Capítulo 3
¿Sasha?
Hoy es sábado, no hay clase, no tengo que madrugar, ahhhh, ¡qué bien se está en la cama! Aún es temprano, pero parece que hace un buen día, porque los primeros rayos de luz están entrando por la ventana y me iluminan el rostro, mmmm...quiero dormir un poco más. Me doy la vuelta para evitar la luz del sol y cierro los ojos. Vaya, que de ruido, así no me dejarán dormir, ¿quién se ha levantado hoy tan pronto, ¿será papá? voy a ver. Me levanto despacio de mi cama y me dirijo hacia la puerta de mi dormitorio para abrirla y comprobar quien está armando este alboroto.
Akane- ¿Kae? ¿pero qué estás haciendo?
-me froto los ojos-
Kae- Buenos días hermanita -me sonríe
muy alegre- hoy tengo que jugar el último partido en
Miteko.
Akane- ¿Tan pronto? -miré el reloj, sólo
eran las 8 de la mañana-
Kae- Bueno...el partido será
a las 14.00 pm, pero te recuerdo que hay cinco horas de camino hasta
llegar a Miteko.
Akane- ¡Andá! es verdad.
Mi hermano ha jugado siempre en el equipo de fútbol de Miteko, es muy bueno jugando, el es delantero, yo siempre iba a animarle, pero esta vez me temo que no habrá sitio para mí en el coche, además la verdad es que no me apetece estar 5 horas de viaje. Hoy se quedará a dormir allí en casa de un amigo suyo, la verdad es que me sentiré muy rara y sola sin él.
Media hora después, Kae se acercó a mí, me dió un beso en la mejilla y se marchó, y yo...yo me quedé allí en casa con mi madre, ya que mi padre estaba trabajando y no volvería hoy hasta tarde. Aún me parecía muy temprano, no se, al fin y al cabo era sábado, tenía que aprovecharlo, así que decidí dormir un ratito más. La mañana fue bastante normal y aburrida, acabé levantándome a las 10.00 am, desayuné y ayudé a mi madre a limpiar la casa. A las 14.00 puse la mesa para comer y después de ayudar a mi madre a fregar los platos, nos sentamos las dos a ver una película que ponían en la tele.
Akane- Mamá, voy un rato fuera con Sasha que debe estar muy
aburrida.
Makku- Está bien, pero ten cuidado porque han
dicho que quizás llueva hoy.
Akane- Que raro -miré
al cielo viendo que estaba cubierto por nubes de tonos grises- si
esta mañana hacía sol.
Salí al jardín. Por allí no había nadie, no a Kari, que siempre solía estar fuera en el jardín jugando con Sasha (que por cierto, parecían haberse hecho muy buenas amigas).
Akane- ¡¡¡¡Sasha! ¡¡ven perrita, ven! -que raro, no aparecía, quizás se hubiese metido en casa sin que mi madre y yo nos diésemos cuenta-
Entré en mi casa y la busqué por las habitaciones llamándola, pero no obtuve respuesta. Fui corriendo al salón para preguntarle a mi madre si había visto a mi perrita, pero me dijo que no, que ella no había visto a Sasha en todo el día. Sentí como los nervios comenzaban a recorrer todo mi cuerpo, un nudo en mi garganta no me dejaba tragar bien...¿y si le había pasado algo? ¿y si algún coche la había atropellado? ¡¡NO! ¡¡NO PUEDE SER! Salí corriendo de mi casa diciéndole a mi madre que iba a buscarla. Espera, un momento, quizás Kari esté jugando con ella en su casa, ¡¡Sí! quizás sí, eso es. Pero nuevamente estaba equivocada, fui a casa de los Meyima pero me dijeron que no habían visto a Sasha en todo el día, Kari pareció preocuparse también y me dijo que cuando la encontrase se lo dijese.
¿Dónde puede estar? Sólo tiene cuatro meses, espero que no le haya pasado nada malo...Mi cabeza no dejaba de dar vueltas. Comencé a correr desesperada ante la idea de que Sasha estuviese...estuviese...¡¡NO! no puede haberle pasado nada malo. Busqué por los alrededores pero no la encontré. ¿Y si llamaba a la policía? No, se reirían de mí y me ignorarían. Saqué una foto de la cartera de Sasha y comencé a mostrársela a toda la gente que pasaba preguntándoles si la habían visto, pero...todo parecía en vano. Pensé que las cosas no podrían empeorar, pero está claro que cada vez que alguien piensa eso, le empeoran aún más, a mí me comenzó a llover, no llevaba paraguas ni nada, pero no me importaba mojarme, lo único que me importaba era encontrar viva y sana a Sasha.
No podía hacerme a la idea de que quizás no volviese a verla, mi bolita de pelo de ojitos azules...¿dónde estás, eso no dejaba de rondar por mi cabeza. Espero que estés bien mi pequeña...tiene que estar mojándose, pobrecita, y tendrá frío, si no la encuentro pronto podría enfermar y pasarle algo terrible, tengo que darme prisa.
Seguí corriendo, cada vez más desesperada, cada vez más nerviosa y con menos esperanzas. Ya estaba lejos de donde vivíamos y no había tenido noticias de Sasha. La amargura comenzó a invadirme, el sentimiento de culpabilidad de que a Sasha le hubiese sucedido algo por algún descuido mío me creaba un remordimiento que casi no me dejaba respirar, el nudo en la garganta cada vez parecía de mayor tamaño, al igual que el del estomago, y encima estaba agotada de haber estado corriendo todo el tiempo, no podía más, pensé que la cabeza me iba a estallar. Comencé a llorar desconsoladamente y me dejé caer de rodillas sobre el suelo de la vacía calle, me tapé el rostro con mis manos y continué llorando sin saber que hacer ni a donde ir.
De pronto noté que la lluvia dejaba de caerme en lo alto, pero en cambio podía ver que seguía lloviendo, comencé lentamente a mirar hacia arriba, y lo que menos me imaginaba ver, era lo que vi. Allí, justo de pie a mi lado, estaba Ryu, cubriéndome con un paraguas y con cara de preocupación.
Ryu-
¿Qué te pasa Akane? ¿por qué lloras? -me
tendió una mano para que me levantase del suelo-
Akane-
Sasha... -tomé su mano y me puse de pie delante de él-
Sasha...se ha perdido -no pude contenerme y volví a llorar con
fuerza-
Ryu- No te preocupes -me abrazó con la mano que no
sujetaba el paraguas- yo estoy aquí y te ayudaré a
buscar a tu perrita, así que deja de llorar.
Akane-
Ryu...muchas gracias -le rodee con mis brazos apretándole
contra mí, la verdad es que no se por qué, pero allí,
abrazada a él me sentía segura, protegida y...muy
tranquila-
Ryu- No tienes que agradecerme nada -también me
apretó junto a él- ahora...vamos -se separó de
mí, me miró a los ojos y me secó las lágrimas-
Estuvimos un rato caminando, regresábamos poco a poco a la urbanización donde yo vivía, no dejábamos de llamar a Sasha por si estaba cerca, pero no la veíamos por ningún lado. Había dejado de llover. Seguíamos caminando hasta llegar a mi casa pero yo cada vez tenía menos esperanzas de encontrar a Sasha, así que sin querer me puse muy triste de nuevo y se me saltaron dos lágrimas. Ryu, se dió cuenta y se paró.
Ryu- Akane...no llores por favor -me
acarició la cara para tranquilizarme, y la verdad es que
funcionaba-
Akane- Lo siento, pero es que... -me pareció
oír un leve ladrido- ¡¡¡SASHA! -al mirar a
la esquina de la calle vi aparecer a mi perrita que se dirigió
corriendo muy rápido hacia mí moviendo la colita por la
felicidad- ¡¡SASHA! -me agaché para abrazarla y
cogerla- Estás empapada, ¿dónde te habías
metido? -Sasha empezó a lamerme las manos-
Kae- Así
que estabas aquí.
Akane- Kae...¿qué haces
aquí? ¿no tenías hoy el partido final?
Kae-
Sí, pero llamé a mamá y me dijo lo que había
pasado, así que vine inmediatamente, y cuando venía
hacia casa me encontré con Sasha.
Akane- Muchas gracias
hermanito -me lancé a sus brazos para agradecérselo-
Kae-
Bueno, voy a secar a Sasha antes de que se ponga enferma. -miró
a Ryu- gracias por ayudar a mi hermana a buscar a la perrita. Hasta
luego -se fue-
Ryu- Bueno, será mejor que tú también
te vayas adentro a ayudar a Kae con Sasha no sea que se ponga malita
-me sonrió dulcemente y se dió la vuelta para
irse-
Akane- Ryu... -él se giró, que guapo es, y
además es muy simpático y atento- muchas gracias por
todo -me sonrojé, como no iba a sonrojarme si él estaba
delante de mí-
Ryu- No tienes que agradecerme nada -se
acercó a mí y me dió un beso en la mejilla- por
cierto -me dijo al oído- me gustas más cuando sonríes
-eso consiguió ponerme mucho más roja aún- Hasta
el lunes -se dió media vuelta y se fue dejándome muy
roja sin saber que hacer ni decir-.
Continuará
¿Se
está enamorando Akane de Ryu? ¿Y Ryu de Akane? Todo eso
y más en el próximo capítulo
