era de completa sorpresa, puesto que ellas se habían asegurado de no revelar su identidad mucho menos su esencia, como demonios el sabía la verdad.
-no se de que demonios estas hablando...-la paciencia de Inuyasha estaba a punto de terminar.
-no te estoy hablando a ti hanyou...si no a ella...-señalando a Kagome.
-¿que?...-dijeron todos.
-me estas confundiendo con alguien más...-negó...-yo soy solamente una sacerdotisa.
-lo se mujer y por lo tanto se que también eres la elegida de ese ser.
-¿de que rayos esta hablando Kagome?
-no lo se Inuyasha, me esta confundiendo con alguien más.
-y en cuanto a ti hanyou, pagaras por lo que le hiciste a mi adorada Yuna...The Dragón of The Dark...-de su mano una gran cantidad de energía en forma de dragón apareció, esta se dirigía a toda velocidad hacia la ex viva.
-Kikioooo...esquiva ese ataque...-gritó Kagome comenzando a correr lo más rápido que sus piernas le permitían, pero la mujer nombrada se encontraba lejos de ella y lejos de su amado hanyou.
-Kikioooo...-grito desesperado Inuyasha corriendo a toda velocidad para salvar a su amada. El dragón cubrió por completo el cuerpo de la sacerdotisa, gritos desgarradores salían de su garganta, Kagome estaba apunto de llegar pero fue lanzada lejos chocando contra una roca, era demasiado tarde, el cuerpo de la ex viva había sido destruido por medio de una explosión.
-Ki...Kikio...-mascullaba un congelado hanyou, al ver en la forma que había muerto su mujer.
Los demás que habían presenciado absolutamente todo se habían quedado espantados por el enorme poder que ese sujeto poseía.
-con esto estamos a mano...-una estruendosa carcajada se escucho por todo el lugar.
-Kagome...-Sakura había corrido de inmediato al lugar donde Kagome había sido arrojada...-¿te encuentras bien?
-si...si me encuentro bien...-le respondió sobandose suavemente la cabeza...-¿Qué sucedió?
-Kikio...ella fue destruida por el poder de Shiro.
-¿Qué?...-su mirada se poso sobre el hanyou, quien se encontraba sobre sus rodillas, aun pasmado por la perdida tan repentina de la mujer que el había amado tanto...-esto...ocurrió por mi culpa...-esta confesión sorprendió a la castaña.
-no, Kag esto no fue por tu culpa.
-si les hubiera dicho quien soy desde un principio y lo que estaba sucediendo esto no hubiera pasado...-su mirada se encontraba escondida bajo su flequillo.
-pero ellos no lo hubieran entendido...además ya no hay tiempo para culparte Kag, tenemos que sacarlos de aquí o si no esa mujer no será la única que muera en este lugar...cuando estemos en un lugar seguro puedes aclararles todo si eso deseas.
-si...tienes razón, hay que sacarlos de aquí antes de que ellos decidan atacarnos...-Kagome se puso de pie con algo de dificultad puesto que el golpe la había dejado un poco mareada.
Nuevamente Shiro estaba por realizar un segundo ataque está ves con toda la intención de acabar con el hanyou.
-hay que marcharnos de este lugar de inmediato...-les ordeno fuertemente Kagome, los demás no protestaron y comenzaron a correr en dirección a la cueva donde estaban todos los demás. Pero el hanyou aun permanecía ahí en el mismo lugar, Kagome quien estaba corriendo se giro para verlo, regreso su carrera solo por el hanyou.
-Kagome.
-no te preocupes Sakura, los alcanzare, ahora ve y ponte a salvo al igual que los demás.
-si...-se marcho desapareciendo del lugar.
-Inuyasha hay que irnos de aquí...-lo tomo del brazo.
-suéltame, no me quiero largar de este lugar...-soltándose bruscamente del agarre de la chica.
-Inuyasha si deseas vengarte estas en todo tu derecho, pero no es en este momento ni en este lugar, si tienes algo de sensatez sabrás que por el momento es huir planearemos un ataque para contrarrestar el de ellos.
Inuyasha lentamente se puso de pie, Kagome al ver esto le tomo suavemente de la mano y se lo llevo de aquel lugar, las dos siluetas iban corriendo a toda velocidad, perdiéndose ante la vista del enemigo.
-solo retrasan lo inevitable...-el joven en su gran dragón de dos cabezas comenzaba avanzar lentamente, sus sirvientes avanzaban al mismo ritmo de el.
-Ayame hay que darnos más prisa...tenemos que llegar antes de que algo inevitable pase...-gritaba May aumentando su velocidad.
-¿Qué es lo que esta por pasar May?
-algo que puede cambiar la historia del Sengoku...-susurro suavemente, pero las palabras fueron escuchadas por Ayame, quien aumento de velocidad inmediatamente.
CONTINUARA...
Notas Autora:
Vaya, la cosa se esta poniendo más interesante, la batalla se ha alargado un capi más estoy satisfecha con este cap, fui algo malita con la pobre Kikio, bueno el camino esta libre para Kagome o quizás sea al revés el camino esta libre para Inuyasha.
Les agradezco en verdad desde lo más profundo de mi corazón sus ánimos y apoyo para que yo continuara con el fic, en verdad tienen mucha razón quien sea el que hizo eso le demostrare que no importa cuantos fics me borre, siempre seguiré adelante, lastima que no tengan mejor cosa que hacer.
Aquí esta la actualización espero que les agrade en verdad, se ve que estaba inspirada cierto. De nuevo muchas gracias a todas mis fans y amigas del fic, las quiero mucho y esperen el siguiente capi. Por cierto para aquellas que tengan los primeros capis les estaría eternamente agradecida si me hacen el favor de mandármelos a mi correo que es aomeanayami de Hotmail., se los agradecería en verdad.
Su Amiga Y Fiel Servidora Ayame Fire
