Capítulo cuarto.
Lily tardó tanto en bajar de la azotea que Genzo subió a buscarla, algo preocupado.
¿Te piensas quedar a vivir aquí?.- preguntó Genzo.
¿Te importa?.- murmuró Lily.
Me conviene.- dijo Genzo.- Así me dejarías el apartamento para mí solo.
¿Por qué eres tan terco?.- inquirió Lily, enojada.- ¿Por qué no te vas y me dejas en paz?
Bien, mínimo ya volviste a ser tú.- Genzo sonrió.
Lily bajó de nuevo al departamento. Genzo la siguió. Cuando Yue los vio venir, se puso a ladrarle a ambos, feliz.
Fabuloso, hasta mi perro te quiere.- gruñó Lily.
Oye, soy encantador.- respondió Genzo.
Encantadores mi calz... .- murmuró Lily, en español.
Oh, vamos.- Genzo no había entendido ni pío.- Quizás me extralimité hace un rato contigo y lo siento. De verdad.
Está bien.- Lily comenzó a ponerse su abrigo.
¿Vas a salir?
No te importa.
Lily tomó sus llaves y salió del departamento. Genzo decidió seguirla, ya que la chica aun mostraba señales de encontrarse triste. Lily caminó con rapidez aparentemente sin rumbo fijo. Genzo iba detrás de ella, como si se tratase de su sombra.
Ya deja de seguirme.- pidió Lily, fastidiada.- Vete a asustar a alguien más o a arrastrar cadenas en alguna parte.
Lo haría pero, ¿has notado que tú eres la única que puede verme?.- replicó Genzo, siguiéndole el paso.
Para mi desgracia.- bufó Lily.- ¡Cómo me gustaría no tener que verte!
Lily entró a un bar, el cual estaba repleto de hombres solteros en busca de una presa. Genzo se dio cuenta de las perversas intenciones de cada uno al ver a Lily.
Éste no es un buen lugar para ti.- le dijo Genzo a Lily.
Piérdete.- replicó Lily, ordenando un whisky doble al barman.
¿Whisky? ¿Y doble? Te emborracharás al instante.- comentó Genzo.
¿Y a ti que te importa?
Por si no lo has notado.- Genzo señaló a los hombres que acechaban a Lily como lobos a la espera de atrapar a caperucita.- Éste lugar está lleno de hombres que estarán encantados de aprovecharse de ti en cuanto se den cuenta de que estás ebria.
Insisto: ¿te importa?.- Lily estaba a punto de tomarse el trago.
Genzo movió la cabeza de un lado a otro y, después de pensarlo un rato, se metió dentro de Lily para controlar sus movimientos. Los demás parroquianos miraron cómo la linda chica de largo cabello castaño comenzaba a comportarse de manera extraña. La chica parecía estar bajo una especie de posesión demoníaca. Lily intentaba tomarse el trago y Genzo se lo impedía. Todos comenzaron a observar a Lily, preocupados. Esmeralda entró en esos momentos al bar.
¡Hola, Li-chan!.- saludó la chica.
Hola.- refunfuñó Lily.- ¡Ya salte de mí!
¿Qué dices?.- se sorprendió Esmeralda.
Nada.- negó Lily.- ¿Qué haces aquí?
Quedé de verme con unos amigos.- Esmeralda observó que Lily hacía unos movimientos de lo más extraños.- ¿Qué haces?
Nada.- Lily intentó sonreír.- ¡Ya deja de ponerme en ridículo!
¿Qué cosa?
Pero Lily ni pudo responder porque salió del bar como impulsada por una fuerza sobrehumana... Esmeralda la miró con sorpresa y algo de espanto. En ese momento, el celular de la chica sonó.
¿Hola?.- contestó Esmeralda.
¡Ah, hola mi amor!.- contestó un joven por el otro teléfono.- ¿Cómo estas? Oye, solo quería decirte que llegaré un poco tarde... Quiero pasar al hospital a ver cómo sigue...
Ya veo.- murmuró Esmeralda.- ¿Ha presentado mejoría?
No realmente.- contestó el muchacho.- Ni mejora, ni empeora...
Ya veo.- suspiró Esmeralda.
¿Pasa algo malo?.- inquirió el joven.
Ay, Taro, es que creo que mi amiga se está volviendo loca... .- musitó Esmeralda.
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Una vez afuera, Genzo condujo a Lily de regreso hasta el edificio en donde vivían y después salió de su cuerpo.
¡Eres un aprovechado!.- gritó Lily, furiosa.
No creas que esto fue placentero para mí.- musitó Genzo, sacudiéndose cual perro.
¡Me dejaste en ridículo frente a todos!.- gritó Lily.
Tú sola te hubieses metido en ridículos más grandes.- replicó Genzo.
No necesito que me cuides.- gruñó Lily, entrando al edificio.
Ni quién te esté cuidando.- bufó Genzo, yendo tras ella.
Entonces déjame en paz.
Deja de hacer idioteces.
¿Qué es lo que quieres de mí?.- Lily dejó de subir las escaleras y encaró a Genzo.
Quiero que me ayudes.- pidió él.
¿A qué?
A saber quién soy. Necesito descubrir quién soy y qué pasó conmigo...
No.
¿Por qué no me quieres ayudar?
Porque no.
Lily llegó al departamento y encendió la televisión, sintonizando la película de "Legalmente rubia" y poniendo el volumen en un nivel alto.
¿Crees que con eso me vas a poder ignorar?.- dijo Genzo, con sarcasmo.
Lo voy a intentar.- replicó Lily.
Genzo comenzó a cantar entonces la canción de los elefantes, ésa canción infantil que dice: "Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña, como sabían que resistía fueron a llamar a otro elefante. Dos elefantes se columpiaban... ". Lily subió el volumen hasta el nivel máximo. Genzo cantó más fuerte...
Y así comenzó el duelo. Lily se esforzaba por ignorar a su molesto huésped y Genzo se esforzaba por hacerse notar. Le silbaba a Yue para que éste se pusiera a ladrar y a brincar como loco. Cuando Lily se acostaba a dormir, Genzo se sentaba en el borde de la cama y se mecía de atrás hacia adelante para que la cama no dejara de moverse. El colmo fue cuando una vez que Lily salió de bañarse, ella limpió el espejo empañado y vio a Genzo en el reflejo. Lily gritó.
Me gusta el aroma del shampoo que usas.- comentó él.
¡Pervertido!.- gritó Lily, asustada y avergonzada, arrojándole a Genzo cuantos objetos encontraba al alcance de su mano. Genzo los evadía todos, divertido.- ¡Depravado!
Ya, no te enojes.- rió él.- En verdad que tu shampoo huele muy rico...
¿Qué quieres de mí?.- preguntó Lily, sosteniendo la toalla que le cubría el cuerpo.
Ya te lo dije: ayúdame a saber quién soy.- pidió él.- Y te dejaré en paz. Vamos, no te cuesta nada ayudarme... Y te estaré agradecido eternamente...
¿Y me dejarás en paz?.- preguntó Lily.
Sí.- asintió Genzo.
Lily suspiró. No le quedaba de otra.
Te ayudaré.- dijo ella, al fin, refunfuñando.- Pero desaparécete mientras me visto.
¿Es obligatorio?.- preguntó Genzo, sonriendo con picardía.
Como respuesta, Genzo se ganó que un tarro de crema le pasara volando por la cabeza.
Ya, ya, era broma.- Genzo levantó las manos para detener la furia de Lily.- Espero afuera...
Un rato después, Lily salió con un lindo vestido de flores azules, sandalias de tacón bajo que se anudaban en los tobillos con cintas y el largo cabello suelto sobre su espalda y recién cepillado.
Qué cambio.- comentó Genzo, con una mirada de admiración.- Te ves muy linda.
Deja de lado la adulación.- Lily se puso algo colorada.- Ya te dije que te iba a ayudar. ¿Por dónde comenzamos?
Quizás deberíamos preguntarles a los otros inquilinos.- comentó Genzo.- Alguno debe conocerme.
Sí, tienes razón.- asintió Lily.
Lily y Genzo comenzaron a investigar sobre la identidad de éste. Lily empezó con el departamento 1, pero ahí nadie se acordaba de Genzo.
Sé que alguien vivió ahí, porque a mí me dejaron la llave para que se rentara el departamento.- le dijo a Lily la persona que le abrió la puerta.- Pero sinceramente, no me acuerdo de ella...
Es un hombre el que vivía ahí.- corrigió Lily.
¿De verdad?.- el hombre se sorprendió.- No sabía.
Bonito comienzo.- gruñó Genzo.
Y en los siguientes departamentos la cosa no estuvo mejor.
¡Ah! ¿Vivía alguien ahí?.- preguntó la chica del departamento 2.
Creo que se trataba de un viejo solitario.- comentó el ejecutivo del departamento 3.- Nunca convivía con los demás.
¿No era una señora que tenía muchos gatos?.- preguntó la mujer que abrió en el departamento 4.
Y así, sucesivamente. Nadie, absolutamente nadie, se acordaba de Genzo. Éste estaba algo deprimido.
He de haber sido un antipático.- murmuró él.
O un adicto al trabajo.- sugirió Lily.- Vamos, no te desanimes, todavía nos falta el departamento 9.
En dicho apartamento, les abrió la puerta un joven apuesto, rubio, de ojos verdes.
Hola.- el joven esbozó una sonrisa de galán conquistador al ver a Lily.- Soy Hans.
Buenas tardes.- sonrió Lily.- Soy Lily y vivo en el departamento 10 y ando investigando sobre el inquilino anterior a mí y...
¿Vives en el departamento 10?.- el muchacho sonrió con más seguridad aun.- ¿Cómo es que no había visto a una lindura como tú aquí?
Eh... .- Lily se turbó un poco.- ¿No sabes entonces qué pasó con el huésped anterior del departamento 10?
Creo que era un hombre joven.- respondió Hans.- Alguien famoso, creo, a juzgar por el montón de chicas que venían a hostigarlo... Pero ya no hablemos de él. Mejor háblame de ti...
Le gustas.- le dijo Genzo a Lily, repentinamente.
¿Qué cosa?.- la pregunta era para Genzo, no para Hans.
Le gustas.- reafirmó Genzo, muy serio.- Y mucho.
¿Cómo sabes eso?.- murmuró Lily, poniéndose nerviosa.
¿Perdón?.- Hans, evidentemente, no entendió.
Se nota.- bufó Genzo.- Su actitud de cazador es muy obvia.
¿Habla la experiencia?.- se burló Lily.
¿Disculpa?.- insistió Hans.
Nada.- sonrió Lily.- Ya me voy. Muchas gracias por tu ayuda...
¿No quieres pasar a tomar algo?.- sugirió Hans.- Hace calor...
No, muchas gracias, ya debo retirarme.- Lily se marchó, seguida por Genzo.
Hans miró a Lily irse con cierta lujuria. Genzo le lanzó una mirada poco amigable a Hans antes de irse. Lily llegó hasta la puerta de su apartamento y se quedó mirando la puerta, ofuscada.
¿Qué ocurre?.- inquirió Genzo.
Olvidé la llave adentro.- musitó Lily.
No te preocupes.- dijo él.- Hay una copia escondida en la maceta de la esquina.
Lily rebuscó en el sitio indicado y encontró la llave.
Vaya que es de utilidad tener al fantasma del fastidioso inquilino anterior cerca de mí.- sonrió Lily.- Me avisa de los pretendientes indeseados y me dice en donde encontrar llaves de repuesto.
Te lo dije.- sonrió Genzo.- Soy muy útil.
Ya, que no se te suba a la cabeza.- Lily abrió la puerta y dejó pasar a Genzo, aunque éste no necesitaba que le abrieran la puerta para entrar.- ¿Qué hacemos ahora?
No lo sé.- suspiró Genzo, apesadumbrado.- Si tan solo tuviera una idea mínima de quién soy...
Ya encontraremos algo... .- lo animó Lily.- Ten fe.
Lily buscó un refresco de botella no retornable.
Te invitaría un refresco, pero creo que no podrías tomarlo.- le dijo Lily a Genzo.- Demonios, olvidé comprar un destapador.
Debo de tener alguno por ahí.- dijo Genzo.
Y ahora me consigues un destapador.- sonrió Lily.
Lily rebuscó entre los cajones y encontró algo que no esperaba...
Gen, mira esto.- dijo la chica, tomando un papel que encontró.
No me llames "Gen".- gruñó Genzo.
Como sea.- Lily lo ignoró.- Mira esto, es un recibo.
¿De qué?.- Genzo miró el papel.
De un par de guantes y un balón de fútbol sóccer.- leyó Lily.- Es de una tienda de artículos deportivos. Podríamos ir ahí y preguntar a ver si te conocen.
Buena idea.- Genzo pareció recuperar el ánimo.
Bien, Gen, vamos para allá.- dijo Lily.
Deja de llamarme Gen.- Genzo refunfuñó.
Deja de invadir mi apartamento.- replicó Lily.
Ambos se miraron por unos momentos. Y después sonrieron...
Notas:
"Legalmente rubia" ("Legally blonde") es una película en donde aparece Reese Whiterspoon, jaja, quería escoger otra película en donde apareciera ella.
