Holitas! Bueno, después de hacer contacto con mí ojo interno para llamar a las musas, al fin escribí este Cáp.! Así que espero les guste! 

Capítulo 4:

-¿Eh?- Kagome volteó, sorprendida- siento que hay fragmentos de Shikon que se acercan rápidamente… Solo puede ser…

No había acabado de pensarlo, cuando vio el torbellino. Era Kouga.

-¡Kouga-kun!- exclamó, cuando al fin llegó frente a ella.

-¡Hola, Kagome!- le dijo, en parte alegre y en parte aliviado, pues las predicciones de la extraña Miko no habían fallado- ¿Qué andas haciendo por estos rumbos? Ya está oscureciendo…- se fijó mejor en su cara. Aún había restos del enfado pasado- ¿Te pasó algo¡No me digas que esa bestia te hizo algo!- exclamó furioso, haciendo ademán de ir en su busca.

-¡No tiene importancia, Kouga!- se apresuró a decirle, sujetándolo por un brazo- De verdad… no importa.- Kagome bajó un poco la cabeza. Quizá si había exagerado un poco con Inu Yasha.

Kouga malinterpretó este gesto. Sujetó la barbilla de Kagome con ternura y le hizo subir la cabeza, para verla a los ojos.

-Kagome… no dejaré que nadie te haga sentir mal¿me escuchaste? Y mucho menos ese idiota de Inu Yasha…

-Gracias, Kouga, pero…- Kagome no pudo explicarle, pues sintió una presencia conocida cerca…

-Hum… dentro de unos minutos al fin voy a llegar-suspiró Inu Yasha, que se había sorprendido de cuanto había recorrido mientras estaba enfadado- a ver si Kagome no regresó ya con ellos y me dejaron aquí…

En eso, algo llamó su atención. Era… una de las serpientes caza-almas de Kikyou. "Que raro que solo sea una" pensó, intranquilo. Notó como la serpiente se quedaba flotando a pocos metros de él, como esperando que la siguiera. Inu Yasha estaba empezando a inquietarse. La serpiente brillaba cada vez con más intensidad, al ir disminuyendo la luz. El hanyou decidió seguirla.

-¿Huh?- Inu Yasha sintió dos aromas a solo unos metros de él. La serpiente se elevó y se fue, pero él no lo notó, pues reconoció el olor de Kagome. Pero el otro… era uno que no le agradaba para nada… Se adelantó sin hacer ruido. Si, era ella… acompañada por una de las personas que más detestaba. "Ese maldito lobo rabioso…" gruñó Inu Yasha. Pensó en ir y confrontarlo, pero estaba seguro de que si le hacía algo Kagome le daría suficientes Osuwari's como para que la espalda se le partiera en dos. Así que esperó con paciencia a ver que sucedía. Mal hecho.

Kikyou había estado observando, protegida por sus poderes y sus serpientes de ser percibida por alguien. Era agotador mantener este escudo, pero… estaba segura de que al final valdría la pena. Vio que Inu Yasha había llegado lo suficientemente cerca de donde estaban el lobo y Kagome para que ella pudiera actuar. Y lo hizo. Retiró un poco de energía de su escudo. Se sintió su presencia de una manera tan sutil, que solo otra Miko lo hubiera podido percibir. Y ese era su propósito.

Kagome volteó al sentir, aunque muy leve, la presencia de Kikyou. Esta distracción le costó. Kouga, que aún estaba sosteniendo su barbilla, aprovechó su descuido para voltear su cara y plantarle un beso. No fue descarado ni mucho menos, solo se limitó a rozar sus labios con ternura. Como Kagome no reaccionó, debido a la inmensa sorpresa, juntó sus labios completamente. Kagome estaba con los ojos como platos. Esas milésimas de segundo que le tomó a su cerebro y a su cuerpo reaccionar, fueron fatales. Se separó con algo de brusquedad de Kouga, mirándolo con estupor y hasta algo de reproche. Volteó hacia donde había sentido la presencia. No… no podía ser… ahí estaba… ¿Inu Yasha? Lo llamó.

-I… ¿Inu Yasha?- el hanyou solo la miraba. De una manera indescriptible. Su mirada mezclada de sentimientos. Sus bellos ojos ambarinos reflejaban sorpresa… decepción… furia…tristeza… y un vacío, un enorme vacío, el mismo vacío del que se habían llenado cuando fue clavado en el Gushinboku, el árbol sagrado… No lo soportó más… Inu Yasha se dio la media vuelta y salió corriendo, lo más rápido que sus piernas le permitieron. No...

"Kagome…no…"

-¡INU YASHA!- clamó Kagome, desesperada. Pero el hanyou ya se hallaba muy lejos, perdido en su propio dolor. Un dolor que se duplicó en Kagome, a quien se le inundó el corazón de culpa y remordimiento… aunque ella no era culpable directa, pero… se sintió culpable por esas milésimas de segundo que a todos los seres humanos nos toma reaccionar; culpable de que sus neuronas no hubieran sido más rápidas; de que su cuerpo no hubiera reaccionado antes; culpable, porque sabía que Inu Yasha tenía el corazón tan roto como ella o más aún.

-Kagome… la llamó Kouga con suavidad. Había percibido como las ganas de llorar de la muchacha aumentaban a cada segundo… había sentido como su corazón se partía de decepción… al igual que el suyo, el de Kouga, al oírla gritar con todas sus fuerzas el nombre del Inu Yasha.- Kagome- repitió, ahora con más fuerza. La chica volteó a verlo.

-Kouga…- comenzó ella. Kouga calló. Esperaba una lluvia de insultos, de palabras hirientes. Pero no llegó. Ella solo le dedicó una media sonrisa, mientras le decía:- Perdóname, Kouga… Ese beso… fue algo muy hermoso, al igual que tus sentimientos, pero… pero yo no puedo corresponderlos. Mi corazón pertenece a otra persona…- "Aunque quizá ya lo perdí… para siempre…" pensó entristecida Kagome-Tu… tu bien sabes que yo estoy enamorada de Inu Yasha. De verdad, perdóname.- Kagome se dio la vuelta. Kouga bajó la vista. Kagome no pudo haber encontrado palabras más hirientes que esas.

-Muy bien…- le respondió el lobo, con una voz triste, mas no resignada- Pero quiero que sepas, Kagome… que yo no cejaré en mi empeño… tu sabes que yo lo que quiero es que seas feliz. Y créeme que haré hasta lo imposible para que a mi lado lo seas. Hasta pronto, Kagome.- Tomó su muñeca con delicadeza, haciendo que volteara, y beso su mano. Le sonrió y se fue, envuelto en su torbellino. Kagome sonrió, con tristeza. "Kouga-kun…"

Pero el problema en cuestión volvió a su mente. Tenía que encontrar a Inu Yasha, explicarle… tenía que confesarle al fin, en abierto, todo lo que sentía… Se dedicó a correr con todas las energías que le quedaban hacia donde había partido Inu Yasha… sabía que quizá nunca lo alcanzaría, pero… lo iba a intentar. Por él. Por ellos.

Al ver como su reencarnación emprendía la persecución, Kikyou no pudo reprimir una risita. Niñita tonta, se dijo, tratando de alcanzar al hanyou para arreglar las cosas... Deshizo su escudo, y sus serpientes se enrollaron a su alrededor, llevándola por los aires hacia donde estaba el abatido Inu Yasha. Ya había arreglado lo de Kagome… ahora solo le faltaba él.

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AHHH! Noooooo! ToT Los dejaré con la duda¿Kikyou logrará su propósito¿Kagome-chan alcanzará a tiempo a Inu Yasha¿Y que hará él¡Pues lo van a tener que descubrir en el próximo capítulo (se llama mercadotecnia, no se enojen!) Lo arreglaré, no se preocupen! Así que evítense los E-Mail bomba, porfi! (que si algo me pasa ya no se enteran del final, eh! xD) Ah! Y mil gracias, LizzStar-chan, por dejarme tus reviews! (Al menos así sé que alguien me lee, eso ya es ganancia :P)Arigatou! Sayonara!