Capítulo 9: La promesa.

- Sonríe a la cámara. - Se burló el general filmando a la muchacha detrás de las barras de la cárcel.

Bra se levantó y se acercó lentamente con una sonrisa maliciosa. Le señaló que se acercase con un movimiento del dedo. El general se aproximó a ella mirándola seriamente. Entonces Bra le escupió en la cara para después insultarle. - Cerdo. -

Sin inmutarse pero sin poder evitar su mirada iracunda, mezclada con las de una veintena de personas en la sala, se limpió la cara alejándose de ella. - ¿Qué se puede esperar de una víbora, si no es más que te escupa su veneno a la cara?. -

Todos en la habitación rieron por aquel comentario, incluso Vegeta medio sonrió. - Pagareis por lo que me estáis haciendo. - Amenazó Bra sintiéndose de pronto impotente, pero sin amilanarse ni un ápice.

- Cada cual pagará lo suyo. Y tú pagarás por tus crímenes de una vez por todas. - Ahora estaba perdida. ¿Qué crímenes había cometido ella?. ¿De qué estaban hablando?. Y una pregunta la llenó de pánico repentinamente, ¿Qué habría hecho ella antes de perder la memoria como para que la estén castigando así?.

- ¿Qué crímenes?. - Preguntó haciendo a toda la sala mirarla de repente con furia. - Yo no he cometido ningún crimen. - Gritó.

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Mientras tanto, en el espacio, la nave de Goten avanzaba a toda velocidad a las coordenadas previstas. El tenía la mirada fija en el espacio. Ya llevaba muchas horas de viaje y su estómago le recomendaba comer algo urgentemente. Un sonido le alertó de repente. - ¿Quién está ahí?. - Sus oídos eran ahora mucho más sensibles que antes debido a su ceguera anterior. Olió el aire y contuvo su enfado al gritar su nombre. - Buuuuurraaaaa. -

La niña salió con carita compungida y mirada al suelo. Goten se cruzó de brazos. ¿Es que su hija no podía ser una niña normal por una vez?. Tenía que ser justo tan rebelde como su madre, y tan... Aquella escena le recordó unos años atrás, cuando su sobrina Pan se había colado en la nave en la que debía viajar él mismo. - ¿Por qué te has colado en la nave?. - Preguntó suavizando el tono.

- Quiero ir contigo a traer de vuelta a mamá. - Sus ojitos brillaron.

Goten suspiró. No quisiera que su hija viera lo que iba a suceder. Pero no podía dar vuelta ahora a la nave, eso les retrasaría más de lo debido y la tardanza en volver, la falta de comunicación de Vegeta no era buen augurio. Si la hubiera rescatado, al menos habría enviado un mensaje a Bulma para avisarla. Aunque Vegeta era tan imprevisible como un tornado. - Has actuado muy mal Bura. Podría ser peligroso y me has desobedecido. -

- Papa... - Sus ojos se llenaron de lágrimas. Goten volvió a suspirar.

- Bura... -

- Yo... yo quiero que mami vuelva, y el abuelo no la ha traído de vuelta ni da señales de nada, y si él no ha podido, a lo mejor tú tampoco puedes, pero seguro que mamá me va a hacer caso a mí. Para eso soy su hija. - Goten pestañeó y luego sintió un pelín de orgullo, su hija tenía un razonamiento bastante superior para su edad. ¿quién diría que tenía 6 años?. Aún así, la idea de llevarla con él no le agradaba.

- Permanecerás en la nave. -

- NO. - La pequeña se cruzó de brazos en pose obstinada como su abuelo.

- "Lo que me faltaba, ya le salieron los 'Vegetas...'". Bura... Estás castigada por desobedecerme. -

- Se lo voy a decir a mi abuelo. - Amenazó y Goten arqueó una ceja.

- Bien díselo, estoy seguro de que él apoyaría mi decisión y tú lo sabes. Por algo no te fuiste en la nave con él. -

- Nooo, no me fui en la nave con él porque yo tenía otra misioooon más importante, listoooo. - Gritó la niña encabritada.

- ¿Qué misión?. - Goten estrechó los ojos.

La niña sonrió con una mueca de herencia paterna. La había fastidiado, ella y su bocaza grande. No era buen momento para contarle a su padre que su misión había sido evitar que él viajase hasta que no recobrase la vista. - Está bien... me quedaré en la nave. - Afirmó bajando la cabeza.

- ¿Qué misión Bura?. - Preguntó Goten bastante mosqueado sin querer dejar el tema.

- ¿No tienes hambre papi guapo, listo y... guapo?. - Preguntó con una sonrisa encantadora.

El semisaiyajin cayó a tierra de espaldas. - Bura... -

- Yo cocino. Ja ja ja. - La niña salió corriendo hacia la cocina. - La abuela dice que cocino muy bien, mucho mejor que ella. - Goten la siguió con una gota de sudor en la frente y con un pensamiento travieso. "Cocinar mejor que Bulma no era ninguna maravilla, hasta Goku debía cocinar mejor que ella". Puede que fuera la mujer más inteligente del Universo, pero en referencia a las tareas del hogar debía tener una especie de gen estropeado.

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- Engendro maldito. Gracias a tí mi hijo está muerto. - Una mujer de unos 50 años salió del grupo enfrentándola.

Bra quedó perpleja. ¿Sería eso verdad?. ¿Era ella culpable de crímenes horribles?. ¿Por qué no recordaba nada?.

- Y mi hermano. - Gritó otra voz. - Mi padre. - Otra más. - Mi hermana nunca volvió a caminar por tu culpa. - Uno a uno, cada cual en aquella sala tenía una razón para odiarla. La acusaban de haber ocasionado muertes, mutilaciones, ... ¿Eso era ella?.

- NO. Yo no he hecho tales cosas. -

- No, tú eres peor, porque en lugar de hacerlas las mandaste hacer. No te ensuciaste tus bonitas manos con la sangre de las víctimas... -

Algo estaba fallando ahora. Ella no podía haber tenido tanto poder como para haber ordenado a alguien hacer tales cosas. Si Raditz estuviera allí podría aclararle la verdad, pero en esas circunstancias... ¿qué podría ella pensar?. ¿Podrían equivocarse tantas personas?. El remordimiento la asoló en el alma y sin darse cuenta se le escaparon lágrimas de los ojos. Nadie pudo percatarse de ese detalle porque ella se dio vuelta para que nadie la viera. Nadie, menos una persona, que observaba la escena silenciosamente.

- Muy pronto, tu querido Sire va a pagar también por sus crímenes. - El general tomó una última toma de ella con la cámara y se marchó de la habitación. Muchos de los presentes le siguieron detrás, pero un grupo de unos 3 hombres se acercaron a la celda.

- Maldita. Nos pagarás lo que hiciste. - Uno de ellos abrió la celda y caminó dentro seguido de los demás. Vegeta miró la escena con cautela. Pensó que lo mejor era no intervenir. Esa mujer debía pagar sus crímenes. Sacaron unas porras eléctricas. Bra se puso en guardia pero uno de ellos la aturdió con un dardo inmovilizador. Vegeta estrechó los ojos. No le estaba gustando lo que veía. Bra les mantuvo la mirada. - Cobardes. - Les escupió.

- ¿Quién es el cobarde aquí?. Mi hermana tenía 10 años cuando la violaron tus hombres. MALDITA. - Gritó golpeándola con la porra en la cara.

Uno de ellos la sujetó de los brazos mientras que otro la golpeó en el estómago. Vegeta permanecía impasible mirando la escena. Bra se rió entre dientes y lamió la sangre de su labio partido. - No importa lo que hagáis, jamás podréis vencerme. - De repente un flash, un recuerdo vago le llegó a la mente. Esa cara... él la conocía de antes, esa mujer... "la traeré de vuelta". Su propia voz resonó en su cabeza. "Vegeta, cuida de nuestra Bra". Un beso de despedida selló la promesa silenciosa. - Bra... - Susurró. - BASTA. - Gritó sujetando a uno de ellos por el cuello y casi rompiéndoselo.

- Suéltale. Ella merece eso y mucho más. - Alegó otro de los atacantes.

- Ya es suficiente. LARGAOS ANTES DE QUE ACABE CON VOSOTROS. - Su cuerpo cambió de repente y su pelo se volvió amarillo. La aureola del Super Saiyajin le cubría por completo. Los muchachos salieron corriendo despavoridos. No estaba bien lo que hacían, pero necesitaban vengarse por sus seres queridos, querían hacerlo aunque los juzgasen después. Lo que no esperaban era la reacción del guardián, y muchísimo menos, su transformación repentina.

Vegeta miró sus manos y su reflejo en un espejo le impactó. Sus ojos eran azules y su pelo rubio. Toda la habitación estaba electrificada por la energía que emanaba de su cuerpo. Se relajó y su cuerpo volvió a la normalidad. Luego tomó a la muchacha del suelo. - ¿tu nombre es Bra?. -

- ¿Has descubierto América?. ¿Eres mi carcelero y no lo sabes?. - Rió tosiendo un poco de sangre.

- Contesta... -

- Jódete. - Le escupió a la cara. - ¿Qué te crees?. Pregúntale a tus amigos. ¿Qué pretendes hacerme?. ¿Eh?. ¿Tú también vas a acusarme de haber matado a alguien?. -

Vegeta la cogió en brazos y la llevó a la cama. Tomó el comunicador y avisó a la doctora. Su cabeza estaba demasiado confusa, había recordado algo leve, algo que le relacionaba con esa chica, y le había prometido a alguien que en su recuerdo él amaba, que cuidaría de ella y la traería de vuelta. Pero ¿dónde debía el llevarla?. ¿Por qué él cuidaría de una mujer que era tan malvada como ella?.

- ¿Qué ha pasado?. Oh, Dios mio. - Gritó Anina al verla tumbada en la cama con la cara llena de sangre. - ¿Quién ha hecho esto?. -

- Luego te indicaré sus identidades, ahora cúrala. - La médico asintió.

- No necesito vuestra maldita ayuda. COBARDES. - Gritó Bra doblando la cara al tacto de la gasa desinfectante.

- A mi me agrada esto tanto como a tí, Bra. - Vegeta sintió una punzada al escuchar el nombre de nuevo. - Pero mi gente no puede caer en estos abusos, nosotros no somos unos monstruos como lo son los de vuestra calaña. Aunque no lo creas, lamento muchísimo que te hicieran esto. -

- Si, por supuesto... después que me golpearon lo lamentas... pero si ese malnacido no les hibiera dejado entrar no me hubieran golpeado. -

Anina le miró de repente dedicándole una expresión furiosa. Vegeta la encaró. - Deberías darme las gracias muchacha, si no llego a hacerles frente ahora mismo estarías mucho peor... cuando no muerta. -

- Vete a la mierda cínico. -

Una vena se hinchó en la frente de Vegeta. Luego miró a la joven médico. - ¿Has terminado ya con lo que me djiste?. -

Ella dudó unos segundos. - Tengo preparada una fórmula experimental, pero querría probarla antes de... -

- Traemela ahora mismo. -

- ¿Has recordado algo?. ¿Tu nombre al menos?. -

El saiyajin quedó pensativo unos instantes. Su nombre... si, había recordado su nombre, lo dijo la mujer de su recuerdo. - Vegeta. -

- ¿Qué?. -

- Mi nombre es Vegeta. - Anina sonrió.

- Es buena señal que empieces a recordar. Al no haber recibido una terapia química de sostenimiento del proceso de borrado de memoria, te será sencillo poder recordar en poco tiempo. Creo que la fórmula que he ideado va a funcionar.

- ¿Cuándo recordaré de nuevo?. -

- No puedo determinarlo Vegeta, pero sospecho que muy pronto. - La muchacha se marchó al laboratorio y volvió un rato después con unas cápsulas.

- Toma una de estas cada 12 horas. Tus recuerdos deberían ir apareciendo al principio algo desordenados, pero poco a poco podrás ir enlazándolos. - Vegeta asintió. - Si necesitas ayuda de algún tipo, o te sientes mal sólo tienes que llamarme. Por cierto. ¿Has recordado alguna cosa más?. -

Vegeta estuvo tentado de contarle su recuerdo pero una parte de él le indicaba que la cautela era la mejor de las estrategias y que si él había jurado proteger a Bra, seguramente toda esa gente debían ser enemigos suyos de un modo u otro. Así que permaneció en silencio. - No. Además... lo que yo recuerde no es asunto tuyo. - La contestación sacó un ceño fruncido en Anina, pero por otro lado comprendió que los recuerdos de alguien eran privados, así que no quiso pulsar más teclas ni protestar por su rudeza.

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Raditz utilizaba un rastreador especial. Tenía que encontrarla. ¿Cómo no había caido antes en utilizarlo?. El brazalete que le había regalado tenía un intercomunicador instalado. Era una joya tecnológica, y ella había estado encantado con la misma. Por desgracia no funcionaba las comunicaciones a una distancia mayor de 1000 kilómetros, pero aún así, el aparato podía emitir una señal al estar conectado que podría ser rastreable. Sus satélites estaban en movimiento por todas partes del Universo. Donde quiera que estuviera la encontraría.

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En su celda, Bra miró su brazalete y sonrió levemente. "Muy pronto él vendrá por mi. Raditz..."

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- Bura... ¿Me vas a decir qué misión tan importante debías cumplir?. -

- ¿Qué misión?. -

- Antes dijiste que si no te colaste en la nave con tu abuelo era porque tenías una misión más importante. -

- ¿Yoooo?. Que va, yo no dije eso. -

- Si lo dijiste. -

- Nah. Seguro que con la edad estás mal del oído papi. -

Gota de sudor. - BURA. DIME AHORA MISMO. -

Bura cogió la cuchara llena de arroz y la metió de lleno en la boca abierta de su enojado padre. - ¿A qué está bueno?. - Sonrió. "Definitivamente no tengo ninguna autoridad sobre mi propia hija"

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Kawaii, a ver que te parece esto, espero que siga superando tus espectativas, jeje.

Rina, ya ves que Vegeta está con la mosca detrás de la oreja... algo sabe pero no sabe por donde van los tiros. Ahora lo malo es que ha dicho su nombre y sinceramente... Vegeta tiene bastante fama por todo el Universo, y no, definitivamente, su fama no es la mejorcita...

Buffy, no acabé los exámenes, pero necesito relajarme de cuando en cuando, no soy de piedra...

Shadir, claro, primas, oyyyss que tonta estaba, pero es que con eso de que Pan es nieta de Goku mientras que Bra es hija de Vegeta, siendo que Goku es más joven que mi príncipe lindo, pues me había confundido... OPS.

Karo, nadie se imagina por donde van a ir los tiros, lo único que te diré es que a Bra le queda muy poquito que sufrir en esa cárcel y que muy pronto va a salir de allí...