Rurouni Kenshin no me pertence, por que si así fuera obligaría a los protagonistas masculinos a hacer un "solo para mujeres", pero como pertenecen al grande Nobuhiro Watsuki nosotras las mujeres tendremos que conformarnos con lo que hay...snif, snif

Una luz entre las sombras

Capítulo 4

Nacimiento de un asesino

Del diario de H.K. escrito el 23 de Junio del 2002

Tomoe... querida Tomoe ¿Porqué razón tu recuerdo tenía que golpear con fuerza mi vacío corazón ayer por la noche? Once oscuros años desenpolvados y esparcidos sobre el abismo de mi mente, dejando al descubierto aquél fatídico día que con tanto ardor he tratado de olvidar... ¡Ah! Tomoe, ¿Acaso te has propuesto atormentar a este cuerpo, que no es más que una concha vacía?, ¿Acaso tu recuerdo ha venido a reprocharme el no haber sabido protegerte, el actuar cómo un cobarde mientras presenciaba cómo esos hombres te llevaban? -A esta altura gruesas lagrimas hacen dificultosa la lectura, los caracteres escritos a mano se han borrado por efecto del agua-

Juro Tomoe, que cuando ví esos niños abrazados al amparo del velo de luz plateada, no los veía a ellos... lo que mis ojos captaban éramos nosotros, con la misma mirada aterrorizada, con la sangre mezclada en mi cabello de la herida que esos malvados hombres me provocaron al golpearme: el único y mísero intento que hice por protegerte.

¿Porqué Tomoe?, ¿Porqué la vida es tan injusta? Éramos ambos tan sólo unos críos, inocentes e ignorantes de los malos tratos del mundo ¿Porqué tenían que venir esos hombres a arrebatarme lo que más quería en este mundo?, ¿Porqué tenían que arrebatarte de mi lado? ¡Oh, mi pequeña Tomoe! Te extraño tanto y aún así hace ocho años que no te dedicaba un pensamiento, una palabra o una simple oración, desde que empecé a trabajar con Katsura que te desterré de mi mente. Dulce Tomoe ¿Recuerdas aquella tarde, en la que ambos habíamos prometido estar juntos por siempre? Estaba en el jardín, observando el vuelo de dos hermosos pájaros y tú llegaste por detrás y me sorprendiste, me miraste con tus hermosos ojos oscuros y me preguntaste por que razón los pájaros volaban juntos. Te respondí que ambos se querían mucho y que volarían juntos para siempre, te quedaste pensando un rato mientras mirabas el magnífico vuelo de esas aves y preguntaste de pronto si te quería. Mucho, te respondí, más que a mi vida, agregué. Sonreíste y me cogiste mi dedo meñique, lo entrelazaste con el tuyo y me prometiste que estarías conmigo pasara lo que pasara. ¿Lo recuerdas? Por qué yo sí y me pregunto como es que pude haber sido capaz de romper mi promesa... por que no fui a buscarte y te dejé sola, sola con esos hombres que destrozaron tu corazón... y el mío en el proceso.

Por que es verdad, Tomoe, que una parte de mi ser ardió cuando fuiste secuestrada y las cenizas que quedaban se dispersaron cuando descubrí que habías muerto. ¡Tomoe! Tomoe... aún no he podido encontrar a los malditos que te arrebataron de mi lado y que más tarde habrían de arrebatarte también tu vida. Papá murió de una terrible e incurable y mamá, al no poder soportar la tristeza, murió días después. Tú eras lo único que evitaba que la tristeza envenenara mi ser, alegrabas mis días de pena con tu sonrisa. Ambos estabamos solos, fueron los días en que nos apoyamos mutuamente para olvidar el dolor que trae consigo una pérdida. Pero te fuiste... y yo fui el culpable.

Por primera vez desde que empezé a trabajar para Katsura, estuve a punto de fallar con mi asignación en curso. Estuve a punto de dejar que me descubrieran, pero te digo Tomoe, que ver a esos niños abrazándose y suplicándome me recordó cuando, once años atras, tu y yo no abrazábamos asustados mientras observábamos a esos hombres caminar amenazadores hacia nosotros. Fui un tonto por permitir que te llevaran. Te quiero más que a mi vida, te dije alguna vez, y sin embargo, no fui capaz de pararme a pelear por tí. Dejé que te llevaran, dejé que te asesinaran. ¿Porqué Tomoe? ¡Eras sólo una pequeña de diez años! ¿Porqué te fue reservado ese destino? ¡A tí, que eras una niña tierna e inocente! ¿Acaso alguien allá arriba vió que en mi futuro sería un despiadado asesino? ¿Acaso alguien allá arriba lo supo y quiso castigarme por los crímenes que en un futuro cometería? No... no pudo ser por eso, Tomoe. Por qué yo jamás hubiera sentido el deseo de matar, de sentir la cálida sangre de mis enemigos correr por mi katana hacia mis manos, nunca hubiera sentido esa ira asesina si no te hubieran asesinado.

Te prometí Tomoe, el día que supe que jamás volvería a ver tus ojos mirándome, que jamás sentiría la calidez de tu sonrisa, ése día te prometí que buscaría a tus asesinos y los mataría de forma que se arrepintieran de haberte hecho sufrir, de haberme hecho sufrir. Pero no lo conseguí y desde entonces lo único que he logrado es ir almacenando cadáveres en mi ya echada a perder alma. Hace tiempo que no puedo cargar yo sólo con tanta matanza, pero lo único que me sigue impulsando hacer lo que hago (además de crear un nueva era de paz) es la secreta esperanza inconsciente de que algun día mi katana atravesará el maldito corazón que te mató y que aún sigue latiendo. Pero esa persona, que busqué incansablemente durante tanto tiempo, no volvió a aparecer sobre la faz de esta tierra... el cobarde fue encontrado culpable de no-recuerdo-qué delito y huyó en un intento desesperado por salvarse, consiguiéndolo, por que ni siquiera yo he logrado descifrar su ubicación actual. Dejé la búsqueda infructuosa hace tantos años, cuando mi mente decidió enterrarte y no volver a pensar en tí. Por que, ahora lo reconozco, me dolía mi pecho al pensar en tí.

Si te preguntas por el paradero de esos niños, que tan violentamente te sacaron de la tumba de mi mente en la que te tenía profundamente enterrada, están bien. Son testigos y siempre llevarán con ellos la imagen del Battousai asesinando, pero no pude matarlos, no pude Tomoe, no pude... Viéndome a mí, cuando sólo tenía trece y a tí, cuando sólo tenías diez, en ellos. Ahora están a salvo, supongo que con su familia. Una familia... ojalá yo también tuviera una.

Algún día, Tomoe, nos reencontraremos, aunque sea yo en el infierno y tu en el cielo, convertida en un hermoso angel. Sí, algún día estaremos juntos de nuevo, y entonces te leeré historias por la noche y te arrullaré como solía hacerlo...

-Esta parte se ha borrado parcialmente, lo único legible es la siguiente serie de palabras incomprensibles: queri... na.. omoe... extra... tant-

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Podía ver, fruto de su imaginación, como esos hombres mataban a Tomoe. Una y otra vez, la misma imagen se repetía una y otra vez, torturándolo, hiriéndolo; siempre hiriéndolo. Los agudos gritos de dolor llegaba hasta sus oídos, perforándolos con ese timbre de agonía y súplica que llenaba la voz de Tomoe. Los gritos se hicieron cada vez más sordos, más cerca, retumbando en su cabeza. Kenshin se levantó lentamente, hizo un gesto de desagrado al notar que se había quedado dormido sobre el diario y que una hoja se había adherido a su mejilla. Se tapó fuertemente los oídos, los gritos de angustia y auxilio de Tomoe resonaban aún en su cabeza, no podía alejarlos. Fue cuando se dió cuenta de que tocaban a la puerta.

Intentó ponerse de pie, se sentía mareado y tenía que sujetarse a algún objeto para no perder el equilibrio. A duras penas consiguió llegar hasta su puerta y abrir, se había quedado dormido en el recibidor.

-¡Hola, amigo! ¿Cómo has estad...?

La alegría pintada en el rostro del visitante se transformó en preocupación al ver a su amigo con esa cara. Kenshin tenía la mejilla derecha hinchda y roja, unas enormes bolsas negras le colgaban bajo los ojos rojos. Jadeaba profundamente, como si una opresión en el pecho le dificultase la respiración

-¿Kenshin? ¿Que te ha pasado?

-Sabes... que no debes... llamarme... por mi nombre... -musitó lentamente con una voz pastosa. El hombre que lo visitaba se alarmó aún más.

-Ken.. digo, Keiichi ¿Acaso tú..? -no pudo terminar de decir lo que tenía planeado por que Kenshin había perdido el equilibrio y caído al suelo, semiinconsciente

El hombre de cabellos castaños se apresuró a levantarlo e introducirlo a rastras al departamento. Una vez dentro procedió a recostarlo sobre uno de los poco cómodos sillones, se introdujo en la cocina y saliendo con una humeante taza de café cargado en la mano derecha y un vazo trasparente con agua en la otra. Se acercó con el ceño fruncido, se sentó en el brazo del sillón, miró preocupado a Kenshin que dormitaba y suspirando le echó el vaso de agua encima. Kenshin se incorporó y asió con fuerza la mano de Sanosuke que aún flotaba en el aire sosteniendo el vaso vacío.

-No debiste... haber hecho... eso... -su voz sonaba pastosa aún y le costaba un poco hilar una frase, pero sus ojos dorados brillaban amenzanates

-Y tú no debiste haber tomado tanto -contestó Sanosuke, señalando con su cabeza las varias botellas vacías de sake y una clase de vino occidental desconocido para él que reposaban sobre la pequeña mesa del recibidor, al lado de algo que parecía ser una especia de libreta-, no estás en condiciones para amenazarme Kenshin, ahora suéltame

Kenshin lo soltó lentamente y se frotó torpemente las sienes. Sentía que la cabeza le estallaba. Sanosuke lo notó y le tendió la taza humeante mientras lo miraba severamente.

-Toma el café, es bueno para la cruda -Sanosuke sonrió divertido-, créeme, lo sé por experiencia propia

Kenshin tomó la taza con las manos temblorosas, no podía enfocar muy bien, tampoco recordaba por que se había desmendido tanto si no solía tomar. Le dió un trago, sabía muy bien. Le dió otro trago. Sentía cómo la calidez del líquido lentamente calentaba su frío cuerpo. Pero seguía sintiendo la cabeza a punto de estallar.

-¿Que... que haces aquí? -su voz sonaba mas natural, fría y cortante

-Es casi mediodía, Katsura dijo que no había recibido tu informe, no contestabas el teléfono y se preocupó, me envió para ver que te había pasado... ahora lo veo

-Ah...

-Kenshin, amigo, tú nunca tomas ¿Porqué lo has hecho ahora?

-No... no lo recuerdo -se masajeó suavemente una de las sienes-, creo que para eso

-¿Para no recordar?, ¿Para olvidar qué? -Sanosuke se acercó al rostro de su amigo y susurró suavemente-, ¿Es por los asesinatos?, ¿Están comenzando a afectarte?

Kenshin meneó con la cabeza, eso lo recordaba perfectamente... lo que no recordaba era cómo había llegado a su casa, su último recurdo era haber traspasado el corazón de Hotaru con su katana y después la sensación de huir de algo, de algo que le dolía, que le hería y le oprimía el corazón... Miró a Sanosuke y le dijo lo que pensaba.

-¿Huir? ¿De los guardias?

-No -nego Kenshin-, a esos lo hubiese podido despachar en un segundo

-¿Entonces? -Sanosuke se asombró de la frialdad de Kenshin

-Es, algo más complejo... cómo una sensación, cómo si hubiese algo que me atrapara y me oprimiera. No puedo explicarlo -suspiró y continuó-, pero, sea lo que fuere que haya querido olvidar... talvez sea mejor que quede enterrado en el olvido.

-El primer paso para recuperarse no es huir o esconder lo que te inspira miedo, sino aceptarlo

Kenshin se incorporó, con algo de dificultad, y se dirigió a su cuarto, llevaba la taza de café humeante en la mano. Se detuvo y volteó a mirar a Sanosuke.

-Te equivocas, yo no le temo a nada

-¿Quién es Tomoe? -preguntó Sanosuke inocentemente, había estado mirando sin querer sobre la superficie de la mesa y sus ojos se habían posado sin querer en las páginas abiertas del diario

La mirada de Kenshin cambió, Sanosuke se dió cuenta. Sus ojos ya no mostraban la frialdad habitual, ahora parecían llenos de agonía. Su rostro también había cambiado y Sanosuke supo que no debió de haber nombrado a la Tomoe esa cuando Kenshin perdió el control mental y corporal segundos después.

-¡Miiaooo!

-Ya voy, Motita, ya voy -dijo Kaoru mientras intentaba destapar una lata de comida para gatos-. Tu comida estará lista en minutos

La gatita saltó de la silla en la que estaba a la mesa de la cocina y se quedó mirando los pobres intentos de Kaoru que no resultaban en nada, bostezó y comenzó a jugar con su platito azul limpio y vacío. El estómago le gruñía y ya no soportaba estar sin comida, si su querida dueña tardaba más en abrir esa latita no dudaría en comenzar a arañar los muebles para expresar su descontento.

Kaoru suspiró frustada, había estado los últimos veinte minutos luchado con ese pequeño y diminuto almacén de comida metálico y seguía sin poder abrirlo. En un ataque de furia golpeó la lata repetidamente con el abrelatas y luego la arrojó por la ventana abierta. Tomó las llaves del apartamento y salió de la cocina. Motita, descontenta la siguió.

-¿Miau?

-Iré a comprar alimento en bolsa -dijo Kaoru mientras salía del apartamento dando un portazo

-Miiiaaooo... -musitó Motita y se dirigió amenazante hacia la pata del sillón recubierta por una tela suavecita, suavecita. Se sentó y comenzó a arañar, dejaría estampada en el sillón favorito de Kaoru la firma de su protesta

Kaoru entró en la tienda de abarrotes más cerca y pidió una bolsa de comida para gatos. La dependienta le mostró una bolsa de cinco kilogramos diciéndole que era la única medida que le quedaba. Kaoru se despojó de todo el dinero que le quedaba en la cartera y salió con la comida a cuestas, pensando que estaba chiflando demasiado a su gata. Llevaba la bolsa acomodada en su hombro cuando llegó al edificio departamental y encontró un lujoso carro negro estacionado justo enfrente. Entró y vió a un hombre anciano vestido de blanco hablando con la señora Hibiya, vió que el hombre asentía y se volvía hacia los escalones, que era el lugar donde Kaoru se encontraba observando curiosa.

-¿Quiere que le ayude con eso, señor? -preguntó ella refiriéndose al maletín cuando el viejo se acercó y pudo apreciar en el rostro la fatiga característica de un hombre de su edad

-¡Ah! Muchas gracias, jovencita, eh...

-Kaoru, Kamiya Kaoru

-¡Ah! Pues le agradecería mucho su gesto, Kaoru-san -el anciano se sujetó su cadera mientras suspiraba mirando los escalones-. Tengo una emergencia ahí arriba y yo ya estoy viejo para andar subiendo y bajando escaleras... ¡Oh, pero que falta de cortesía! No me he presentado, mi nombre es Genzai y soy médico

-Mucho gusto

Kaoru sonrió y comenzó a subir las escaleras, seguida del anciano que una o dos veces se detenía a respirar. Kaoru se preguntaba que habría pasado y a quién, pero sabía que eso no era de su incumbencia. Pasaron el tercer piso, luego el cuarto, Kaoru subía las últimas escaleras para llegar al quinto piso cuando oyó al fatigado doctor hablándole

-No suba más, es en este piso

Kaoru se volteó a verlo con tanta rapidez que el anciano se sobresaltó, el rostro femenino denotaba preocupación cuando interrogó al doctor:

-¿Acaso le pasó algo a Keiichi? Por favor, dígamelo -el doctor la miró sorprendido

-¡Doctor Genzai! -un grito lo sacó de su sorpresa

El anciano giró la cabeza y se encontró con el sudoroso semblante de Sanosuke. Parecía cansado y tenía unas cuantas y pequeñas raspaduras en sus manos.

-¡Apresúrese! Se ha vuelto loco, no se que le ocurre, ya ha destrozado casi todo su cuarto. Tuve que golpearlo para dejarlo inconsciente ¡Pero el muy condenado se resistió! Incluso intentó herirme con su... eh...

Sanosuke calló cuando iba a decir "katana" al darse cuenta de la presencia de la chica ojiazul que lo miraba con los ojos abiertos. Tenía suerte de no haber soltado tanto la lengua. El doctor Genzai se excusó con Kaoru, quien le entregó el maletín mucho más preocupada que antes mientras veía como el doctor apuraba el paso directo al departamento enfrente del suyo.

Kaoru se dirigió a su departamento lentamente mientras intentaba captar algún fragmento de conversación del cuarto vecino que le indicara que Keiichi estaba bien, pero nada, ni un sólo murmullo, palabra o siquiera un ruido, nada. Kaoru abrió la puerta de su departamento y su pesadumbre dió paso a la furia cuando descubrió que su querida gatita había destrozado la parte baja de sus aún más queridos sillones.

-¡Tú! -le gritó a la gatita que la miraba llena de dignidad-. ¡Tú, salvaje cuadrúpedo negro! ¡No comerás hasta que llegue la noche!

-¡Mi-A-U! -Motita le lanzó un mirada feroz

-¡Y no me mires así que te echaré a la calle!

Kaoru dejó la bolsa sobre la mesa de la cocina y se apresuró a situarse tras su puerta principal mientras la abría lentamente sólo para observar la puerta cerrada, y sin indicios de vida tras ella, del departamento de su vecino.

Cerró la puerta y observó a Motita comer de un montoncito de comida regado sobre la mesa de la cocina. Su pequeña gata había rasguñado la bolsa hasta hacerle un agujero. Suspiró pensando que era imposible pelear contra su gatita y ganar. Sacó una bolsa de basura negra y ante los maullidos de reproche de Motita hechó toda la comida -incluida la bolsita de cinco kilogramos- en la bolsa negra. Motita la miraba estupefacta ¡Esa mujer que se jactaba de ser su dueña quería matarla de hambre! Pero se quedó aún más sorprendida cuando Kaoru tomó un puñado, lo depositó en su platito azul y se la tendió.

-Come -dijo algo inexpresiva y salió para pegarse a la puerta de nuevo

"¿Qué me está pasando? ¿Porqué me preocupo tanto por un desconocido? ¿Qué es este sentimiento de angustia? ¿Qué es?"

-¿Qué es?

El doctor Genzai suspiró y miró a Sanosuke que a su vez miraba preocupado al pálido Kenshin acostado sobre su cama. Era verdad que el cuarto estaba destrozado y por un enorme milagro, el frasco que contenía el cianuro no había sufrido daños, de lo contrario todos habrían muerto al instante. El sabio anciano meditó un poco antes de dar su respuesta.

-Esto ya me lo temía -suspiró el doctor

-¿A qué se refiere? -preguntó

-Todo asesino carga en su mente el peso del pecado que ha cometido. Cada grito, cada súplica, cada cuerpo es almacenado en la memoria, tarde o temprano el peso de esta carga es demasiado para un solo hombre, es entonces cuando pierde la estabilidad mental

-¿Está diciendo que Kenshin se volvió loco? -Sanosuke lo miraba perplejo. Genzai negó con la cabeza

-Lo que estoy diciendo, es que este muchacho necesita una vaina

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Continuará...

Actualizado: 23-01-05

Próximo capítulo: Ojos azul hielo

¿Que tal? Creo que me emocioné un poquito con el diario de Ken, pero quería dejar bien claro sus sentimientos y el impacto y la relación de los niños con la muerte de Tomoe. Admito que este capítulo estuvo algo corto, pero lo bueno viene en el siguiente capítulo. ¡Aoshi sale a escena! Ya puedo oír los gritos de júbilo de Misao jejeje....

Gracias por sus reviews!!

Kaoru Himura Kiddo: Arigato!! Que bueno que pienses que está interesante me pone inmensamente feliz. Pues no, Battu-chan no se quedó con los niños (Kenshin: noooooooo!!! ¿Que haría yo con esos niños? ) además ellos le recordarían constantemente a su querida Tomoe y tampoco es para mantenerlo depresivo durante todo el fic (Uno o dos capítulos tal vez jejeje) I love Battousai too!!! Algún día, algún día, fabricaré una máquina capaz de reproducir seres humanos a partir de un dibujo, ¡Y entonces Battu-chan será mio muaja ja jaja ::Risa Psicótica::!!!! Matta ne! PD: Ánimos con tus fics, son realmente enganchadores!

Gaby (hyatt: Esa parte también fue mi favorita, y debió sufrir más, sí, pero en ocasiones de mucha presión y con la cabeza hecha un mar de confusión, creo que eso era lo más que podía pedirle a Kenshin en ese momento. Muaja ja jaja eso lo veremos pronto (espero...) Matta ne!

Ady: Gracias por tus ánimos, Ken y Kao se conocerán en el próximo capítulo (o tal vez hasta el que le sigue, todavía me falta estructurarlos un poquito) pero te puedo asegurar que no va a ser algo por voluntad propia de él, jajaja mas bien será Sano quien los junte, Kaoru estará feliz y Kenshin... jajaja Nos vemos, matta ne!!

Mikomi Shinomori: ¿En serio de un tirón? Wau, si alguien aguantó tanto es por que realmente escribo decentemente!! Waiii!! muchas gracias por todas esas cosas, me han puesto muy, muy feliz!! Si eres fan de AoshiMisao, pues en el próximo capítulo tendras una sorpresa, ellos dos se conocen (Aunque no tal vez de la forma que Misao preferiría... muaja ja jaja Misao: ¿Oye, a qué te refieres con eso? Cualquier encuentro con mi Aoshi-sama es un probadita del paraíso!!) Matta ne!

Suki to kaja nakute: Hola! Jejeje pues sí, me has pillado, estaba pensando en que imagen le daría a Misao cuando empezó un capi de kaleido, me encantó la idea y puse a Misao al tipo Sora... espero que no me demanden por eso... No, Kenshin no fue victima ni nada parecido, al contrario fue testigo y eso fue lo que lo marcó: el ser debil y no poder defender a Tomoe (acá entre nos, puedo ventilar que Tomoe saldrá mas adelante jijiji). Mmmm... no creo que Enishi salga, mmmm a menos que se me ocurra algo bueno... ¿Oro? per claro que Kaoru tiene que ver a Battousai!! (como, no tengo idea, pero algo aparecerá.... y si no, una fumadita de alguna droga y listo! jjajajajaa) Si, Kaoru seguirá con su trabajo de espía, pienso que estaría genial la idea que me dices, esperaré a ver como va la historia... Arigato por todo y matta ne! PD: Bonito el nombre (suki to ka ja nakute) ¿Puedo preguntar que significa?

Karura