Capítulo quinto.
Lily y Genzo salieron rumbo a la dirección que venía impresa en el recibo que Lily encontró.
Quizás te gusta el sóccer.- sugirió Lily.- A juzgar por las cosas que compraste.
¿Y recuerdas lo que dijo Hans acerca de que había muchas chicas acosándome?.- acotó Genzo.- Quizás soy algún jugador famoso...
Uhm... .- bufó Lily.- Muy seguramente eras un patán presumido de primera...
¿Tengo cara de serlo?
¿Te digo la verdad o quieres que te mienta?
Lily y Genzo llegaron a la dirección señalada. Se trataba, justamente, de una tienda de artículos deportivos. Lily entró, seguida por Genzo. La chica se dirigió al empleado del mostrador y le explicó el motivo de su visita.
Bueno, la verdad es que no podría precisar bien quién compró esto.- negó el empleado.- Porque no acostumbramos a hacer las notas de venta con nombre a menos que la persona nos lo pida y pues ésta no tiene un nombre impreso. No tengo idea de quién pudo comprar estos artículos...
¿No ha venido algún jugador famoso a la tienda en los últimos meses?.- inquirió Lily.
Pues... La verdad es que aquí vienen muchos jugadores del equipo de Hamburgo.- respondió el empleado.- Pero tienen mucho tiempo de no venir por estos rumbos.
Las palabras del empleado encendieron en la memoria de Genzo una alarma.
Recordé algo.- murmuró él.
¡Ah!.- exclamó Lily.- Muchas gracias, señor.
Lily y Genzo salieron de la tienda de deportes.
¿Qué recordaste?.- le preguntó ella a él.
Cuando el empleado dijo algo sobre el equipo de Hamburgo, una alarma se encendió en mi mente.- explicó Genzo.- Eso me dice algo, pero no termina de encajar bien todo...
Uhm. Quizás eras un jugador de ese equipo.- comentó Lily.
Lily y Genzo caminaban por la acera cuando una mujer gritó. Ambos voltearon hacia el sitio de donde provenía el grito. Una señora, parada a pocos metros de ellos, miraba y señalaba hacia un edificio, al tiempo que gritaba como histérica.
¡Mi bebé!.- gritaba.
Un bebé de un año y medio jugaba peligrosamente en el barandal de un balcón ubicado en el tercer piso. La gente comenzaba a agruparse alrededor de la señora.
¡Solo lo dejé solo por un par de minutos!.- la señora lloraba.- ¡Por favor, ayúdenlo!
¡Que alguien llame a los bomberos!.- gritó alguien.
¡Que alguien llame una ambulancia!.- gritó otra persona.
Ay, Dios.- murmuró Lily, mirando con susto la escena.
De repente, el barandal cedió... Y el niño perdió el equilibrio... Genzo no lo pensó dos veces. En una actuación rápida, Genzo entró en el cuerpo de Lily e hizo que ésta saltara ágilmente y atrapara al niño en una atajada perfecta.
¡Aaaahhh!.- exclamaron todos.
Lily sostuvo entre sus brazos al pequeñín, quien reía como si la experiencia le hubiese resultado de lo más divertida. Todos los presentes aplaudieron y la irresponsable madre del niño lloró, agradecida con Lily por haber salvado a su hijo.
Nunca le podré pagar lo suficiente.- murmuró la señora, feliz.
En ves de pagarme a mí, podría pasar más tiempo con su hijo y cuidarlo como se debe.- gruñó Lily, en español.
Para ese entonces, Genzo ya había salido del cuerpo de Lily (este abusivo ¬¬) y sonreía, satisfecho.
¿Qué rayos fue eso?.- le preguntó Lily a Genzo cuando la cosa se calmó.- No me está gustando que entres tan seguido a mi cuerpo.
Ya recordé quién soy.- sonrió Genzo.
¿Cómo dices?.- Lily se sorprendió.
Que ya recordé quién soy.- repitió Genzo, feliz.- Y sé a lo que me dedico: Soy portero del equipo de Hamburgo.
¿Estás seguro?
¿Cómo crees que pude atrapar a ese niño tan fácilmente?
Ey, la que atrapó a ese niño fui yo.- replicó Lily.- Usaste mi cuerpo.
Y tú mis habilidades.- replicó Genzo.
(Jaja, esta conversación puede darse a mal interpretaciones XD).
Entonces debemos ir al equipo de Hamburgo.- dijo Lily.- Ahí deben saber quién eres y lo que pasó contigo.
Vamos, pero ya.- dijo Genzo.- No puedo esperar más.
Lily y Genzo llegaron al campamento del equipo de Hamburgo. Ahí, la chica le preguntó a uno de los guardias de seguridad la manera de investigar acerca de los jugadores del equipo.
¿Es reportera?.- preguntó el guardia de seguridad.
Eh... Sí.- mintió Lily.
Tendrá que darme algunos datos para poder darle un pase de entrada y... .- comenzó a decirle el guardia a Lily.
Mientras tanto, Genzo vio a sus compañeros entrenar. Y todo le cayó de golpe... Ahí estaba Kaltz, su viejo amigo y compañero... Y Margus... Y Heffner... Y entonces Genzo comenzó a recordar...
-FLASH BACK-
Genzo corría alrededor de la cancha mientras Kaltz tomaba un descanso.
Te cansas demasiado rápido, amigo.- se burló Genzo.
Ya sabes que nunca aguantaré tu ritmo.- Kaltz resoplaba.
De pronto, una suave música de violín comenzó a escucharse y Genzo, sorprendido, se acercó al sitio de donde provenía. Él no pudo encontrar al intérprete de tan bella música ni tampoco descubrir qué estaba haciendo en ese lugar y a esas horas tocando el violín, pero Genzo se sintió cautivado por esa bella melodía... Tanto, que el tiempo que él le había dado a Kaltz para que descansara terminó y Genzo no se dio cuenta.
¿Wakabayashi-san?.- inquirió Kaltz, sorprendido.- ¿Qué te pasa?
Nada.- Genzo pareció despertar de un largo sueño.- Regresemos a entrenar.
Ya sabía que ibas a decirme eso.- bufó Kaltz.
Genzo rió. Y Kaltz también lo hizo...
-FIN DEL FLASH BACK-
Genzo recordaba todo… En ese campamento estaba su vida...
¿Gen?.- habló Lily, suavemente.- Me dieron ya un pase para poder observar el entrenamiento del equipo. Veré si puedo preguntarle a alguno de los jugadores sobre ti.
Me llamo Genzo Wakabayashi.- dijo Genzo, como respuesta.
¿Qué cosa?.- Lily no entendió.
Me llamo Genzo Wakabayashi.- repitió Genzo.- Y soy el portero titular del equipo de Hamburgo... O al menos lo era...
Veremos qué es lo que pasó contigo.- dijo Lily, suavemente.
Pregúntale al muchacho rubio.- Genzo señaló a Kaltz.- Se llama Hermann Kaltz.
De acuerdo.- asintió Lily.- Aunque me hará falta una grabadora o al menos una libreta y una pluma...
La chica, fingiéndose reportera, se acercó a Kaltz y se presentó.
Mi nombres es Julieta Del Valle.- mintió Lily.- Y quisiera preguntar sobre Genzo Wakabayashi.
¿Cómo?.- el rostro de Kaltz se ensombreció.
Quiero saber qué pasó con Genzo Wakabayashi.- repitió Lily.- Tengo entendido que era el portero titular de este equipo.
Todos saben lo que pasó hace tres meses con Wakabayashi-san.- la voz de Kaltz se endureció.- ¿Quién es usted? No es reportera, ¿verdad?
¡Ah!.- Lily se puso nerviosa.
Mejor dile la verdad.- dijo Genzo.- Dile quien eres.
Mi nombre es Lily, no Julieta.- confesó Lily a Kaltz.- Y quisiera saber qué pasó con él.
¿Qué es usted de él, señorita?.- Kaltz no cambiaba el tono de su voz.
Dile que eres mi novia.- recomendó Genzo.
¿Qué cosa?.- exclamó Lily.
¿Qué?.- inquirió Kaltz.
Soy la novia de Genzo.- mintió Lily, nerviosa y algo avergonzada.- Nos conocimos en México y yo quedé de alcanzarlo en Alemania, pero no he podido localizarlo...
¡Ah!.- la expresión de Kaltz cambió de enojo a tristeza.- ¿Usted es su novia?
Sí.- Lily se puso colorada.
Wakabayashi-san nunca me dijo que tuviese una novia... ¿Sabe? Creo que es mejor que hable con el entrenador.- musitó el alemán.
Lily se dirigió con el entrenador. Ella repitió la misma mentira sobre que era la novia de Genzo. Éste ya no decía nada, su mente era un torbellino de recuerdos...
Creo que lo mejor será que busque al doctor Stein.- murmuró el entrenador, después de escuchar la historia de Lily.- Él está en el Hospital General de Hamburgo. El doctor Stein le dirá todo lo que necesita saber...
Ya veo.- asintió Lily, algo preocupada.- Muchas gracias.
Lily y Genzo se retiraron. Él estaba muy callado y ella muy pensativa.
Nadie quiere decirme lo que pasó contigo.- comentó Lily.- Esto me da mala espina.
Sí.- asintió Genzo.
Kaltz y Margus observaron a Lily marcharse. Ambos la miraban con tristeza.
Es una verdadera lástima.- comentó Kaltz.- Al fin él conoce a una chica lindísima y tiene que pasar por esto...
Ya en el hospital, Lily pidió hablar con el doctor Stein. Éste la recibió, sonriente al principio, aunque cuando Lily le contó el motivo de su visita, el rostro del galeno tomó la misma expresión entristecida que Lily y Genzo habían visto en el entrenador y los compañeros de equipo de Genzo.
Lamento mucho el tener que informarle esto, señorita Del Valle.- murmuró el doctor Stein con el tono que usamos los médicos para dar malas noticias.- Pero algo terrible le pasó a Genzo...
De repente, algo llamó a Genzo. El se dio la vuelta y al final del largo pasillo vio una luz blanca. Él fue hacia ella, impulsado por una fuerza que era superior a él... Al final del pasillo había una puerta. Genzo la atravesó y entró en la habitación...
Y se vio a sí mismo acostado en una cama, con varios aparatos conectados en todo el cuerpo y un tubo en la tráquea que le ayudaba a respirar...
Lily entró poco tiempo después, seguida por el doctor Stein.
La dejaré a solas unos momentos con él, señorita Del Valle.- dijo el doctor Stein, saliendo de la habitación..
Gracias, doctor.- dijo Lily.- ¡Ah! ¡Pero si eres tú!
Lily se sorprendió mucho al ver al cuerpo de Genzo acostado en la cama. El espíritu de Genzo se observaba a sí mismo con mucha tristeza.
He recordado lo que pasó.- murmuró Genzo.- Iba a la casa de un amigo en mi automóvil... Un camión invadió mi carril y aunque maniobré, no pude evitar estamparme contra él...
Eso fue lo que el doctor Stein me dijo.- asintió Lily, con suavidad.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?.- preguntó Genzo.
Tres meses.- Lily susurró.- Has estado en coma desde entonces...
No puede ser...
Genzo estaba deprimido. Realmente había sufrido un accidente y estaba cerca de la muerte...
Es increíble.- murmuró Genzo.- Llevo tres meses en coma y hasta ahora nadie que viviera cerca de mí lo sabe...
Date la vuelta.- pidió Lily, de repente.
¿Cómo dices?
Que te des la vuelta.- repitió ella.- Quiero probar algo.
Genzo obedeció. Lily entonces tomó la mano de él (la mano de su cuerpo físico) y se la apretó.
Sentí eso.- dijo Genzo, sorprendido, aun dándole la espalda a su cuerpo y a Lily.
¿De verdad?.- sonrió ella.- Entonces hay esperanzas. Tu alma sigue conectada a tu cuerpo. ¿Por qué no intentas regresar a ti?
¿Te refieres a acostarme sobre mí mismo?.- preguntó Genzo.
Sí.
Podría intentarlo.
Genzo se acostó sobre sí mismo. Pero no pasó nada.
Negativo.- suspiró él, apesadumbrado, levantándose de su cuerpo.
Ya intentaremos otra cosa.- bufó Lily.
En ese momento entraron dos chicos a la sala, un muchacho de unos diez años y una niña de siete. Ambos le sonrieron a Lily y corrieron hacia el Genzo terrenal.
¡Hola, tío!.- dijeron ambos niños.
Kyo.- sonrió Genzo.- Sakura.
¿Los conoces?.- inquirió Lily.
Son los hijos de mi hermano, Touya.- respondió Genzo, apesadumbrado.
Un hombre joven, muy parecido a Genzo, entró poco después. Lily supo que se trataba de Touya porque la mirada de sus ojos oscuros era la misma que la de Genzo.
Buenas tardes.- saludó ella.
Buenas tardes.- sonrió él.- ¿Usted es amiga de mi hermano?
Soy su novia.- respondió Lily, sin pensar.
¿Eres novia de Genzo?.- Touya se sorprendió.- Nunca me dijo que estuviera saliendo con alguien.
Es que lo nuestro era muy secreto.- explicó Lily.- Tan secreto que ni nosotros sabíamos...
Ya veo.- sonrió Touya.- De verdad que me sorprende.
¿Por qué?
Porque Genzo es extremadamente solitario. Nunca le había conocido una novia, hasta hoy. Siempre pensé que quedaría solo de por vida.- suspiró Touya.
Genzo se sintió mal por el comentario de su hermano. Él tenía razón, Genzo era extremadamente solitario...
Debo irme ya.- susurró Lily a Genzo.- Quedé de ver a mi tía y a mi profesor de violín en una hora.
Entiendo.- asintió Genzo.- Muchas gracias por ayudarme...
¿Te quedarás aquí?.- Lily se puso triste.
No puedo dejarme solo.- contestó Genzo.- Me sentiría raro abandonándome... Además, debo encontrar la manera de volver a mi cuerpo...
Entiendo... De todas maneras, si deseas regresar, tu departamento te estará esperando.- dijo Lily.
Genzo le sonrió. Lily se despidió de Touya y de sus hijos y salió. El doctor Stein y algunas enfermeras se despidieron de ella.
Es una verdadera lástima.- comentó el doctor Stein.- Cuando Genzo al fin encuentra a una mujer, sufre este terrible accidente...
Sí, después de tantos años de estar en completa soledad.- comentó una enfermera.
Al menos la alcanzó a conocer a ella.- dijo alguien más.
Sí. Tuvo suerte.- asintió el doctor Stein.
Genzo escuchó estas palabras. Y se sintió más solo que nunca...
Notas:
Como que se me confunden el orden de algunos sucesos de la historia, pero estoy tratando de acomodar todo lo mejor que pueda.
