A las personas que leen mis fic muchas gracias y por favor dejen review para criticarme, o para darme su opinión da igual.
Delaila gracias por leer la historia y dejarme otro review, y la verdad si mis padres tuviera un/a preferido/a me sentiría muy mal. Tanto como Lilian, mira que soy mala. Hacerla sufrir de esta manera y también a la familia. Pero así es el fic ¿No? Bueno por último se que el otro capi estaba aburrido jejeje pero espero q este te guste.
Airam Gracias a ti también por leer la historia y dejarme otro review. ¿De verdad te lo imaginaste así? a lo mejor nuestras mentes están conectadas jejeje Pero creo que este capi no va a ser como te lo has imaginado o si? eres adivina? bueno el asunto es q yo también tengo ganas del recuentro... o en verdad Lilian está muerta. No lo sé, no lo sé... Disfruta de este capítulo.
Capítulo tres
Al día siguiente todo fue como siempre, Harry se marchó a trabajar, James quedó con sus amigos de Hogwarts y Ginny decidió ir de compras al callejón Diagon. En el descanso de la comida Harry caminaba con Ron por unas calles de Londres, comiendo un bocadillo ya que no tenían mucho tiempo para comer, el trabajo de auror podría decirse que era de 24 horas.
- ¿Te lo puedes creer? Y entonces le marcó diez puntos ¡Diez! - dijo Ron emocionado al recordar un partido de quiddich - Y con esa jugada... Esa jugada fue increíble. Si tu te dedicaras al quiddich le superarías claro pero... ¿Harry¿Me estas escuchando?
- ¿Qué? - preguntó Harry saliendo de su trance - ¿Decías?
Te estaba hablando del partido de quiddich ¿Recuerdas? - preguntó Ron mirando a su amigo - Hoy estás más despistado que te costumbre. Ni si quiera le has dado una mordida a tu bocadillo - dijo señalando el bocadillo que Harry tenía entre sus manos.
- No tengo hambre - Harry a continuación de decir eso se acerca un vagabundo y le da el bocadillo que lo agarra agradecido.
-Hmm... Venga Harry dime que te pasa. - pidió Ron mirándole preocupado - ¿Acaso no soy tu amigo?
- Lo eres - respondió por última vez Harry.
Ron después de ver que no decía nada más se resignó y se quedó callado. Harry sumido en sus pensamientos mientras caminaba miraba a toda la gente que le rodeaba. ¿Alguien estaba sufriendo tanto como él ¿Acaso era él único padre que había perdido a una hija? Ya sabía que no, pero nadie excepto su mujer le entendía de su familia y amigos. De pronto se para haciendo que Ron también lo haga y lo mire extrañado. Harry tenía los ojos tan abiertos que parecía que de un momento a otro saldrían de sus órbitas, le había dado un vuelco el corazón y su cuerpo temblaba, no daba crédito a lo que veía, era su hija. Delante del a unos cuantos metro entre la gente, estaba ella. Con once años ya de edad y más hermosa de lo que nunca pudo imaginar Harry. Era ella, ojos verdes esmeraldas pelo negro revuelto como el suyo y con una sonrisa radiante que la caracterizaba desde que nació.
-¿Harry? - preguntó Ron - ¿Qué pasa?
- Lilian - respondió Harry antes de caminar rápidamente dejando atrás a un Ron confuso y preocupado por él.
Harry esquivó a toda la gente intentando llegar lo más rápido que podía. Cuando llegó para su desesperación Lilian no estaba, se agarró fuertemente la cabeza pensando que otra vez había perdido a su pequeña, miró a su alrededor y no había rastro. Ron le alcanzó y le toco el hombro.
Creo que deberías ir a casa Harry - dijo Ron preocupado.
- La vi Ginny, estaba delante de mi - le dijo Harry llorando por la desesperación.
- ¡Cállate! Harry por favor no sigas - suplicó Ginny - Sé que es difícil, pero tenemos que superarlo - respiró profundamente antes de decir algo que le rompería el corazón - Lilian está muerta, Harry ¡Está muerta! Esa niña sería alguien que se le parecía, no era Lilian.
¡No digas que está muerta! - gritó Harry con dolor - No está muerta, la vi Ginny. Juro por todo que la vi, viva, sonriente y tan bella como un ángel.
Por favor Harry - suplicó de nuevo Ginny llorando - Deja el pasado dónde está, ya es muy duro verte como un zombi todos los días de mi vida para que ahora... James, Harry, James te necesita el está vivo, Lilian no. Compréndelo.
Te amo Ginny y también a James - dijo Harry abrazándola - Pero me hace en falta Lilian, tanto que por un momento creía verla. Perdóname.
No hay nada que perdonar - dijo Ginny abrazándolo fuertemente - Yo también creía verla en ocasiones... Pero acepté la verdad y seguí viviendo.
En ese momento James entra en la casa y ve a sus padres llorando en el salón abrazados, triste comprende que otra vez sufren por su hermana. Por una parte quería a su hermana por el simple hecho de que era su hermana, pero otras la odiaba, la odiaba por hacer sufrir así a sus padres y a él. Aunque comprendía que ella no tuvo la culpa, la secuestraron y la mataron. Por eso cuando veía estas escenas recordaba eso y no le echaba la culpa, solo rezaba para que en el lugar en el que estuviera no sufriera. James sigilosamente se acerca a sus padres y los abraza sobresaltándolos, pero enseguida lo abrazan.
Por la noche todo estaba tranquilo Ginny estaba terminando de hacer la cena y Harry en el jardín le enseñaba a James nuevas jugadas para el quiddich.
- Chicos es hora de cenar -gritó Ginny desde la cocina.
- Mamá espera un poco - dijo James intentando hacer un truco con la escoba.
- ¡He dicho a cenar! - gritó Ginny de nuevo.
- Venga hijo, ya sabes que tú madre no le gusta que le hagamos esperar, se parece a tu abuela cuando está con tus tíos.
- A veces da miedo. - admitió James bajándose de la escoba.
- Te he oído. - grito Ginny.
James y Harry se ríen. Justo en la mitad de la cena mientras hablaban animadamente alguien toca el timbre de la puerta. Ginny se levanta contenta dejando a los dos hombrecitos de la casa hablando, se acerca a la puerta principal y la abre dejando ver a un anciano de pelo y barba blanca con una sonrisa adornando su cara.
- Profesor Dumbledore, que sorpresa - dijo Ginny invitándole a entrar.
- Por favor Ginny, tutéeme que ya no soy tu profesor y tampoco tu director. - dijo Albus mirándola con un brillo en los ojos.
- Es la costumbre - explicó sonrojada Ginny - ¿Has cenado ya?
- No, la verdad es que no. - dijo Albus.
- Entonces será un honor pedirle que se sienta ha cenar con nosotros.
- Está bien, nunca he me he negado a una invitación para comer comida casera. Seguro que cocinas tan bien como tu madre.
- No exagere - dijo Ginny con las mejillas coloradas.
Los dos entraron en el comedor y vieron algo que no se esperaban, a Harry y James manchados de arriba abajo de comida. Ginny apretó sus labios mirando aquel desastre, estaba furiosa. Mientras que Dumbledore miraba la escena divertido.
- ¡Harry James Potter! No me esperaba esto de ti.
- Cariño empezó él y yo solo... - Intentó explicarse a su esposa.
- ¡Silenció ¿Qué clase de ejemplo le das a James siguiéndole el juego?
James por lo bajo se rió lo que llamó la atención de Ginny.
- ¡Y tú James Potter está castigado!
- Pero mamá...
- Pero mamá nada, ya tienes trece años, eres lo suficiente mayor para...
Pero de pronto alguien le lanza comida a la cara, ella se la quita con un brillo en los ojos y mira a su marido que reía con su hijo. Dumbledore mientras estaba atacando lo que aún estaba a salvo.
- ¡Esto es la guerra! - gritó Ginny para comenzar un lucha.
Después de limpiar todo y limpiarse Ginny y Harry comienzan ha hablar con Dumbledore ya que con tanta batalla a todos se les había olvidado la razón por la había venido.
- El señor Weasley habló conmigo de lo que sucedió esta tarde. - dijo Albus mirando a Harry detenidamente.
- Fue solo... No sé que me pasó - admitió Harry con la cabeza gacha - La hecho de menos Albus y perder a una hija cuesta superar...
- Si, si fuera reciente, ya han pasado cinco años Harry. - dijo Albus - Sé que el dolor nunca se irá pero...
- Albus estamos bien - dijo Ginny interrumpiéndole- No hay de que preocuparse.
- Si, ya he podido comprobarlo en la cena - rió contento Albus. - Así que creo que no tengo nada más que decir excepto que todo se arreglará.
Después de que se fuera Dumbledore, los dos se van a su habitación a prepararse para dormir. Justo antes de que Harry se acueste Ginny le detiene cogiéndole de la mano.
- Tengo que contarte algo - dijo Ginny tranquila.
- ¿Que ocurre? - preguntó Harry.
- Es algo bueno - dijo Ginny sonriendo - Al menos para mi, no se si para ti lo será.
- Ginny no me digas que...
- Si - asintió Ginny efusivamente contenta - ¡Estoy embarazada!
Harry por poco se cae al suelo al escuchar lo por lo que se sienta en la cama respirando profundamente. No podía ser ¿O si?
- De... - Harry carraspeó aún mareado por la noticia - ¿De cuanto estás?
- De dos meses- dijo Ginny preocupada por su marido.
- Pero si siempre hemos... es decir siempre tomamos precauciones - dijo Harry atónito.
- Bueno yo... pensé que un nuevo miembro en la familia nos iría bien - dijo Ginny dudosa.
- Ginny nadie, ni siquiera un bebe podrá remplazar a Lilian - dijo Harry dolido.
- ¿Quién ha dicho que es para remplazar a Lilian? - dijo Ginny poniéndose furiosa - Ya vuelves con lo mismo, también era mi hija Harry, no eres el único que sufre.
- Lo sé, pero es así como lo siento y es así como lo has dicho - dijo Harry levantándose de la cama.
- No es verdad, solo he dicho que yo quería tener un bebe - dijo Ginny - Acaso es un pecado tener otro hijo.
- ¡No me lo has consultado! - gritó Harry - Se supone que tener un bebe es decisión de dos personas.
-Si te lo hubiera dicho te hubieras negado- le dijo Ginny encarándole - Tienes miedo, yo también lo tengo, pero o va a volver a pasar.
- ¿Te recuerdo lo de James? - le preguntó furioso Harry - Lo secuestraron un mes entero y luego nos quitaron a nuestra niña. ¿Cómo me aseguras que no pasará nada esta vez ¡Dime! Yo no quiero seguir sufriendo, ya tenemos a James.
- ¿Y que sugieres que haga¿Abortar? - preguntó Ginny enfadada.
- ¡Pues si! - Gritó Harry sin darse cuenta.
Ginny miró llorosa a su marido y Harry se dio cuenta de lo que había dicho.
- No, Ginny yo... - comenzó Harry.
- Será mejor que hablemos por la mañana. - dijo Ginny antes de acostarse.
Harry frustrado se revolvió el pelo y miro con tristeza a Ginny antes de salir de la habitación para dirigirse a la antigua habitación de su hija, que estaba tal y como lo había dejado Lilian. Entró en ella y se dirigió a la mesa para coger unos dibujos y mirarlos como casi siempre hacía. El que menos le gustaba era el que más se acercaba a la realidad. La familia junta hablando y Lilian en una esquina de la habitación llorando.
