¿Quién Cree En el Amor?

Magdalia Daidouji: XD pues yo si! Jaja. Aquí estoy estrenando nuevo fic antes de lo pensado. Se me vino una idea muy…"Linda" para mi gusto, para este fic. Así que muchas gracias a quienes se tomaron la molestia de entrar, y leer este fic. Muchas gracias por todo.

Creo que no hay necesidad de decir por todos los capítulos que Card Captor Sakura y sus respectivos personajes no me pertenecen XD y todos sus derechos pertenecen a las idolas CLAMP. (Solo pondré sus derechos en este capitulo, porque si me lo preguntan, para mi es una lata escribirlo cada capitulo XD)

Summary: Syaoran Li no cree en la famosa palabra..."Amor", ni en sus variados significados. Aunque todo puede cambiar al conocer a una persona especial.

¡¡¡Comenzamos!

¿Quién Cree En el Amor?

Capitulo 1: La Corbata

El era un…"Hombre" ocupado. Aun no podemos llamarlo "hombre" enteramente, pues aun era muy joven y le faltaba aprender muchas cosas de la vida…llenar muchas cosas todavía. La pregunta era ¿Qué clase de cosas debe llenar su vida?...aun no estoy muy segura, si deberíamos llamarle "cosas"…porque principalmente es solo una…y no es una "cosa"…es un sentimiento, al que la humanidad llama "Amor".

Acababa de bajar de su automóvil negro y bello, por supuesto que era un bello auto, con el sueldo que tenia, se podría decir que podía comprarse medio continente. (N.A: XD ok eso fue una exageración)

Era un hombre sumamente apuesto, muy atractivo para cualquier mujer, es una lastima que su "humor" desvanecía cierta parte del atractivo. Simplemente no lo tenia…no era muy difícil sacarle una sonrisa, pero para lograr que diera una sincera…eso era todo un reto.

Abrió la puerta del edificio y saludo con un amargo "Buenos Días", mientras se unía en su caminata, otro hombre de negocios, de apariencia sumamente gentil, era esa clase de personas que solo verlas y lograba aparecer una sonrisa en tu rostro…bueno a excepción de al mas afamado, rico, ocupado, apuesto hombre de negocios…Li Syaoran.

"Buenos días, Li"-saludo alegremente el segundo hombre, poniéndose unas gafas que le daban cierto toque intelectual.

"Buenos días, Hiragizawa"-respondio Syaoran, con un tono de voz…no del todo alegre, mientras apresuraba su paso.

"¿Tarde nuevamente?"-pregunto su compañero mientras apresuraba el paso junto a el.

"Eso parece…malditas pesadillas..."-maldijo el joven Syaoran mientras presionaba el botón de un elevador.

"Ah, es cierto, me has comentado que por culpa de tus pesadillas, te has estado levantando mas tarde…tal vez deberías ir a un psicólogo"-dijo el joven Hiragizawa mientras ponía una sonrisa abierta en su rostro, sabia la reacción que provocaría en su amigo.

"Aun no estoy loco, además…tal vez no sean tan graves"-dijo Li mientras esperaban que el elevador abriera sus puertas, una vez abiertas, entraron dentro.

"¿Pues de que tratan?"-pregunto intrigado el joven con gafas.

"Ah…"-se quedo en blanco pensando en si podría decirle a su amigo sobre la pesadilla… ¿Qué mas daba, prefería contárselo a el que a un psicólogo.

"Empieza conmigo…solo…de repente, llega una persona…no puedo verle la cara, se ve completamente oscuro….y después…ella me dice…"-

"¿Ella?"-pregunto Hiragizawa con una clara expresión de picardía en su rostro.

"Olvídalo"-dijo Syaoran cerrando sus ojos un poco molesto por la expresión que había hecho su amigo.

El elevador se abrió y por el número que brillaba indicaba que se encontraban en el piso 16.

"Trabajo, dulce Trabajo"-dijo el joven de porte alegre y varonil mientras salía del elevador en compañía de Syaoran

Estaban en lo que daba a parecer un lugar, un negocio muy grande y ocupado, gente corría de un lado hacia otro con papeles en sus manos, había un escritorio enfrente de cada oficina, donde parecía encontrarse una secretaria lista para atender cualquier situación que su jefe le pidiese.

"Creo que yo me voy por este camino…oh, tu corbata esta…"-dijo Hiragizawa señalando la corbata de su compañero, cual estaba completamente manchada, muy sucia.

"¡Maldición, tercera vez esta semana…"-dijo el joven Li mientras se quitaba su cortaba y la arrojaba al suelo con enfado, cautivando la atención de un par de ojos verdes esmeraldas.

"jijiji, Tranquilo"-se rió el joven de cabellos negros azulados, mientras veía la cómica expresión de enfado en su amigo.

"Aun tienes que acompañarme, faltan ciertos negocios por cerrar"-dijo Li viendo rencorosamente hacia su corbata.

"Es verdad, bien, pues ahí que darnos prisa, este día será muy ocupado"-dijo el joven Hiragizawa sin quitar su amable sonrisa de su rostro, comenzando a caminar hacia una oficina en particular…con un nombre en especial…"Li Syaoran", frente a la oficina, se encontraba un escritorio y en el, una joven secretaria de ojos verdes tan bellos como una esmeralda. Su apariencia era muy sencilla, pero sin embargo lucia bonita y sus mejillas estaban adornadas con un rosa muy notorio…sus ojos fijos en su jefe…Syaoran.

"Buenos días"-dijo Syaoran pasando directamente a su oficina, sin siquiera mirarla. En realidad, jamás lo había hecho…jamás en su vida, o más bien, en el tiempo que tenia trabajando hay, había lanzado una sola mirada a su secretaria, difícilmente sabia que existía. Solo escuchaba su voz por medio del comunicador y del teléfono, y el reconocía que la voz de su secretaria era muy dulce, pero solo eso…ya que jamás la había visto.

"Buenos días, Kinomoto-san. Luce usted muy bonita esta mañana"-dijo el joven Hiragizawa deteniendo a saludarla, estrechando manos con ella. Seguido de eso, paso a la oficina de Li, y cerro la puerta.

----Fuera de la oficina, La Secretaria Kinomoto----

"¿Me noto?"-pregunto ella con un rubor muy notorio en sus mejillas, dirigiéndose a una probable amiga que se encontraba en el escritorio de al lado, su apariencia era muy amable, tenía cabellos largos recogidos en una especie de "cebolla", y unos ojos azules….su nombre: Daidouji Tomoyo.

"No lo creo…ya hemos probado de todo esta semana, el día de hoy incluso te acomode el cabello diferente. Pero no te preocupes Sakura, seguro lo hará mañana"-dijo Tomoyo tratando de animarla, mientras veía como el sonrojo desaparecía de las mejillas de su amiga, y bajaba su mirada tristemente.

"No tiene caso…No sabe que existo ¿Cierto?"-pregunto completamente desanimada y desconsolada Kinomoto Sakura. Sus ojos comenzaban a tornarse nublados…muy tristes.

"¡Claro que sabe que existes, vamos, eres una chica muy linda y buena, muchos del personal mueren porque les des una oportunidad"-dijo Daidouji adhiriendo a su rostro una sonrisa muy alegre y sincera, pues cada una de sus palabras era cierta…aunque podemos dejar en duda, lo primero: "Claro que sabe que existes".

"Y yo sigo intentando lo imposible…si hubiera una oportunidad para mi…"-dijo la ojiverde volteando a ver a su amiga, con ojos sumamente llenos de soledad.

"La hay, Sakura"-dijo su amiga brevemente volteando a ver un objeto en particular que se encontraba en el piso….una corbata sucia, y ya pisoteada y deshilachada.

"Su corbata… ¡Gracias Tomoyo!"-agradecio cambiando a un humor sumamente lleno de energía y alegría. Su amiga simplemente le devolvió una feliz sonrisa lo que indicaba que no había ningún problema.

La joven Kinomoto abandono su escritorio por unos segundos y se dirigió hacia aquella corbata que le pertenecía al joven Li Syaoran, la tomo en sus manos, y la pego a su pecho, y salio corriendo hacia el elevador, una vez adentro alzo su mano agitándola, despidiéndose…

"¡Cubreme! ¡Regresare pronto!-dijo entusiasmada mirando a su amiga Tomoyo quien sonreía abiertamente antes de que la puerta del elevador se cerrara.

-Dentro de la oficina de Syaoran-

"No es de negocios de lo que querías hablar, ¿Cierto?"-pregunto el joven Hiragizawa tomando asiento frente al escritorio de su compañero de trabajo.

"Lo sabes todo. Esa pesadilla…es muy…molesta"-dijo Syaoran en pausas haciendo una imagen mental sobre lo que ocurría en sus pesadillas.

"No terminaste de contarme… ¿Qué decía la chica?"-pregunto Hiragizawa con un tono de voz realmente interesado.

"Ella me decía…ella…me decía "Te amo""-revelo el joven Li lo que ocurría en sus "pesadillas", que ahora comenzaba a sonar totalmente absurdo llamarles "pesadillas", inmediatamente los cachetes de su amigo se inflaron intentando no reír.

"¡Tienes que estar bromeando!... ¡Jajajaja!"-rompio en carcajadas sonoras que reventarían el tímpano de Syaoran.

"¡Cállate! ¡No estoy jugando!...Sabes perfectamente lo absurdo que ayo esas cosas…esa palabra…"

"¿Amor, Cielos, es maravilloso…todos necesitan un poco de eso para ser felices, incluso tu"-dijo Hiragizawa viéndolo con seriedad, el sabia perfectamente que Syaoran no creía en tal "tontería" como el amor.

"Bah, tu que sabes"-respondio malhumorado el pequeño lobo.

"Señor Li, se le solicita en una reunión de finanzas, comienza en media hora señor"-se escucho una voz frágil por el comunicador, una voz que…

"¿Usted es?"-pregunto Syaoran desconociendo la voz, conocía perfectamente el dulce tono de voz de su secretaria, aun cuando nisiquiera la conocía de vista.

"Daidouji Tomoyo, señor. Kinomoto-san tuvo una urgencia, no tarda en volver"-respondio rápidamente la frágil voz.

"Bien"-respondio fría y conformemente el joven de negocios mientras terminaba su conversación por el comunicador.

"Entonces, Syaoran. ¿Nos veremos…?"-

"Mañana, como todos los días"-respondio cortante, levantándose de su asiento y saliendo apresuradamente de su oficina, abordando el elevador, dirigiéndose a su importante reunión…seguro necesitaba un día libre, o al menos…una persona que supiera hacerlo sentir feliz…una persona que lo amara.

-----En el departamento de Sakura Kinomoto----

Se encontraba sentada en su cama, tejiendo nuevamente aquellos hilos que estaban fuera de su lugar en la corbata. Lo hacia con todo su empeño, y con mucho… ¿Amor?. Incluso había bordado las iniciales del dueño de la corbata, cuales eran: S.L.

"Tal vez...nisiquiera lo note, tal vez…no le importe, tal vez…no le guste…pero, aun así lo haré"-dijo la chica tomando fuertemente la corbata en sus manos, bajando de su cama y colocando en sus pies sus zapatos nuevamente.

Ella era Sakura Kinomoto, 19 años de edad, en plena juventud. Una chica muy bella, todos decían que contaba con los ojos mas hermosos de la ciudad, incluso decían que hablar con ella, era hablar con un ángel. No cabía duda, que la buena reputación la rodeaba. Sin embargo…no importa que tan lleno estés de halagos y que tan bien ellos te hagan sentir…Jamás estarás lleno hasta haberlo encontrado. Desafortunadamente para esta chica, ella creía haberlo encontrado en una persona que realmente estaba fuera de su alcancé…bastante fuera de su alcance. ¿Cómo un empresario, rico, afamado, apuesto, buen hombre…se fijaría en una, sencilla, chiquilla, simple secretaria?...eso si que era un problema. Sin embargo había un problema de mayor magnitud aun…el más grande problema: ¿Cómo podrían enamorarse, si uno de los dos no cree en el amor?. Pero bien se dice…"La esperanza muere al ultimo". Así que dejemos todo en manos del destino.

Salio corriendo apresuradamente, abordo un taxi y pidió la llevara a la empresa en la que trabajaba…era tarde ya.

----Dentro de la empresa----

"Sakura, ¿Por qué tardara tanto?"-se preguntaba Tomoyo mientras pasaba una y otra vez sus dedos sobre el escritorio impacientemente. De repente la puerta del elevador se abrió.

"¡Ya estoy aquí!"-grito animosamente Sakura, mientras corría hacia su escritorio, cargaba consigo una bolsa blanca con un moño rojo.

"¡Terminaste! ¡Que bueno, ¡Te recomiendo darte prisa! ¡El señor Li no se encuentra! ¡Puedes dejarlo en su oficina!"-dijo Tomoyo alerta mientras, se paraba de su escritorio y tomaba su bolso.

"¿Ya te vas?"-pregunto Sakura.

"Así es, ya es hora de irnos, Sakura, ¡Date prisa!"-dijo Tomoyo mientras se encaminaba al elevador en compañía de muchas secretarias y empleados del lugar que estaban listos para ir a descansar a sus casas.

"Me quedare un poco mas"-respondio Sakura con una sonrisa tierna a su amiga, la otra acento con la cabeza, y abordo el elevador junto a los demás.

Ya cuando todos se habían ido, cautelosamente la secretaria Sakura Kinomoto se adentro a la oficina de su jefe, lugar que se le tenía prohibido si no tenia permiso para entrar.

Una vez adentro, camino hacia el escritorio con sumo cuidado, y dejo la bolsa con el moño rojo sobre el escritorio, lo vio fijamente con un leve sonrojo en sus mejillas, dio media vuelta y salio de la oficina.

Era ella…la única persona que quedaba en todo el edificio, siendo ya cerca de media noche, ella aun tenía fe, aun confiaba…así que seguía sentada en su escritorio. Desesperados y oscuros pensamientos le decían que estaba esperando en vano, gracias a dios su lado positivo gano y siguió esperando.

De repente la puerta del elevador se abrió, dejando ver la figura de un hombre alto y de buen porte, que se encontraba mirando a su reloj, una vez que noto que el elevador había abierto sus puertas, salio de el, caminando directamente hasta su oficina nuevamente…pero esta vez entro derecho, sin siquiera decir "Buenas Noches". Era oficial, definitivamente no sabia de su existencia, incluso aunque era la única secretaria que quedaba…y no la había notado. Ella intento no llorar…realmente lo intento.

----Dentro de la oficina----

El joven llego a su oficina maldiciendo de variadas formas a muchos de los empresarios arrogantes que había tenido que soportar durantes tantas horas.

Se dirigió a su escritorio…y lo noto. Vio una bolsa blanca con un moño rojo, que se veían sumamente encantadores y tentadores e intrigantes para la vista de este chico. La tomo en sus manos y abrió la bolsa…su contenido era muy sencillo, pequeño, y esta vez, sumamente encantador.

"Pero si…"-comenzó a hacer memoria de lo que había sucedido esa mañana con su corbata, la había maldecido y la había arrojado brutalmente al suelo. Lo que sutilmente le decía que su vista lo estaba engañando. Pero este no era un engaño, era esa misma corbata, pero esta vez limpia, recocida y con un detalle especial: S.L.

Quien fuera que lo hubiera hecho, era un dios, era lo que pensaba el joven empresario, claro que sus dudas fueron respondidas al ver un pequeño papel con un mensaje escrito en el.

"Señor Li:

Disculpe usted que me haya tomado el atrevimiento de remendar su corbata, solo…tómelo como un regalo. Espero que haya tenido un buen día

Se despide su secretaria: Kinomoto Sakura".

Releyó el mensaje nuevamente pero esta vez imaginando la voz de su secretaria decir lo que estaba escrito en el mensaje.

¡Un ángel! ¡Eso tenia que ser su secretaria, era lo que pensaba. ¿Cómo una completa desconocida, a la cual jamás le había visto el rostro, se iba a tomar la molestia de hacer esto por el?. Sin duda un sentimiento de alegría despertó en su corazón. Rápidamente le paso por su mente una manera de agradecer aquel detalle que había tenido su secretaria con el, pero ninguna idea venia a la mente. ¿Un aumento de sueldo quizás, no, para su lado tierno y caballeroso, eso no era suficiente.

Decidido a agradecerle de alguna mejor forma el día de mañana, salio de su oficina, no sin antes escuchar lo siguiente:

"Ahem, Buenas noches"-se aclaro la garganta y después se despidió, aun sentada en su escritorio, con notorio rubor y ojos lagrimosos. Realmente había llorado.

Pero la escucho. ¡Milagrosamente lo había hecho, lentamente giro su mirada hacia donde escucho la voz…y por primera vez, conoció a los ojos mas bellos que jamás había visto.

"Bue-buenas noches"-se atolondro al hablar el empresario, ¿Realmente era verdad lo que sus ojos veian?. Si lo era.

"¿Usted es…Sakura Kinomoto?"-pregunto el, sintiéndose nervioso de alguna manera, su palpitar estaba aumentando considerablemente.

"Si"-respondio aun ruborizada, pero esta vez regalándole una sonrisa dulce y tierna, realmente le ponía feliz que la hubiese notado, ¡Que le estuviera hablando!.

Se aproximo un poco mas a ella, solo unos cuantos pasos mas, se agacho a la altura de era, ya que ella se encontraba sentada…y dio…dio una tierna sonrisa llena de sinceridad, sus ojos por fin reflejando gusto y alegría.

"Muchas gracias"-dijo el, refiriéndose a la corbata, haciendo sonrojar a la chica, pero poniéndola sumamente feliz.

Su corazón comenzaba a cambiar… ¡Bah, ¿Cómo podría ser eso posible del joven Li Syaoran?...Pues bien…en este mundo…TODO, es posible.

-----Fin del capitulo-----------

Magdalia Daidouji: WIII! XD TERMINE MI CAP! WUJUJU!..

NOTA IMPORTANTE: Voy a entrar a la preparatoria, ¿cierto, bien, la preparatoria a la que voy a entrar, es sumamente estricta, prestigiada…y…O.O extraña, las inscripciones comienzan el 18 de julio, sin embargo, es muy conocida por que las filas para la inscripción comienzan desde casi una semana antes, y mientras estes en la fila, no te puedes mover de hay, si te quitan tu lugar…estas realmente fuera, es un lio. El dia de hoy, mientras andaba todavía vilmente en pijama XD jajaja de monkeys XD, me llamo una de mis amigas para avisarme que la fila habia comenzado..¡Pueden creer que estare hay ocho dias?...la razon por la cual no estoy ahorita, es porque mi madre me esa cubriendo, XD gracias dios que me diste una mami tan buena. Pero durante los demas dias, estare hay durante todo el dia y en la noche me cubriran mis padres…o.o es horrible. Bueno se preguntaran porque les digo todo eso..XD bien hay una buena razon, no podre actualizar durante toda esta semana me parece XP, ni la siguiente porque me voy de vacaciones toda la siguiente semana XD. Pero aprovechare las noches que este aquí para escribir mas capitulos de mis fics, y poder actualizarlos de perdido esta semana, un capitulo o dos.

MUCHAS GRACIAS POR HABER LEIDO LA NOTA, XD SI NO LA LEISTE, LEELA! XD ES IMPORTANTE PARA QUE NO ME RECLAMEN DESPUES! XD

Magdalia Daidouji: Bueno gracias nuevamente a todos ustedes, ¿Creeran que soñe este fic? XD bueno, como sea, muchas gracias! No olviden dejar review! Nos vemos!