Cuando llegaron Sonic ya estaba despierto, podía caminar pero no había dicho nada y seguía subido a la espalda de Knuckles contándole algo a Tails que parecía gracioso pues intentaba aguantar la risa.
-Hemos llegado.- Dijo Knuckles.
Parecía orgulloso de haber acertado a la primera con la casa, ya que la primera vez dio varias vueltas antes de encontrarla, por ello Sonic le dio unas palmitas en la cabeza como a un buen perrito.
-Bien hecho, chico.- Exclamó bajando de su espalda.
-¡Eh! No te burles de mí que ahora mismo no podrías defenderte.- Se cruzó de brazos Knuckles.
-No sabes aguantar una broma, eres un amargado.- Se siguió burlando Sonic.
-Dejadlo ya.- Se puso en medio Tails. –Hemos llegado ¿no? Pues ya está, Sonic ¿tenías que hablar con Amy o algo?
-¿Hablar? No tengo nada que decirle.- Miró a otro lado. –Sólo he venido porque ya sabes cómo es, si después de una batalla no me ve me da la lata toda la semana.
-Ya, por supuesto.- Tails echó la mirada a un lado.
-¿Entonces nosotros nos vamos?- Preguntó el equidna.
-¿Tienes algo que hacer?- Sonic le miró de reojo.
-No me mires así... tengo cuentas pendientes con cierta ladrona, eso es todo.- Se dio la vuelta y comenzó a caminar. –Adiós y procura no volver a meterte tú solo en problemas.
No le miraron mucho, ya conocían su forma de ser siempre tan recta pero a la vez atento a cualquier problema que pudiesen tener sus amigos, podrían contar con él en el futuro. Sonic se giró también pero en dirección a la puerta.
-Bueno, pues quedamos tú y yo, a ver si Amy ya está mejor y nos prepara algo rico para comer.- Sonic sonreía.
-Entra tú.- Sonó algo seca la joven voz de Tails.
-¿Qué pasa? Joder tío estás muy raro.
Si hubiese dicho algo como "estás muy extraño" no habría creído que era Sonic.
-Desde luego, ahora sí eres el Sonic que conozco.- Parecía tranquilo escuchándole hablar así de mal. –No es nada, pero ve tú, yo aquí sobro.
Fue antes de emprender su marcha que notó la mano de Sonic sobre su cabeza.
-¿Qué sobras?- Sonic hablaba a su espalda. -¿De dónde has sacado eso?
No se giró, siguió ahí de pie de espaldas a Sonic un poco encogido de hombros, parecía estar a punto de echarse a llorar.
-Es que... todo este follón por ella, últimamente tu mundo ha empezado a girar a su alrededor, te preocupa todo lo que le pasa y te desesperaste y te pusiste triste cuando ella se fue, parece que al irse se llevó con ella una parte de ti que yo no he podido compensar, ahora sois tú y ella como si yo ya no contase, nada de lo que te dije te hizo sentir mejor...- Tails se detuvo.
Sonic le había girado, le alzó en brazos bien arriba.
-¡De qué vas!- Sonic le abrazó y se echó a reír. –No me digas que estabas así por esa tontería.
Tails se revolvió un poco.
-No es ninguna tontería.- Puso morros Tails al ver que no se podía soltar de él.
-Somos una "unión sólida" amigos para siempre.- Por una vez su voz sonó más madura. –Nada ni nadie podrá nunca interponerse entre nosotros.
-¿Nada, aunque tú y Amy os caséis y tengáis hijos, no la querrás más a ella y a tus hijos que a mí?
Sonic le apartó un momento de él.
-Espero que estés hablando de un futuro muy pero que muy lejano...- Le dejó en el suelo. –Además, todo lo que me has dicho durante estas semanas me ha ayudado mucho, es más, no has dejado de ayudarme en ningún momento, a veces parece que me conoces más tú a mí que yo mismo.
-Pero ¿y si?- Comenzó a decir Tails.
-Y si y si... déjalo, no especules más que soy tu amigo no un terreno comercial.- Sonic le revolvió el flequillo. –Tu problema es que eres muy listo y por ello piensas demasiado, hay cosas que por mucho que las pienses no las vas a entender, es el corazón el que las entiende ¡y es el corazón el que me empuja a correr hasta que ya no puedo más!
-¿Eso que tiene que ver?- Levantó una ceja Tails.
-Nada, tenía ganas de soltarlo.- Sonic pasó sus brazos por detrás de su cabeza. –Qué ¿entras?
Tails se echó a reír, sabía que Sonic lo había dicho para hacerle reír, igualmente negó con la cabeza, se despidió y se fue más tranquilo. Por su parte Sonic se encontró ante aquella puerta otra vez solo, pensó que quizá Shadow ya había vuelto, al fin y al cabo con el Chaos Control podía ir de un sitio a otro en segundos, pero eso no tenía que ponerle nervioso y ya se encontraba mejor como para que ahora le temblasen las piernas apoyado en el picaporte, cogió aire y entró saludando animadamente. En la estancia reinaba el silencio, todo apagado e inmóvil, eso por un momento le hizo encoger el corazón al erizo azul, no podía creer que fuese como la otra vez, mirando al piso vacío de Amy en New Station Square, esta vez ni siquiera se lo había avisado, simplemente había desaparecido. Aún estaba en la puerta con su mano aferrada al picaporte, era como si sus cicatrices volviesen a abrirse, a punto estuvo de dar media vuelta e irse cuando escuchó un leve murmullo, suficiente para él, entró con su velocidad distinguiéndose sólo un corto haz de luz azul hasta el sofá, miró por encima de él y sonrió, ahí estaba Amy dormida y murmurando en sueños algo que no entendió, volvió a la puerta más despacio y la cerró con cuidado. Aún de espaldas escuchó su nombre, Amy estaba asomada por el sofá.
-¿Te he despertado? No era mi intención.- Separó su mano de la puerta y se dirigió a ella.
-No pasa nada, aún tengo sueño así que me dormiré otra vez enseguida.- Sonrió Amy.
-Quizá yo también debería descansar.- Sonic se sentó a su lado. -¿No te da miedo no cerrar la puerta con llave? Podría entrar un ladrón.
-¡Que lo intenten!- Amy hizo aparecer un martillo y lo agitó un poco antes de hacerlo desaparecer.
Amy le tomó la mano y se la inspeccionó.
-¿Estás mejor, y la batalla, se sabe algo de Shadow?- Parecía impaciente.
-Me siento bien.- Sonic cerró y abrió la mano. –Shadow y yo tenemos algunos poderes en común, me estoy recuperando rápido.- Amy parecía entusiasmada con sus palabras así que continuó. –Al final el meca ese se les había ido de las manos a sus creadores, vamos la historia de siempre, al parecer quisieron copiar la mente de Shadow para vencerle o no sé qué tonterías de esas, son muy poco originales, además ¿adivinas qué? Antes de rematarlo apareció el verdadero Shadow y no dejó que Knuckles diese su golpe de gracia, tenías que verle la cara a ese cabeza de chorlito.
-¿Shadow no dejó que lo destruyeseis?- Ladeó la cara Amy.
-Sé que suena raro, pero sus motivos tendría, estaba algo echo polvo pero se pondrá bien.
Con aquello parecía haber acabado el relato, se sentía algo incómodo, no estaba acostumbrado a contar tantos detalles en sus explicaciones, es más, no estaba acostumbrado a contar batallitas así, pero a ella siempre le había tenido que explicar alguna cosa, en ese momento le había llegado a la memoria el recuerdo de cuando en otra ocasión estaban juntos y él le explicó sobre Little Planet y cómo era visible desde Never Lake, había sido la primera vez y ahora estaban ahí de nuevo, los dos solos hablando.
-Bien, entonces ¿vamos a descansar?- Sugirió Amy poniéndose en pie.
Sonic la vio cojear, se puso a su lado y la rodeó con el brazo por la cintura, ella sin mirarle puso su mano en el hombro de Sonic y se apoyó en él para caminar.
-Shadow te dijo que no la forzases ¿no le has hecho caso?- La riñó Sonic.
-No mucho, la verdad.- Rió un poco Amy.
Entraron en su habitación y la ayudó a sentarse en la cama, para Amy la pierna mala era como si hubiese ganado peso, la sentía débil y le costaba subirla a la cama.
-Es un poco pequeña la cama ¿no?- Vadeó Sonic.
Era como si estuviese dando rodeos con esos comentarios, hasta que pareció haberse decidido y la echó un poco a un lado sentándose en la cama.
-¿Qué haces?- Se sonrojó Amy.
-Eh... descansar, ya sabes, tumbarnos un rato a dormir, un par de horitas o así y luego nos vamos a comer.- Sonic miraba a otro lado.
-Tumbarnos ¿juntos?- Amy le miró con la cabeza algo agachada.
-Tienes razón, suena absurdo, después de todo lo que te he hecho pasar.- Sonic se echó a reír aunque su risa sonó algo falsa. –Me toca dormir en el sofá.
Aunque no se fue, se había puesto en pie y no se movió, Amy le tenía cogido por el brazo.
-Tú también lo has pasado mal por mí ¿verdad?- Podía verlo en su cara. –Si quieres quedarte hazlo, por mí podemos hacer borrón y cuenta nueva.
-¿Me puedo quedar contigo?- Dijo Sonic aquello que le salía directo del corazón.
Ella asintió, sólo a dormir, como si se hubiese parado el tiempo, Sonic nunca se había sentido tan lento y lo que es más, no le importaba, no pudo adivinar lo que había tardado desde que Amy había asentido con la cabeza hasta que se metió en la cama, fue un movimiento casi mecánico como si su cuerpo no fuese suyo, movido sin hacer esfuerzo, pero una vez dentro de la cama con Amy a su lado ya no se movió más, se quedó así, juntos, abrazados. Por su parte, Amy siempre había tenido la fantasía de Sonic besándola y diciéndole lo mucho que la quería, sin embargo en ese momento en el que estaban juntos sin hacer absolutamente nada, simplemente durmiendo abrazados, pensó que era el momento en el que más querida se había sentido, que ninguna otra acción o palabra podría hacerla sentir como ese momento, era como si hubiese estado equivocada todo ese tiempo pensando en unos tópicos sobre el amor que nunca se había replanteado fuesen distintos, o por lo menos en sus películas románticas y sus fantasías con Sonic nunca había visto algo así, por eso se quedó como estaba, sólo tumbada abrazada a él, no quería besarle, por primera vez no le hacía falta, se sintió llena y pudo descansar.
Había subido a su habitación, estaba tan agotada de todo lo que había pasado, no debía tener humor para escuchar el sermón de su madre por no avisarla de que iba a tardar, pero lo escuchó, y casi tuvo que arrancar a su madre de Shadow cuando lo conoció, parecía darle el visto bueno, pero Shadow ya se había ido, diferente a los caballeros de brillante armadura, su caballero negro ya la había dejado a salvo y seguramente ahora iba camino a casa. Marisa vio la cama extra en su cuarto, no sabía qué hacía su hermana ahí pero se alegraba, a lo mejor estaba preocupada por ella, sonrió viéndola dormir apaciblemente, pasó su mano por su cabello acariciándola, siempre sería su hermanita pequeña a pesar de todos los errores, aunque fuese la chica más mala del barrio seguiría queriéndola. Así como se levantó se vio en el espejo, se veía horrible, había llorado, había desesperado, se había mojado, y le dio vergüenza pensar que después de todo Shadow le dijese que era linda y encima la acompañase a casa, ahora no tenía mucho sueño pero debía descansar un rato más, quizá ella había sido la que más había descansado de los que aquella noche y mañana habían luchado. Se lavó un poco y se puso ropa cómoda, se tumbó sobre la cama abrazándose a sí misma, cerró los ojos un momento y cuando los abrió le pareció ver algo.
-Cuida de él.
No reconoció la forma exacta de la luz, y de todas formas aunque la viese bien tampoco sabría quién era, pero su voz sonó suave y pacífica, tenía la sensación de que no era la primera vez que la oía.
-¿De él?- Marisa se puso en pie. -¿A qué te refieres?
Lo había preguntado pero en su corazón sabía que se refería a Shadow. La figura simplemente sonrió cuando Marisa se acercó deprisa a intentar atraparla, se disolvió así como Marisa la tocó y se convirtió en una luz pequeña que se iba haciendo más pequeña todavía acercándose a ella hasta que acabó en el centro de su pecho donde Marisa puso sus manos notando latir su corazón.
-¿Quién eres?- Preguntó Marisa con aquella luz en ella.
-Yo soy tú, pero tú eres tú.
-No me has aclarado mucho.
Pero ya no la escuchó más, se despertó sentada en la cama, no se había dado cuenta de cuándo se había dormido ni cuándo se había sentado en la cama, tan solo se volvió a tumbar.
Estiró un poco los músculos.
-Ay que rollo, ya acabó todo.- Exclamó Kaiser ya en su casa. -¿Dónde estará Nadia? Quizá debería llamarla.
Pero antes de llamar recibió él una llamada de sus superiores, esperaba que le elogiasen por su actuación pero lo más que hicieron fue recordarle acabar los informes de la misión.
-Ahhh que asquito.- Se medio dejó caer por el sofá. –Aunque al menos Nadia se impresionó con todo lo que sé ¡qué feliz soy! Ahora tengo que convencerla de que soy el hombre ideal para ella, a ver si se olvida de Sonic.
Y se quedó soñando despierto en el sofá.
No sabía si se sentía cansado, normalmente el cansancio le hacía bajar el estado anímico y en ese momento no se sentía triste ni bajo de ánimo, sería porque al acabar todo había reído un rato con Marisa. Se detuvo en seco antes de abrir la puerta de casa, estaba pensando en que había visto a Sonic y le había visto bien, no tenía que ver con el Sonic desesperado con las manos quemadas por no saber parar lo que para él era un ataque insignificante ¿habían hecho las paces? A lo mejor estaban ahora los dos juntos en su casa ¿debía entrar? En los hoteles se pone en la puerta un letrerito de "no molestar" así que supuso que al no haber letrerito podía entrar, aún así entró despacio e intentando no hacer ruido, de todas formas Amy debía estar descansando, o eso debía estar haciendo por su pierna herida, así que también procuró no hacer ruido al cerrar la puerta detrás suya. De la habitación de Amy salió Sonic estirando los brazos y bostezando, se giró y vio a Shadow también girándose después de cerrar la puerta. En ese momento no se sabía quién de los dos estaba más sorprendido, si Shadow por ver cómo habían "hecho las paces" al verle salir de la habitación de Amy o Sonic por ser pillado in fraganti saliendo de ella... aunque no hubiesen hecho nada.
-¡Ah, no es lo que parece!- De pronto Sonic se puso a agitar los brazos muy colorado.
-No es asunto mío...- Giró un poco la cara.
-No pero si yo... si Amy duerme... y estábamos descansando...- Se tropezó Sonic con sus palabras.
-De verdad, que no me tienes que explicar nada, no soy su padre ni el tuyo, pero eso sí.- Shadow se le acercó de una forma que parecía incluso más grande que Sonic. –Más vale que la cuides, no sabes cómo ha llorado y cómo ha sufrido por tus actos inmaduros...- Pero detuvo su sermón, estaba mirando a los ojos a Sonic y podía ver muchas cosas ahí. –Supongo que para ti tampoco fue fácil, así que ya lo sabes.
-Sí papi.- Se burló Sonic apoyando sus manos en su cadera.
Shadow agitó la cabeza como diciendo que no tenía remedio. Cuando Amy se levantó estaban Shadow y Sonic hablando sentados en el sofá, corrió a donde ellos algo apurada.
-¡Shadow!- Le gritó Amy. -¿Estás bien?
-Sí, no pasa nada.- Sonrió Shadow. –Vencimos al malo, los buenos estamos a salvo en nuestras casas, todo salió bien.
-Ahhh pues no, tenías que venir aquí si estabas herido.- Amy se puso a tirarle de las púas.
Sonic se echó a reír.
-¡Para un poco!- Se quejó Shadow. –Es mejor así.
-¿Así cómo?- Le soltó Amy. -¿Por qué preferiste irte con Rouge antes que venir aquí? Este es tu hogar.
-No estabas preparada.
-Venga, venga.- Les cortó Sonic. -¿De qué sirve discutirlo ahora? No es fácil cambiar hábitos, si Shadow está acostumbrado a que cuando le hieren ir con Rouge, ya está, fin de la historia.
-Y tú estás acostumbrado a luchar solo y por eso ha pasado todo esto.- Se cruzó de brazos Amy.
-Que no, que ya no trabajo solo, el trabajo en equipo es mucho más poderoso.- Acabó Sonic la conversación.
-Está bien... voy a preparar algo para comer.- Se giró Amy.
-¿Te ayudo?- Propuso Shadow.
-No, gracias, descansa que eres quien más lo necesita.- Le sonrió.
En cuanto Amy entró en la cocina Shadow le dio un capón a Sonic.
-¡Eh!- Se puso Sonic las manos en la cabeza. -¿De qué vas?
Pero Shadow no le dijo nada, Sonic debía saber por qué lo había hecho, dio un resoplido y fue a la cocina con Amy. A medida que se acercaba fue recordando cómo lo habían pasado esos días, cómo se habían desesperado, las discusiones cerca del lago, lo mal que se había sentido, salió un momento de sus pensamientos al escucharla, le mandaba al sofá otra vez porque aún no tenía nada preparado, pero no le hizo caso, se le acercó por detrás y la abrazó, a Amy se le cayó una cuchara de la impresión, aunque habían estado abrazados en la cama antes y pensó que no debía sorprenderse por acciones como esa, se acurrucó un poco en él sin recordar cuánto tiempo había pasado desde aquel día en el tren en el que deseó que el tiempo se parase.
-Mm... empiezo a tener hambre.- Pensó Shadow en voz alta. –Espero que no se entretengan mucho.
Sonó el teléfono un par de veces, como Amy estaba en la cocina con Sonic tuvo que cogerlo Shadow.
-Residencia de Shadow y Amy ¿diga?
-¡Ah, Shadow!- Sonó animada la voz al otro lado. -¿Estás mejor? Soy yo, me desperté hace un ratito y no sabía si llamar.
¿Yo? A Shadow eso no le aclaraba quién era aunque la voz le sonaba.
-¿Shadow? Soy Marisa.
-¡Ah, vale!- Shadow pensó un momento. –Por aquí estamos todos bien.
-Me alegro, siento haberte causado tantos problemas, seguro que lo último que querías era tener que rescatarme de un meca a punto de explotar.- Sonó un poco modosita su voz.
-Eh, no importa, tenía que hacerlo.
Pero sus palabras fueron cortadas por un fuerte grito algo aniñado.
-¡Ahhh, suéltame que me ahogas!
-¿Qué pasa?- Se asustó Marisa desde el otro lado del teléfono.
-Nada, es Sonic gritando como una nena, será que Amy le atrapó...- Parecía bastante tranquilo a pesar del susto del grito. –Aunque ahora todo sea diferente, nada ha cambiado.
-¿Nada ha cambiado?- Se escuchó silencio un momento. –Entonces si te invito a tomar algo ¿seguirá sin importarte?
-¿Me estás pidiendo una cita?- Se sorprendió Shadow pero con cierto tono burlón.
-Ah nono no es una cita es en plan amigos ya sabes para agradecerte lo que has hecho por mí, me has ayudado mucho.
-Trabajo, pero podemos quedar para comer mañana.- Le cortó Shadow.
-Mañana...- Repitió Marisa. –No tengo libre el medio día.
-¿Una cena?- Se le adelantó Shadow.
Desde el otro lado del teléfono Marisa se ruborizó.
-Vale, una cena ¿dónde vamos? O quedamos en tu casa, su pongo que la forma de vida definitiva hace cenas definitivas.
Y se escuchó a Shadow carcajeando.
Knuckles estiró un poco los músculos esperando que Rouge le abriese la puerta, la escuchó correr hasta ella y abrió de golpe.
-¿Shadow?- Medio gritó. –Ah... eres tú.
-Perdona por no ser negro.- Se cruzó de brazos Knuckles. –No sé cómo haces para ser siempre tan simpática.
-No me culpes de tus traumas infantiles, Shadow estaba aquí, le viste, pues desapareció y no sé nada de él.- Se excusó Rouge a su manera.
-Bah, ya le vi, no le pasa nada, seguro que hacía cuento.- Le giró la cara Knuckles.
Rouge le miró de arriba abajo, tenía algunos pequeños rasguños.
-Ah, entonces... has venido a que te cure tus "graves heridas" porque me ocupé antes de Shadow.- Sonrió pícaramente. -¿Estás celoso cielito?
-No te burles de mí, sólo he venido a terminar lo de antes, así que venga, devuélveme aquella joya y me voy.
Rouge se apoyó en el lateral de la puerta con el cuerpo algo girado mirándole desde abajo, Knuckles no podía negar que la veía sexy.
-Oh, ya te lo dije antes, era la que me faltaba para un collar que me queda impresionante.
-¡Pues a mí... no me... impresionas!- Subió el volumen de su voz pero vadeaba mirando al escote de Rouge. –Un día pillarás una pulmonía de tanto destaparte.
Con fuerza tiró de él hacia dentro cerrando la puerta tras de sí, apoyó un brazo en la puerta.
-Oblígame a que te lo devuelva, oh señor guardián de todo lo que es mío.- Rió Rouge.
-Tuyo no, mío.- Se puso derecho Knuckles.
-Pues eso, mío.- Se cruzó de brazos Rouge sonriendo.
Knuckles se quedó pensando.
-Mío de tuyo no, mío de mío.- Knuckles agitó la cabeza.
-¿Te traigo papel y lápiz y lo vas apuntando?- Rouge le dio un empujó y le dejó sentado en el sofá.
A la vez que hacía eso Knuckles estiró de los brazos de Rouge cuando le empujó y se quedó sentada sobre él.
-Sí, creo que era por aquí donde lo habíamos dejado cuando llegó Shadow.- Hizo memoria Knuckles.
-Pues sigamos... es mío.- Se acercó más a él.
-Ni lo sueñes, es mío.- Knuckles la rodeó con los brazos.
Al día siguiente Sonic vino temprano a buscar a Amy.
-¿Estás segura que quieres hacer esto?- Le preguntó Sonic una última vez.
Amy asintió, era algo que tenía que hacer a toda costa, debía enfrentarse a aquello, por eso se agarró fuerte a Sonic y dejó que la llevase de visita al sitio que la había hecho huir. No tardaron mucho por la velocidad de Sonic así que ahí estaban, New Station Square, no había avisado y no sabía dónde ir primero, aún no era hora de comer y había muchos comercios cerrados, notó las manos de Sonic en sus hombros, estaba a su espalda.
-Vamos, muévete.- Seguía siendo el Sonic impaciente de siempre.
Pero aunque intentaba empujarla para que se pusiese en marcha ella no se movía, hacía presión hacia él. Sonic soltó sus manos y dejó que Amy chocase su espalda con él, la rodeó con los brazos.
-Sé que lo has pasado mal, pero tienes que moverte.- La abrazó fuerte.
-No sé a dónde ir, tengo miedo de con quién me voy a encontrar.- Agachó la cabeza. -¿Te parezco cobarde?
-Me parece que debes sacar el valor que tienes dentro.- Contestó Sonic, la soltó. -¿Me haces de guía? Como le hiciste a Shadow.
Amy sonrió, le tomó de la mano y tiró de él, eso sí podía hacerlo, fue como aquella vez riendo con Shadow, mirando escaparates, incluso se compraron un helado, con el cual al girarse Sonic manchó la mejilla de Amy sin querer, se acercó y le dio un besito en donde la mancha limpiándola un poco con la lengua, Amy se quedó muy quieta ruborizada, le miró algo tímida cuando acabó, él miraba al frente lamiendo su helado, la miró de reojo, había cambiado su mirada.
-Amy... no me mires así.- Sospechó algo malo Sonic.
Y es que ella ahora tenía una mirada pilla, sin que Sonic se diese cuenta pasó la mano por debajo del helado de él y se lo empotró en la boca manchándole.
-Me toca limpiarte yo.- Se le acercó.
Sonic se apartó.
-No, Amy, para.- Sonic dio un paso atrás.
Pero en vez de tirársele encima a hacer lo mismo que Sonic le había hecho se echó a reír y no podía parar.
-Ya seguiremos esto en privado.- Le lanzó un beso Amy.
-Eh, sí, lo que sea.- Miró a otro lado Sonic.
Luego pasearon mientras acababan de comer sus helados y como si el destino cruzase sus caminos se topó con la que fue su compañera de trabajo en la cafetería, tan animada, tan contenta, y tan arreglada porque había quedado con el chico del supermercado, un giro inesperado para Amy pero que la alegró mucho, y su amiga se alegró de ver que iban Sonic y ella juntos y sonriendo. Al volver a la hamburguesería también estaban su amiga y aquel al que ella siempre llamaba "mi chico" en privado y ahora en público le llamaba cariño. Por último delante de la tienda de antigüedades, a punto de entrar cuando Sonic echó la vista atrás y se dio cuenta de que no eran los únicos nostálgicos que habían vuelto a aquella ciudad, en la acera de enfrente, apoyada en la pared observándoles estaba Nadia. Sonic miró a Amy que también había empezado a mirar en la dirección de él, Amy le miró, le puso la mano en el hombro y entró sola en la tienda, por su parte Sonic se encaminó hacia la otra chica.
-Hola.- Dijo a media voz Nadia.
-Hola.- Saludó Sonic.
-Al final habéis venido.- Se puso derecha Nadia.
-No sé qué esperas que te diga.- Sonó algo brusca la voz de Sonic.
Nadia se detuvo en seco, sonrió algo triste.
-Claro, si es que no hace falta decir nada.- Vadeó Nadia. –Sólo quería preguntarte ¿le dijiste a Amy que fui yo quien arregló su problema con el casero?
Se la quedó mirando, no entendía a qué venía eso, negó con la cabeza.
-Es buena chica.- Se dio la vuelta. –Por esta vez pase, pero no voy a renunciar a ti tan fácilmente, eres a quien más amo.- Se giró hacia él medio dando un saltito sonriendo. –Voy a ser tu fan número uno cueste lo que cueste.
Tras eso salió corriendo. Había sido extraño, pero pensó que si se había perdido algo no merecía la pena pensar más en ello, al menos ahora Nadia tenía un aire diferente y no había tratado de seducirle, quizá estuviese empezando a madurar ella también o puede que sus últimas palabras fuesen ciertas, convertirse en su fan número uno y quererle como fan. Se quedó mirando en la dirección donde se había ido Nadia, sonrió tranquilo al final, sabía que algún día encontraría la manera de ser feliz sin tener que desvivirse por un amor platónico, luego se dirigió a la tienda y se apoyó en el cristal. Dentro el dueño de la tienda abrazaba fuerte a Amy dejando caer algunas lágrimas, estaba tan contento de verla por fin sonreír otra vez y de ver que en el cristal se había apoyado Sonic a esperar que ella saliese, para él era más importante de lo que todos pensaban, el recuerdo de su querida nieta, la que todos decían se había ido al extranjero cuando en realidad murió en un accidente.
-Tienes que venir de visita más a menudo.- Le dijo a Amy ya calmado.
-Lo prometo.- Sonrió Amy. –Tengo que irme, ya me esperan.
Caminando de vuelta se cruzaron con su excasero, con la dueña del supermercado y con aquellas molestas vecinas ¿y qué? No merecía la pena decirles nada y aquellos que tan mal la habían tratado no osaron decirle nada cuando sus errores les devoraron por dentro por verla caminar junto a Sonic hablando los dos muy animados, y al pasar por la cafetería donde había trabajado, la chica que estaba ahora les llamó la atención y les comunicó que tenían una invitación de la casa para tomar lo que ellos quisiesen, Amy sonrió, se acercó a ella y le escribió una pequeña carta como una nota para el dueño, luego se volvió a agarrar del brazo de Sonic y se fueron. La chica hizo lo que Amy le había pedido y llevó aquella nota cerrada con cierta curiosidad hasta su jefe, que dentro de la cafetería parecía no querer mirar a lo que pasaba fuera, cuando recibió la nota la miró un rato antes de empezar a leerla "sé que no fue fácil tomar la decisión que tomaste pero era lo que debías hacer, no te sientas culpable aunque espero que tampoco orgulloso y espero que la invitación siga en pie la próxima vez que vengamos de visita" aquello le hizo sentir mejor, el peso que tenía desde el día que la despidió le había dado muchos dolores de cabeza.
"Hoy es el primer día que estamos juntos sin riñas ni dolor, que el sueño que me negaba a cumplir murió, murió y lo resucité haciéndolo real a su lado. No es fácil ser uno mismo manteniendo mi actitud de alejar las lágrimas, pero mis heridas seguían doliendo con cada lágrima que contenía sin darme cuenta que sólo debía creer en mí y en ella para que mis heridas sanasen, porque ella sí lloró, lloró mucho y sus lágrimas no fueron en vano porque si antes lloró ahora le toca reír, nos toca ser felices, que sin cambiar cómo soy sé que existe un lugar en mi interior que ella ocupa y hasta ahora nunca había sabido encontrarlo, un espacio que ella llena de esperanza y me hace creer en el amor"
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Bueeeno, ya acabó, ahora un epílogo y daremos por cerrada esta historia, gracias a todos por leerla y ya sabéis, para pedir los fanart sobre este fanfic con un e-mail basta (o mirar en mi deviantart tete-chin. )
