Así como Marisa se agachó tuvo que cerrar los ojos, hubo un sonido muy fuerte acompañado de un temblor en el suelo que la hizo caer. Delante suya Shadow tenía cogido algo metálico enorme que no reconoció, cuando al hacer más fuerza lo lanzó pudo ver que era un brazo mecánico, un meca.
-¿Qué es eso?- Preguntó al aire Marisa.
No lo había visto bien pero fue gracias a que Shadow le dijo que se agachase que él había esquivado el primer ataque y ella había salido ilesa.
-Shadow The Hedgehog, acompáñeme sin oponer resistencia.- Dijo el piloto del meca por el altavoz.
Por un momento Shadow no se movió, simplemente le miró con esos ojos intimidantes que hicieron dudar al piloto de aquel enorme meca. Aunque Marisa no podía verle bien estando a su espalda, también se sintió intimidada, era como un aura oscura aterrorizante, y ni se pudo mover o decir nada cuando Shadow comenzó a caminar hacia el meca, le vio alzar el puño lentamente y apretarlo fuerte, parecía que realmente se iba a pelear más que a entregar, pero ella misma había admitido ser empática, entonces si iba a comenzar una batalla ¿por qué sentía tanta tristeza? Cuando el meca lanzó de nuevo su puño contra él desapareció por un instante reapareció delante del puño, como si hubiese fallado, sólo destellos azules eran la prueba de su acción, y cuando estuvo lo suficientemente cerca golpeó con su puño a la cabina del meca haciendo saltar la parte baja del cristal blindado en pedazos y a la vez haciéndole caer a varios metros lejos de él. Marisa se puso en pie tan rápido como le dejó su cuerpo aún atontado por la situación, no entendía cómo alguien podía ser tan fuerte, era demasiado fuerte. Shadow saltó esquivando otro ataque del meca que había aumentado la potencia, un par de giros y consiguió darle un golpe a Shadow, que dio algunas vueltas en el aire perocayendo de pie. El meca puso los propulsores casi volando hasta Shadow para intentar darle de nuevo, y aunque Marisa tenía ganas de gritar a Shadow para que lo esquivase sintió que aquello iba más allá de todo lo que había conocido hasta ahora, incluso su presencia ahora mismo era algo mínimo en aquella batalla, como si fuese parte del decorado, pudiendo sólo poner sus manos en su cara cuando el enorme puño impactó contra Shadow, pero cuando miró entre sus dedos hacia él vio que no le había dado exactamente, se había dejado dar para agarrar el brazo mecánico del cual se puso a estirar hasta que la junta empezó a chispear, y como si fuese un brazo real lo desgarró destrozando aquel metal teóricamente blindado e irrompible arrancando cables y saliendo a chorro el líquido que lo hacía funcionar como si fuese su propia sangre. Lanzó a otro lado aquel brazo inservible y saltó golpeando con sus manos juntas hacia abajo la cabina del piloto, esta vez sí saltó todo el cristal y casi hundió el meca en el suelo. El piloto herido intentó sacarse rápidamente las sujeciones que tenía al meca para intentar huir, pero Shadow ya estaba delante suya, le agarró de la solapa y estiró arrancando los cinturones de seguridad, le tiró al suelo sin soltarle.
-¿Por dónde van tus compañeros?- Le agitó Shadow. -¿Han llegado ya a su destino?
Lo había dicho Nadia, los había mandado contra él, de manera que si por la zona había uno los demás no debían andar muy lejos, o eso es lo que pensó porque a base de sacudidas le consiguió hacer hablar, haciéndole confesar que habían hecho tres grupos con uno de los mecas especiales en cada una de las unidades. El primer grupo debía estar llegando al pueblo, el segundo se había ubicado en New Station Square y el tecero había quedado de refuerzo en un término medio del camino entre ambos puntos. Nadia había salido del hotel al escuchar todo aquel jaleo, llevaba con ella una toalla para su hermana, ella ya se había secado, se puso a su lado viendo el final de la batalla y recordando cómo le había gritado a Sonic para que parase cuando estaba en el lugar que ahora ocupaba Shadow, aunque ella no iba a ser quien osase gritarle a aquel oscuro ser que parase.
-¿Entiendes lo que te decía?- Casi le susurró a Marisa poniéndole la toalla sobre los hombros. –Es monstruoso, demasiado fuerte, en vez de capturarle deberían destruirle, y mucha gente opina como yo.
-Lo entiendo.- Dijo Marisa sin mirarla, con la vista fija en Shadow. –Si hay tanta gente pensando así... entiendo por qué está tan triste siempre.
-¿Qué dices?- Le llamó la atención su hermana.
-Él ayudó a Sonic a evitar que la colonia espacial cayese al planeta, se sacrificó por ello, pero a pesar de todo no le dejan empezar una nueva vida, le siguen persiguiendo.- Marisa se giró hacia Nadia con una mirada diferente.
-¿De dónde has sacado eso? Si ayudó a Sonic seguro fue por sobrevivir, no se sacrificó, yo le veo ahí vivito y coleando.
-No lo sé.- Dijo Marisa girando la cara de nuevo. –Pero es como Sonic, mientras le necesiten continuarán persiguiéndole.
Una ráfaga de disparos a la altura de la cabeza de Shadow le hizo soltar a su presa saltando y posándose sobre los restos del meca para esquivarla. El tipo de ARMS se arrastró un metro mientras sus piernas dejaban de temblar, se puso en pie y vio entre la lluvia que se iba apaciguando el meca especial de su grupo, era como una aparición divina a los ojos del piloto vencido, corrió a su lado, le dijo algo y desapareció cediendo su puesto al nuevo meca. A Shadow no le importó que ese tipo se fuese, pensó que sería mejor concentrarse en el nuevo, aquel meca era algo más pequeño y tenía un aspecto diferente al que ya había destrozado, si había un meca especial debía ser ese, ya le había parecido que el roto era demasiado simple, sin armamento apropiado para enfrentarse a él, una pequeña avanzadilla que para él atravesarlo era como cortar mantequilla con un cuchillo. Tan sólo por su aspecto ya suponía que aquel blindaje debía ser mejor, y el que el piloto saltase a la batalla directamente en vez de pavonearse hablando le hizo volver un sentimiento antiguo que hacía mucho que no sentía, el placer de una buena batalla. Nada más empezar se notó la habilidad del piloto, que aunque Shadow no lo supiese no tenía ni punto de comparación con aquel al que se enfrentaron Sonic y Amy, no usaba sólo los ataques a golpetazos sino que iba alternando con todo su armamento, y algo que le llamó la atención a Shadow y le puso en guardia fue aquel extraño cañón que desde hacía un momento había empezado a brillar, pero el meca seguía atacando como si no estuviese haciendo nada. Aprovechando que era un meca pesado y lento, Shadow agarró uno de los brazos mecánicos y se dispuso a hacer lo mismo de antes, pero aquel piloto supo contrarrestar su lentitud y aprovecharse del exceso de confianza de Shadow para darle con la otra manaza, así Shadow agarraba con un brazo uno y con la otra mano paró el golpe, casi sin poder moverse cuando el meca se agachó para usar el cañón que tenía en su espalda liberando toda aquella energía haciendo retroceder al propio meca y casi clavando en el suelo a Shadow, que antes de levantarse sacudió la cabeza, miró al meca que por disparar tan cerca también había recibido y pudo comprobar que realmente aquel blindaje era del bueno, a pesar de haberse quemado toda la pintura de la parte de delante. Por su lado Shadow no estaba mal herido, era como si le hubiesen dado un fuerte golpe físico y estaba algo aturdido, pero nada letal para él, era verdaderamente duro de pelar, se puso en pie y se sacudió el barro mojado mezclado ahora con algo de sangre, nada que le fuese a detener, sabía que no era el momento, pero él mismo sonrió al ver que alguien había logrado hacerle sangrar y estaba seguro que desde dentro de aquel meca el piloto sonreía también por usar todos sus recursos contra un enemigo de verdad. El meca no descansó, volvió a acercarse a Shadow usando sus disparadores mientras se cargaba de nuevo el cañón de energía, pero Shadow simplemente se cubrió, no era que no le afectase, las balas sí le hacían daño, pero su piel era demasiado dura para que pudiesen atravesarle, aunque cuando usó los lásers sí saltó, recordó otra ocasión que eso sí le había hecho daño y por ello había pasado dos días durmiendo para poder recuperarse. Con aquel salto el meca calculó el lugar aproximado de su aterrizaje para dispararle justo en el momento antes de llegar, pero aunque el disparo láser fue bueno no contó con los poderes de Shadow que una vez más desapareció y apareció justo delante del meca dándole un fuerte golpe, o intentándolo porque el meca puso su brazo mecánico delante y aunque dañó ese brazo el resto reaccionó usando sus propulsores hacia delante a la vez como ofensivo y defensivo apartándose de él. Shadow se había cubierto la cara con los brazos para no quemarse, parecía que el fuego sí le estaba haciendo daño, era el momento de tomarse las cosas en serio, abrió una mano y una luz se puso sobre ella, salió de su propia mano una esmeralda. Marisa, que había quedado de espectadora junto a su hermana, no había caído hasta el momento que Shadow llevaba esa esmeralda con él cuando hizo el Chaos Control ni pensó más en ella cuando ya no la vio ¿podía fusionar aquella joya en él? Todo pasaba demasiado deprisa y para ella aquello era demasiado de ciencia ficción, como si fuese un sueño, y aunque había apretado los puños y se había preocupado cuando Shadow fue golpeado no había sido capaz de hacer nada, esa situación la sobrepasaba, no podía interferir ni ayudarle ni protegerle, sintió que su propia hipocresía le hacía daño por haber dicho antes que haría todo lo posible, que no iba a perder a nadie más importante para ella, aunque a Shadow le conocía poco ¿en qué momento se había convertido en alguien importante?
-Shadow... ten cuidado.- Murmuró Marisa.
-A quien deberías animar es al otro.- Pero Nadia la había oído. -¡Adelante, tío del meca, cuento contigo!- Aunque gritaba eso estaba temblando.
Nadia pensó que la había oído porque el meca se quedó quieto, pensó que seguro que desde dentro de aquella cabina oscurecida el piloto se alegraba de los ánimos.
-Aunque sonrías.- Marisa dijo sin mirarla. –Sé que aún estás triste, rabiosa y te asusta ver todo esto, puedo sentirlo, pero no pagues tu frustración con Shadow, puede que aún no le conozca bien pero puedo sentir su corazón.
Eso la hizo callar de golpe, lo sabía, desde que eran pequeñas Marisa siempre había sentido a los demás, quizá por ello nunca había querido tener mucha relación con la gente, la debía confundir el sentir los corazones de los demás, por eso le extrañó tanto que le dijese que tenía una amiga, alguien había logrado llegar hasta ella. Bajó la cabeza pensando que ella en el fondo tampoco conocía bien a su hermana.
-¡Chaos Spears!- Gritó Shadow.
Y unas luces amarillas salieron disparadas hacia el meca, que saltó mientras volvía a disparar los lásers, Shadow también saltó y se cruzó con los lásers sin que le rozasen, vio que el meca ponía el brazo mecánico que tenía dañado en medio, y pensando que había sido un acto reflejo que le iba a llevar a su propia destrucción no se detuvo, atravesó lo que quedaba de ese brazo sin darse cuenta de que el metal frenó su ataque a la vez que lo atrapó, sólo quedó al descubierto la mano con la esmeralda apuntando al meca, el cual con la otra mano medio arrancó el cañón trasero ya cargado dejando los cables tensados lo suficiente para que aún funcionase y se disparó a su propio brazo para poder dar a Shadow.
-Mari... me están empezando a dar miedo...- Murmuró Nadia agarrándose del brazo de su hermana.
La cosa no acabó ahí, Shadow sonrió, con su esmeralda absorbió toda esa energía con bastante dificultad haciendo brillar al máximo la joya que parecía a punto de reventar por la presión de tanto poder, y la liberó hacia su enemigo mientras caían dando al cañón de pleno creando una gran explosión que afectó incluso a las estructuras cercanas. Marisa y Nadia se habían agachado ocultándose tras una de las columnas de la entrada del hotel para evitar la onda expansiva que se había creado por la explosión del cañón, había roto cristales del hotel y las propias puertas de la entrada habían quedado atrancadas. Shadow cayó al suelo aún atrapado, se sentía cansado por forzar sus poderes pero tenía que salir de esos hierros, vio que el tejadillo de la entrada del hotel tambaleaba y Marisa y Nadia no se habían dado cuenta de ello, intentaba advertirlas pero no lograba librarse de su prisión metálica y había quedado demasiado lejos para que le escuchasen, estiraba fuerte y acabó haciéndose un corte en el brazo, ni siquiera podía usar el Chaos Control aún, la esmeralda estaba sobrecargada, pero cuando logró quitarse los hierros y corrió a donde las chicas el tejado comenzó a desboronarse. Shadow se paró en seco, el tejado de la entrada no cayó, lo que quedaba del meca se había metido debajo haciendo fuerza para evitarlo, incluso por el altavoz del meca se oyó gritar "salid de aquí" con una voz que les sonó familiar, y aunque Marisa enseguida reaccionó, Nadia se había quedado de piedra, sentada en el suelo inmóvil, Marisa la traqueteó e intentó tirar de ella, pero se había quedado en estado de shock. Ella nunca había sido una cobarde pero ver aquella batalla entre titanes y tener ahora delante aquel meca casi destripado con cables colgando realmente la asustaba, ya ni pensaba en que el tejado podía caer y que el piloto en verdad las estaba ayudando, entonces se desmayó.
-¡Shadow, coge a las chicas!- Gritó el piloto por el altavoz.
Y lo hizo, corrió dentro, con un brazo cogió a Nadia cargándola sobre su hombroy la otra mano se la dio a Marisa, a la vez que corrió fuera Shadow el piloto del meca abrió la cabina y saltó también apartándose todos lo suficiente cuando el chispeante meca comenzó a hacer pequeñas explosiones hasta que saltó todo por los aires. Cuando Nadia abrió los ojos lo primero que vio fue el suelo lleno de charcos a los que ya no caían más gotas de lluvia, estaba medio colgando boca abajo sobre el hombro de Shadow, se sentía como un saco de patatas pero en ese momento no sabía que era Shadow quien la cogía, parpadeó un par de veces y reconoció a su hermana más atrás, estirando aún el brazo para seguir cogida de la mano de Shadow, cuando reaccionó se revolvió y cayó al suelo. Shadow soltó la mano de Marisa y miró al piloto que ahora ya no llevaba el casco, se acercó a él y le cogió por la solapa.
-¿Qué pretendes?- Le gritó irritado Shadow. -¿No se suponía que eres su amigo, Kaiser?
Aún no se había dado cuenta Marisa, había estado mirando cómo explotaba el meca y luego ayudando a su hermana, pero ambas se giraron, sí que lo era, su amigo de la infancia.
-Ponte tranquilito.- Sonrió Kaiser diciendo aquello como si fuese una broma. –En ningún momento he intentado dañarlas.
-¡Kaiser!- Marisa dio un paso acercándose. -¿Qué demonios haces aquí?
-Es obvio.- Kaiser se soltó del agarre de Shadow, puso sus manos en su cadera agachando un poco el cuerpo pero alzando la cabeza hacia Shadow. –Me moría de ganas de comprobar cómo de fuerte era en verdad la forma de vida perfecta.
Shadow le miró a los ojos, reconoció esa mirada y esa sonrisa, casi podía ver a Sonic en todas las ocasiones que había querido luchar con él, eso le hizo gracia e intentó ocultarlo, pero resopló de todas forma girando la cara.
-Yo me voy, todos los críos sois iguales.- Se burló Shadow.
-¡No me trates de crío!- Se indignó Kaiser. –Sé que en un combate cuerpo a cuerpo no tengo nada que hacer, pero he estado muy cerca con el meca.
-Kaiser...- Nadia le miró, nunca le había visto de aquella forma. -¿Has robado ese meca del gobierno para luchar contra Shadow?
-No lo entiendes.- Cerró los ojos Kaiser. –El gobierno ni se entera de estas cosas, ARMS va por libre, no le importa el país, tan sólo distribuye las armas y que haya tipos como Shadow tan codiciados les mantiene en la cumbre.
-El gobierno sí se entera.- Le contradijo Shadow.
-Es por tipos como yo que informan a gente como tu amiga la ladrona.- Cruzó los brazos medio riendo Kaiser.
-¿Conoces a Rouge?- Sacudió la cabeza Shadow recordando de que Rouge ya le había hablado de un informador.
Pero Nadia no lo entendía, no encajaba que aquel muchacho que siempre había considerado alguien normal estuviese tan involucrado en todo. Todo porque cuando Nadia se fue a buscar fortuna a la ciudad tras la muerte de su padre Kaiser la siguió, él estaba seguro que había algo oculto en la muerte del padre de las chicas, por eso cuando los restos de GUN se unieron a ARMS él aprovechó y se hizo pasar por un nuevo recluta, no sabía que se estaba metiendo en la boca del lobo, sólo quería hacer periodismo de investigación y averiguar la verdad oculta, sabía que existía un erizo negro, había visto imágenes grabadas, pero lo que en ARMS encontró fue algo más, la muerte del padre de Marisa y Nadia no fue un accidente, pero no había sido causa de Shadow, él estaba de viaje con Marisa y mientras ella descansaba en el hotel él estaba haciendo un poco de turismo, quería grabar con su videocámara la noche de la gran ciudad para Nadia cuando pasó. Uno de los enfrentamientos entre GUN y Shadow, grabó una batalla y cómo algunos civiles fueron involucrados, pero no fue Shadow quien los dañó sino los propios miembros de GUN, por ello el video pasó a ser propiedad de GUN y ejecutaron a aquel erizo que sabía la verdad. Cuando Kaiser vio esas imágenes y los comentarios del padre de ellas diciendo lo impresionante y extraordinario que era Shadow le entraron ganas de luchar contra él.
-Tú no eres un luchador, Kaiser.- Le dijo Nadia. –Eres un tipo normal.
-Justamente por eso, cuando le vi en aquel video me entraron ganas de salir de lo normal, de dejar de conformarme.
Y su objetivo de ser el mejor periodista se descubrió como su mayor farsa, desde aquel día quiso vencerle y ponerse a la altura de los grandes, alcanzar a su manera a Nadia, usando a ARMS como ellos le usaban a él.
-Bueno, pues yo me voy ya de verdad.- Dijo Shadow dándose la vuelta.
-¡Shadow!- Le tomó del brazo Marisa. -¿Qué piensas hacer?
-¿No lo ves? El hotel ha sido dañado, la policía debe estar al llegar y yo oficialmente no existo.
-Pero, estás herido.- Dijo en voz algo más baja soltando su brazo.
Shadow se miró el brazo, se echó un poco de agua encima y con la otra mano se sacó el agua, las gotas de sangre medio disueltas con el agua gotearon de su brazo manchando ligeramente el suelo, y era algo increíble porque en el brazo de Shadow ya sólo había una línea que marcaba el lugar donde había estado el corte que se hizo con los hierros del meca, y no sólo esa, en ese rato que había pasado sus magulladuras anteriores también iban desapareciendo poco a poco, a excepción de algunas quemaduras.
-Ya ¿contenta?- Miró Shadow a Marisa. –Tengo prisa.
Marisa le dejó dar un par de pasos antes de volver a llamar su atención.
-¿Prisa, te preocupan los mecas de ARMS?- Preguntó Marisa.
Shadow se detuvo un momento dándole la espalda.
-Quedan 2.- Dijo simplemente Shadow. –Tú quédate con ellos, son tu gente. Yo no podré tener mi propia vida hasta que me deshaga de los que me retienen en el pasado, sé que no puedo olvidarlo pero tampoco vivir a costa de él.
Y ya lejos de la tristeza que le trasmitía, la rabia y el odio acumulados, lo que más sintió Marisa era que Shadow se alejaba y se quedaba solo, como si quisiese estar solo pero a la vez por dentro tener miedo de estarlo. Vio a Shadow alzar la mano con la esmeralda que había vuelto a su brillo original y no se lo pensó dos veces, porque si Shadow ahora se iba con el Chaos Control, si luchaba contra esos mecas, si ellos sabían de la dirección nueva de Shadow ¿volvería a verle? Él se iría, se buscaría un nuevo hogar donde nadie le conociese, sabía que ella tampoco le conocía, pero en pocas horas había aprendido mucho de él, aunque no quisiese conocer toda la historia realmente, no le importaba, sólo le importaba el Shadow que había conocido en su pueblo, el de carácter duro que se había descubierto por ayudarla, así que antes de terminar de decir las palabras mágicas Marisa saltó y se enganchó a la cintura de Shadow, que medio cayó mientras desaparecían los dos.
-¿Por qué se ha ido con él?- Preguntó Nadia sorprendida. –Ya... ya no sé quién es el bueno y quién es el malo.- Bajó la cabeza.
-¿Y quién lo sabe?- Kaiser le puso la mano en el hombro.
Nadia se quedó un momento quieta intentando asimilar todo lo que había pasado, luego se giró y le sonrió como hacía mucho que no sonreía.
-Eres un buen chico.- Le dijo acercándose, apoyó su frente en el hombro de Kaiser. –Tú has aclarado tus dudas, has encontrado la verdad, y yo sin embargo... no he hecho más que meter la pata pensando que era la buena y que todo tenía que salir a mi bien, en toda mi vida sólo he cometido errores.
-Pero se puede aprender de los errores.- Kaiser la abrazó, le gustaba tanto esa sonrisa de cuando eran niños. –No importa cuántas veces te equivoques, ahora al menos lo estás admitiendo y yo seguiré esperando a que aclares tus dudas y encuentres tu propia verdad, siempre vas a poder contar conmigo, siempre.
Kaiser la abrazó más fuerte y ella se sintió calmada, confortada, así que vació su mente de todo pensamiento y le abrazó también.
-Gracias.- Susurró Nadia. –Llegó el momento de dejar de correr tras un falso sueño y volver a donde quise estar siempre realmente ¿volverás conmigo?
"Por tenerla así entre mis brazos me sentí aliviado, era como si la mano que apretaba mi corazón se hubiese soltado por fin, ella que había sacrificado tanto por alguien que no la amaba parecía que empezaba a entender y asimilar todos mis esfuerzos, todos los sacrificios que había hecho yo también por ella, y ahora podíamos volver y comenzar juntos la nueva vida que nos haría felices lejos de los conflictos y de todos aquellos que ocultando la verdad habían empezado a mentir. Ya por fin puedo volver a coger las riendas de mi vida y confesar lo que hay más allá de lo que significa ser el fan número uno de alguien."
continuará...
