¤-Mi adorable compañero

Hermione es escogida entre las mejores brujas para estudiar en una prestigiosa universidad mágica. Aunque no todo resulta salir tan bien como ella quisiera…


Disclaimer: Ninguno de los personajes son nuestros, solamente los usamos para jugar… ¡Prometemos devolverlos a donde pertenecen!

Capitulo I: Encuentros inesperados

Hermione corría velozmente por los pasillos de la residencia, era el primer día de clases y se había dormido. Ella, que jamás en su vida se había dormido cuando de clases se tratase, hoy lo había hecho, y eso sin contar que estaba perdida y no sabía con exactitud qué camino tomar.

El día anterior había llegado a la Universidad, y gracias a que era privada, gozaba de la comodidad de poseer una habitación para ella sola. Era bastante agradable el hecho de no tener que compartir el habitáculo con nadie, aunque eso también tenía sus inconvenientes ya que aún no sabía en dónde estaba cada cosa. El decano le había dado un pequeño mapa del lugar, cuando hizo la matrícula, pero a veces no era demasiada ayuda el tenerlo.

Estaba sumamente orgullosa de poder estudiar en una universidad como esa, y más aún sus padres, ya que no todos los días tu única hija es seleccionada, entre un montón de personas muy capacitadas y sumamente preparadas, para estudiar en una de las universidades más prestigiosas del mundo mágico.

Se frenó en la mitad del pasillo y observó su mapa con detenimiento. Sonrió complacida al darse cuenta que, por una casualidad, había tomado el camino correcto y se dirigía hacia el aula donde tendría su primera clase.

Corrió lo más que pudo, nerviosa porque se le estaba haciendo muy tarde, y quizás la clase ya habría comenzado. Sin embargo, cuando llegó y echó un vistazo al lugar, no había casi nadie, tan solo algunos estudiantes desparramados por todos los sectores del salón.

Tomó asiento en las primeras filas y sacó sus libros y comenzó a leerlos distraídamente, tratando de calmar su alterado estado de ánimo.

La carrera que la chica había elegido era una de las más difíciles, pero a la vez muy satisfactoria. Iba a estudiar "Pociones Químicas" y como le habían informado, la clase que le iban a dar ahora sería química, una clase muggle. El decano le había dicho que se necesitaban las bases de química muggle para poder perfeccionar con total seguridad la técnica de Pociones Químicas.

Estaba algo distraída ojeando el libro, que ya se sabía de memoria, pues lo había estudiado durante sus vacaciones, que apenas se dio cuenta de que la gente empezaba a llegar. Cuando el ruido interrumpió su lectura, levantó la vista y notó que el salón ya estaba casi lleno. Su banca aún tenía un asiento vacío. Se encogió de hombros y siguió leyendo.

De improviso un chico se sentó a su lado. Ella se fijó en él y se dio cuenta de que era un chico muy guapo. Esperaba que no la molestase durante la clase. Si había algo que odiaba era que la interrumpieran por sandeces mientras estudiaba. Sin embargo, algo hizo que clavara su vista más de lo necesario en aquel chico silencioso que ni siquiera le había dado los buenos días. Algo le llamaba la atención… ese pelo atrayente, esa nariz afilada, esa cara alargada, las facciones refinadas… Le eran demasiado conocidos. Entrecerró los ojos, buscando entre sus recuerdos esas facciones hasta que…

– No puede ser...– susurró Hermione, llevándose ambas manos a su boca.

El chico en cuestión no se dio cuenta de que la chica le miraba fijamente, analizándolo, y que susurraba por lo bajo. Hermione al darse cuenta de quién era la persona estaba a su lado recogió con presteza todos sus utensilios y empezó a levantarse pero justo en el momento que estaba por salir de ahí algo la interrumpió.

– Buenos días, tomen asiento. En silencio todos por favor –El profesor había entrado.

Hermione, esbozando una mueca de exasperación, no tuvo más remedio que sentarse en el mismo lugar que había elegido y que ahora quería dejar libre. Internamente suplicaba que el chico no se fijara en ella, y también tomaba nota mental de que en la próxima clase ella se sentaría en las últimas filas de la clase.

Sin embargo todas sus expectativas de pasar desapercibida se derrumbaron cuando el profesor habló:

– Bien, soy el profesor Mathew y primero que nada voy a pasar lista –Dijo.

–No, no, no… –Masculló Hermione tirándose de los cabellos.

El profesor empezó a leer los nombres en alto, mientras que los aludidos contestaban levantando su mano y diciendo un "presente".

–Granger, Hermione Jane –Dijo finalmente el profesor, haciendo llegar ese momento que tanto había querido evitar.

–Presente –Contestó desganada Hermione, levantando el brazo.

Fue un acto reflejo. El que estaba sentado al lado de Hermione giró su cabeza tan rápidamente que casi se parte el cuello. Los ojos del joven se abrieron como platos y no conseguían pronunciar palabra ninguno de los dos. Aunque Hermione no se hubiera sorprendido, la actitud del chico la desconcertó. La cara del rubio cambió radicalmente de sorpresa a furia total. Se levantó velozmente de su lugar, e intento irse, tal y cómo lo había hecho Hermione, pero también fue detenido:

– Perdone. La clase acaba de comenzar. Siéntese –Ordenó el profesor–. Y si alguien vuelve a interrumpirme como lo ha hecho...

– Draco, Draco Malfoy –Contestó el rubio.

– Como lo ha hecho el señor Draco Malfoy –Continuó hablando el profesor– será expulsado de la clase, por consiguiente tendrá suspenso en la materia. Espero que les quede claro –Hubo un asentimiento general, y una mueca de desprecio por parte de Draco, mientras que Hermione se limitó a mirar hacia otro lado–. Prosigamos, entonces.

El profesor siguió pasando lista. Cuando terminó miró a todos sus nuevos alumnos, pero se fijó especialmente en la pareja de Draco y Hermione, ya que los dos miraban para lados opuestos, sin querer que conectasen sus miradas ni por un segundo.

– Bien, esta clase es de química básica y durante este primer trimestre estudiaremos química inorgánica. Las tareas serán todas hechas en conjunto, es decir, el compañero que tenéis al lado será su compañero de estudios el resto de año. Os he apuntado ya –Dijo el profesor–. Y no acepto objeciones –Añadió al ver que Draco reclamaba su atención, disconforme con la decisión tomada.

Hermione estaba apunto de darse de cabezazos contra la mesa. No podía ser peor, aquel día definitivamente no era una de sus mejores días. Estaba lamentándose de sí misma cuando Draco se levantó bruscamente del la silla.

– Me da igual que me suspenda, jamás haré las tareas con ella –Chilló Draco señalando a Hermione.

– ¿Qué ha dicho señor Malfoy? –Sin darle tiempo a que contestara, el profesor prosiguió–: El suspenso no será trimestral si no que será todo el curso, y tendrá que repetirlo –Terminó de explicar, sonriendo suavemente.

Draco no tuvo más remedio que sentarse, él no podía permitirse el lujo de suspender curso, había prometido las mejores notas en casa y así sería. Hermione en cambio seguía lamentándose por la mala suerte que había tenido ese día.

Los dos jóvenes se miraron, y la furia en sus ojos hizo que mantuvieran su mirada en el otro, desafiándose. Ellos se odiaban, era algo tan evidente que no era necesario que se dijeran nada para que lo notaran los demás. Nunca conseguirían ponerse de acuerdo para hacer un trabajo. Y eso sería algo difícil y que les traería consecuencias ya que de ahora en más, y durante todo el curso, serían compañeros.

La clase comenzó, los dos empezaron rápidamente a tomar apuntes y hacer preguntas en caso de que fuera necesario. Sin embargo, ninguno volvió a mirarse hasta terminar la clase. Al cabo de hora y media el timbre sonó.

– La clase ha terminado por hoy, si alguien quiere saber algo, o no ha entendido algo de lo dicho, estaré en mi despacho desde las dos de la tarde hasta las cuatro. El que quiera puede venir a preguntar. Buenos días –Finalizó el profesor cogiendo sus cosas y marchándose del lugar.

– Bien, Granger –Habló secamente Draco ni bien tuvo la oportunidad–. Tenemos un problema, y muy grave, ni tú me soportas ni yo te soporto.

– Muy agudo. Deberían darte un Pulitzer por tu gran investigación, en serio, hay que ser muy inteligente para descubrir algo así –Ironizó Hermione de mala gana, sonriendo ladina.

– Granger no ando de broma –Contestó fríamente Malfoy, comenzando a perder la poca paciencia que le quedaba.

– ¿Y yo sí? –Replicó a su vez la chica mirándolo sin pestañear.

– La cuestión es que tú y yo debemos cooperar. Tenemos por delante un curso entero y no quiero suspender y, como bien sé, tú tampoco –Dijo con altanería Draco.

– Cuéntame algo que no sepa… –Se burló la chica, mirando para otro lado a la vez que esbozaba una sonrisita.

– Bien, las tareas son conjuntas ¿no? Pues tendremos que quedar para poder hacerlas, pero los deberes no los haremos juntos –Decidió el rubio.

– Obvio que no –Confirmó Hermione–. No quiero tener que estar a tu lado más tiempo del necesario –Concluyó, tomando sus cosas y levantándose del asiento para luego dar unos pasos antes de ser detenida por la voz del chico:

– Una pregunta más –Pidió.

– ¿Qué? –Dijo Hermione de espaldas a Draco sin darse la vuelta.

– ¿Están tus amigos aquí? –Indagó con cautela.

– No, sólo estoy yo para tu suerte y… para mí desgracia –Dijo Hermione empezando a andar nuevamente.

Mientras Hermione se dirigía a la siguiente clase, Draco se había quedado pensando. Él no la había reconocido, pero ¿cómo era posible que él no hubiese reconocido a Hermione?

Definitivamente había cambiado mucho. Pero se dio cuenta de un detalle, ella sí que le había reconocido desde el principio, porque a pesar de no mirarla en ningún momento, se había dado cuenta de que la chica había hecho el amago de levantarse de su asiento, pero el profesor había interrumpido su acción, al entrar a la clase.

Quitando esos pensamientos de su cabeza y se dispuso a ir a la siguiente clase: Pociones.

La primera clase normal que tendría… ¿Para qué querrían enseñarles cosas muggles? Una total pérdida de tiempo, a su opinión.

Se dirigió con pereza hacia el aula Pociones. Las chicas volteaban su cabeza al verlo pasar, y él tan solo reía con petulancia, aunque de vez en cuando admiraba con disimulo a alguna que otra chica.

– Vaya Draco… causando furor ¿Eh? –Siseó una voz que él reconoció inmediatamente como la de Blaise Zabini.

– Blaise… –Dijo el rubio algo apático.

El moreno notó su mal humor y le preguntó con delicadeza:

– ¿Una mala mañana?

– Malísima –Contestó sinceramente–. Y estoy seguro que las demás serán iguales o peores.

– ¿Se puede saber qué te sucedió? –Inquirió Blaise, enarcando una ceja.

– Bueno, pues, he ido a la primera clase –Comenzó a relatar Draco– Todo iba bien, entré al salón y me senté en la primer banca que vi libre. Ni siquiera me mosqueé en saber quién era la persona que estaba a mi lado.

– Ajá –Asintió el moreno, incitándolo a seguir.

– Y entonces noto que la chica se levantó del asiento precipitadamente y volvió a sentarse, pero le resté importancia al asunto. En eso el profesor se puso a pasar lista y… ¡Cuál fue mi sorpresa al enterarme que la persona en cuestión era Hermione-sabelotodo- ratón-de biblioteca-Granger!

Blaise echó un silbido largo y dijo:

– ¿Y qué hiciste?

– Lo mismo que ella, me quise ir pero el maldito profesor me dijo que si lo hacía debía recursar el año… –Dijo Draco y agregó, refunfuñando–: Lo peor de todo es que, por sentarme allí, tendré que pasar todo el año haciendo trabajos con mi adorable compañera…

Zabini lanzó una carcajada burlona lo que provocó que el rubio lo fulminara con la mirada.

– Bueno… por suerte para mí las cosas fueron diferentes… ––Dijo sonriendo como embobado–. Me tocó ser compañero de una beldad… es hermosa, simpática –continuó, con tono soñador–: Deberías verla…

Draco lo miró extrañado y dijo:

– Blaise, amigo, un gusto encontrarte aquí, pero ya debo irme a la siguiente clase. ¿Vale?

– Vale, nos vemos por la tarde pues –Se despidió el morocho una vez salido de su embeleso y se fue en dirección contraria a la que tomaba Draco en ese momento.


¡Hola! Somos Sweet-Ally y Goi Izarra, hemos comenzado a hacer este fic juntas, y la verdad la idea nos gusta bastante. Aunque ahora seréis vosotros los que nos diréis lo que opináis. Esperamos que os guste y nos lo comuniquéis a través de un review. Pues lo dicho… esperamos vuestras opiniones.

Besukis de,

(••÷§weët-Ållÿ÷••)— y —¤÷(¤Gøî Îzårr头)÷¤—