Capítulo III
Han sido largas horas de reflexión encerrada en mi pieza, durante las cuales me atraganto con leche y chocolate. A veces enciendo la radio, y la lista de canciones que me traen tu recuerdo se engruesa. Caminar bajo el sol primaveral es también agradable para pensar. Sentarme bajo los árboles, y darme cuenta de que nunca me había pasado esto antes.
Debo admitir que me da un poco de miedo. Pensar que he estado en esta situación antes. Tai, mi gran amigo. Intentamos... Pero definitavente no resultó. Tú también eres mi amigo... ¿Qué pasa si no resulta?
Pero en realidad, es diferente contigo. Por Tai sentía este amor fraternal. Por tí... Son tantas cosas. Una atracción física, un deseo de estar contigo, de molestarte, de ver tu actitud enfadada, una química que se produce entre nosotros, una chispa. Y después, el anhelo de desentrañar cada rincón oscuro de tu mente, de comprender tu naturaleza artística, melancólica.
Es cierto... Lo he aceptado al fin. Y ahora ¿qué hacer? No puedo, aunque me encantaría, adentrarme en tu cabeza y descubrir si tú sientes lo mismo. ¿Será cierto...¿Fue una especie de ensoñación cuando creí que me dedicabas aquella canción? Y si fue de verdad ¿significa lo que yo creo - y definitivamente quiero- que signifique?
Buscando algunas respuestas recurrí a mi buena amiga Mimi. La verdad es que es una chica aparentemente caprichosa y mimada, lo cual no deja de tener algo de cierto, pero su pureza de corazón compensa esto. Le hablé sinceramente.
- Mmm... así que Matt... - me dijo, analizando la situación.
- Sí, pues, habla más bajo que alguien puede escuchar - le dije mirando hacia todos lados del pasillo, comprobando que no hubiera nadie cerca.
- Lo siento... mira. Lo que yo creo que debas hacer es...
- Sí? - le pregunté expectante.
- ¡Habla con él! - me dijo, como si fuera la evidente solución al asunto.
- ¿Ah¿Qué le cuente? - pregunté horrorizada.
- ¡Exacto!
- Pero... ¿y si dice que no?
- Bueno ¡sigue con tu vida!
Me asombraba la simpleza del razonamiento de Mimi... No estaba segura de poder soportar un rechazo.
- Oye Mimi...
- Dime.
- Tú crees qué...?
- Matt y tú?
- Sip
- No me lo había cuestionado. Pero ahora que lo mencionas... ¡creo que harían linda pareja!
- Gracias - le respondí, pero no muy convencida.
Quizás Mimi tenía razón... Quizá lo mejor era decirle todo a Matt, para salir de una vez de la incertidumbre.
Pero aun no estaba conforme... necesitaba una segunda opinión.
- ¿Y¿Qué opinas? - le pregunté a Joe, luego de explicarme mi situación.
- Bueno... - me miró muy serio y concentrado, como si analizara muy bien lo que iba a responder-. En primer lugar, creo que deberías tantear el terreno. Busca pistas, indicios que te señalen si es lo correcto contarle o no. Piensa en tus opciones, si le dices vas a obtener una respuesta, la cual puede ser positiva o negativa. Si es positiva, todo bien, pero si es negativa, todo mal. Pero no pienses en eso. Piensa que si no le dices tú, te puedes quedar mucho tiempo esperando a que surga la respuesta a tu interrogante, lo cual tampoco sería favorable. Pero bueno... después de todo es desición tuya.
- Oh. Está bien Joe, gracias... - le dije, pero con cierto aire desanimado. La verdad es que me había dado una respuesta muy típica de un científico, analizando todas las variables y las consecuencias posibles. Pero en cierto modo era acertada.
Sin embargo, me decidí a preguntar a una tercera persona...
- Bueno, Tai, verás... Es que ya hace mucho tiempo que lo nuestro pasó, y bueno... esteee - comencé, no muy segura de lo que hacía. La verdad es que me daba algo de verguenza hablar de esto con Tai, pero finalmente me decidí a contarle, ya que debía reafirmar el hecho de que éramos - y somos- amigos.
- El asunto es que me gusta Matt y no tengo idea que hacer pues no sé lo que él siente y qué pasaría si le digo y él no me quiere yo no sé que voy a hacer... - saqué todo afuera de una vez.
- Wow - me miró sorprendido-. Ahora respira...
- Gracias... - inhalé y exhalé aliviada-. ¿Y¿Cuál es tu consejo? - me atreví a preguntar.
- Primero que nada, debes tener claro que aunque nosotros fuimos novios no es motivo para que no puedas seguir con tu vida amorosa adelante. De hecho - me miró excusándose- he estado saliendo con una chica desde hace dos semanas.
- ¿Ah? - pregunté entre impresionada y aliviada, pues me daba miedo que Tai se fuera a tomar a mal el hecho que yo me interesara en Matt.
- Pues eso... no quería decirte porque no estaba seguro de como lo tomarías, pero me doy cuenta de que también has salido adelante, lo que me parece muy bien - me miró con una sonrisa, también aliviado.
- Uf... Bueno. ¡Qué gran noticia! - le dije cuando logré salir de la impresión, sonriendo-. Y ahora... ¿qué me dices de Matt?
- Pienso que deberías decirle... Vas por buen camino - me guiñó el ojo y se fue sin dar ninguna explicación.
- Er... Tai! Espera! Qué sign...! - le grité a lo largo del corredor. Demasiado tarde, pues ya se había ido corriendo, gritando algo sobre lo tarde que iba a llegar a su práctica de soccer.
- ¿Desde cuándo le preocupa la puntualidad a éste? - me pregunté internamente.
Está bien... después de pedir tanto consejo he tomado una desición. Voy a decirte todo. Aunque la timidez me consuma internamente tengo que ser fuerte... Uf, volteo para mirarte. Te ves tan concentrado mirando a través de la ventana... con un aire de ensoñación... Volteo rápidamente hacia el frente, no quiero ser descubrierta antes de tiempo.
Finalmente ha sonado el timbre que anuncia el término de las clases. Arreglo mis cosas rápidamente para ver si te alcanzo... Pero no... Demasiado tarde. Te has ido volando por la puerta de la sala. ¿Adónde vas con tanta prisa?
Desesperada busco a Tai...
- Ah, me dijo que te dijera. Tiene ensayo con la banda hoy... está en...
- ¡La sala de música! - lo interrumpí emocionada y salí volando por la puerta también. Luego asimilé... "¿Me dijo que te dijera?" ¿Quiere decir que Matt quería verme? No hay tiempo para pensar, he llegado a la sala de música. Bueno, más bien a la puerta de la sala de música, que de hecho está cerrada. Alguien toca la guitarra acústica... ¿Serás tú? Comienza a cantar una bella voz masculina...
Hay veces que
Mi alma baila tangos con la soledad
Y necesito de tabla tu amor
Oh, para hacerme a ella en mi tempestad
Definitivamente eres tú. Abro la puerta de la sala suavemente.
Pensando en tí
Paso el día pensando en tí
Al principio no te das cuenta de mi presencia, pero luego me ves y dejas tu canción inconclusa.
- Dijo Tai que... - comencé tímidamente.
- Ah... sí... Necesitaba hablar contigo - me dijiste también un poco cohibido.
- Dime...
- Esteeee... yo...
- ¿Sí? - noto que mi estómago es un continuo aletear de mariposas.
- Te quería preguntar si me puedes prestar tus apuntes de historia.
- ... - ¿De eso se trataba¿Apuntes de historia? Las mariposas se han ido y ahora siento un terrible vacío en el estómago.
- Bueno, tu sabes... no soy muy bueno en historia y últimamente...
- Si claro... Mañana puedo traértelos, no hay problema - claramente estoy decepcionada... y aterrada... No puedo decírtelo ahora, no tengo el valor.
- Gracias... - me dices con una sonrisa... y luego vuelves a ponerte serio, y a concentrarte en tu guitarra.
- Bueno... Tengo que irme... - doy media vuelta y me dispongo a salir de la sala. No puedo decírtelo... No hoy. El vacío en el estómago es más angustiante con cada paso que doy.
Estoy a un paso de la puerta, y repentinamente siento tu mano sobre mi hombro...
- Espera Sora... - volteo y me miras fijamente, con un leve rubor en las mejillas.
- Dime... - creo que me ruborizo también.
- Te quiero - tomas mi cara y te acercas lentamente... me das un pequeño beso en los labios... ¡eres tan tierno! Las mariposas han vuelto con todo su estruendoso aleteo.
- Matt... yo también te quiero - te digo al separarme de ti, me acerco nuevamente y esta vez soy yo quien te besa. Nos quedamos un rato así... Eres tan dulce y tan masculino...
- No sabes lo bueno que es escuchar eso - me dijiste contento, al separarnos nuevamente.
- Matt... ¿entonces no fue un invento mío cuando me dedicaste esa canción? - miro fijamente tus espléndidos ojos azules.
- No... Sí te la dediqué - me devolviste una tierna mirada-. Creo que fue un arrebato... como ahora...
Te dedico una sonrisa, y te beso nuevamente. Ahora puedo decir que estoy completa... Te tengo a tí. No necesito nada más que la paz de tus ojos, tu sonrisa, tu cálido abrazo, tus "te quiero". No importa nada. Los temores sobre el paso de la amistad al amor, el rechazo, los vacíos en el estómago, incluso el resto de la banda que llegará en unos minutos más, todo es cosa olvidada.
No importa nada más. Sólo tú y yo. Nosotros.
Ñee... Fin.
Espero haya sido de su agrado. El asunto del Sorato es algo que me llega mucho, es como una de esas parejas hermosas que son el uno para el otro. No se nota que son mis dos personajes favoritos de Digimon?
La segunda canción ya es conocida, Pensando en Tí de Mägo de Oz.
