¤-Mi adorable compañero-¤
Hermione es escogida entre las mejores brujas para estudiar en una prestigiosa universidad mágica. Aunque no todo resulta salir tan bien como ella quisiera…
Disclaimer: Ninguno de los personajes son nuestros, excepto los que no conocéis… son creación nuestra… así que si los queréis pedirlos
Capitulo V: El pacto
- ¿Qué?... ¿ahora qué pasa?...- inquirió la castaña- supongo que estarás deseoso de librarte de mi…
- Es cierto que tu compañía no me hace mucha gracia- Hermione dio un respingo- pero tampoco creo que hablar con el profesor sea una buena idea, además estoy convencido que serían energías malgastadas…por esto te propongo un trato- terminó el chico clavando su mirada gris en las pupilas de ella.
- ¿Un trato?- Hermione parecía desconcertada, ciertamente aquello la había tomado por sorpresa.
- Sí, un trato… ¿qué¿¿tu capacidad cerebral no es suficiente para entender esas simples palabras?- dijo el rubio con gesto altivo.
- ¡Eres imposible!- soltó la chica antes de girarse nuevamente.
- No, no, no… ¡tú de aquí no te vas hasta haberme escuchado!- respondió él tomándola del brazo otra vez, ahora con mas fuerza.
- Antes que nada¡¡suéltame!- dijo Hermione entre dientes, mientras sentía como la ira en ella aumentaba notablemente mientras la mano de Draco, lejos de liberarla la sujetaba con mas ahínco- segundo¡yo no recibo ordenes de nadie¡¡mucho menos las tuyas!...tercero y último, no tengo idea que quieras proponerme, pero viniendo de tu parte seguramente será una estupidez- finalizó la chica zafándose del agarre del rubio, finalmente.
Esa fue la gota que colmó la paciencia del chico, que comenzó a caminar apresuradamente, dejando a la castaña plantada en medio del pasillo.
- ¡Hey!... ¿a dónde vas?- le gritó esta intentando retenerlo.
- ¡Voy YA mismo a pedir el cambio de pareja!- escupió el rubio claramente enojado.
- ¿Pero no dijiste…?- inquirió Hermione aun algo confundida. La reacción del chico la había desestabilizado.
- Sé lo que dije Granger, no es necesario que me lo recuerdes…- le espetó Draco- podríamos decir que caí en cuenta de mi error…NADA es demasiado si logro evitar tu presencia- había desprecio en su voz, pero también algo mas. Algo que Hermione no supo identificar.
Luego, cuando estaba a punto de desaparecer por el pasillo adyacente, se giro para agregar mirándola a los ojos- ¿Y sabes qué?. ¡Tenías razón!... ¡cómo se me pudo haber ocurrido una idea tan estúpida!... ¡qué ingenuo!... ¡creer que podíamos hacer una tregua, tener un trato más ameno, aunque fuese solo en el ámbito académico! Jajajaja… ¡no sé en qué estaba pensando, jaja…la sola idea es hilarante- y con estas palabras cargadas de sarcasmo el rubio retomó su marcha rumbo al despacho del profesor. Hermione no pudo mas que observarlo anonadada mientras la silueta del chico desaparecía de su campo visual. A penas salió del asombro la castaña se dispuso a ir tras su compañero. Mientras sus piernas comenzaban a moverse una única frase llenaba sus pensamientos… La has cagado Hermione. (N/A: perdonen la palabra¡era necesario!)
Y en efecto, la había cagado. Era cierto que el rubio era insoportablemente arrogante, egocéntrico, soberbio, inmaduro y muchos otros calificativos negativos que no vale la pena enumerar. Pero esta vez la intención de Draco era tan solo hacer más llevadero aquel tormento que les habían impuesto. Aunque, pensándolo bien, ella también había hecho un intento de que el equipo funcionara. No obstante, Hermione, debes admitir que el repartir el trabajo en dos no es una propuesta muy madura…tú bien sabes que los equipos no funcionan así. Un sentimiento de remordimiento invadió a la chica, que buscaba todo tipo de excusas para no culpabilizarse. Pero su conciencia arremetía de nuevo reprochándole el haberse dejado llevar por el desprecio que sentía hacia aquellos ojos grises que la miraban con superioridad. ¡Por Merlín, cómo odiaba aquel gesto!...
Pero en el fondo la castaña sabía que las culpas de todo aquello eran compartidas. Ciertamente ella no había actuado muy racionalmente pero el rubio también tenía su cuota de culpabilidad. Él la había provocado con esa forma tan altiva y despectiva que usaba para dirigirse a ella. Si, las intenciones de Draco habían sido buenas, pero no así sus modos, y ella no lograba soportarlo. Definitivamente debía hablar con el rubio, solo rogaba que el chico aun no hubiese hablado con el profesor.
Dobló el pasillo en dirección al despacho del profesor Mathew. Se paró frente a la puerta. Alzó su puño para golpearla, pero se detuvo tan solo a centímetros de la misma. ¿Qué le iba a decir? Nada se le ocurría. Se quedó unos segundos en silencio, observando la fina madera de la puerta, como si en esta estuviese escrita la solución a sus problemas. Luego de unos momentos meditando su próxima acción, volvió sobre sus pasos, pensando que sería mejor darse un tiempo para elegir correctamente las palabras que iba a emplear.
No supo que fue, pero habiéndose alejado tan solo unos metros, algo le hizo mirar atrás. Suspiro resignada, debía volver y arreglar todo este embrollo. Haciendo acopio de todo su coraje regresó hasta la puerta de fina madera, dispuesta a poner la cara ante cualquier situación que esta fuera a desvelarle. Toco la puerta con firmeza. Esperó unos segundos hasta que la puerta comenzó a abrirse. La oficina estaba en penumbras, silenciosa, no había señales de que hubiese habido una discusión. Aquello extrañó a Hermione, era obvio que Draco no estaba allí. La voz del profesor Mathew la sacó de sus cavilaciones.
- ¿En qué puedo ayudarla señorita Granger?
- Profesor- dijo la castaña algo exaltada- disculpe la molestia…estaba buscando a mi compañero, Malfoy ¿no se encontrará él con usted por casualidad, dijo que vendría a verle…
- No señorita Granger, el señor Malfoy no ha venido a verme. ¿Eso era todo lo que quería preguntarme?- respondió el profesor algo molesto
- Er… ¡sí! Muchísimas gracias por su tiempo y le pido disculpas nuevamente por haberle molestado.
Y sin esperar respuesta por parte del hombre, Hermione salió corriendo en busca de su "adorable" compañero…
En el parque del campus el cielo estaba despejado. Se escuchaba el trinar de las aves mientras una suave brisa mecía las hojas de los árboles. Un joven rubio caminaba tranquilamente con la mirada perdida. Trataba de ordenar sus pensamientos. Toda aquella situación lo tenía contrariado. No entendía porque cada vez que veía a la castaña sentía ese irrefrenable deseo de insultarla y humillarla. Bueno, si lo sabía. Le irritaba de sobremanera que la chica siempre tuviera una respuesta para cada pregunta. Le molestaba que fuese tan inteligente. Le enojaba su aire de estudiante perfecta. Pero por sobre todas las cosas, odiaba sentirse pequeño cada vez que estaba a su lado. Por esto necesitaba insultarla, inferiorizarla, para saberse superior a ella. Para sentirse superior a ella. Claro que jamás iba a admitir todo eso.
En definitiva la sola presencia de Hermione Granger bastaba para que el rubio se irritara, no podía soportarla. Era un suplicio tenerla como compañera y estar obligado a respirar el mismo aire que ella. Pero por más que el rubio intentaba convencerse a toda costa de que la chica era algo insignificante y despreciable para él, que simplemente detestaba que siempre se creyera la dueña de la razón, una voz de disconformidad surgía en su cabeza.
-Pero si es tan insignificante para ti¿por qué te duelen sus palabras?.
-No me duelen sus palabras, es más, en nada me afecta lo que pueda decir- seguía repitiéndose el chico con obstinación
-Draco, no te mientas…
-¡NO me miento, simplemente me molesta porque es una sabelotodo insufrible- continuaba el chico intentando acallar a esa voz tan molesta que aparecía de vez en cuando en su mente.
- ¿A no¿no te mientes?...Ahora me vas a decir que no te importo cuando dijo que eras un niñato inmaduro, o…
Pero una voz saco a Draco de esta pequeña "discusión".
- Draco…¿desde cuando hablas solo? Jajaja- Blaise se había parado delante de él, se notaba que había estado conteniendo una carcajada para que el rubio no lo notara. Draco comenzó a sentir como la sangre se acumulaba en sus mejillas, lo que provoco que su amigo riera mas fuerte.- …¿yyy¿¿lograron que el profesor los separara?- agregó el moreno cuando paró de reír.
- Ni me hables de ese tema…- soltó el rubio.
- ¿Pero que pasó?... ¿fue tan grave?
- Nada¡¡solo que Granger esta mas insoportable que nunca!
- O sea, lo de siempre. Déjame adivinar, déjame adivinar…a ver, Hermione se hecho para atrás a mitad de camino, discutieron ¿y ni siquiera llegaron a tocar la puerta del despacho del profesor?- satirizó Blaise, ganándose una mirada fulminante de parte de Draco.
- ¡Lo haces parecer tan ridículo!- dijo Draco resignado
- Es que lo es, querido amigo, lo es…- dijo el moreno con una amplia sonrisa en sus labios.- ven, te invito un café así seguimos hablando de lo "insoportable" que es Granger- finalizó dando una palmada en la espalda de su amigo.
Dos horas después…
Blaise estaba casi tendido sobre la mesa del café, con cara de aburrimiento. Observaba a Draco, que gesticulaba sin parar, pero sin entender realmente lo que decia. Cada tanto soltaba un "y que se le va a hacer" o "tienes razón" para no quedar mal, pero la verdad era que ya estaba harto de los problemas entre su amigo y Hermione.
Draco continuaba con su monologo, cada vez más enojado. Sus manos y su boca se movían a una velocidad increíble. Blaise solo atinaba a seguir con los ojos aquellos azarosos movimientos. Durante veinticinco minutos continuo aquella situación, hasta que el rubio bajo los ojos para encontrar los de su amigo perdidos en el infinito.
- Blaise¿me escuchas?
- …
- ¡Blaiseeeeeeeee...holaaaaaaaa!- insistió el rubio agitando una mano frente al rostro del moreno. Este dio un respingo.
- ¡Eh?... ¿qué¿qué pasó?- logró articular Blaise saliendo de su ensoñación.
- ¡Nada, qué va a pasar!... ¡qué necesito tu atención y tú, viajando por el espacio exterior!- dijo ofendido Draco
- ¡No puedes culparme, hace como dos horas y media qué vengo escuchándote despotricar contra Hermione!. ¡Ya estoy harto!- soltó el moreno.
Draco abrió su boca para contestar, pero justo en ese momento una voz sonó a sus espaldas.
- ¡Así qué aquí estabas!...
Hasta aquí el 5º capítulo. Esperamos que hayasido de su agrado
