No debía estar muy lejos, Shadow siguió buscando, cuando antes había ido a casa con Marisa había dejado rastro de Chaos Control, al ver que no estaba Amy en casa se había puesto a buscarla, por lo tanto sus restos de Chaos Control debían estar por toda la zona, y a su vez el meca que quedaba también debía andar por ahí. Tres mecas, teóricamente especiales e idénticos, o quizá no, el piloto daba su toque especial al meca, como el alma distingue una carcasa de otra, carcasa llamada cuerpo. Shadow se miró las manos, él también era una carcasa con un alma introducida a la fuerza en él, como esos mecas, pero él ya estaba cansado de mirarse las manos una y otra vez preguntándose quién es, qué es, durante aquella corta estancia con Amy se había visto de forma diferente y había dejado de preguntarse eso, alejado de sus tristes recuerdos aferrándose a los buenos, por eso debía luchar, para crear más buenos momentos con aquellos que tantos esfuerzos habían hecho por estar a su lado, por ayudarle.
-Si Sonic y Amy hacen las paces...- Pensó en voz alta Shadow. -¿A quién deberé proteger yo?
Y cortando sus pensamientos como un golpe de aire creado en un vendaval, apareció el último. El tercer meca, su único opositor en ese momento, igual en apariencia a los otros, distinto en el actuar, sencillo a los ojos de Shadow que sin mediar palabra se le abalanzó sin importar quién estuviese dentrocon las ganas de un pájaro que agita sus alas tras su liberación, era su último obstáculo en su nueva vida y el resto no importaría más, nunca más.
Marisa esperó un poco, había preparado un té pero aún estaba demasiado caliente, se volvió a asomar a la ventana.
-¡Chicos, entrad que vais a pillar una pulmonía!- Les gritó llamando su atención.
Ambos se giraron, pero aunque Amy comenzó a caminar Sonic no se movió, no hasta que Amy le tomó de la muñeca y estiró de él, le hacía falta esa invitación. Una vez dentro Marisa les ofreció un té, necesitaban tomar algo calentito.
-Bueno, Marisa.- Comenzó Amy sentada en el sofá. -¿Me vas a contar ya cómo habéis aparecido Shadow y tú juntitos y medio mojados?
-Él lo llamó Chaos Control.- Desvió la mirada Marisa.
-No me refería a eso...- Cogió la taza con té.
Sonic estaba apoyado en la pared algo alejado de ellas, tiene su taza en la mano pero no toma nada aún, ni siquiera la tiene cogida con la mano completa, le cuesta horrores cogerla por el asa y termina dejándola sobre el mueble. Mientras, Marisa le había contado un poco por encima a Amy que tenía una hermana con problemas y que Shadow se había prestado a acompañarla, la verdad es que en ningún momento dijo el nombre de su hermana, y ella misma no sabía de la pelea que tuvieron Nadia y Amy ni lo que había pasado entre Nadia y Sonic, pero el propio Sonic había empezado a atar cabos. Justo llamaron por teléfono, Sonic se lo quedó mirando pero no dijo nada, no lo cogió, Amy le miró, puede que esperase que él lo cogiese, sabía que era Tails, pero ya que ninguno de los dos lo cogía se levantó Marisa y lo cogió.
-Residencia de Amy Rose y Shadow the Hedgehog, dígame.- Puso voz de telefonista Marisa.
-¿Amy?- Preguntó Tails al no reconocer la voz.
-Soy la chacha.- Aguantó la risa Marisa.
-Eh... trae eso acá.- Rió Amy quitándole el teléfono. –Tails, no le hagas caso.
-Oh, bueno, pensé que las cosas debían ir realmente bien si tenías chacha y todo...- Vaciló Tails. –Pero bueno ¿qué tal fue todo?
-Puff muchas cosas que contar.- Resopló Amy. –Además, sería conveniente que vinieses.
-¿Está bien Sonic?- Le cortó Tails.
-Sí.- Amy miró a Sonic. –Está aquí ¿quieres hablar con él?
Tails no respondió pero supuso que sí quería hablar con Sonic, así que le acercó el teléfono, luego se apoyó en Marisa y le dijo algo referente a la decoración de su habitación, así que ahí se quedó solo Sonic con Tails al otro lado esperando oírle.
-Ey, Tails.- Intentó parecer natural Sonic.
-Hola, Sonic.- Sonó poco creíble. -¿Estás bien?
-Claro, he estado pateando traseros de meca, eso es todo.
-¿Y qué tienen que ver los mecas? Es decir.- Se extrañó Tails. -¿Son aquellos que perseguían a Shadow?
-Es algo largo de explicar...- Sonic cambió de mano el teléfono. –Amy tiene razón en que vengas... lo siento por tus vendajes, están hechos un desastre.
-Si lo has arreglado con Amy voy, no quiero veros sufrir otra vez.
Sonic calló un momento, parecía estar pensando la respuesta.
-Creo que ahora todo irá bien.- Sonrió Sonic. –No será como antes, pero yo tampoco quiero que vuelva a ser como antes y aún está algo enfadada.
-Me alegro que volváis a ser amigos.
Apoyado aún en la pared, Sonic alzó la cabeza, como si mirase al techo.
-Oye Tails, siento haberte gritado.- Sonic se sentó, estaba cansado ya. –De verdad, tú que siempre estás ahí para escucharme y yo voy y te grito.
-No pasa nada, estabas nervioso, le puede pasar a cualquiera.- Tails se sintió aliviado y feliz.
-Eres demasiado bueno.- Sonrió tiernamente Sonic también. –En serio, haces falta aquí, me siento algo torpe, ya no pude con Metal y aunque me he cargado algunos robots... quise ayudar a Amy, quería demostrarle que aún podía protegerla y sin embargo el meca me tuvo entretenido, fue costoso, no le hice nada y al final Shadow se lo cargó en unos segundos, joder, qué mal...- Medio rió Sonic. –Encima él ya se había cargado otro en New Station Square que al parecer era más fuerte que éste, también estaba debilitado, le vi algunas magulladuras, pero no sé qué desayuna que ha cogido y se ha ido a por el que queda sin descansar ni nada.
Se sintió tan tranquilo, tan relajado, incluso ya no le dolían tanto las costillas, era normal que le diese rabia, había querido dar lo mejor de sí delante de Amy y tuvo que arreglarlo todo Shadow de aquella manera, tan "perfecto" incluso curándola, le quedaba tanto por aprender aún a Sonic que se sintió pequeño al lado de Shadow.
-Ahora estarás bien.- Sonó suave la voz de Tails. –Te he visto luchar 2 días seguidos sin descansar, yo soy testigo, has pasado una mala racha, eso es todo, y Shadow, bueno, sigue en ese plan de arma de destrucción masiva y se fuerza demasiado, no creas que es tan perfecto, tengo fuentes que me aseguran que tampoco tiene tanto aguante, si lucha mucho también se desmaya de agotamiento.
-Supongo que tienes razón.- Dijo Sonic.
-Bien, pues si ya está todo aclarado pásame a Amy que le quiero dar unas instrucciones hasta que yo llegue.
-Ok.- Puso su mano delante del teléfono. -¡Amy, Tails quiere hablar contigo!
Cuando ella llegó cogió el teléfono, vio que se había cambiado de ropa y se había secado el pelo, le indicaron el baño y la dejó hablando con Tails, una vez en el baño abrió como pudo el grifo del agua y metió las manos debajo sintiendo cierto alivio, alzó la cara y se miró al espejo, aún tenía algunos signos de sus batallas, no se recuperaba tan rápido como Shadow, pero sí más que cualquier persona normal. Cuando ya estuvo limpio, sin marcas de sangre, volvió a la sala, Amy tenía una pequeña caja sobre la mesa.
-Yo debería irme ya, dudo que nadie quiera una guía en un día como este, así que me echaré a dormir.- Le comentaba Marisa a Amy. –Vosotros también deberíais descansar.
Pero aunque Amy asintió Sonic se quedó pensativo.
-¿Tú no estás cansado?- Se asomó por encima del sofá Marisa.
-No es eso, estaba pensando en algo que me dijo Tails, por Shadow, ya sabes, ha estado luchando mucho también.
-Sí, pero no se le veía nada cansado.- Dijo Marisa.
-Ya pero es del tipo que no para hasta que se queda inconsciente.- Cruzó los brazos Sonic.
-¿Estás preocupado por él?- Le preguntó Amy.
-Nah.- Sonic negó con la cabeza. –Es un tipo duro, no le pasará nada.
Y parecía como si de pronto le hubiese entrado prisa, como si se hubiese dejado el gas puesto o algo, porque Marisa se puso en pie despidiéndose apresuradamente, Sonic la acompañó a la puerta en parte porque opinaba que Amy no debía forzar tanto la pierna como la estaba forzando, pero ya en la puerta la detuvo, apoyó el antebrazo en el marco de la puerta y se acercó a Marisa.
-Dime una cosa.- Habló bajo Sonic. –Tu hermana es Nadia ¿verdad?
Marisa se sorprendió mucho.
-¿Cómo lo sabes?
-Un meca en New Station Square, otro llegando al pueblo y otro a mitad de camino ¿no?- Sonic vigiló un poco que Amy no les oyese. –Nadia estaba conmigo cuando destruí la avanzadilla, y tu historia de una hermanita en problemas, demasiada coincidencia.
-Ah... bueno, no me contó todo lo que había pasado, un resumen rápido... pero no importa, sé que mi hermana tiene unas opiniones bastante radicales, pero yo sé que no todo es o blanco o negro, por eso quiero ayudar a Shadow, él en verdad sufre mucho.
Sonic rió un poco por lo bajo.
-El problema que tiene Shadow es que no cree.- Intentó explicárselo ya que Marisa parecía confundida. –Los del ejército, los de GUN, ARMS, quien sea, le han tratado siempre como un arma de destrucción, pero es como nosotros, tiene alma, no es sincero con él mismo y sus sentimientos y por ello sufre, ja, ya me avisarás si consigues meter algo de seño en esa cabezota, porque a mí no me cree o lo cree pero no lo admite.
Marisa se giró para irse.
-Él lo sabía.- Le susurró Marisa. –Sabía que aún le buscaban en New Station Square, sabía que Nadia estaría allí con sus prejuicios y su odio a todo lo relacionado con ARK y sabía que yo era su hermana, pero de todas formas me llevó, me ayudó cuando le necesitaba, no quiero que esté solo cuando venza a ese meca y se sienta cansado.
No era posible que le hubiesen afectado tanto aquellas batallas, él tenía que poder aguantar mucho más, pero ese meca debía ser el mejor de los tres, al igual que el pilotado por Kaiser éste también podía cargar el cañón mientras luchaba, claro que él no sabía que para cargar el cañón había que dejar pulsado un botón ni que Kaiser le había puesto un trozo de celo al suyo para poder moverse mejor. A duras penas se mantenía de pie, había llegado de milagro, con la esmeralda sobrecargada y un Chaos Control muy poco controlado, pero al menos ya estaba delante de la puerta, necesitó unos segundos para que su vista dejase de estar borrosa, intentó limpiarse con el dorso de la mano, pero ya tenía muy manchado de sangre su guante, y por todas las partes donde había sangre había dolor, y más que el dolor era esa sensación de calor, esa sobrecarga de temperatura en su propio cuerpo, aunque no le preocupaba demasiado, en cierta forma sabía que el destino no le iba a dejar morir, le había sacado de situaciones peores para continuar su condena de vida eterna. Al llamar a la puerta se apagó la luz del pasillo, sólo quedaba la luz que escapaba por la ranura de la puerta abriéndose, no había quedado completamente oscuro pero sí en penumbra.
-Oh, Shadow, que manía de visitarme tan temprano.- Sonó la voz de Rouge.
-Hola.- Saludó a media voz Shadow medio apoyado en la pared. -¿Tienes un hueco para mí?
-¿Te has peleado con tu compañera de piso?- Rió Rouge.
-No, ya tiene suficiente con el erizo azul, no sé si llegarán a hacer las paces.- Se incorporó un poco Shadow. –Pero si voy ahora a casa seguro se asusta, tú ya estás más acostumbrada a esto.
En un principio no supo a qué se refería, pero cuando abrió del todo la puerta, cuando Shadow se acercó y le dio la luz lo entendió.
-¿Ya has estado jugando con quien no debes?- Sonó burlona su voz aunque sí estaba preocupada.
-Empezó Sonic, yo tuve que acabarlo.
Shadow sonrió maliciosamente, pero fue dar un paso y desboronarse, Rouge alcanzó a cogerle pero no podía sostenerlo mucho.
-¡Knuckles, ven a echarme una mano!
Y el equidna en un momento recostó a Shadow sobre el sofá. Rouge cogió una silla y se sentó a su lado.
-Se supone que es tu amigo, pero te veo muy tranquila.- Dijo Knuckles dándole el agua con una toallita.
-Sí que me preocupa, pero no es la primera vez que me viene así.- Mojó la toallita y comenzó a limpiar la sangre de Shadow. –Vamos a ver qué hay por aquí... bueno, ya se ve algo.
Bajo aquella sangre se ocultaban algunos golpes, unos pocos desgarros, quemaduras que parecían de hacía mucho y ya se estaban acabando de curar y otras nuevas que no, además de un par de heridas de láser que curiosamente no se habían cerrado aún, conociéndole ya debería estar en marcha su sistema de recuperación, entonces ¿por qué tenía fiebre? Shadow se despertó y puso su mano sobre su hombro herido con un gesto de dolor.
-Eh, no te toques.- Le riñó Rouge. –Aún estás sangrando.
-Tengo calor.- Se quejó Shadow. -¿Qué hace Knuckles aquí?- Miró al equidna.
-Él es el que ha venido.- Dijo en tono burlón Rouge.
-¿Cómo no voy a venir? En lo que me doy la vuelta te andas robando los tesoros de mi tribu.- Se cruzó de brazos Knuckles girando la cara.
-Oh, pobrecito, qué pena me das, todo eso debería estar en un museo.- Sonrió de forma pilla Rouge.
-Si estuviese en un museo lo robarías también.- Dijo débilmente Shadow.
-Es que en mi casa quedan mejor de adorno.
-¿Has visto, Knuckles? Lo que hacen las chicas por llamar nuestra atención...- Shadow intentó incorporarse.
-¡Eh!- Rouge se enfadó. –Y túmbate que no estás en condiciones, sigues perdiendo sangre.
Cuando le empujó con la mano lo notó de nuevo, estaba ardiendo.
-Sí, enfermera.- Se burló Shadow. -Sonic lo mismo, seguro que como está herido al final Amy le deja entrar en casa y hacen las paces.
-Bah, yo me voy.- Knuckles aún parecía pensar en la broma anterior de Shadow pero no pareció entenderla.
Pero rápidamente antes de que se apartase, Shadow tomó del brazo a Knuckles y estiró, no tenía mucha fuerza en ese momento pero Knuckles tampoco se opuso.
-Dile a Sonic que ni se acerque a ese meca, no podrá con él, ese meca no tiene alma.
Luego le soltó y volvió a perder el conocimiento.
-¿Quién dice que voy a ver a Sonic?
-Ay, Knux.- Se giró Rouge. –Eres un libro abierto, anda, vete ya.
Rouge le apuntó en un papelito la dirección que ya le había dado Shadow en otra ocasión de la localización de la casa. Knuckles se los quedó mirando un momento, no pensaba que fuese realmente un libro abierto para que supiesen que en cuanto escuchó que Sonic estaba herido había decidido ir a buscarle.
-Yo paso.- Se hizo el chulo Knuckles. –No pienso ir a ver a ese problemático erizo, lo que haga no es asunto mío.
Pero aunque había dicho eso se llevó con él ese papelito con la dirección.
Ya había estado en su casa, se sentía mejor por haberse podido por fin sacarse el barro de encima, pero no se sentía bien del todo porque aunque había dicho que quería estar con Shadow cuando todo acabase no sabía dónde estaba él.
-¿Dónde estás?- Marisa miró al cielo despejado. -¿Por qué no quiero dejarte solo?
Aquella vez sólo había sido una broma, de verdad había sido una broma, sólo quería hacer reír a Amy, no se había fijado en el trasero de Shadow ni pensaba haber hecho nada para llamar su atención, era la típica broma que le hacía a cualquiera en un intento de caer bien, no intentaba ligar, fue aquel semblante serio, aquella expresión triste, su forma tan solemne de hacerlo todo, pero principalmente fue por su corazón ayudándola sabiendo todo lo que le caería encima por ello.
-Shadow...- Se abrazó a sí misma Marisa.
Era un sentimiento hipócrita, no quería que estuviese solo, pero sabía que no lo estaba, tantos nombres, tanta gente preocupada por él, no era él, era ella, se sentía tan sola, con su hermana lejos con Kaiser decidiendo salir adelante, con su madre con novio, todos encontraban su manera, su camino de continuar, pero ella que era la primera que entendía ese estado ahora comprendía que no había hecho nada, se centró tanto en ayudar a los que estaban a su alrededor que no se había dado cuenta que ella se había tragado sus propias lágrimas, se había ocultado detrás de sus extraños sueños sin descifrar como el cuento de hadas de una niña pequeña sin distinguir los sueños de los recuerdos.
-Maria...- Se oyó a su espalda.
Marisa se giró y no tuvo tiempo de reaccionar cuando el meca la atrapó.
-Joooder.- Exclamó Kaiser al teléfono.
Cuando colgó Nadia le preguntó qué pasaba.
-Problemas en el paraíso.- Se burló Kaiser. –Estos pardillos de ARMS han perdido el control del tercer meca experimental.
-Pero son mecas, no pueden perder el control.- Se cruzó de brazos Nadia.
-Es que el tercero tiene un sistema de control pilotado por una AI que emulaba a Shadow, pensaron que si actuaba como él se adelantaría a sus movimientos y le vencería, pero llevan un rato con el contacto perdido y encima cuando le consiguen entrar en el sistema resulta que se ha auto-reprogramado para que no puedan controlarlo.
Nadia le miraba asombrada.
-¿Qué?- Kaiser se rascó la cabeza.
-Ah, nada, es que... bueno, nunca me habías contado nada de todo esto y claro, me sorprende todo lo que sabes, no sé, te veo de otra forma.
-Espero que de buena forma.- Kaiser rió. –Ya no somos aquellos niños que trepábamos a los árboles en el pueblo.
-Supongo que tienes razón.- Nadia se encogió de hombros. –En cierta forma ya no somos inocentes, es muy fácil corromperse.
-Pero igualmente también es fácil volver al buen camino,tan sólo hay quedesearlo.- Kaiser puso sus manos en los hombros de Nadia. –Vamos a casa, Marisa estará esperando con el erizo negro.
-¿Estarán también Sonic y Amy?- Giró un poco la cara Nadia.
-No lo sé, Amy vive allí ¿verdad? Si ella está ahí seguro que Sonic no estará muy lejos.
-¿Debería disculparme?- Nadia le miró implorando una respuesta.
-Si crees que debes está bien.- Sonrió Kaiser. –Aunque mi meca esté destrozado por aquí cerca andan algunos compañeros, seguro que les puedo persuadir para conseguir uno de nuestros vehículos ultra modernos que nos lleven en un momento a casa.
-Hombres...- Resopló Rouge. –No dais más que problemas.- Puso de nuevo su mano en la frente de Shadow. –Sigues ardiendo.
Corrió a la cocina, llenó una bolsa con cubitos de hielo y volvió, la puso sobre la frente de Shadow, que reaccionó dando una sacudida.
-¡Está helado!- Casi gritó Shadow.
-Mira el "perfecto" quejica.- Rouge le puso una mano encima para que se estuviese quieto. –Si no consigo bajarte la fiebre voy a tener que llevarte a un doctor.
-Espero que no te estés refiriendo a un hospital.
-Ya sabes a quién me estoy refiriendo.- Rouge se puso en plan sarcástica. –Al primito de tu querida Maria.
-Ya claro, y tú eres tan buena samaritana que entregarías alguna joya a Eggman a cambio de los diarios del profesor.- Se burló Shadow.
-Las joyas son mías, lo que te dejaría en una canasta en la puerta como las madres solteras que abandonan a sus hijos.- Le siguió la broma Rouge.
En cierta forma a Rouge le tranquilizaba que Shadow bromease, no quería que se pusiese en plan negativo.
-Pero de todas formas no serviría de nada, el profesor destruyó todos los datos sobre mí, esto no es fiebre.- Shadow se puso la mano en el centro del pecho. –Es un fallo del sistema.
-¿Un fallo?- Rouge se volvió a sentar. -¿A qué te refieres?
-Antes el calor no me afectaba, creo que cuando caí de ARK la atmósfera rebajó la potencia mi sistema de regulación térmica.
-¿Significa eso que no podemos hacer nada?- Rouge apoyó las manos al lado de Shadow con fuerza. –No me digas que te vas a -¿Morir?- Le cortó Shadow. –No estaría mal poder descansar de verdad, pero no, no voy a desaparecer, ahora soy yo el que quiere buscar los motivos para continuar.
Realmente estaba sorprendida, aquella actitud de Shadow no era propia de él, pero se alegraba, se alegraba mucho, así que hizo todo lo que pudo con todos los cubitos de hielo que tenía en el congelador, tenía que bajarle la temperatura como fuese.
-Gracias.- Dijo Shadow mientras descansaba.
-Ahora sí que debe estar delirando.- Sonrió Rouge.
"No puedo morir, ellos no me dejan, como si desde otro plano pudiesen recomponer mi interior, las habilidosas manos del profesor, la suave y esperanzadora voz de Maria, todo ligado a mi fuerza y resistencia, porque aunque ellos murieron parecen vivos en mí, en mi corazón, es por eso que por ellos voy a vivir, saldré del oscuro ataúd de mi pasado y seguiré luchando todo el tiempo que haga falta hasta lograr una vida plena y feliz, por los que fueron importantes en el pasado para mí, por los que lo son ahora, por esa pelirroja que aunque yo no quiera simpatías ella sí quiere ser simpática conmigo, porque ahora entiendo la verdadera fuerza de Sonic y cómo le he debilitado apartando de su lado su mayor apoyo."
continuará...
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Nota de la autora: eyyy estuve de viaje, en el salón del manga de barcelona y me he comprado 4 peluches de Sonic, bueno, no es excusa por tardar en escribir, pero también me da un poco de pena acabar la historia. Gracias a todos por leer!
