ia ia ia ... ia llegue ... ahora el capi 3 ... este es mas lagro, x recomendacion de una amiga ... tb le puse mas de esa cosa q llaman "accion"... unque no le pego muxo a eso... en fin... eso...

haber haber... elfico elfico... mm... :

Suilaid: Saludos

pedich annûnaid: hablas Oestron?

Le gwennen?¿estas cansado?

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Dicho esto, Aragorn volvió a montar su caballo, Legolas Hojaverde hizo lo mismo, mientras Borian descendía rápidamente de lo alto de la roca.

Cuando Aragorn bordeo la inmensa piedra, se dio cuenta que el escenario de la sangrienta lucha producida mientras conversaba con Legolas, ya había terminado, más aun, no había rastro de que ahí se hubiera producido algún enfrentamiento, solo un túmulo a las orillas del bosque era lo que quedaba como testigo de que algo había pasado esa noche.

Los pastos que bordeaban el camino se encontraban pisoteados, pero cuando los Elfos desmontaron y caminaron sobre ellos, estos comenzaron a crecer rápidamente, consiguiendo una altura aún mayor a la que tenían con anterioridad la tarde anterior.

Vio como unos Elfos se encontraban tendidos en el suelo, mientras sus compañeros los curaban y colocaban en sus respectivos caballos.

Cuando Legolas salió detrás de la roca, un Elfo de pelos oscuros, de casi la misma altura que el comandante, se acerco a él, y con un tono levemente calmado, le informo de las bajas producidas en esta batalla.

- Tres Elfos han caído en la entrada del bosque, joven príncipe- dijo- no ha quedado con vida ni un solo orco, ni tampoco hemos dejado rastros de ellos; los cuerpos han sido enterrados, como de costumbre, dentro del bosque, a unos diez metros de aquí.- apunto hacia en interior del Bosque- y han muerto cuatro caballos, por lo que, uno de los nuestros se debe quedar aquí, y aprovechando la proximidad de la próxima tropa encaminada del sur, deberá esperarlas aquí. ¿Qué os parece?.

- Mmm... –contestó Legolas- muy bien, dejad que Borian se quede esperando al resto aquí, nosotros partiremos de inmediato rumbo a nuestro Hogar, así que preparad los caballos, alistad a todos los guerreros, los que están heridos partirán unas horas mas tarde; Dagendir y Amradan se quedaran aquí y partirán con los heridos; Elidrod, elige a tres o cuatro exploradores y ve a ver si el camino es seguro... Aragorn, viajaras conmigo al frente, vamos.

Dicho esto, dirigió a su caballo rumbo al Camino del Bosque Negro, he ingreso sin inmutarse por los ruidos extraños provenientes del costado Sur del Camino. Aragorn lo siguió detrás escoltado por tres Elfos a la derecha y tres a la izquierda. El resto iba unos pasos más atrás.

A medida que avanzaban por el camino, el Montaraz se fue percatando de que, siempre del lado Norte, se veían, de vez en cuando, unos Elfos saltar de rama en rama, pasando sigilosa y velozmente.

Transcurrió así el resto de la madrugada, hasta que al amanecer, el paisaje cambió drásticamente a medida que salía el sol, los troncos de los árboles se iluminaron con un resplandor plateado por el lado Norte, las flores del camino se abrieron gustosas al sentir los débiles rayos del sol naciente que conseguían penetrar entre las enormes ramas de los árboles. Pero, el lado Sur del Camino, no parecía haber amanecido aún, todos los troncos seguían con ese aspecto severo y oscuro, y aun no se disipaba la oscura niebla que lo tapaba.

Aragorn se percato de este hecho y detuvo su caballo, quizás de una manera demasiado brusca, por lo que los Elfos, que parecían también estar observando el paisaje, se sobresaltaron, y con unos reflejos envidiables, sacaron sus espadas, colocándolas rápidamente en el cuello él. Otros Elfos se detuvieron también en seco, sacaron arcos y los cargaron a gran velocidad. Legolas dio media vuelta como esperando ese momento y miro a Aragorn.

-¿Qué te sucede, Joven heredero de Isildur?

-¿Qué sucede con este lado del Bosque?- pregunto instintivamente Aragorn- no veo que le haya afectado en lo más mínimo el amanecer...

-Estas en lo cierto- respondió Legolas- A ese lado del bosque nunca llega el sol; La sombra del Enemigo le ha hecho impenetrable y frío, ni el propio sol consigue con sus rayos traspasar la oscura niebla que aun esta presente... ¿así qué eso es lo que te acompleja?

-No, no solo eso... ¿qué tipo de bestias habita ese lado del bosque?

-Uf... haces preguntas demasiado difíciles y comprometedoras como para ser respondidas aquí y ahora, siendo que aun ni siquiera te hemos interrogado, así que pues, cuando lleguemos a mi Hogar, podrás saciar tus dudas, como nosotros las nuestras.

Dicho esto, se volvió y comenzó a galopar como hace antes, al mismo tiempo, todos los Elfos que habían sacado sus armas, las guardaron en sus fundas y emprendieron el viaje.

Transcurrió así el resto del día, sin ni una parada, excepto para almorzar, lo cual no les tomo mucho tiempo. Montando de nuevo, siguieron el mismo paso firme con el que habían entrado al Bosque, sin ni un síntoma de fatiga, hasta que calló la noche.

Cabalgaban al mismo incansable ritmo, sin detenerse en ni un momento, y haciendo caso omiso a todo ruido proveniente del lado Sur.

Cuando se comenzó a escuchar un galope apresurado que iba a su encuentro, los Elfos se detuvieron en seco y serraron los ojos, agudizando el oído...

Luego, abriendo los ojos, miraron a Legolas, que se adelanto al grupo.

Cuando por fin Aragorn consiguió ver quien venia, entendió la reacción de los Elfos, que habían sacado sus arcos y estaban acechando en la oscuridad.

Pasaron unos minutos hasta que Legolas regreso, junto con él estaba Elidrod, parecía herido, cuando vieron lo sucedido, los un par de Elfos se acerco a él y le tomaron por los brazos, y tendiéndolo en el suelo, comenzaron a curarlo.

Legolas miro a Aragorn con un tono severo, luego se dirigió a toda la tropa que les seguía.

-Escuchad, mas adelante en el camino, un grupo de bestias del lado Sur, han intentado cruzar el camino, al parecer es un gran numero, así que preparaos para la batalla, arqueros, desmontad y subid a los árboles, Mioril- dijo dirigiéndose a un Elfo quien estaba a la derecha de Aragorn- sube con ellos, procura que no pase nadie al lado Norte, eviten usar las espadas, solo flechas. Nosotros iremos a caballo... Edheldan, Adaner y Adanor, quédense ustedes aquí con Aragorn, esperen a los que vendrán con los heridos, avísenle de la situación y esperen a que un mensajero les de el paso, si tarda mucho, esperad al ejercito que debería llegar la próxima noche, ahí, partid. ¿Todo listo?

Aragorn se acerco a Legolas lentamente intentando hacer movimientos suaves que no pusiesen alterados a los Elfos que le cuidaban, y le dijo:

-Necesitare por lo menos de mi espada, para defenderme de un supuesto ataque de esas bestias... ¿podrías proporcionármela?

-¿Vez lo que pides? Pides que yo entregue armas a un rehén, poniendo en peligro a los que están a mi cargo si es que este decide escapar. No, no os daré un arma, más bien le entregare la tuya a Adaner, para que si se da el caso de una batalla, este te la entregue y pelees... si intentas escapar, ellos están autorizados a darte muerte sin preguntar, así que ni lo intentes.

Luego de esa pequeña amenaza, como lo tomo Aragorn, Legolas reunió al resto de los Elfos, los arqueros ya habían desaparecido por entre las ramas, y los caballos sin jinetes se internaron en el bosque.

Se fueron casi medio centenar de Elfos con Mioril, el Arquero. Otros partieron como exploradores hacia el inicio del camino y otros hacia el inminente campo de batalla.

Solo quedaron unos setenta Elfos, que junto con Legolas se alejaron a un rápido galope continuando el camino, solo quedaron Edheldan, Adaner, su hermano Adanor y Aragorn.

Los Elfos, luego de la partida de Legolas, montaron guarda a unos escasos metros de Aragorn, quien no podía hacer otra cosa más q descansar, puesto que no se podría levantar ni hablar con ni uno de ellos sin que sus espadas cortasen su garganta.

Así que decidió descansar, sentándose en un árbol del lado Norte, cerro los ojos; l instante se percato del cansancio que guardaba en el cuerpo, se acomodo y quedo sumido en un sueño intranquilo.

Fue despertado por un Haz de luz que conseguía atravesar todas las frondosas copas de los árboles, dándole de lleno en la cara, miro a su alrededor y descubrió, que tal como la mañana anterior, el escenario cambiaba completamente al amanecer; se encontró envuelto en flores y hierbas frescas, pero mirando al otro lado del camino, vio los mismos árboles tristes, desolados y pálidos, cubiertos por la niebla eterna que reinaba esa zona del bosque negro.

Fue sacado de sus pensamientos por Adanor, quien le puso la mano en su hombro y pregunto:

-Le gwennen?

-Si, me encuentro agotado-respondió Aragorn- y hambriento... pedich annûnaid?

-Bebe de eso- el Elfo le tendió una jarra con un liquido transparente y cristalino- y pues, si hablo la lengua común

-Gracias... ¿Qué hora es?

-El Sol esta alcanzado la mitad del Cielo, es hora de comer...

El Elfo se levanto y se marcho sin decir más; Aragorn bebió del jarrón y sintió como todo su cuerpo se relajaba en el acto; sintió mas fuerte el olor a las flores, como el viento golpeaba su cara, miró el cielo y vio el sol, cerro los ojos un momento y callo dormido.

Despertó muy entrada la noche; los tres elfos seguían donde estaban desde la mañana, ni se inmutaron cuando Aragorn se levanto, pero cuando avanzó mas de un metro, uno de ellos se volteo sacando una daga, Aragorn intento tranquilizarlo y decirle que solo estiraba las piernas, cuando se escucho el galopar de un caballo; a trote desesperado se acercaba por el camino en dirección al interior del bosque. Cuando se hubo acercado lo suficiente como para que Aragorn pudiese verle la cara, se le notaba cansado y herido, desmonto el caballo con torpeza y se dirigió uno de los Elfos, este y los otros se movieron de donde estaban, se dirigieron a sus respectivos caballo y los montaron.

Aragorn se dispuso a hacer lo mismo, se levanto de donde estaba, se acercó a su caballo y lo montó, pero en el acto, uno de los Elfos; Adaner, se acerco a él, y sacando la espada de Aragorn; se la entrego.

-Tened, la necesitaras de aquí en adelante, al parecer han vencido en la batalla, pero el camino al punto de reunión es peligroso... pero si intentas escapar- una riza maliciosa se dibujo en su rostro- tendré que matarte, así que, ve con cuidado, iras al frente.

Galoparon a paso ligero, al mismo tiempo en que el mensajero les daba las buenas nuevas sobre la batalla, todo había salido bien, los arqueros consiguieron retener a las bestias antes de que cruzaran el camino, y cuando llego Legolas y el resto de los Elfos, se inicio la batalla, que siempre estuvo de su lado, luego de unas hors de lucha, o mas bien de correteo a las bestias estas terminaron por huir bosque adentro.

Pero al mismo tiempo le relataba lo sucedido al partir hacia el encuentro del rehén, como había sido atacado por unas bestias de la niebla y el mensaje dado por Legolas.

-Me dijo, claramente- empezó a decir- que le entregaran el arma a Aragorn, y que los cuatro debían partir rumbo al campo de batalla rápidamente, pues se le necesita urgente.

Los Elfos apretaron el paso; por lo que Aragorn se vio en la obligación de hacer lo mismo, así cabalgaron el resto de la noche, pero llegando la madrugada, sintieron como un frío les envolvía, Aragorn saco su espada y los elfos arcos y dagas, escudriñaron en la oscuridad buscando que era lo que producía esa sensación de que hubiese llegado el invierno, cuando, al frente del camino se diviso un montón de niebla, que salía del lado Sur del bosque, situándose en medio del camino y dirigiéndose a ellos.

Aragorn escudriño la niebla, pero era demasiado oscura, como si ni el sol ni las estrellas pudiesen posar su luz en ella

Edheldan retrocedió un poco, mientras los otros elfos cargaban sus arcos. Aragorn se quedo quieto, y repentinamente, la niebla, tal como había aparecido por el lado sur del bosque, se fue entre los árboles mezclándose con la oscuridad que ahí reinaba.

Los Elfos, al no sentir más el peligro, guardaron los arcos y partieron rápidamente al lugar de encuentro, así, no paso nada digno de contar hasta media mañana cuando llegaron a un claro, donde algunos árboles habían sido removidos y quemados, pero solo se veían Elfos, caminando de un lado para otro, y por donde pasaban, la maleza volvía a crecer y grandes enredaderas tapaban los troncos caídos. Legolas estaba unos metros más haya, hablando con unos Elfos cuando llegaron el mensajero y el resto.

Lo que más impresiono a Aragorn fue el hecho de los rostros de los Elfos, se les notaba felices, si eso era posible, al reconstruir lo que había sido quemado o pisoteado, pero a la vez, tristes, tristes y melancólicos, como solo los Elfos saben estar.

Legolas se acerco a los recien llegados, saludo a cada uno de los Elfos luego se dirigió a Aragorn.

-Suilaid Aragorn

-Suilaid Legolas –respondió Aragorn- por lo que veo, han tenido una buena Victoria….

-Si... pero la batalla me tuvo sin cuidado, el problema es que se hacen más frecuentes y más duras de detener... algo impulsa a estas bestias a traspasar el camino, el cual desde antaño a sido la separación del bosque... no lo entiendo... hasta hace poco no era así.

Luego de decir eso, se volvió a sumir en sus pensamientos dejando un momento libre a Aragorn, el cual aprovechó para mirar el resultado de la pelea.

En medio del camino se describía un circulo recientemente abierto, un ensanchamiento del camino, por el lado norte se veían unos pocos árboles caídos, que en el momento se estaban cubriendo con unas bellas enredaderas que trepaban por los cadáveres de estos, tapizando todo a su paso con un aire de belleza y simplicidad.

El camino estaba parcialmente destruido, las piedras se hallaban removidas de sus lugares, pero se veía la estructura principal de lo que es un Camino de antaño. Elfos caminaban de un lado para el otro, recogiendo las flechas intactas y dejando todo lo mas limpio posible.

Por el contrario, en el lado del Sur, los árboles quemados no eran cubiertos por enredaderas ni plantas, sino que se conservaban en medio de la ceniza como muestra de la pelea. Los Elfos no se atrevían a entrar a ese sector, aunque estuviese llano, no era algo muy seguro.

Para Aragorn, eso no era mas que un pedazo de tierra desierta y cubierta de ceniza, por lo que tuvo la torpeza de entrar a ese vacío producido por la batalla.

Con un poco de precaución, sujetó firmemente su espada, y adentrándose al espacio, comenzó a investigar que tipo de bestias habían participado en la batalla. Pero alguien lo saco de su mediación, era Adanor, quien al ver que el rehén se alejaba cautelosamente, lo siguió.

-detente joven Aragorn, esas no son tierras dignas de pisar por un Heredero de Isildur-dijo con tono burlón- mejor apártate de ahí, aparte, el Príncipe Legolas ha pedido que se te requise la espad...

En ese mismo momento, una enorme bestia salto de uno de los oscuros árboles, atacando a Adanor por la espalda; Este no pudo retenerlo y sucumbió bajo las garras del monstruo.

Era grande, fornido, de cuatro patas, un lobo, pero no un lobo común, un Wargo, sus ojos inyectados con sangre miraron a Aragorn con furia, sus enormes garras seguían desgarrando la carne del Elfo que yacía muerto en el piso, cubierto de sangre y ceniza.

Mostró desafiante sus dientes, enromes dientes para ser de un lobo común, sus pelajes eran oscuros, de tonos grises y negro, abrió su enorme hocico y profirió un aullido.

Al momento, junto con respuestas de otros lobos, enormes bestias saltaron de entre los árboles del lado sur, cayendo de sorpresa sobre los Elfos, que, por muy rápidos que fueran, no conseguían desenvainar las espadas antes que esos colmillos los aniquilasen.

El lobo que parecía el jefe, que estaba al frente de Aragorn, se lanzo hacia él apresuradamente.

Aragorn saco su espada listo para detenerlo de un solo tajo; cuando una flecha le atravesó de oreja a oreja el cráneo del lobo.

Miles de flechas surcaron los aires en dirección al sur, los animales caían muertos atravesados por grandes cantidades a la vez, pero por cada lobo que caía, cuatro lo remplazaban.

Cuando ya parecía que conseguían controlar el ataque sorpresa, una enorme nube negra se alzo desde lo alto del cielo, tapando el sol y dejando todo a oscuras.

En ese momento, Aragorn se sintió atravesado por una flecha, luego por otra y otra le siguió a la segunda.

Callo tendido en el piso, viendo como los elfos perdían terreno. Los lobos pasaban sobre él creyendo que estaba muerto.

Así pasaron horas, donde lobos y más lobos salían del bosque y caían muertos frente a la escasas defensa de los elfos, la niebla cada vez era más densa, y los arqueros fallan sus flechas.

Cuando todo se hallaba perdido, se escucho el galopar de cientos de caballos, gritos en élficos y nuevas flechas rasgaban el aire atravesando a los Wargos sin piedad. Pero la niebla no se disipaba, algunos elfos trataron de darle con las flechas, pero la atravesaban sin dejar el menos espacio para que atravesase una luz.

Aragorn se incorporo lentamente y se movió hasta donde oía las voces de los elfos. Cayendo rendido a sus pies, con un agudo dolor en sus brazos atravesados por las flechas élficas. Miro hacia arriba, viendo a un joven elfo en su caballo; parecía que una luz le iluminara desde dentro de el, luz que permitía ver a los arqueros a través de la niebla.

El Elfo, de pelos negros como la noche, lleva una espada élfica llena de runas, que también expelía una luz, Aragorn sintió como perdía la audición, todo se le puso nublado... y callo desmayado.

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y... haber... eso ps... si os a gustado el capi; dejen un review, para ver si continuo escribiendo

namárië