Contra el Tiempo.

Cath y Grissom continuaban en la segunda escena. Ya habían recolectado todas las balas y los casquillos que encontraron, pero ninguna tenía rastros de sangre.

Catherine se dirigió hacia la puerta trasera y halló las huellas de sangre que anteriormente había encontrado Nick. Las siguió y las encontró ya documentadas en los registros de Warrick y Nick, que descansaban abandonados en el suelo. Continuó el trabajo, y divisó una casucha de madera en donde terminaban los rastros. Por precaución, llamó a un oficial de policía antes de abrir la puerta, pero fue innecesario: un muchacho de aproximadamente 20 años yacía muerto en el suelo. Tenían a una tercera víctima.

Trabajando contra el tiempo, Warrick trataba de descubrir la identidad de los secuestradores, utilizando las muestras recolectadas del cuerpo de Sara.

Lo primero que hizo fue procesar la huella digital ensangrentada, obtenida de su hombro. Mandó el ADN a analizar y pasó la huella por CODIS: Tim Blanck, 22 años, recién salido de la cárcel, cumpliendo condena por posesión de drogas. Dio aviso inmediatamente a la policía.

Mientras tanto, el cuerpo de la tercera víctima junto con las evidencias obtenidas de la segunda escena del crimen llegaban al laboratorio.

-¿Tienes algo? –preguntó Catherine a Warrick, mientras entraba a la sala donde él trabajaba.

-Una identidad, Tim Blanck, la policía va en camino.

-¿Es posible que pertenezca a una pandilla?

-No sé, ¿por qué lo preguntas?

-Porque la víctima que encontramos en la segunda escena del crimen había salido recién de la cárcel del distrito y se había unido a una pandilla ahí. Su nombre era Andrew Brahm, 18 años; su tatuaje en el cuello lo delató.

Ambos CSI vieron atentamente en la pantalla. Se trataba del mismo tatuaje, por lo tanto, de la misma pandilla.

-Entonces es probable que los demás sospechosos sean de la misma pandilla –dijo Catherine.

-Sí, y necesitamos que Sara lo compruebe, Brass está en este momento en el hospital para tomar su declaración. Lo voy a llamar para comentarle esto.

En el hospital, Sara está recostada en la cama. Nick está sentado en una silla junto a ella.

-Sara –dice- en cualquier momento llegarrán a tomarte la declaración, ¿crees que puedas darla?

-No… no sé –tartamudeó ella.

-Es muy importante para encontrar a Greg.

En ese momento golpearon la puerta. Nick fue a abrir y se encontró con Brass.

-Hola Nick, vengo a ver si Sara está en condiciones de relatarme lo ocurrido.

Nick se volteó hacia ella y la vio asentir.

Sara relató lo mismo que había relatado a Nick y a Warrick hace algunas horas.

-¿Reconoces a este hombre? –le dijo Brass, y le mostró la foto de Tim Blanck. Sara reaccionó involuntariamente dando un salto en la cama, se notaba que estaba muy asustada aún. Nick le tomó la mano.

-Él fue –dijo.

-¿Te fijaste si los demás tipos tenían tatuado el cuello?

Sara dudó unos minutos, pero luego recordó.

-¡Greg decía eso! Greg decía que todos pertenecían a la misma pandilla porque tenían el mismo tatuaje…

-O sea que los vio bien –reflexionó Nick en voz alta- es decir que los tipos no eran profesionales, o hicieron todo absolutamente a la rápida, porque dejaron ver sus rostros, y no se devolvieron a buscar a Sara, que los podía reconocer, y si Greg se pudo desatar quiere decir que no lo ataron bien.

-Greg me decía eso también –dijo Sara casi para sí misma- ahora me estoy acordando… Él me decía que no eran profesionales, por las razones que acabas de decir tú, Nick, y decía que eran muy jóvenes y que estaban asustados por haber matado a alguien, y que por eso no nos habían matado a nosotros…

-Sara, ¿hablaban de un Andrew Brahm? –preguntó Brass. Ella trataba de recordar.

-Sí, estaban asustados por matar a un Andy, podría ser él… y a un Mike también.

-Michael Dawson –dijo Nick.

-Decían… -continuó Sara- decían que Mike no tenía la droga.

Brass llamó por teléfono a Warrick.

-Brown –le dijo- Sara reconoció a Tim Blanck, dice que los demás tenían el tatuaje así que busca en los registros policiales. Después cortó y se dirigió a Sara- Fuiste de mucha ayuda, vamos por buen camino, voy a actualizar esta información, les aviso en cuanto tenga algo –y se fue.

Ya casi amanecía cuando Warrick y Catherine buscaban en los registros a los demás miembros de la pandilla. Grisom trabajaba con Bobby buscando un arma para cada bala, mientras patrullas de policías vigilaban el domicilio de Blanck.

-Blank y Brahm acababan de salir de la cárcel –dijo Cath- busca los que salieron de la misma cárcel desde hace dos meses.

Warrick así lo hizo, y poco a poco dio con otros cinco sujetos pertenecientes a la misma pandilla; ninguno a excepción de Blanck mayor de 20 años, y todos por posesión de droga.

-Cath, hasta donde sabemos estos tipos no han conseguido droga, quizás estén tratando de conseguirla.

-Ya lo consideramos .dijo Brass a Cath cuando ella lo puso al tanto de la situación- tenemos patrullas vigilando las locaciones conocidas de venta de drogas, y ahora mandaré vigilancia a los domicilios de los tipos que ustedes encontraron.

Grissom entra en la habitación.

-Las balas de la primera escena del crimen, todas de una msima arma, que coinciden con la bala que extrajo Robbins del cuerpo del policía y con la que Warrick rescató del lugar donde encontraron a Sara. Las balas con las que mataron a Andrew Brahm corresponden a tres armas distintas. Las balas y casquillos sueltos en la segunda escena, coinciden con las armas anteriores, y con tres armas más.

-Pero todavía no tenemos ningún arma –dijo Warrick.

-Es verdad –contestó Grissom.

-¿Y qué podemos hacer por ahora? –preguntó Cath.

-Tratar de descubrir de dónde proviene la droga que encontramos en el cuerpo de Dawson para llegar al proveedor mayor.

-Eso es casi imposible –reclamó Warrick.

-Hemos trabajado con cosas más difíciles –le aclaró Grissom.

Se produjo un silencio. Los tres colegas sentían impotencia. Sabían que en este caso, el principal trabajo era de los policías y detectives. Su trabajo era descubrir e interpretar evidencias para esclarecer crímenes, pero en ese momento…

-No pueden llegar muy lejos –dijo Catherine- es decir, si tienen un rehén no pueden llegar muy lejos, porque al fin y al cabo, es un estorbo para ellos.

-Y como es un estorbo podrían matarlo y arrojarlo en cualquier lugar –dijo Grissom, razonando fríamente.

-Sara dijo que estaban asustados, que eran muy jóvenes, si no la mataron a ella no deberían matar a Greg –comentó Warrick.

-Mataron al policía –siguió Grissom.

-Bueno, ¡tú qué es lo que pretendes! –gritó Warrick, quien quedó cabizbajo y en silecio.

Grissom sabía que debía ser objetivo, pero quiso disculparse de todos modos, el caso los tenía sensibles a todos. Quiso disculparse, pero su teléfono sonó. Era Brass.