.. .. .. Interiecto tempore .. .. ..

Para que el pelirrojo no perdiera su inmejorable tono muscular demasiado deprisa con tanto reposo, Ansai pidió que le hicieran sesiones de gimnasia fisioterapéutica. Cada día uno de los miembros del equipo con alguno delos chicos de su gundam se encargaban de ir a verle y traerle los deberes. Los primeros días siguieron viéndole triste, pero duró poco. Muy rápidamente los ojos de Hanamichi volvieron a brillar, y su sonrisa reapareció en su rostro, amplia y agradable. Con ellos volvieron sus gritos, su risa y sus muecas de niño pequeño. Las enfermeras del hospital estaban algunas escandalizadas, pero la mayoría muy encariñadas con ese niño grande, tan amable con ellas, y de tan buen corazón.

A finales de semana fue Ayako la encargada de ir a verle. Cuando llegó la hora de cenar, ella salió de la habitación y fue a esperar a la sala de espera a que le vinieran a buscar. Le había prometido a Ryota no volver sola andando a casa a esas horas. Que mono, había pensado ella cuando él se lo hizo prometer.

Pero aunque Hanamichi se estaba recuperando tan bien como se esperaba que lo hiciera un joven sano como él, ella estaba no preocupada, pero quizá sí intrigada. Algo tuvo que ocurrir para que Hanamichi cambiara de humor tan deprisa. No es que no le gustara, pero algo raro había ocurrido, y no saber que era la ponía nerviosa.

A la vez también a Rukawa le había cambiado el humor. Si eso era posible, se había cerrado más aún, su concentración era mucho mayor de lo habitual, cosa que hacía que fuera cada vez mejor. Pero algo en sus ojos le decía que algo iba mal. Sólo Kogure había parecido notarlo, pero él lo achacaba a que sin Hanamichi de por medio era mucho más fácil concentrarse en que se estaba haciendo. Y en el fondo quizá el moreno echaba en falta las discusiones con Hanamichi.

Quizá Korure tenía razón, pero alguna cosa le decía que había algo más.

-Tranquila, él se recuperará rápido.-le dijo la enfermera que se sentó a su lado ofreciéndole un chocolate.

-Gracias. Sí ya lo se, solo que...

-Es extraño lo rápido que pueden ser los cambios de humor ¿verdad?

-Sip. ¿Que le puso de repente de tan buen humor?

-Supongo que saber que todos se preocupan por él. Y sobretodo el moreno de la noche.

-¿Que moreno?- preguntó intrigadisima Ayako.

-Quizá no le conozca, un amigo o algo así. Sólo puede venir de noche cuando Hanamichi ya duerme.

-Que extraño, no se quien será.

-¿Quiere saber qué es lo mas extraño? Al principio el moreno estaba muy preocupado, se le veía en los ojos. Pero en cuanto Hanamichi recuperó el buen humor, en vez de alegrarse pareció que se hundió. Como si en vez de recuperarse, el pelirrojo cada vez estuviera peor. Pero no ha dejado de venir. Es como si Hanamichi le hubiera chupado la fuerza vital al moreno para recuperar su buen humor.

-Vaya.

-Ya no tardará en llegar. Yo tengo que ir a hacer la ronda, si necesita algo avíseme.- Y tan de repente como había llegado, la habladora enfermera se fue.

Que extraño era todo aquello. Un misterioso chico iba a visitarle por las noches¿quien era?. ¿Por qué no iba de día?. ¿Si tan preocupado estaba por qué no quería hablar con él?

En eso pensaba cuando vio entrar a Rukawa por la puerta.

-¿Rukawa?. ¿Que haces aquí?

-¿Que?- no esperaba encontrarse con nadie.

-¿Ah, vienes a por mí verdad?

-¿Eh? Sí.- contestó Kaede al recordar la conversación de Riota con la chica esa tarde.

-Creí que vendría Ryota personalmente pero...

-Él pensó que la bicicleta sería más rápida.- suerte que era rápido de reflejos, pensó.

-Sí es cierto, pues vamos. Gracias.- dijo un poco triste Ayako, pero siguió a Kaede hacia fuera.

Así los dos jóvenes de Shohoku salieron del hospital montados en la bici azul del moreno, hacia la casa de Ayako.

Pero minutos después llegaba al mismo hospital un chico de cabello rizado, con una hermosa flor de tallo largo en la mano y con el corazón a punto de salirle del pecho. Pero cual fue su decepción al ver que Ayako no estaba. ¿Porque no le había esperado? Se lo había prometido. Quizá no había entendido que él iría a buscarla y había llamado a un taxi para volver a casa. Quizá se había cansado de esperar, quizá...

-Ella se fue hace un rato con el moreno. Pensé que no le conocía pero supongo que si.- comentó la enfermera que pasaba por allí.

-Perdone pero ¿qué moreno?

-El amigo de Hanamichi, cual va a ser.- dijo la muhacha con prisa, con tanta gente entrando y saliendo no podía trabajar.

-¿El que viene todos los días?- preguntó Ryota pensando en Yohei.

-El mismo.-le contestó la enfermera- Si me disculpa tengo que sguir la ronda, puede pasar a ver a Hanamichi si quiere, pero creo que ya duerme.

-No, es igual. Sabe que¿puede dejarle la flor a él? Le gustará verla cuando despierte, al fin y al cabo es una hermosa flor.

Ryota volvió andando a casa, con la cabeza gacha, y los ojos húmedos. Tenía un nudo en el estomago y aún no acababa de asimilar que Ayako hubiera pedido a otro que la fuera a buscar en lugar de esperarle a él. Quizá realmente no le interesaba en absoluto.


Interiecto tempore : pasado un tiempo