Capítulo cuatro, La Copa y un amigo muy sobreprotector.

No se veía un alma caminando por el castillo de Hogwarts. Igual que en las viejas películas americanas del Viejo Oeste, casi era posible conseguir una pelusa gigante rodando por el suelo del gran salón…

Aunque, claro, era lo normal en un día de quidditch… y más que normal el día de la final de quidditch.

Después de lo que muchos consideraban la mejor temporada de quidditch que Hogwarts había visto en mucho tiempo, la gran final había llegado: Gryffindor versus Ravenclaw, que habían probado ser mejor que buenos a lo largo del año, se estaban enfrentando.

Aunque Ravenclaw tenía muchas posibilidades de ganar, el equipo de Gryffindor, aparte de ser el mejor que habían tenido en muchos años, contaba con una poderosa arma: el mejor y más ágil buscador en todo el colegio, James Potter.

El marcador estaba, en ese momento, 100-80, a favor de Ravenclaw, lo cual tenía algo preocupado al equipo contrario… para poder ganar, necesitaban tener, como mínimo, una ventaja de ciento treinta puntos antes de agarrar la snitch… y, a media hora de empezado el partido, ochenta puntos había sido lo mejor a lo que habían podido llegar… los jugadores empezaban a cansarse, y James empezaba a dudar si realmente habían soltado la snitch en el campo, ya que no había ni rastro de ella en ningún sitio… al menos tenía los comentarios de Sirius para entretenerse.

- ¡Y GRYFFINDOR TIENE LA QUAFFLE! PASA A THOMAS, JOHNSON… ¡Y BAUM LA DEJA PASAR! - gritó Sirius de forma entusiasta -. ¡A BUEN PERDEDOR QUE TE BUSCASTE DE NOVIO, VIXIE! - agregó alegremente, mientras la chica en cuestión se ponía muy roja en su asiento, y maldecía por lo bajo.

- ¿Por qué demonios tiene que hacer eso? - preguntó Victrix a Bastet, molesta. Ella suspiró y se encogió de hombros.

Después de repetidos enfrentamientos verbales entre Victrix y Sirius, ambos chicos habían dejado de hablarse casi por completo… exceptuando, claro, el sinnúmero de ocasiones en las cuales cualquiera de los dos dejaba al aire comentarios indirectamente ofensivos.

Según Victrix, el distanciamiento se debía totalmente a la obsesión del chico en meterse dónde no le incumbía… siendo más específico el hecho de que Sirius constantemente agredía, verbal y físicamente, a cualquier chico al cual se le ocurriera tan siquiera sonreírle a la chica… comportándose como un total imbécil, de paso, cuando Victrix le exigía al menos explicar sus motivos. "Ese tipo no es bueno para ti, Vixie, en lo absoluto… lo mandé a la enfermería por tu propio bien." Esas habían sido sus palabras exactas la última vez que hablaron: cuando le había puesto a su último novio, Ian Baum (el portero de Ravenclaw) alas de murciélago, sin ninguna razón.

Por otro lado, Sirius mantenía que Victrix estaba exagerando toda la cuestión, y que él simplemente estaba ayudándola a encontrar a un chico "lo suficientemente bueno para ella", lo que fuera que aquello significara. A Sirius le sorprendía el hecho que Victrix estuviera tan molesta con él, "como si yo hubiera hecho algo mal", le había dicho a Remus, indignado, justo después de la última pelea.

- Parece un maldito psicópata, eso es lo que parece - dijo Victrix, molesta, después que Sirius hiciera otro comentario insultante acerca de Ian.

- Bueno, sí, sí que lo parece… - dijo Lily de manera distraída, mientras seguía de cerca cada paso del partido -. En todo caso¿a quién le vas?.¿A tu casa o a la de tu novio?

- ¿A quien crees?.¡A Gryffindor, por supuesto! Espero que les pateen el trasero a los de Ravenclaw - dijo, sonriendo.

Y eso era lo que estaban haciendo… el equipo de Gryffindor parecía haber recuperado fuerzas de algún lugar remoto de sus cuerpos: en menos de cinco minutos, habían metido seis goles, más de los suficientes de ventaja para poder ganar la copa.

- RAVENCLAW EN POSESION DE LA QUAFFLE… ROBERTSON LA PASA A FINNIGAN, Y… ¡MALDITA SEA!.¡JAMES, MIRA A TU DERECHA!

James miró; por un momento, se había distraído escuchando a Sirius, pero el grito le había regresado al planeta Tierra.

- Mierda… - murmuró, mientras viraba su escoba violentamente. A pocos metros de donde él estaba, la snitch brillaba… pero no era eso a lo que se refería Sirius. A escasa distancia de la snitch estaba Kevin O'Sullivan, el buscador de Ravenclaw, acercándose vertiginosamente a la pelotita.

James lo siguió tan rápido como pudo, que era una velocidad altísima… pero le llevaba demasiada ventaja. Miro aterrorizado cómo O'Sullivan acercaba la mano para alcanzarla… y se acercaba más y más…

Cerró los ojos con fuerza, reacio a ver cómo fracasaba de manera tan estúpida… los abrió un segundo después, al oír un grito de felicidad de Sirius, mientras veía una bludger pasando cerquísima de él, y ningún rastro de la snitch dorada.

- ¡Y SARAH DANIELS LANZA UNA BLUDGER A O'SULLIVAN, HACIENDOLE PERDER LA CONCENTRACION! - gritó Sirius, dando saltos de felicidad -. ¡SARAH, ACABAS DE GANARTE UNA CITA!

- ¡BLACK¡No estás aquí para buscar novia, sino para narrar un partido! - gritó la profesora McGonagall. Mientras tanto, en el campo, Sarah Daniels reía… miró a Sirius un momento, hizo un movimiento con la varita y volvió al juego.

Un segundo después, aparecieron en el aire las palabras "NOS VEMOS EN LA SALA COMUN A LAS SIETE" donde la varita de Sarah había pasado; hubo una risa general, mientras Sirius sonreía con cara de sabelotodo: solía conseguir citas con esa misma facilidad.

- Profe, se puede conseguir novia en cualquier momento - dijo Sirius a la profesora McGonagall, manteniendo la sonrisa, ante otra carcajada del estadio. Siguió narrando rápidamente, para evitar más regaños de la profesora.

- ¿Puedes creer que acaba de hacer eso? - dijo Victrix, molesta, mientras cruzaba los brazos y fruncía el ceño.

- ¿Y qué tiene? - preguntó Bastet, encogiéndose de hombros.

- Pues que… Pues que… ¿CUAL ES SU MALDITO PROBLEMA? -exclamó, al mirar el campo de juego: Ian, después de otro de los tantos comentarios de Sirius, acababa de hacer un ataque a la banca donde estaba él, tirándole la quaffle a la cabeza… Sirius pudo bajar la cabeza a tiempo y devolvió la quaffle al campo, mientras la profesora McGonagall gritaba a Ian y bajaba puntos a Ravenclaw.

Mientras tanto, Sirius maldecía a todo pulmón en dirección a Ian… en el momento que estaba sacando su varita para atacarlo, con el rabillo del ojo vio a James bajar en picada en su escoba…

En medio de la confusión, James acababa de ver la snitch. Cuando el otro buscador había notado la pelotita volando, era demasiado tarde; James Potter tenía la snitch dorada entre sus dedos, y Gryffindor había ganado la copa de quidditch.

- ¡Y GRYFFINDOR GANA, DAMAS Y CABALLEROS¡DOSCIENTOS CINCUENTA A CIENTO DIEZ PUNTOS¡SIN TRAMPA NI ATAQUE QUE VALIERA! - la profesora McGonagall le quitó el micrófono antes de que siguiera… Sirius simplemente miró a Ian Baum con odio, luego huyendo de la mira de la profesora McGonagall para dirigirse a donde estaba el equipo.

- Jamsie eso fue fantástico. Simplemente genial - dijo Sirius, al llegar a los vestidores, donde ya el equipo estaba saliendo. James hizo una reverencia.

- Quiero agradecer a mi amado público por contemplar mi gran hazaña deportiva - dijo el chico, sonriendo. Todos los que estaban alrededor rieron con ganas.

- ¿Y viste lo que el imbécil de Baum intentó hacer? - dijo Sirius, una vez todos los demás estuvieran fuera de su alcance auditivo. James asintió.

- Creo que el tipo no sabía con quien se metía - dijo, alzando las cejas.

- Obviamente no - dijo Sirius, sonriendo.

En ese mismo momento, a corta distancia de donde ellos estaban, Victrix Sekhmet e Ian Baum tenían una pelea.

- ¿Cómo demonios se te ocurre tirarle una quaffle a Sirius¡Pudiste haberle roto un brazo, o la cabeza… o matarle, grandísimo animal! - dijo Victrix, hecha una furia. Ian la miraba estupefacto.

- ¡No puedo creer que lo estés defendiendo¡El tipo estuvo todo el partido metiéndose conmigo! Simplemente pensé en darle una lección… no tienes por que enojarte, cariño… - dijo Ian, con un tono mas suave, acercándose a Victrix. Ella lo miró con ojos desorbitados, luego propinándole tremendo bofetón.

- No te atrevas a acercarte a mi, pedazo de inútil. Nunca vuelvas a dirigirme la palabra… y espero que en lo sucesivo te abstengas de atacar a mis amigos, o probablemente saldrás peor que una simple cachetada - dijo fríamente, dándole la espalda.

- ¡Lo sabía¡Estas enamorada del tipo! Por eso es que siempre te molestaba tanto cuando yo respondía de cualquier manera a sus ataques - dijo Ian tras ella. Victrix volteó, alzando una ceja.

- Deja de decir idioteces, Baum. ¿Por qué los hombres siempre asumen que cuando una chica los deja es porque está enamorada de otro? Te dejo dicho, cariño, que el motivo real es que eres un bruto desconsiderado… - sintió hervir la sangre por un momento -. Tratar de herir a uno de mis mejores amigos¿Cómo se te ocurre? - repitió. Se sintió tentada a sacar la varita y echarle un hechizo petrificador, dejándolo ahí a su suerte… pero lo pensó mejor, y simplemente se alejó lentamente en dirección al castillo.

- ¿Por qué te tardaste tanto? - preguntó Bastet al verla aparecer por el retrato de la señora gorda. Victrix suspiró.

- Tuve una pequeña charla con Ian… en la cual básicamente lo mandé a comer mierda - dijo Victrix tranquilamente.

- Fantástico - dijo Sirius, sonriendo.

- Nadie te invitó a la conversación - dijo Victrix.

- Auch, agresiva - dijo Sirius, pretendiendo que le dolía -. En todo caso¿me da eso permiso para hacer un festival de bromas a ese idiota?

- Como si te importara que te diera permiso o no - dijo ella -. Ibas a hacerlo así no hubiese cortado con el. Haz lo que se te venga en gana, estoy harta de ti.

- ¡Espera un momento! - dijo Sirius desde atrás de ella, haciendo que ella volteara a él y lo mirara con mala cara -. ¿Qué te pasa¡Actúas como si yo tuviera la culpa de esto!

- ¡Es tu culpa¡Estuviste provocando al tipo todo el partido¡Aparte de tenerlo en salsa desde el momento que empecé a salir con él… como si fuera tu problema! - estalló Victrix -. Te dejo dicho, Sirius, que a mi no me pasa absolutamente nada. El que parece tener un problema, con cualquier tipo que salga conmigo eres tú. ¡Deja de ser tan putamente sobreprotector, Sirius¡No es tu problema con quién salga, por qué salga con él, o que hago cuando estoy con él¡YA TENGO UN PADRE, NO NECESITO QUE TU SEAS SU SUCURSAL EN EL COLEGIO! - rugió Victrix, luego corriendo escaleras arriba y cerrando de un portazo la puerta de su dormitorio.

Sirius se quedó mirando al vacío, en shock.

- Yo… yo no la sobreprotejo - balbució después de un rato de silencio total en la sala común. Sus amigos lo miraron en silencio… Sirius los miró a ellos de vuelta, esperando una respuesta más convincente -. No sobreprotejo a Vix… ¿o sí?

- Casi hasta el punto del acoso, hermano - dijo James, dándole un par de palmadas en el hombro.

- ¡BAH! - gritó él, molesto. Se acercó a Sarah Daniels, susurró algo en su oído y los dos salieron de la torre de Gryffindor.

Después de unos veinte segundos de silencio general, cada grupo volvió a su celebración individual por los resultados del último partido de la temporada.

- A veces Sirius le mete al psicópata¿no? - murmuró Bastet, mirando el agujero del retrato. Remus la miró, y suspiró, asintiendo.

- Especialmente cuando se trata de Victrix.

…………………………………….

Creo que ya le estoy agarrando el tranquillo a la cosa… personalmente me gusta mas este capítulo que el anterior. ¿Ustedes que piensan?D

Muchísimas gracias a CaRoLiNa y a Gwen-De por leer el fic cuando actualicé la última vez… y, Gwen-De, contestando tu pregunta, después de terminar con este fic empiezo otro que es su continuación… lo que pasa después de Hogwarts.

¡Dejen review!