Nota Autora: segundo fic Pot y esta vez uno de mi pareja favorita "The Golden Pair", espero les agrade, me ha costado bastante terminarlo, no ha quedado como yo esperaba, pero bueno ustedes deciden, espero sus comentarios, que no cuestan.

Advertencia: esta historia contiene referencia a relaciones entre hombres, así que si no son de tu agrado te pido que salgas de aquí, quedas advertida (o), por lo cual no acepto luego réplicas ni nada por el estilo.

Disclaimer: PoT tiene sus propios dueños y todos los derechos quedan reservados para ellos, esto no tiene ningún lucro para mí (obvio no?)

Like Every Day"Descuidado Pelirrojo"

Te veo ahí como todas las mañanas, como siempre. Te sonrío y acelero el paso a tu encuentro, aprieto mis brazos a tu cuello y deposito en tu mejilla el mismo beso de todas las mañanas, tan dulce y expresivo como todos.

Tus brazos viajan a mi cintura y la estrechan con cariño, me gusta estar así contigo, los dos, sólo tú y yo, saber que sólo tienes ojos para mí en estos momentos, que soy lo más importante, que aunque en estos momentos llegara corriendo aquella chica molesta de tu clase, ni caso le harías, porque cuando estamos así es como si todo desapareciera, nada queda, solo la sensación de calidez y protección que me das, siempre es así, y eso está bien, no tiene porque cambiar, no se que haré cuando suceda..

Muerdo mi labio inferior y sacudo con energía mi cabeza, para ver si así consigo disipar aquellos pensamientos de mí, no me gusta pensar en ello, en cuándo tú no estés más a mi lado.

Escucho tus risas leves, como tu suave aroma, al parecer te he hecho cosquillas, sonrío satisfecho por ello, bajo mis manos por tu cuello hasta tu pecho y me dispongo a realizar tu tortura, sí, es que sé que eres demasiado cosquilloso, alguna vez oí decir que ése tipo de gente era sumamente celosa ¿Será cierto aquello? No creo, nunca te he visto celar a alguien ¿Cómo serás celoso? Una buena pregunta es esa..

Siento como tomas mis muñecas y las alejas de ti..

"Nyaa! Oishi ¿Por qué haces eso? Si lo estábamos disfrutando!" cuestiono con un puchero en mi rostro, una sonrisa esbozas y ladeas tu cabeza de izquierda a derecha.

"Corrección Eiji, tú lo estabas disfrutando" dices sin perder tu sonrisa.

Yo sólo sonrío, tú me sueltas de tu agarre y continuamos nuestro camino.

En realidad no sé porque lo hago, pero siempre tengo el impulso de llevar tu mano tomada a la mía, y siempre lo hago, junto la tuya con la mía, las rozo en una muda pregunta que tú sabes interpretar bien, como siempre. Buscas mi mano y la tomas entre tus dedos, enmarañas la tuya con la mía quedando tan juntas como me gusta, nuestros dedos entrelazados, y tú tan cerca de mí que puedo sentir tu aroma invadir todos mis sentidos, no sé porque me gusta tanto tenerte así todas las mañanas, siento que en ese lapsus de tiempo estoy sólo yo para ti, que tengo toda tu atención..

No sé porque siento eso, pero no me preocupo demasiado ¿Para qué? Si tú estando todas las mañanas en la misma esquina, con la misma sonrisa en tu rostro, con la misma dulce voz que me recibe cada mañana, con tus firmes brazos sujetar mi cintura, con tus labios tocando mi mejilla en un saludo refrescante, con sólo que tú estés allí nada importa, todo carece de importancia.

A veces quisiera preguntarte si es que a ti te ocurre lo mismo que a mi.. Si ansias cada mañana verme como yo lo hago, si por las noches piensas en mi antes de caer dormido como yo lo hago, si sientes esa cosa extraña que siento en el pecho cuando esa chica molesta se te acerca, a veces me gustaría preguntártelo, me gustaría saber si soy algo más que tu amigo, ése que te acompaña todas las mañanas tomado de la mano, si soy algo más que tu compañero de dobles..

Pero cuando las palabras van a salir de mi boca un miedo terrible se apodera de mí, tal vez yo lo confunda todo, quizás no sientas lo mismo que yo, quizás esto que siento no es amistad y si no lo es ¿Qué es? Me he hecho esa pregunta una infinidad de veces, y nunca llego a la respuesta, y tengo miedo de perderte, tengo miedo de que algún día no te vea parado allí en la esquina de siempre, tengo miedo de no sentirte tan cerca de mi como siempre lo he hecho, tengo miedo de que tus ojos ya no se posen más en mi, tengo miedo de que te vayas..

Ya llegamos a la escuela y me llevas a mi salón como siempre, tu mano aún sujeta a la mía, no quiero que te vayas, quizás pueda conseguir que nos saltemos esta clase..

"Oishi.." susurro suave llamando tu atención.

Me miras detenidamente y haces un signo de negación con tu cabeza, alzas tu mano y la diriges a mi cabeza, la dejas allí unos instantes y luego te dispones a tocar la puerta del salón.

"Vamos Oishi.. Por favor" suplico intentando no fallar, mas tú sólo me miras y ensanchas tu sonrisa, yo resignado te miro algo enfadado.
"No te enojes, sabes que no puedo" me dices tú, pero se que es mentira, claro que puedes, y eso es lo que más me molesta.

Estaba pensando en replicarte, mas salió la señorita con su usual mal humor matutino, me fulminó con su penetrante mirada, para luego posarla sobre ti y darte una cordial sonrisa con un meloso "Buenos Días" que me dieron náuseas, tú sólo te limitaste a contestarle el saludo y excusarme por el retraso, cosa bastante normal desde hace un tiempo, ella sólo sonrió y entró en el aula dejando la puerta abierta esperando que yo la siguiera.

Te me acercaste, pusiste tu mano sobre mi mejilla y colocaste tus labios sobre la otra, quizás demasiado cerca de mis labios, en realidad no se, solo sé que sentí tus tersos labios demasiado cerca de los míos, no es que me incomodara, al contrario y eso fue lo incómodo, porque los amigos no gustan de los labios de sus amigo ¿No? Te alejaste un poco de mi, sentía un poco de calor a pesar de estar en pleno invierno y sin una casaca, extraño ¿No?

Como sea, el asunto es que aún tu mano seguía sobre mi mejilla y sentía que tu contacto me quemaba, era agradable, no quería que alejaras tu toque de mi, se estaba bien así, cerca, tan cerca como me gustaba que estuvieras de mi, no se cuando fue que pusiste tu brazo alrededor de mi cintura, pues cuando me di cuenta de ello estabas acercándome a ti, lento, cálido, sólo un poco más, sólo un poco y ..

Besaste mi mejilla nuevamente, mas esta vez fue un beso certero, y sonreíste de manera extraña, quise ver tus ojos, mas estos estaban fijos en la puerta, detrás de mí, de seguro se encontraba la señorita de pie atrás mío.

Te sonreí alegre, me gustó tu beso, el primero claro, es más me sorprendió bastante, quería que me dieras otro como ése, pero ya se hacía tarde y tú también debías asistir a tus clases, así que me despedí de ti con un "Nos vemos en el almuerzo" y me di media vuelta para entrar en el salón, esperando encontrarme con la adusta figura de mi profesora, cuando lo que vi fue a ¡Fugi-san! Como me alegre, corté la poca distancia que nos separaba y lo abracé con fuerza, la costumbre en realidad, Fugi-san me respondió el abrazo llevando sus manos a mi cintura.

"La señorita te está esperando Eiji"me dice, mas su mirada está fija en el pasillo, volteo un poco mi rostro sin separar mis brazos de su cuello y veo a Oishi, éste aún sigue donde mismo, lo miro extrañado y le sonrío, iba a decirle algo cuando siento como Fugi toma de mi brazo y le jala dentro del aula, sólo alcanzo a despedirme de Oishi con mi mano, mientras él sólo me dedicaba una extraña mirada.

Me dejé caer en mi asiento junto a Fugi, aun podía sentir tu calor Oishi, tu aroma tan cerca de míi, tu cuerpo rozando el mío, aún podía sentir tus firmes manos posadas en mi cintura, aun podía ver tus labios tan cerca de mi, tanto que podría haberlos..

Fugi me distrae de mis cavilaciones, me mira.. ¿Divertido? No entiendo porque me mira de esa manera, pero no importa.

Me pregunta por qué he llegado tan tarde, yo sólo sonrío algo avergonzado y le digo que me he quedado dormido, él sonríe de esa manera que me encanta y coloca su mano sobre mi cabeza, diciendo de manera bastante juguetona "Pequeño Eiji", yo molesto sacudo mi cabeza negando "No soy pequeño", mas él sólo me mira como siempre y voltea su rostro hacia la ventana.

Al parecer hay alguien allí, en las canchas.

"¿Es Tezuka sempai?" pregunto dudoso. Ante mi interrogación Fugi-san sólo inclina su cabeza en signo de afirmación, creo que se ha olvidado de mi presencia, porque a pesar de mis intentos por llamar su atención él sólo miraba con ausencia las canchas.. Es extraño, siempre sucede lo mismo, Fugi se queda prendido de Tezuka sempai y no hay nada que lo haga quitar la vista de él, no entiendo el por qué, una vez se lo comenté a Oishi, y él sólo me sonrió y dijo que yo era muy inocente, ¿Por qué habrá dicho eso?

Suspiré resignado, Fugi-san no me tomaría atención hasta que Tezuka sempai se retirara de las canchas..

Estaba a punto de colocarme a dormir, sí tenía sueño, bastante; cuando noté un pequeño moretón en el pálido cuello de Fugi, me asusté, ¿Quién habría sido capaz de hacerle tal atrocidad? Lo sacudí con fuerza de su brazo, esta vez dirigió su mirada hacia mí, noté algo de molestia, pero no importaba, tenía que saber quien le había hecho éso a mi amigo.

"¿Quién te ha golpeado?" le pregunté con angustia en la voz, no podía controlar mis sentimientos..

Fugi me miró desconcertado, ¡Vamos! Me quería embaucar, era imposible que no hubiera sentido que tenía semejante moretón en su cuello.

"¿De qué hablas Eiji Kun?" mi preguntó con verdadera curiosidad, como si fuera yo el que estuviera desvariando, ¡Era imposible que me preguntara eso! Si se notaba bastante el hematoma a pesar de no ser muy grande.

"De eso" le indiqué con mi dedo el lugar donde se encontraba su herida, él se llevó la mano hasta allí, al parecer estaba recordando porque habría desmesuradamente los ojos y volteó la vista rápido hacia el ventanal, aún Tezuka sempai se encontraba en éstas "¿te duele mucho Fugi san?"

Fugi se volteó mas calmado, me miro y sonrió abiertamente.

"No mucho" me contestó, pero yo podía percibir cierta burla en su voz, había algo que yo no estaba comprendiendo.

Iba a preguntarle quién había sido, cuando la campana sonó fuerte y opacó toda posible pregunta de mi parte.

Todos habían abandonado ya el salón, yo estaba parado de costado junto a la ventana mirando las canchas y al parecer Fugi también estaba pensando en abandonar el salón, cuando se colocó frente a mi, y bajó su rostro hasta quedar a unos escasos centímetros del mío, quizás estaba sonrojado porque Fugi san me miraba divertido.

Iba a preguntarle que ocurría cuando escuché una voz algo molesta que provenía de la puerta, no pude identificar de quien era pues los ojos de Fugi de tenían hipnotizado, me encantaban sus ojos.

Fugi ensanchó su sonrisa y bajó un poco más su rostro, ahora podía sentir su respiración chocar contra mis mejillas, sus manos volaron hasta tomarlas entre sus dedos, ¿Qué estaba pensando hacer Fugi san? Yo estaba paralizado, de qué, en realidad no sé, sólo veía como el rostro de Syusuke se iba acercando lentamente hacia mí. Un poco sólo un poco y ya estaría, ya lo había comprendido, lo que Fugi san quería hacer..

Y ocurrió.

Fugi tenía su nariz pegada a la mía, esperando mi respuesta, la cual no tardó en llegar, choqué la mía con la suya en un silencioso beso. Porque sí, en otros lugares esa era una forma de besar, una lejana pariente mía me lo había enseñado hace unos años, y yo por supuesto se lo había mostrado a Fugi, el cual había quedado encantado.

Fugi se alejó un poco de mi, se volteó y se encaminó a la puerta.

Ahí fue cuando me acordé de aquella extraña, pero conocida voz. En el umbral de la puerta se encontraba Oishi, ¿habrá sido de él la voz? O quizás sólo la imaginé.

Como sea, Fugi abandonó la sala, y cuando se cruzó con Oishi, se detuvo unos instantes, al parecer se estaban saludando o algo parecido, aunque Oishi tenía el ceño fruncido, extraño.

Ya se habían acabado las prácticas, Estaba caminando junto a Oishi, como siempre..

Era ya tarde, nos habíamos retrasado porque me había quedado dormido en los vestidores sin darme cuenta.

Hacía más frío que en la mañana, rogaba por dentro que no comenzara a nevar, eso me mataría. Nuestras manos iban como siempre, juntas, brindándose calor en aquella fría tarde, me costaba algo caminar, pues en las horas de clases había caído una suave nevada.

Llegamos a la esquina donde todas las mañanas nos juntamos, la nieve estaba congelándome los pies, pero no importaba mucho estabas junto a mí, y eso bastaba.

Me quiero quedar un poquito más junto a ti, así de cerca, sólo tú.

Estaba pensando en despedirme, cuando me aprisionaste entre tus brazos, quería preguntarte que te ocurría, pero recapacite, luego lo haría, mejor disfrutaba de tu aroma, de la cercanía, de tu cuerpo junto al mío.

Oculté mi rostro en tu cuello y coloqué mis manos en tu pecho, quizás podría sentir el latir de éste si me concentraba..

Una de tus manos apretaba con fuerza mi cintura y la otra se perdió en mis cabellos, sentía tus caricias en ellos, suaves y acompasadas, como cuando en los campamentos dormíamos juntos.

Tenía ganas de decirte algo, pero no sabía muy bien qué.

Algo en mi pecho se movía muy rápido, y sentía como la adrenalina viajaba por todo mí ser, ya no sentía ni el frío de la tarde, ni el contacto de la nieve con mi cuerpo, sólo te sentía a ti.

Te separaste de mí unos centímetros, tu mano en mi cintura y la otra en mi nuca. Tus ojos en los míos y tu rostro cerca del mío.

Te sentía extraño, tu mirada denotaba el usual cariño y esa otra cosa que nunca lograba descifrar, esbozaste una pequeña sonrisa y descansaste tu cabeza en mi hombro, parecías cansado, más bien agotado de algo, y me angustiaba no saber el qué.

Te murmuré una pregunta, no me contestaste, creí que no me habías escuchado, quizás demasiado cansado como para hacerlo. Pero luego colocaste tus labios a la altura de mi oído. Tu cálido aliento me causó agradables escalofríos en toda mi espalda.

"Te quiero" murmuraste con aires de una universal verdad. Yo me sorprendí demasiado, eso yo ya lo sabía.

"Yo También te quiero mucho Syuichirou" dije sonriendo.

Pero al parecer Oishi no sólo quería decirme eso, pues retiró suave su cabeza de mi hombro y me miró con sus dulces ojos verdes.

"No Eiji, yo no te quiero, como tú lo haces" Me congelé por un momento, casi desfallezco, su voz sonaba triste y hasta algo temerosa, no podía estar hablando en serio ¿cierto?

"¿Qué.. Qué quieres decir?"Pregunté dudoso de saber la respuesta de ella.

Vi en su rostro la resignación y temí lo que ahora diría, no quería escucharlo ¡No! Cerré con fuerza mis ojos bajando mi cabeza y no pude evitar susurrar "¿Por qué ya no me quieres Oishi san?"

La mano que se encontraba en mi nuca viajó hasta mi mejilla. Su mano estaba, a pesar del frío invernal, cálida, o quizás era que mi rostro estaba demasiado caliente, quien sabe.

Sus dedos me acariciaron con suavidad, pidiéndome en una muda súplica que lo enfrentara, pero no podía ¿Cómo hacerlo?

"Eiji te amo" su voz sonó demasiado clara, abrí los ojos con fuerza para comprobar que él estaba ahí, parado frente a mí.

Fue un instante en realidad, lo que me tomó sopesar sus palabras, era demasiado simple, como no me había dado cuenta antes.

Bajé la mirada un momento indeciso, estaba nervioso, y quizás por ello mordía mi labio inferior con tanto ahínco, mas lo levanté casi al instante, esta vez sonriendo, me sentía demasiado agitado, era como si mi rostro estuviera en llamas, pero no importaba.

"Aishiteru" susurré contra sus labios. El primero, mi primer beso.

Fue un roce algo tímido, tu boca sobre la mía, tus manos en mi cuerpo me sabían como siempre, más esta vez era más cálido, más reconfortante. Tu lengua acariciando mis labios, haciéndose paso a mi boca. No sabía muy bien que hacer, pero no importaba, sólo tenía que sentir, sentir como tus brazos me sostenían, como tu lengua y la mía se rozaban, como tu boca me devoraba ansiosa, y la mía sumisa se dejaba llevar por ti.

Quería más, no quería alejarme de ti, te quería cerca, conmigo, en mí.

Te separaste un poco de mí y me contemplaste. Me sentía un poco nervioso, a decir verdad bastante, quizás no te había agradado, quizás..

Pero todas mis cavilaciones quedaron en eso, porque volviste a reclamar mi boca con ansias, esta vez susurraste contra mis labios un dulce "Aishiteru" que disipó en mí todas esas dudas absurdas.

Voy tarde, lo sé. Me he quedado dormido de nuevo, pero esta vez ha sido culpa tuya Oishi. Apresuro el paso, quizás esta vez yo llegue antes que tú, no sería malo.

Pero no. Estás ahí como todas las mañanas, apoyado en aquella esquina que ahora significa para mi algo mucho más importante que ayer, no lo puedo evitar y corro a tu encuentro, tú sólo sonríes como de costumbre y me abrazas.

Hoy creo que será un día como todos los otros..

Nota Autora: primer cap terminado!

Bueno esta historia estará compuesta por varios cap de diversas parejas, el primero fue un OishixEiji tenía que serlo! o, y los que vienen serán.. nee de veras creían que les diría? xp intentare la próxima semana subir el segundo cap, mas no prometo nada..