Sexta parte

Eran cerca de la media noche cuando Amy se despertó, sintió sus tripas gritarle que tenía hambre, perezosamente se dio la vuelta y se quedó sentada en la cama, entonces se dio cuenta de que aún estaba vestida y recordó que lo último que vio fueron aquellas grabaciones que para ella eran tan aburridas. Se sacó las botas y fue de puntillas hasta la sala, Shadow estaba durmiendo, intentó no despertarle caminando hacia la cocina, abrió la nevera y miró a un lado y a otro buscando algo que se le apeteciese, le llamó la atención un plato tapado que no recordaba haberlo puesto ahí ella. Por la luz de la nevera pudo leer una pequeña nota enganchada al plato que ponía "hay que cenar antes de irse a dormir" y como ella no la había puesto pensó que debió ser Shadow, se giró hacia él que aún dormía y volvió a mirar el plato, sonrió muy contenta, no sabía a qué venía eso pero la hacía feliz, pensar que hacía poco más de un año ese mismo erizo había intentado matar a todo el mundo y ahora le había preparado la cena, ya se lo había dicho una vez, en el fondo todo el mundo es bueno. Se sentó en un banquito en la cocina a oscuras, con la única luz de la pequeña despensa encendida, no quería despertar a Shadow, así que comió en silencio, luego dejó el plato con agua en el fregadero y se volvió sobre sus pasos. Una vez en su habitación se sacó la ropa, entre la penumbra miró hacia el espejo, cerró la puerta y abrió la luz, volvió a mirarse al espejo sin ropa, se sentía tan frustrada, con aquellos golpes marcándole la piel, con los vendajes que le había puesto Tails ¿realmente era tan débil? Por mucho que lo había intentado no había servido de nada, ella no quería ser débil, no quería perder, tenía que ser fuerte para estar junto a Sonic, no ser el estorbo que había dicho Nadia. Con la camiseta larga puesta se echó sobre la cama, tenía un par de lágrimas conteniéndose en sus ojos.
-Vamos, Amy, ánimo.- Se decía a sí misma. –No tengo que llorar, tengo que ser fuerte, sólo es una mala racha, mañana todo irá bien.
Y con aquel último "todo irá bien" repetido empezó a vencer el sueño.

Vestida y con la cara lavada, Amy se sentía mejor, no iba a dejar que algo como aquello le afectase, debía darse prisa si no quería llegar tarde, así que acabó de peinarse y se tomó el desayuno deprisa. Shadow estaba sentado en una silla de la cocina repasando algo, parecía una hoja llena de direcciones, notó los brazos de Amy rodearle por detrás como había hecho ya aquella vez que se conocieron.
-¡Se dice buenos días!- Le gritó animada Amy. –Eres un sol, gracias por la cena de anoche.
-Buenos días.- Dijo calmado Shadow, parecía que iba a decir algo más, pero calló un momento. –De nada.
Amy sonrió y salió de casa para ir a trabajar, ahí quedó sentado Shadow ya sin mirar la hoja de papel, había estado a punto de decirle que había sido idea de Sonic el que le hiciese algo para comer, pero a la vez pensó que quizá Sonic no quería que ella lo supiese, no entendía por qué tenía que ocultar el hecho de que había ido a verla ¿para qué negarlo? No tenía nada de malo, él que vivía con Amy encontraba que su fama de fan histérica era exagerada, la encontraba una chica bastante normal, enamorada, pero normal, pensó que entonces aquí el cobarde era Sonic que no era capaz de entender por qué sus pies le llevaban hasta ella. Miró por la ventana, Amy estaba abajo mirando algún tipo de nota, luego se dirigió al trabajo dando saltitos como una niña pequeña, o como ella siempre había dicho, alegre y simpática. La nota era del dueño de la tienda de antigüedades, por eso Amy estaba contenta, le encantaba cuchichear entre aquellas cosas antiguas, a lo mejor había vuelto su nieta de estudiar en el extranjero y se la quería presentar, como siempre le decía que le recordaba a su nieta, de todas formas debía ser importante si le había dejado una nota en el buzón, así que se dirigió rápidamente al trabajo como si el llegar pronto hiciese que la hora de salida estuviese más próxima. Sin embargo aquel tampoco fue un buen día de trabajo, la gente de nuevo estaba desagradable, demasiado estrés quizá, y hoy no estaba su compañera simpática, como la llamaba ella, además, tenía la sensación de que el jefe quería decirle algo, estaba todo el rato detrás de ella preguntando tonterías como si había pasado frío anoche porque habían bajado las temperaturas o si ayer que tuvo libre había ido de compras, la cuestión era que había estado con aspecto nervioso toda la mañana, y al final de la jornada la llamó antes de irse para hablar con ella en la trastienda.
-Tengo que decirte algo y no es fácil...- Empezó a dar rodeos. –Todo este tiempo has trabajado muy bien, pero debo pedirte que lo dejes.
-¿Cómo?- Amy se alteró, no lo entendía. –Pero si dices que he trabajado bien ¿por qué tengo que dejarlo?
-Es difícil de decir, aún no has cumplido ni los 14, sabes que eso es ilegal, si ahora viniese una inspección por sorpresa podrían cerrarme el local.- Intentó excusarse el jefe.
-Pero... llevo más de un año en la empresa y nunca ha pasado nada... ya sabes, si nadie nos denuncia no hay problema.
Y ese era el problema, el casual de que alguien les quisiese denunciar, el dueño del local no se lo explicó, pensó que era mejor así, le dio un sobre con el pago del mes.
-Cuéntalo.- Le dijo como hacía siempre que le daba la paga.
-Aquí hay de más...- Amy separó lo que sobraba para devolvérselo.
-No importa, quédatelo, acéptalo por las molestias.
¿Acaso podía pensar que con dinero iba a poder pagar el cómo se sentía Amy ahora? Ella esperaba que hoy fuesen las cosas mejor y para empezar aquello, un jarro de agua fría. Deambuló un poco por las calles con el sobre en la mano antes de llegar a la tienda de antigüedades, por su saludo el viejo dueño supo que ya había empezado a pasar lo peor, se preocupó por sus vendajes aunque Amy dijo que habían sido las rebajas, hizo de tripas corazón y con Amy sentada sobre el mostrador le contó lo que había pasado la noche anterior, por ello Amy pudo atar cabos, todo lo que no entendía ahora tenía sentido, el comportamiento de la gente, aquellas caras, los cuchicheos a sus espaldas.
-¿Tanto me odian?- Empezó a sollozar Amy. –Pero si nada de eso es verdad... tú lo sabes, yo quiero a Sonic.
El viejo le puso la mano sobre la cabeza, intentando confortarla.
-Ya lo sé, pequeña, pero la gente es así, es fácil corromper con palabras la verdad, sé que en el fondo no son malos, pero sus vidas son tan tremendamente aburridas que llegan a inventar barbaridades para llenarlas, lo entiendes ¿verdad?
Amy cerró los ojos gimoteando, asintió.
-Ojalá pudiese hacer algo... podría darte trabajo aquí o algo por el estilo...- Comenzó a decir el viejo.
-No.- Le cortó Amy, había caído en algo. –Deben haber amenazado a mi ex-jefe, ahora entiendo por qué tenía tanto miedo a una denuncia.
Le dio las gracias por haberse preocupado y le pidió que se mantuviese al margen, no quería que le pasase nada a una de las pocas personas buenas de esa ciudad, pero cuando se fue por un momento deseó que Perfect Chaos volviese a llenar todo aquello de agua tragándose a todos esos malpensados, no entendía cómo habían sido capaces de pensar todo eso de ella, pero si se ruborizaba con sólo pensar en un posible beso con Sonic ¿cómo iba a hacer cosas más fuertes con Shadow? Y le dio mucha rabia, se sentía impotente, de manera que cuando alguien le llamó la atención no se dio ni cuenta hasta que la tomó del brazo.
-¡Oye, niñata! Te dije que quería el dinero y ya se ha pasado el plazo.- De nuevo el casero.
Pero esta vez no estaba el policía para ayudarle, aún le dolían los golpes y aquel tipo le estaba haciendo daño en el brazo, fue instinto de supervivencia lo que le hizo sacar el martillo y golpearle tan fuerte que lo dejó tirado en el suelo, ella misma se asustó, miró a un lado y a otro, no la había visto nadie, se acercó despacio al casero y le tocó con el martillo, estaba vivo, respiró aliviada, sólo estaba inconsciente, temblándole las manos sacó de su sobre el dinero que le debía al casero y se lo metió en el bolsillo, estaba tan asustada que no pensó en ayudarle, tenía que irse de ahí, ahora mismo quería que la tierra se la tragase, así que comenzó a caminar en dirección opuesta.
-Te he visto.- Fue un rayo atravesando el corazón de Amy. –A Sonic no le va a gustar esto, no importa que huyas, él te encontrará.
Amy se giró despacio, de nuevo aquella molesta eriza roja.
-Déjame en paz, ahora no tengo tiempo para tus tonterías.
-¿Piensas salir impune de esto? Acabarás en un correccional.- La amenazó Nadia.
-Ha sido defensa propia, él me atacó primero.
-Eso no cuenta, tú también me atacaste primero y sin embargo Sonic se enfadó, se enfadó por tu culpa.- Le echó en cara. –Pero cuando sepa esto va a saber qué clase de chica eres y vendrá conmigo, porque él no te quiere, nunca te lo ha dicho ¿verdad? Soy testigo de tu crimen y puedo hundirte por esto si quiero.
Ya era suficiente, además, esa chica no se merecía ni una palabra de Amy, ya estaba harta de todo, cansada de todo, su corazón no aguantaba más, ya le habían hecho demasiado daño traicionándola todos, sólo podía correr y correr, le parecía escuchar sirenas de la policía, pensó que iban tras ella, aunque en realidad no tenían nada que ver, pero estaba asustada, dolida, agotada, así que corriendo se metió en un callejón estrecho, ocultándose, se quedó sentada en el suelo con sus lágrimas casi explotando corriendo por sus mejillas. Intentó acallar su llanto pero no pudo, se abrazó a sí misma ocultando su cara, deseaba tanto que estuviese Sonic ahí con ella, hasta se lo imaginó, se vio a ella misma ahí sentada llorando y pasar Sonic cerca, oírla y correr a su lado a preguntarle qué le había pasado. Imaginó que Sonic la abrazaría y le volvería a preguntar qué había pasado pero ella no le contestaría, seguiría llorando abrazada a él, y más lloró al abrir los ojos y ver que seguía ahí sentada, sola, sin ganas de moverse y sin saber qué hacer.

Shadow acababa de llegar, se sentía eufórico, orgulloso de sí mismo, no veía el momento en que llegase Amy a casa para contarle el éxito que había tenido. Dejó sobre el mueble de la sala un sobre muy abultado, se lo quedó mirando un momento, lo cogió de nuevo, en la parte posterior había escrito "no lo pierdas" de la mano de una mujer, cerró los ojos sonriendo y lo volvió a dejar en el mueble. Aún quedaba un rato para que viniese Sonic, lo extraño era que Amy aún no había vuelto, quizá había quedado con alguien o había ido de compras otra vez, aquello era un vicio, pero bueno, cogió agua de la nevera y fue a sentarse en el sofá cuando llamaron por teléfono, dudó un momento pero lo cogió.
-¿Diga?- Intentó no parecer lo antipático que decían todos que era hablando.
-Hola, soy el dueño de la tienda de antigüedades ¿me recuerdas?
-Sí, Amy aún no ha vuelto ¿le apunto un recado o algo?
-¿No ha vuelto?- Se quedó callado un momento. –Bueno, pero quería preguntarte algo.
"¿A mí?" Pensó Shadow.
-Tú también tienes poderes como Sonic ¿verdad?
Shadow sacudió la cabeza sorprendido.
-Sí.
-¡Ah, perfecto! Podrías encontrar a Sonic ¿lo harías?- Sonó la voz impaciente.
Lo que luego le dijo ya dejó sin habla a Shadow, pero de todas formas se iba a enterar tarde o temprano, aunque sólo le contó un poco por encima lo que había pasado le bastó para entender aquella voz de preocupación del viejo y la tardanza de Amy. Tras colgar el teléfono lo pensó, Sonic venía de camino pero él no iba a servir de nada, no iba a decir públicamente que Amy seguía siendo su novia, ese asunto lo iba a solucionar él por su compañera de piso, ahora era su turno de devolverle todos los cuidados que le había dado. Así de decidido bajó las escaleras y salió por la puerta, esperó un poco en el portal pensando por dónde iba a empezar cuando llegó Sonic frenando a su altura, Shadow resopló, no le apetecía nada escuchar el tono burlón, chulo y arrogante de la voz de Sonic en ese momento.
-Eh, Shadow ¿me esperas en la puerta? Qué honor.
Por la mirada de Shadow, Sonic supo que algo pasaba, cambió su tono, cambió su mirada, incluso la pose ahora parecía otra.
-¿Ha pasado algo?
No era un buen momento, Shadow tenía cosas que hacer, tenía que encontrar a Amy, así que intentó hacerle un resumen.
-Se extendió el rumor de que Amy y tú habíais roto, de manera que se le ha puesto toda la ciudad en contra, le exigen los pagos de las deudas, la echaron del trabajo, incluso esa amiguita tuya Nadia le dio una paliza ¿aún tienes la cara de preguntar si pasa algo? Pareces subnormal, que no te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor.- Shadow hizo una pausa, lo había soltado todo de golpe.
Quizá si fue un poco duro, pero en parte tenía razón, le contó su teoría de la reencarnación de Maria y que incluso había pensado llevársela de ahí, alejarla de todos esos estúpidos humanos que no sabían aprovechar la oportunidad que tenían para ser felices. Dejó plantado ahí a Sonic completamente anonadado de todo lo que le había soltado en un momento, y es que Sonic no lo veía así, no entendía por qué la vida de Amy dependía de si ellos salían o no, le parecía absurdo, si nunca le había pedido para salir, es más, las pocas veces que habían ido juntos a algún sitio, de compras o a comer, la mayoría de las veces obligado, había sido horrible, no le dejaba correr, no le dejaba moverse, a veces ni podía respirar, y las conversaciones eran nulas, eran Amy hablando sin parar, por eso prefería más quedar con el grupo completo que en "cita" con el huracán rosa. Así como vino se fue, en un par de saltos ya estaba en lo alto de un edificio tumbado frunciendo el ceño, él no quería saber nada, pero tampoco le gustaba la idea de que Amy estuviese sufriendo, y todo por no poner las cosas claras desde el principio, le hacía gracia la dedicación de Amy a su relación, pero las cosas no eran así, entristeció pensando que no sabía qué decidir y ahí se quedó por un momento sin hacer nada.

Llevaba toda la tarde de un lado para otro, con lo fácil que había sido la otra vez, sólo tenía que llamarle y él estaría ahí. Con algo de desanimo Shadow volvió a casa, subió con desgana las escaleras, vio que la puerta de la vecina cotilla se entreabría, cuchicheando algo con la compañera, mirando de reojo, con ese aire de superioridad que odiaba Shadow que viniese de unos seres que él mismo había empezado a ver como inferiores. Se quedó mirando un momento a las vecinas, tenían el descaro de no ocultarse mientras las miraba, tan furioso estaba que agarró una pequeña maceta que adornaba la esquina de la escalera y la tiró fuerte contra la puerta, haciendo que por fin dejasen de espiar, la planta quedó destrozada, la maceta se hizo añicos. Shadow se acercó hasta aquella puerta, se dio cuenta de lo que había hecho, la planta no tenía la culpa, se puso de rodillas a su lado e intentó ponerla derecha, pero el impacto había sido muy fuerte y tenía las ramitas rotas. No lo entendió en un principio, ese nudo en la garganta, esa angustia, no hacía más que mirar aquella pequeña planta que nunca se había parado a mirar antes, había matado en su época de querer destruir el planeta, pero ahora se daba cuenta de lo que significaba de verdad todo aquello.
-Mierda... no puedo curarla...- Cerró los ojos con rabia y con la misma impotencia que cuando no pudo salvar a Maria.
Debía calmarse, no quería dañar a inocentes, así que cogió la planta y subió hasta su propia puerta, antes de sacar su esmeralda para en un Chaos Control atravesar la puerta se dio cuenta de que estaba abierta, entró con cautela.
-¿Amy, has vuelto?- Llamó mientras entraba.
Casi le atropella, Amy corrió a ocultarse en su habitación, no le pudo ni ver la cara, sólo la vio correr y escuchó echar el cierre tras ella. Se sintió aliviado en cierta forma, estaba en casa y estaba de una pieza, o eso parecía, tuvo un momento para pensar mientras arreglaba la plantita como podía y tras dejarla en un vaso con agua se dirigió a la puerta de la habitación de Amy. Tocó a la puerta educadamente, pero no obtuvo respuesta.
-Amy, abre.- Dijo con voz calmada.
-¡Déjame, quiero estar sola!- Gritó ella.
-Sabes que las puertas conmigo no sirven por mucho pestillo que tengan, puedo usar mi esmeralda o puedo echar la puerta abajo, tú decides.
Esperó un momento hasta que escuchó quitar el cierre, abrió la puerta y la vio caminar de espaldas a él hasta sentarse en la cama, subió los pies y se abrazó a sus piernas ocultando su cara en sus rodillas. Shadow pasó al interior y se sentó a su lado, estuvo un momento en silencio.
-Sé lo que ha pasado, ha llamado el viejo, parecía preocupado por ti.
Amy seguía sin decir nada, no le extrañaba que hubiese llamado.
-¿Has pensado en algo ya? Si no tienes trabajo no podrás pagar ese cuchitril que llaman piso.
-¡No lo sé!- Gritó Amy. -¡Y da igual que sea un cuchitril, que sea tan pequeño que no puedo ni poner una cadena musical, pero es mi casa!- Levantó la cabeza. –No sé qué hacer, se han puesto todos en mi contra, como si fuese una criminal... yo no he hecho nada.
Le miró, tenía la cara empapada de horas llorando, le dolían los ojos, pero no podía parar, no se sentía con fuerzas ni ánimos para parar, apoyó su frente en el hombro de Shadow y éste sólo tuvo que girarse un poco para abrazarla.
-Te juro que... cómo alguien no me diga algo bueno me doy un tiro, estoy cansada de que sólo me pasen cosas malas.
-Eso no lo digas ni en broma.- Shadow se puso serio.
La meció acariciándola hasta que pudo pensar.
-La cena de anoche.- Dijo Shadow.
Amy lo pensó, sí que se podía considerar algo bueno, Shadow había sido muy amable con aquel gesto.
-Gracias por aquello...- Dijo Amy a media voz.
-Fue idea de Sonic.- Le cortó Shadow.
A Amy le dio un latido muy fuerte pensar que Sonic había estado por ahí.
-Lo dices para consolarme, Sonic no vendría sin motivo.- Gimoteó tristemente.
-Nadia le contó lo de vuestra pelea y debía estar preocupado para llegar hasta aquí sin motivo.
Seguía sin poder creerlo, pero era algo bueno, se fue calmando poco a poco.
-¿Sabes qué? Te hice caso.- El tono de Shadow parecía más animado. –Encontré trabajo, es poca cosa pero está bien pagado, aunque tuve que buscarlo muy lejos de aquí, pensaba decírtelo esta tarde, quiero ir allí, sólo tengo que hacer un par de gestiones y mañana por la tarde ya podría mudarme. Trabajo y casa, es todo lo que necesito por ahora ¿no?
Amy poco a poco dejó de llorar.
-Amy, quiero creer en mi teoría, déjame creer, deja este lugar tan lleno de gente corrupta, vamos a un sitio donde no nos conozcan.
Se separó un poco de él, no sabía si estaba entendiendo lo que le decía en ese momento.
-Espera ¿a qué te refieres?- Le preguntó limpiándose algunas lágrimas que aún le quedaban en la cara.
-Que quiero que vengas conmigo ¿hay algo que te ate a este lugar? Ya lo has visto que ni la gente buena te puede ayudar, por eso te lo digo, ven conmigo.
Ahora sí que estaba sorprendida, no sabía si era una declaración de amistad o de amor, sí que le había dicho que pensaba que ella era Maria y que sólo quería cuidar de ella, pero tanto como para conseguir un trabajo y una casa lejos de ahí, llevársela apartándola de todo lo malo como si fuese un príncipe en un caballo blanco, realmente fue ella la que le puso esos objetivos, no era de extrañar que los hubiese cumplido tan pronto, pero era algo que debía pensar, decía que se quería ir mañana, era un paso importante, debía meditarlo bien.
-Voy a dar un paseo, necesito pensar en todo esto con calma.- Dijo Amy poniéndose en pie.
-Mejor no vayas, piénsalo aquí, con todo lo que ha pasado lo que menos te conviene es estar sola.
Amy le sonrió, ya se había puesto en pie, le dijo que no se preocupase, que estaría bien, le agradecía mucho todo lo que se preocupaba por ella, pero necesitaba caminar un poco. Salió de casa sin echarle cuentas a su alrededor, se sentía muy confundida y necesitaba aclararse, quería luchar por todo lo que había conseguido por ella misma, irse con Shadow era como aceptar que su vida ahí no estaba bien y que nada de lo que había hecho había sido con su esfuerzo sino con el de "es la novia de Sonic".

"Ahora es cuando debería aparecer Sonic y salvarme de todo esto, apartarme de las dudas y el deber de escoger, todo es mucho más fácil cuando pones tu destino en manos de otra persona, no me había dado cuenta de cuán débil soy en realidad, no era cuestión de hacer ejercicio y practicar boxeo, soy débil porque necesito que Sonic esté conmigo, dependo de él, de lo que me diga, de que me mire, ahora que he sentido necesidad de estar con él y él no ha venido a mi lado es cuando realmente me di cuenta de que quizá él no me quiera de verdad, aunque siempre pensé que si no me quería podía cambiar eso con tiempo, demostrándole lo mucho que yo le quiero y que si está a mi lado puedo hacerle feliz, al menos cuando fuimos a la acampada, cuando cenó con Shadow y conmigo sonreía. Sé que es un héroe y no me va a dejar en la estacada cuando realmente necesite ayuda, nunca haría algo así, pero si me iba a hacer sufrir de esta manera, apareciendo, desapareciendo, huyendo de mí, nunca diciéndome sus sentimientos ¿por qué me salvó la primera vez? Por ser un héroe."

continuará...