Capítulo 3: Al descubierto.
Bra despertó sobre la alfombra, Raditz no estaba a su lado, le había dejado una nota. - Envié a recoger tus cosas de casa. Las traerán al medio día, volveré pronto mon amour (mi amor). Tu compañero, Raditz. -
Ella jadeó tocando con miedo la marca de su cuello y lloró amargamente viendo sus propias ropas consumirse entre las brasas de la chimenea. - Nooo... ¿Qué he hecho, Dios mio, qué he hecho?. -
Miró su reloj, eran las 13:00 horas. Goten saldría del trabajo a las 14:00 horas, Bura comía ese día en el comedor escolar, así que no tendría que preocuparse por eso. Tenía que localizar a Raditz, decirle que aquello había sido un error, él tenía que comprender que ella tenía una familia, un esposo, una hija, no podía abandonarlos sin más, no podía hacer eso... se había dejado llevar, pero nadie tenía que saber lo que habían hecho. Tenía 1 hora para solucionar el problema y esperar no hacer demasiado daño a Raditz al hacerlo, si es que eso era posible. Se levantó dispuesta a ir en busca de su amante, pero... - Ay, Dios mio, no tengo ropa... - Corrió hasta la habitación principal esperando que alguna de sus 'amigas' hubieran dejado algunas ropas por allí olvidadas. Rebuscó, rebuscó y por fín encontró una falda vaquera cortísima y un top verde tan escotado que no dejaba mucho a la imaginación. Con un suspiro se vistió, no era la ropa más usual para un día lluvioso y frío, y quedaba super ordinaria con sus botas rojas, pero no había otra cosa, y los abrigos del saiyajin eran enormes, hechos a medida. Un tipo que medía 2 metros y tenía tanto músculo por todas partes no encontraba ropa fácilmente. Con una de las mangas de sus abrigos, Bra tenía tela bastante para hacerse una chaquetita. Sacudió su cabeza de pensamientos estúpidos y corrió a coger el bolso que había olvidado. Cerró los ojos tratando de localizar a Raditz, él estaba en el centro. - Genial... - Tendría que ir al centro vestida vergonzosamente. Quizás la opción de coger una de aquellas enormes chaquetas no era tan escabrosa, al menos así se cubriría y nadie la reconocería.
----------------
- ¿Por cuanto tiempo has planeado marcharte de viaje?. - Un hombre calvo de unos 50 años, con bigote y perilla canosas, estaba sentado en un escritorio, frente a Raditz.
- No lo se... - El saiyajin se relajó en la silla estirando las piernas despreocupadamente. - Tengo que resolver algunos asuntos personales... -
- Soy tu editor, no puedes marcharte sin más, espero que estés trabajando en tu próximo libro de poemas... tienes al público expectante, y además, te han concedido el Premio rebelación. Deberías acudir al evento, que se celebra la semana que viene. Supongo que podrías retrasar unos días tu viaje y... -
- Escucha bien. - Amenazó Raditz haciendo temblar al hombre. - No pienso ir a ningún estúpido evento, te he dicho que tengo asuntos por resolver y me marcharé el tiempo que sea necesario, asís ean años. De todos modos, enviaré a alguien para entregarte mi próxima obra dentro de algunas semanas y procuraré que exista contacto entre nosotros. Pero si quieres, ya que la raza humana es tan estúpida, puedes decir que el 'poeta maldito' , se ha encerrado en un lugar desconocido y aislado del mundo. Estoy seguro de que eso hará que suban las ventas... -
El hombre calvo pensó unos instantes, sus ojos brillaron momentaneamente y... - ¡Creo que tienes toda la razón! ¡Será una bomba publicitaria...y!... - El discurso excitado fue interrumpido por unos sonidos detrás de la puerta.
- Oiga, le he dicho que no puede entrar sin permiso, le advierto que llamaré a seguridad... - sonó la voz nasal y cansina de la secretaria.
- Mira como me importa. -
- Ahhhhhhh. Me he roto una uñaaa ordinaria. -
La puerta se abrió. Tanto Raditz como el señor Bold observaron a la recien llegada con ua gota de sudor. Definitivamente debía visitar urgentemente a un estilista. Chaqueta de ante marrón que le quedaba 10 tallas más grande. Botas rojas, top verde y falda vaquera.
- Raditz... deberías cuidar un poco más tu imagen y salir con chicas algo más... -
- CALLATE. - Amenazó y se levantó abrazando a la recien llegada. - ¿Qué haces aquí?. - Susurró.
- Tenemos que hablar... en privado... -
- Señor Bold... ¿podría dejarnos a solas unos instantes?. - Clavó los ojos en él aludido, el cual salió rápidamente de la habitación ante los ojos atónitos de la secretaria.
- ¿Y bien...? - preguntó besando su cuello eróticamente y haciéndola gemir levemente.
- DEJA DE HACER ESTO. - Gritó separándose de él.
- ¿Qué pasa?. - Preguntó poniendose mortalmente serio.
- Tengo una hija, Raditz, con 6 años, y estoy casada. ESO, eso es lo que pasa. - Bra se sentó en la silla llorando con amargura.
- Ah, es por eso...- Sonrió de repente. - No te preocupes, he estado pensando en ello, la niña vivirá con nosotros, Goten no podrá conseguir su custodia, tengo un buen abogado que podría llevar el caso, he hablado con él antes de venir aquí y me ha dicho que si le denuncias por malos tratos, incluso le retirarán las visitas y podremos estar tranquilos, como una familia, sin tener que soportar sus... -
Bra le miró mortalmente. ¿Estaba diciendo todo eso seriamente?. - Raditz... yo... no podría hacerle algo semejante a Goten, y más aún, no podría hacerle algo semejante a mi propia hija. ¿Crees que sería capaz de quitarle a su padre?. ¿Sabes la clase de daño que le haría eso?. -
- Supongo que podremos vivir soportando la presencia de ese imbecil... - Suspiró resignado.
- NO. Yo no voy a vivir contigo, Raditz, yo... no te amo, lo siento, pero no se qué me pasó, pero... no te amo, Raditz, yo amo a mi marido, no se por qué... -
El saiyajin la levantó de los hombros furioso. - Eres... mi compañera... - Susurró gélidamente. - Y no hay nada que pueda cambiar eso, puede que sientas algunos lazos de cariño hacia ese inepto de Goten, pero jamás podrás sentir por él lo que sientes conmigo. -
- Lo que siento contigo es sólo físico. -
- Es la primera fase de la unión, dentro de poco tus sentimientos serán indisolubles... Tú nunca amaste a Goten, la prueba de ello es que no realizaste el ritual con él. -
- No pude realizarlo porque había hecho el ritual contigo, fue una trampa, ¡me engañaste Raditz!. Hiciste que te mordiera mintiéndome, te aprovechaste de que era una cría que no sabía de nada. No podía unir con Goten porque algo me lo impedía y ahora se lo que es: TU. - gritó sin ocultar sus lágrimas de rabia.
- Si... YO. Te lo dije un día, te lo dije... un saiyajin como yo jamás cede en su empeño. Sólo la muerte puede frenarle en lograr lo que desea. Han pasado muchos años, pero al fin lo he conseguido. -
- Quiero que pares esto, si de verdad me amas, para esto, te lo suplico. - Bra se derrumbó en la silla llorando dolorosamente.
- No puedo... nadie puede... pero si te sirve de consuelo... muy pronto dejarás de sentir esa pena, la unión estará completa, y sólo habrá sitio para el amor en ese corazón... - Raditz se conmovió en su sufrimiento y se acercó acariciandole la cabeza suavemente para tranquilizarla.
- NO, JAMAS. - Los dientes de ambos se apretaron.
- TU vinistes a mí, fuistes TU quien me lo pediste, si no me lo hubieras pedido jamás lo hubiera hecho. Cumplí mi promesa hacia tí durante todos estos años y no intenté consumar el ritual. Todo esto lo has ocasionado TU MISMA. -
- Nooo. - Bra escondió su cabeza entre sus manos deseando que la tierra se la tragase. Era verdad, todo esto había sido culpa suya. Culpa de su mente, culpa de su cuerpo. Había destruido su matrimonio. ¿Con qué cara iba a mirar a Goten?. ¿Qué le iba a decir a Bura?. - Tiene que haber un modo de romper la unión, Raditz, por favor, ayúdame, no podré soportarlo. -
El saiyajin apretó sus puños, estaba rabioso, era demasiado humillante esta situación. El valía mil veces más que Goten y la mocosa, él la amaba con toda su alma, había esperado 14 años para esto, ¿para ESTO?. Con furia la tomó entre sus brazos y voló saliendo por la ventana sin despedirse siquiera de su editor y la secretaria, que estaban temblando detrás de la puerta, con un oido pegado a ver si escuchaban algo de la conversación.
-----------------
- Que raro, Bra no coge el teléfono. - Goten cerró los ojos para concentrarse en el ki de su esposa. - "¿Eh? Parece que ha salido a dar una vuelta... ". - Su ceño se frunció. - "Está con Raditz..." - Se levantó del escritorio. - Margaret, voy a salir hoy un poco antes, mi esposa no se encontraba demasiado bien. -
-----------------
Mientras tanto, en Capsula Corporation...
- ¿No deberías estar en el colegio?. -
- Debería... -
- ¿Entonces qué diablos haces aquí?. -
- La abuela dice que no digas palabrotas... -
- Rayos. -
- Eso también cuenta... -
- ¿ME VAS A DECIR QUE QUIERES MOCOSA?. -
Bura quitó sus manos de los oidos. - Calma abuelo... -
- O voy a tener que llamar a tu madre para avisarle que te has escapado del colegio... -
La cara de la niña adquirió un tono azulado. - Abuelo, no por favor... - y comenzó medio a llorar.
- ¿Qué pasa?. - Preguntó más suavemente Vegeta. - Vamos, deja de llorar, los saiyajins no lloran. ¿Ha pasado algo?. -
- Mamá está muy rara... -
- ¿Qué?. - Vegeta cogió a su nieta y la puso en sus rodillas. - Ahora te vas a calmar, vas a dejar de llorar... y me vas a contar detenidamente qué es lo que ha sucedido... -
- Creo que tiene que ver con el sitio donde ha estado estos días... - Vegeta se estremeció. - ¿Dónde ha estado?. -
- Eso no es de tu incumbencia mocosa, cuéntame de una maldi... - Frenó en seco antes de decir la palabrota. - Cuéntame de una vez qué ha sucedido. -
- Una información... por otra información... - Añadió la pequeña mafiosa.
- ¿QUEE?. -
- Lo que escuchas... te contaré, cuando tu me cuentes a mí y no antes. -
Vegeta medio sonrió. - Vamos a enfocarlo de otra manera. Si no me cuentas lo que sucedió, llamaré a tu padre y le contaré que te escapaste del colegio. -
Bura frunció el ceño no dispuesta a ceder. - Si, pero si haces eso... jamás sabrá lo que le pasa a mamá. Porque no creo que mi papá te lo cuente... - Se cruzó de brazos.
- Tengo muchos métodos cuando quiero averiguar algo, te aseguro que tu padre me contará todo... - Vegeta estrechó los ojos y sonrió maliciosamente.
- Podría mentirte... nunca estarías seguro de que te había contado la verdad y toda la verdad... - La niña le imitó achicando los suyos y sosteniéndole la mirada con la misma sonrisa.
Vegeta suspiró. No había manera... - Mira mocosa, si te cuento, quiero que quede en un secreto absoluto. ¿Comprendido?. -
- SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. - Saltó la niña entusiasmada abrazandole. - Dime... -
- Tu madre... estaba... er... "Maldita sea, no puedo contarle la verdad". -
- Abuelo, quiero que me prometas que me contarás la verdad, si no no hay trato. - Vegeta abrió los ojos asombrado. ¿Le había leido el pensamiento?. - Puede que tenga 6 años pero no soy ninguna ingenua... - Bura volvió a sostenerle la mirada con el ceño fruncido.
- Está bien. - Gruñó con fastidio. - Pero promete que no vas a hacer ninguna pregunta acerca de lo que te cuente, y que me vas a decir de inmediato lo que sucedió. ¿Trato?. -
- Trato. ¿Dónde estaba mama?. -
- Tu madre viajo al pasado. -
- WoW. Mooooooooooolaaaaaaaaa. - La niña abrió los ojos impresionada. - ¿Y qué le paso?. -
- Lo siento, pero prometiste no hacer más preguntas... ahora tendrás que contarme. -
- Eso... ESO ES TRAMPAAA. -
- En absoluto. Tú querías saber donde había estado y yo te he contestado sinceramente. Ahora tienes que cumplir tu promesa. - Bura frunció el ceño, pero se decidió a contarle, total, siempre podría tratar de sonsacarle al hijo de Mirai... Con una sonrisa torcida, le contó a Vegeta lo que había pasado en casa.
- Bien, esta mañana, papá me levantó temprano y me dijo que mamá se encontraba un poco mal y que iba a quedarse en casa algunos días descansando. Le preparamos un desayuno para dárselo en la cama, y papá... le mintió 'otra vez' a mamá... - recalcó esto bastante. - Porque cuando ella dijo que estaba bien, él le contó que la abuela quería que se tomara unas vacaciones, y eso... 'es mentira', porque yo escuché como papá llamaba esta mañana a casa del tito Mirai. -
- "Pequeña metiche...". - Vegeta se deslumbró en su nieta, realmente era tremenda. - ¿Y qué le dijo a tu tío?. - Vegeta tomó una nota mental, tendría que llamar a su hijo para averiguar qué estaba pasando.
- Pues le pidió que le pasara al teléfono con la tita, y le dijo que mamá estaba actuando extraña, porque la noche anterior le había pedido la medicación. No se que le contestó la tita porque ya desde donde yo estaba no se escuchaba eso, pero mi papá le dijo que mamá parecía muy turbada y que sería buena idea que vinieran de visita a casa esta tarde para ver si podían ayudarla. Que de momento él no había querido presionarla con preguntas incómodas porque mamá se encierra en su caparazón y si la presionan acaba por no dejar pasar a nadie. ¿Eso qué significa abuelo?. No sabía que mamá tubiera un caparazón... - Bura frunció el ceño algo contrariada.
Vegeta trató de evitar reirse. - ¿Eso es todo?. -
- No, cuando llevamos a mamá a la habitación para darle el desayuno en la cama, papá le dió un besito a mami... jijijijijiji. - Vegeta frunció el ceño mascullando algo acerca del poco pudor que tenían delante de la niña. - Y entonces mamá golpeó a papá lanzándolo contra la pared. -
- ¿Tu madre lo golpeó?. -
- Si... -
- ¿Acaso tu padre le estaba haciendo algo malo a tu mamá?. - Preguntó algo irritado.
- Que va... yo diría que jijijiji todo lo contrario jijijiji. - Vegeta volvió a mascullar. - Le dió un besito en el cuello y luego ella... -
- ¿En el cuello dices?. -
- Si, y mamá lo empujó y luego ella se puso triste y se metió en la cama. Mi padre quiso hacer como si hubiera sido un juego, pero miente fatal de los fatales... -
- Ya veo... - Vegeta se quedó unos segundos pensativo.
- Abuelo... -
- Eh, ¿qué?. - Despertó de su ensimismamiento.
- Esta información es bastante valiosa ¿verdad?. -
- Sin duda. - El príncipe le acarició la cabeza sonriendo.
- Entonces... supongo que no te importará ser mi coartada en el colegio, a todos los efectos consta como que mi abuelo me recogió. -
Vegeta arqueó una ceja. - ¿Cómo hiciste tal cosa?. -
- Ahhhh, eso es un secreto, abuelito... secreto, por secreto... yo te cuento cómo me las ingenié, y tu me cuentas qué le pasó a mamá en el pasado... ¿Trato?. -
- Vamos a dejarlo en 'tú me das las gracias por ser tu coartada'. -
- Bah, aguafiestas... -
---------------------
Bra se zafó. - No voy a aceptar esta unión de mierda, encontraré un modo de romperla. Y espero de tí que si aprecias en algo la amistad que hemos tenido todos estos años, te abstengas de mencionar a nadie lo que ha sucedido entre nosotros. - y voló hacia su casa.
Raditz por su parte susurró rabioso, como contestándole al alma. - No importa cuanto luches contra tus propios sentimientos, es cuestión de tiempo... muy pronto sólo podrás amarme a mi. -
Ya en casa... se quitó la enorme chaqueta con velocidad vertiginosa y la metió en una bolsa junto con la ropa de mujer que cogió 'prestada'. Se duchó y se vistió. Miró el reloj. - Las 13:30. Goten llegará dentro de un rato, voy a tomarme una pastilla, eso me relajará, estoy segura de que si sigo el tratamiento voy a poder controlar este brote de locura. Es sólo eso.-
La puerta se abrió y se le calló el frasco con todas las pastillas, que rodaron por el suelo. - GOTEN. - Gritó súmamente turbada y casi temblando.
- Bra, lo siento, no quise abrir la puerta tan de repente, espera, te ayudaré a recoger este lío. - Goten se abofeteó mentalmente por haber sido tan torpe de asustarla.
- ¿Cómo te sientes?. - Preguntó sin mirarla.
- Realmente, yo... - Bra comenzó a llorar y Goten, soltando el escobón a un lado la abrazó dulcemente.
- Eh, tranquila... no pasa nada... ¿quieres contármelo?. - Bra movió la cabeza hacia los lados en señal de negación. - Bueno... está bien. - Acarició su pelo y permanecieron así un rato.
El timbre de la puerta sonó. Bra abrió los ojos asustada al recordar la nota de Raditz, debía ser el curier que había enviado. - Yo abriré. - Susurró goten suavemente separándose de ella.
- No, no abras. Quédate aquí conmigo. -
- Vamos, Bra, será un segundo. -
- IRÉ YO. Recoge este lío por favor. - Contestó ella exaltadamente dándole el escobón nuevamente.
- Esta bien. - Goten la miró extrañado.
Bra corrió a la puerta.
- Buenas tardes, vengo a recoger los efectos personales de Doña Bra Briefs. Me han dado también esta carta dirigida al Señor Son Goten. -
- Tome, yo le daré la carta al interesado. - Bra le dió la bolsa donde antes había metido la ropa y la chaqueta de Raditz, y cogió el sobre. - Lo siento, señora, pero me ordenaron darle personalmente la carta al Señor Son Goten. -
- Bien, ya la ha entregado. - Contestó Goten firmando la recepción y cerrando la puerta. - ¿Qué quería?. ¿Y había en esa bolsa?. - Preguntó intrigado alargando la mano para coger el sobre. Bra apartó su mano y rechazó dárselo. - ¿Qué pasa?. - Bra tenía los ojos abiertos de par en par y retrocedía a medida que Goten se iba acercando.
- Bra, esto no es ninguna recaida ¿verdad?. Tú no habrás estado tomando drogas estos días ¿cierto?. - Preguntó algo alarmado imaginando lo peor. Hacía 10 años atrás ella había tenido una recaida y actuaba así de extraño, ocultando cosas, con miedos a ser descubierta, con reacciones violentas...
- Por supuesto que no. - Gritó ella ofendida.
- Dame ese sobre Bra. - Contestó firmemente.
- No. - Ella corrió escaleras arriba, pero Goten se materializó delante suyo arrebatándoselo de las manos y presionando un punto detrás de su cabeza, la dejó inconsciente para evitar la lucha inminente.
Goten la depositó en la cama y se sentó a su lado a leer lo que decía la nota.
"Mi querido sobrino,
te escribo estas lineas para informarte de un pequeño cambio en el curso de nuestras vidas. Hoy he realizado el ritual de apareamiento con Bra, mientras hacíamos el amor apasionadamente. Por si no lo sabes, eso significa que ahora ella y yo somos compañeros para toda la vida, y por lo tanto, espero que colabores y envíes sus efectos personales por medio de este curier. Por la tarde enviaré al chofer para recoger a la niña del colegio.
Espero que tengas un buen día,
Raditz"
Cuando terminó de leer arrugó el sobre transformado en Super Saiyajin. Su primera reacción fue acudir a matar a Raditz, pero antes... Sus manos temblaron al descubrir la marca reciente de la mordida de Raditz en el cuello. Ella despertó aún aturdida.
Goten evitó mirarla, pero habló tranquilo. - Bra... yo... me contuve todos estos años sólo porque tú decías no poder hacerlo... me uní a tí como humano, sin importarme no completar la unión saiyajin que me pedía mi alma cada noche... pero... unistes con Raditz. ¿Cómo pudistes...?. -
Bra comenzó a llorar amargamente. - Goten... es mi mente, me jugó una mala pasada, yo te amo a tí, sólo quiero romper esta unión, sólo quiero eso, por favor, dime que no me odias... -
- En la nota da a entender que me abandonas. -
- NOOO. Eso es lo que él quisiera, pero no es verdad, yo no quiero estar con nadie más que no seas tú, quiero estar contigo, te amo a tí, eres mi esposo, quiero a nuestra hija, no podría vivir sin vosotros, perdóname, mi mente... estoy loca... se me ha ido la cabeza, por eso tomaba la medicacion, no se que me sucede... Ayúdame, por Dios, ayúdame, no me dejes... - Goten la abrazó llorando también.
- No podría dejarte nunca, amor mío, tú eres mi vida, no importa lo que pasó, todo va a estar bien pronto, pero ahora prométeme que harás todo lo que te diga. -
- Lo prometo. - Susurró dócilmente.
- Vamos a ir a casa de tu hermano Mirai, Pan te va a hacer compañía también. Vas a hablar con la psiquiatra, vas a contarle lo que te sucede, y todo se va a solucionar. Llamaré a tus padres para que recojan a la niña del colegio. -
- Si... -
--------------------------
En casa de Mirai...
Bra no pudo hablar con la psiquiatra, porque sufrió una crisis de ansiedad y decidieron que lo mejor era que descansara un rato. Goten, Vegeta y Mirai, intercambiaban información y acto seguido...
- Mira insecto, dejemos claro que tú a mí nunca me gustaste como compañero para mi hija, pero si he de elegir, te prefiero mil veces por sobre ese barriobajero sin clase que es Raditz. Sólo existe un modo de eliminar una unión saiyajin. - Afirmó el príncipe rudamente.
- ¿Cuál?. - Preguntó Goten con el ceño fruncido y mirada decidida a cualquier cosa.
- La muerte. - Mirai bajó la mirada. El no participaría en aquello, pero tampoco se sentía con derecho a frenarles.
Goten y Vegeta volaron sin pensarlo dos veces a lograr su objetivo: Eliminar a Raditz. Vegeta sonrió a medias mirando de reojo a su compañero 'de misión'. Y él que pensaba que Goten era como el estúpido de Kakarotto.
Mientras tanto, Bura siguió con su labor de investigación, decidida a averiguar de una vez por todas lo que había sucedido.
- Tito Miraiiii. - Cantó dulcemente mirándole con ojitos pícaros.
- ¿Qué quieres pilluela?. - Sonrió él.
- Información. -
- ¿Qué clase de información?. -
- De mamá. -
- No te preocupes, ella estará bien muy pronto. -
- No, 'esa' clase de información. -
- ¿Qué quieres saber?. -
- ¿Qué le pasó a mamá cuando viajó al pasado?. -
Mirai se puso serio de repente. - ¿Qué sabes exactamente?. -
- Se que mi madre no estuvo dormida, sino que viajó al pasado y que le pasó una cosa muy mala porque todos le mienten y le dicen que estaba dormida para que no se acuerde y... -
La puerta del cuarto donde estaba descansando Bra se abrió de repente. Ella salió con una expresión seria. - Dormida... Hmp. Todos habeis mentido a la pobre loca... -
- Bra, no es lo que piensas, por favor, deja que te explique. -
- Si... tienes mucho que explicar... Bura, vete con tu tía. -
- Mami... -
- HE DICHO QUE TE MARCHES CON TU TIA, MALDITA SEA, ¿ES QUE NO ERES CAPAZ DE ENTENDER LO QUE ESTOY DICIENDO?. LÁRGATE DE AQUÍ AHORA MISMO. FUERA DE MI VISTA. FUERAAA. - Gritó histérica.
- Bra, cálmate, la estás asustando. - Gritó su hermano.
La niña comenzó a llorar y salió por la ventana llorando. Bra se puso a llorar nuevamente derrumbándose en el sofá y la esposa de Mirai la abrazó.
- Traeme a mi niña de vuelta, por favor. - Suplicó Bra con un tremendo remordimiento interior por haber ocasionado que su hija saliera de aquella manera.
Mirai se marchó volando tras la niña, sabiendo que no sería sencillo dar con aquella pequeña experta en fugas.
Bra por su parte se levantó y alzó el vuelo ignorando las indicaciones de la esposa de Mirai, en dirección hacia el palacio de Dende. Recuperaría la memoria, seguramente lo que estaba pasando ahora tenía que ver con algo que había sucedido cuando estaba en el pasado. Le pediría a Dende que le restaurase los recuerdos, sólo él podía hacer tal cosa.
--------------------------------
