En la casa de los Potter estaban de celebración, Harry Potter cumplía años. Todos estaban reunidos allí, era un día muy alegre. Hacía ya años que había acabado la guerra y Voldemort había desaparecido. En el Jardín de la casa un perro negro ladraba a una niña pequeña de 6 años, pelo negro y ojos verde esmeralda que se reía por que tenía en su mano una pequeña pelota dorada.

- ¡La he cogido! - gritaba con emoción la niña - ¡La he cogido tío Sirius!

El perro se transformó en un hombre atractivo, que jadeaba cansado intentando mantener la compostura ante su sobrina.

- Que bien - dijo él sonriendo a la niña - Vete a decírselo a tu padre.

- ¡Vale!- dijo ella corriendo hacia la puerta de la casa.

Cuando desapareció de la vista de Sirius, este se dejó caer en el césped cansado y respirando ruidosamente.

- Ya estoy demasiado viejo para estas cosas.

La niña cruzó la casa esquivando a sus familiares y amigos del trabajo de su padre. Su padre era un famoso auror que atrapaba mortífagos que aún andaban sueltos. Su madre Ginny Wesley era profesora de Encantamientos en Hogwarts, la antigua profesora McGonagall se había retirado al acabar la guerra. Tenía un hermano, James de 8 años, que era físicamente parecido a su madre, era pelirrojo y de ojos chocolate, en cambio ella se parecía a su padre. La niña entra en la cocina y vea su madre hablando con su abuela Molly mientras preparaban unos deliciosos bocados para lo invitados.

- Mamá, mamá - llamó la niña a la vez que tiraba del vestido de su madre.

Las dos paran su conversación y Ginny mira a su hija un momento para luego seguir preparando la comida.

- ¿Que pasa Lilian? - preguntó la madre algo distraída.

- ¿Donde está papi? - preguntó ansiosa.

- Está arriba con tu tío Ron. - dijo Ginny que seguía distraída.

La niña sin ninguna duda corre por la casa hasta llegar al piso de arriba, aún llevaba en la mano la snitch. Se acerca a la puerta de la habitación de sus padres que estaba entre abierta, pero se detiene al escuchar la voz de su padre y de su tío Ron.

- Ginny te va a matar Harry... Ya sabes que no le gusta que vayas a misiones sin decirle con antelación.

- Lo sé Ron, pero las cosas se están poniendo difíciles.

- Entonces... ¿Cuando te irás?

- Lo más pronto posible... Pero no le digas nada a Ginny, yo se lo diré más tarde.

- Bien pero ya sabes dónde te metes, mi hermana no tiene buen carácter.

- Dímelo a mí.

Lily al escuchar a su padre suspirar supo que no estaba bien, quería animarlo así que entró en la habitación sobresaltando los dos adultos. Tenía la mano levantada para que viera que tenía la pelota dorada.

- Mira papi, la he cogido. - dijo la niña muy feliz con una sonrisa radiante.

Pero como siempre el padre no le dijo nada solo le dio dos palmadas suaves en la espalda, antes de salir de la habitación con su tío de la habitación. La niña se quedó sola aguantando las lágrimas, no lo comprendía ¿Que hacía mal¿Por que nadie la quería? Su padre solo tenía ojos para su hermano, le regalaba de todo, jugaba con él siempre, le enseñaba ha hacer cosas que ella quería aprender también... Pero su padre parecía no saber que existía. En realidad todo el mundo la ignoraba, solo su madre, su tía Hermione, su tío Sirius y su abuela Molly la hacían caso de vez en cuando. Pero ella sabía la verdad, solo estaban con ella o porque estaban aburridos o por que no tenían nada mejor que hacer.

Recuerdo

Harry llegaba de una misión, quería darles una sorpresa ya que se había adelantado. Al abrir la puerta Ginny lo vio y sonrío, Harry también y antes de lanzarse ha abrazarla dejó un paquete enorme en el suelo.

-Amor ¿Como es que llegaste tan temprano? - preguntó Ginny mientras le abrazaba. con fuerza.

- Tenía ganas de verlos - dijo Harry antes de besarla.

-¡Papi! - gritó una niña que se acerco corriendo.

- Hola Lilian - le dijo mientras le daba unas palmaditas en la espalda.

La niña se quedó profundamente decepcionada, cuando estuvo a punto de llorar otro grito le llamó la atención.

- ¡Papá! - gritó un niño mientras bajaba las escaleras

- ¡James¡Ven aquí hijo! - dijo Harry sonriendo y abriendo sus brazos a su hijo, que no dudo en tirarse en ellos.

Lily al verlo retrocedió sintiéndose excluida como siempre de la familia. Harry levantó a James y lo abrazó con fuerza, para luego dejarlo en el suelo.

- Te he traído un regalo - dijo Harry cogiendo el gran paquete.

- ¡Guau! Gracias papá. - dijo el niño abriendo el regalo.

Lily no pudo soportarlo más y derramando algunas lágrimas, con la cabeza baja y con dolor corrió hasta su habitación.

Fin del Recuerdo

Al recordarlo Lily se sintió aún peor, tenía un nudo en su garganta que no la dejaba sollozar a gusto. Soltó la snitch que tanto le había costado coger sin escoba y llegó hasta su habitación dónde se tumbó en la cama llorando como siempre hacía. Y cada vez que lo hacía se preguntaba como le quedaban tantas lágrimas después de haber llorado tanto como para haber creado con ellas un nuevo mar.

Abajo todos estaban ajenos a lo que le pasaba a la pequeña de los Potter. Nadie se daba cuenta de su ausencia lo que demostraba el por qué estaban cantando el cumpleaños a Harry. Todos cantaban felices mirando a Harry que estaba al lado de su mujer y de su hijo. Al terminar empezaron las fotos.

- Haber ahora comienza la sesión de fotos - anunció Ginny - Los primeros son...

- Por supuesto que la suegra - interrumpió Molly a su hija mientras se dirigía hacia Harry.

Ginny solo sonrió. Después de varias fotos al final solo quedaba la foto familiar.

- Remus ¿Nos puedes sacar unas fotos a nosotros cuatro? - preguntó Ginny pasándole la cámara que él acepto.

- Eso ni se pregunta Ginny.

- ¡James, Lilian vengan a sacarse la foto!.- llamó ginny.

El primero en llegar fue James que se pudo al lado de su padre y este lo agarró y lo levantó. Ginny se extrañó al no ver a Lilian.

- ¿Dónde estará esa niña? - se preguntó Ginny.

- Amor ¿A que estamos esperando? - preguntó Harry - Ya estoy cansado de tanto posar.

- Cariño por si no lo sabes tenemos dos hijos no solo uno - dijo Ginny mientras miraba a su marido sorprendida. Sabía que Harry quería mucho a James pero no hasta al punto de ignorar que tenía otra hija.

- Yo la iré a buscar Ginny - dijo Hermione interrumpiendo los pensamientos de esta.

- Gracias Hermione.

Hermione sonríe y comenzó a buscar por todas partes a Lilian hasta que al final solo quedaba por buscar en su habitación. Al llegar tocó dos veces.

- ¿Lilian¿Estas ahí?

La niña al escuchar la voz de su madrina levantó la cabeza para mirar a la puerta. Se secó las lágrimas con las manos y se levantó de la cama para abrir la puerta pero algo la detuvo. La niña pudo escuchar la voz siseante de algo que estaba en su habitación, pero no la entendía hablaba demasiado bajo. Lily miro con algo de miedo la habitación no había nadie en ella pero entonces ¿De dónde había salido esa voz?

- Lilian abre la puerta - dijo su tía sobresaltándola.

Una vez más miro a su alrededor antes de abrir la puerta y al hacerlo vio a su tía con cara ¿Preocupada?

- ¿Por que no habrías?

- Estaba dormida - respondió la niña aparentando tranquilidad.

Hermione la miró con sospecha pero al final se dio por vencida.

- Vamos tu madre te está esperando.

Las dos bajaron y cual fue la sorpresa de la niña al ver que ya habían partido la tarta sin ella. Pero ¿De que se sorprendía? De nada pero aún así dolía. Vio a su padre hablando con james sobre quiddich, pudo escuchar como el decía que había cogido por primera vez la snitch el día anterior lo peor fue la contestación de su padre.

- Estoy muy orgulloso de ti... Vaya así que has cogido la snitch y solo con 8 años... Eso es fantástico.

Lily bajó la cabeza ella también la había cogido y solo tenía 6 años. ¿Tendría que ver algo que él la cogiera el día anterior antes que ella ¿Tal vez su padre quería que ella lograra las cosas antes que James? No lo sabía estaba confusa, no podía dejar de darle vueltas. Después de la foto todos volvieron a ignorarla y ella se retiró. Llegó a su habitación para quedarse dormida en su cama. Al terminar la fiesta todos se fueron, Harry se acostó cansado y Ginny acostó a su hijo James, luego pasó por la habitación de su hija, abrió la puerta y la vio dormida. Cuando llegó a su habitación miró seriamente a Harry.

- Tenemos que hablar.

Lily sintió como algo la rozaba al abrir los ojos vio otros amarillos. Se levantó asustada y pudo ver que el propietario de los ojos era un serpiente de metro y medio.

- No te asustes pequeña.

- Una serpiente me está hablando - se dijo sorprendida Lily.

- Si, te estoy hablando.

- Pero las serpientes no pueden hablar

- Y no hablo.

- Es verdad... ¡Guau! Entiendo Parsel. -dijo Lily entusiasmada y sonriendo.

- Niña lista, pero no solo eso... Lo estas hablando.

- ¿Qué¿Yo? hablando parsel? - preguntó Lily a la serpiente. - Es genial... Un momento ¿Quién eres¿Y por que estas en mi habitación? - preguntó de nuevo Lily pero esta vez desconfiada y alejándose de la serpiente.

En otra habitación de la casa dos padres discutían, pero nadie podía escucharlo por que estaba hechizada.

- ¿Que quieres decir? - preguntó alterado Harry a Ginny - ¿Que no preocupo de mis hijos?

- Harry ¿No lo ves?... Parece como si Lilian nunca hubiera nacido... Estás más con James que con Lilian.

- Te recuerdo que estuvimos a punto de perderlo. - le dijo Harry con dureza.

- Lo se Harry, pero eso no va a volver a pasar. Tienes otra hija que necesita de un padre, no digo que dejes a un lado a James pero comparte el amor de padre con tu hija.

- Si yo ya la quiero.

- Pero no lo demuestras... ¿No te das cuenta de la joya de hija que tienes? Te admira más que a nada en este mundo, era su modelo a seguir, y aunque tú no la atiendas ella se esfuerza para que te sientas orgulloso de ella...

Harry miraba a su esposa que al hablar de su hija le brillaban los ojos, pero a parte de notar eso meditó cada una de las palabras de su mujer.

En la habitación de Lily la serpiente la miraba con malicia.

- Muy astuta pequeña - dijo la serpiente moviéndose por la cama - Mi nombre es Medusa. Y estoy aquí por que quiero ayudarte.

- ¿Ayudarme?

- Sé que no eres feliz.

- ¿Que dices? Yo si soy feliz - dijo Lily intentando convencer a la serpiente.

- No mientas... Te hemos estado vigilando Lily...

- ¿Hemos¿Hay alguien más? - preguntó asustada.

- No te preocupes, solo mi amo y yo. Queremos darte una oportunidad.

- ¿Una oportunidad¿De qué? - preguntó Lily curiosa.

- De ser feliz.

Harry se acercó a su mujer que estaba llorando desconsoladamente.

- Hemos dejado que nuestra preocupación por James interfiera en nuestro deber como padres para Lily.

- No… no digas eso. - decía intentando calmar a su esposa aunque sabía que era verdad.

- Es la verdad.

- La culpa es mía...

- Harry...

- Yo siempre pensé que cuando sería padre le daría el amor que mis padres nunca pudieron darme a mi... Ahora me veo y no me reconozco... Soy el peor padre del mundo - dijo Harry por fin con los ojos abiertos.

- No déjame... ¡Márchate! - dijo Lily llorando sentada en el suelo.

- Es verdad a ellos no les interesas, no les importas... Por eso es lo mejor... - por un momento la serpiente paró para pensar lo que iba a decir - Acaso ¿No quieres que sean felices?

La niña se quedó pensando. Quería a toda su gran familia con todo su corazón y su alma. Aunque estuviera celosa de su hermano lo quería, aunque su papi no le hiciera caso le quería, aunque su mamá no le prestara atención la quería. Quería a sus tíos, a sus primos y a sus dos abuelos...

- Ellos estarán mejor sin ti - finalizó la serpiente dándose cuenta de que su misión la tenía cumplida.

La niña asintió mientras una lágrima, la última que derramaría por su familia caía por su mejilla. Ellos serían felices y ella... ella se conformaba con saber eso. Tal vez algún día le dieran las gracias por marcharse y hacer que su vidas fueran felices... Tal vez su papi se sentiría orgulloso como el resto de su familia.

A la mañana siguiente Harry fue el primero en despertar, la conversación con su mujer les había abierto los ojos a los dos, y por eso ahora quería estar con su pequeña y demostrarle que tenía un padre que la quería con toda su alma. Pero la habitación estaba vacía, la buscó por toda la casa pero no había rastro de ella. Desesperado despertó a Ginny, la buscaron por el jardín al final llamaron a los aurores para denunciar la desaparición de su hija. No la encontraron... La familia ya enterada se reunió en la casa para darles a poyo a los padres. James tenía lágrimas en los ojos que no podía contener, no quería perder a su hermanita. Ginny lloraba mientras era consolada por Hermione, Tonks y su madre. Harry hablaba con Sirius, Remus y Ron sobre ayudara los aurores en la búsqueda de su hija, él no podía permitirse llorar, tenía que ser fuerte...Aunque por dentro estaba destrozado... Su pequeña había desaparecido... Y no sabía si la volvería a ver más...