Capítulo seis

Matías sonrió y murmuró algo al oído de Manolo, que se sonrojó y se echó a reír.

-Sois un vulgarcete...

-¡Pero cómo molo así! –se burló el argentino poniéndose a reír

-Para serles sincero, cuando los vi creí que eran hermanas gemelas –confesó Alejandro, sentándose junto a Matías

-Pues gemelos sí somos –confirmó Saki en japonés, ya que Koike y otros tenían cara de interrogante- Pero no somos GEMELAS precisamente

-Tienes unos rasgos particulares

-Bueno, sí, no eres el primero en notarlo –respondió Jun tranquilamente

-¿Verdad que parece rarito? –bufó Darío con sarcasmo

-Más bien yo lo veo normal, porque de raro no tiene nada –se burló el español, ganándose la simpatía de los Aiza

-Manolo siempre es así –comentó Paola divertida- No teme decirle a quien sea las verdades en la cara

-Soy como Darío, pero tierno –alegó Alejandro, haciendo que el uruguayo frunza más el ceño

-¡No te me enojes! –pidió la Wakabayashi, abrazando con cariño a Darío

-Bueno, no les quito más su tiempo –dijo el español, poniéndose de pie- Seguramente David me estará esperando y se sentirá celoso al verme rodeado de tanto hombre guapo (pa' qué, eso sonó raro...)

-¿David? –preguntaron los Aiza divertidos- Así se llama nuestro hermano mayor

-Pues os aseguro que ése que está allá no es colombiano –dijo Manolo guiñándoles un ojo- Es más español que el Barcelona. Adiós muchachos

Todos se despidieron de Alejandro. Saki y Paola, al igual que Matías, Darío y el ensimismado Kazuki, se despidieron de él con un beso en la mejilla, y el español regresó a su mesa.

-¿Kazuki, estás bien? –inquirió Tsubaki suavemente

-¿Eh? Sí... –dudó él

-Pareces triste

-No es nada Tsubaki, no te preocupes –contestó Kazuki, esbozando una pequeña sonrisa

-¡Oye Koike! –exclamó Shimano- ¡Te reto a comer pizza!

-¿Bromeas?

-¡Claro que no!

-¡Mesero, tráiganos 2 pizzas grandes de queso, jamón y chorizo! –pidió Koike mirando desafiante a su amigo

El resto abandonó la mesa y se pusieron alrededor de los competidores.

-Son unos vulgares –espetó Kawabe asqueado

-¡Cállate Katsuharu! –lo regañaron todos

Las pizzas llegaron y a la señal de Takashima de "¡ahora!", ambos se pusieron a tragar, no a comer porque no masticaban, las pizzas como locos. Tenían las caras embarradas de salsa y pedacitos de queso y chorizo. Unos apoyaban a Shimano, mientras los otros apoyaban a Hideto. Cuando el concurso terminó, con la victoria de Koike, los sacaron a ambos arrastrando con un tremendo dolor de estómago XD.

Cuando llegaron a casa de Ken, rápidamente Kawabe se acomodó en la habitación del dueño de casa, confinando a los demás a acomodarse como podían en la otra habitación.

-Insisto que no es justo –refunfuñó Paola- Ken no puede dormir donde sea

-"Donde sea que no sea en mis brazos", jaja –se burló Matías

-Cállate bostero –lo espetó Paola empujándolo, con tan mala suerte que se llevó a Saki por delante

-Lo siento, ¿estás bien? –se disculpó el argentino, levantándose de encima de una colorada Saki

-Sí, sí, no te preocupes –dijo ella, mientras Jun los miraba desconfiado

-No importa Paola –dijo Ken sonriendo con ternura (¡me mata!)- Yo estaré bien

-Entonces vámonos –pidió Naoko- Me preocupa Misuki, las niñeras no me convencen del todo

Los muchachos se despidieron. Jun creyó que Matías se quedaría, pero cuando lo vio abriéndole la puerta del automóvil gentilmente a su hermana, frunció el ceño. Al llegar a casa de Paola se distribuyeron como pudieron. A Imai y Naoko, junto a Misuki, les cedió una habitación de huéspedes, mientras Kazuki y Darío dormirían en sofás cama y Matías en una bolsa de dormir.

-¿Y nosotros? –preguntó Saki, entrando a la habitación de Paola

-Pues mi cama es de 3 plazas –anunció ella- Creo que entramos los tres

-¿Bromeas, no? –balbuceó Jun sonrojado- No puedo compartir la cama con ustedes

-¿Y por qué no? –preguntó su hermana tranquilamente- A menos que prefieras dormir en el piso

-Además sólo somos tu hermana y yo –alegó Paola inocente

-Esto...

-¡Vamos Jun! No te hagas el corto –dijo Saki, dándole un golpe en el brazo- Algunas veces, cuando fuimos de vacaciones, solíamos dormir en una sola cama

-Está bien –murmuró él nada convencido, sobándose el brazo adolorido

Rato después era para sacar una fotografía a la cara que tenía Jun, que por azares del destino terminó en medio de ambas muchachas, con nadita de ganas de dormir XD

Al día siguiente Jun seguía como horas atrás, tan estático como una vara, con los ojos abiertos y adornados con sendas ojeras por no pegarlos durante la noche, temiendo que por azares del destino acabe en una situación poco cómoda para él...y alguien más que no era su hermana XD. Sin embargo cuando Paola se levantó y salió, decidió al fin levantarse él también. Al cerrar la puerta de la habitación tras de él, notó que había un cartel hecho en papel colgado en la misma que decía "CUIDADO: ZONA GINECOLÓGICAMENTE INESTABLE", con una pequeña nota agregada al pie y con letra distinta que decía "me las pagarás Shimano".

-¿Shimano? –pensó Jun confundido, pero cuando se acercó a uno de los ventanales que daban a un jardín delantero descubrió a los amigos de Paola entretenidos en darle una buena lavada a sus automóviles

-Jajaja –escuchó una risa tras de él- ¡Vaya cuadro!

-Buenos días hermana –saludó el chico sin dejar de verlos, con cierta cara de susto

-¿Qué tanto ves? –indagó Saki, acercándose al ventanal

Al asomarse Saki casi se echa a reír: Shimano estaba de lo más entretenido lavando las llantas del automóvil de Matsuki, sin notar que Koike y Matías se acercaban a sus espaldas con una manguera en la mano. El primero aflojó cuidadosamente la parte de la cintura de sus bermudas, mientras Matías acercaba la manguera y con una seña, Darío dejaba salir el agua del grifo. Segundos después Shimano dio tal brinco de la sorpresa que parecía sobrepasaba los dos metros XD, sin poder quitarse la manguera, y con sus amigos riéndose hasta doblarse de la risa. Jun quedó con cara de ¡hello, contrastando con Saki que lloraba de la risa.

-¡Ah, ya despertaron gemelos! –exclamó Paola acercándose, aun con su pijama- Por cierto Saki, te trajeron esto

-¿A mi?

-¡No, a tu hermano que se llama Jun Saki! –bromeó su amiga- ¡Claro que a ti!

Con extrañeza Saki abrió la alargada caja que Paola le extendía y que estaba envuelta con una delgada cinta roja. Al abrir la caja notó que se trataba de una única rosa roja, tan hermosa que parecía de pintura. Con ella había una nota que decía: "Para la mujer más encantadora del mundo".

-¿Y cómo sabes que es para mi? –preguntó Saki desconfiada, mientras su hermano veía la nota

-Porque el que la trajo dijo que era entrega para la señorita Saki Aiza –explicó Paola simplemente

Cuando la colombiana volvió a mirar hacia fuera, que ahora se llenaba con los gritos de promesas de venganza de Shimano que perseguía a Koike para golpearlo con un balde, notó que Matías desviaba la mirada y se topaba con ellos, regalándole una tierna sonrisa que la sonrojó.

-¿Qué miras, Saki? –preguntó Paola, curiosa.

-La curiosidad mató al... Pato –respondió Saki, ya que por ahí andaba Ta-kun en busca de algún chocolate y se ponía como panterita (¿te lo imaginas de mal humor?) cuando decían la palabra gato en esa frase.

-Anda ya... Que estás roja como tomate.

-Es que… me pregunto quién me habrá mandado esta rosa.

-Pues a mí me da la impresión de que fue tu amigote argentino –metió baza Jun. –Se la pasa mirándote como si fueras la Mona Lisa.

-No seas grosero, Jun –dijo Saki, comenzando a sulfurarse.

-Bueno, bueno… Dejemos de pensar en cosas malas y vayamos a desayunar. ¡Me muero de hambre!

-Yo también –admitió la chica Aiza, colocándose una mano en el estómago (más plano que una tabla por si se preguntan… Cosas de ser futbolista)

-Ahora que lo mencionan… -Jun dijo, tratando de apagar el sonido que su estómago hizo.

Rato después, varios de los presentes desayunaba, pues Shimano y Koike aún no se reponían de la 'pizzatón' de anoche. En cambio, Ta-kun estaba 'sentado' a la mesa, comiendo con gusto del festín que entre Paola, Saki, Tsubaki, Naoko y Jun habían hecho.

-Mmm… Esto está mejor de lo que Hyuga-kun solía hacer –dijo Kazuki, fingiendo estar de buen humor.

-¿Qué dices? –preguntó Saki, confundida.

-Pasa que… Una vez por accidente Hyuga se metió por accidente al club de cocina y al final resultaba que él era un cocinero de primera –dijo Matías al oído de Saki, pero no pudo continuar su frase, pues por 'accidente' Jun había regado su jugo de naranja sobre el argentino.

-¡Mil rayos! Lo siento, Matías… -dijo el chico Aiza, apresurándose a tomar un trapo para ayudar a limpiar.

"No lo sientes ni en lo más mínimo, her-ma-ni-to" –pensó Saki, harta de la actitud de su encantador gemelo.

-Ya, no te preocupés, que un accidente lo comete cualquiera.

-Gracias por entender –y Jun se sentó otra vez. Sin embargo, Ta-kun se acercó a Jun y le dirigió una gatuna mirada de reproche. –Ya deja de mirarme así, Ta-kun.

-Naaa ¬¬… -dijo el animalito, mirándolo de manera que el colombiano se enrojeció hasta las orejas.

-Ya deja a Jun en paz, Ta-kun. Fue un accidente –dijo Paola.

-¿Lo ves? Fue un accidente –dijo Saki, fingiendo creerle a su hermano.

Sin embargo, después del desayuno (y después que Matías se cambiara de ropa), Saki se llevó a Jun a un lugar apartado de un jalón de oreja.

-¡Ayayay! ¡Suéltame, Natalia!

-¿Se puede saber qué rayos estás haciendo, Andrés?

-No soporto que ese argentino trate de pasarse contigo. Noté que volteó a verte con el asunto éste de la rosa y además te habla muy confidencialmente.

Saki no contestó hasta saber qué decir, pues no quería darle cabida al sarcasmo de Jun. Sin embargo, ¿qué tal que él tuviera razón y la rosa fue mandada por Matías?

-Primero: No sé quién envió la rosa, y si hubiera sido Matías, entonces no veo por qué me mandó la tarjeta en japonés. Segundo, ¿qué tiene de malo que él me hable en susurros? Sabes que ni tú ni yo fuimos compañeros de ellos y por eso Matías a veces me resuelve dudas. Yo no entiendo tu actitud, Andrés. ¿Acaso estás celoso de Matías o qué?

-Sencillamente no quiero que él intente pasarse contigo. ¿No se supone que eres la novia de Wakabayashi Genzo?

-Claro que lo soy, y no sabes cuán feliz soy de serlo. No por lo que es a nivel mundial, si no porque conozco la faceta que nadie más conoce de él y porque lo que siento por él es lo más sincero que hay dentro de mí. Sin embargo, para que te enteres, Genzo sabe que de nada sirve celarme porque soy una mujer de principios firmes. ¿De qué te sirve vigilarme si Matías es sólo un amigo para mí?

-En todo caso… Preferiría que no te acercaras demasiado. A pesar de lo que digas, ese tipo me da mala espina –y Jun se fue a buscar algo de beber.

Sin embargo, en cuanto se fue el chico Aiza, llegó 'la manzana de la discordia.'

-¿Qué pasa, Saki? –preguntó Matías, preocupado al ver la cara triste de la colombiana.

-Es mi hermano. Él cree que tú tienes que ver con lo que pasó y además no cree que esté bien que seamos tan amigos.

-¿Qué pasó exactamente?

-Ah, olvídalo… Pero igual él no quiere entender que no tiene nada de malo que yo tenga amigos con los que me lleve bien a pesar de que soy 'cuñada' de Paola.

-Ah, cierto que sos la novia del primo de Paola.

-Bingo.

-Pues si tan serio es el problema para tu hermano, entonces intentaré remediarlo.

-¿En serio? ¿Harías eso, Matías? –preguntó Saki, atónita.

-¡Pues claro! –respondió éste, con una sonrisa que es capaz de derretir el hielo de la Antártica. –Lo que menos quiero es tener problemas con el hermano de una de mis más queridas amigas.

-Gracias, Matías –dijo Saki, dudando en darle un abrazo de agradecimiento, así que en vez de ello chocó las manos con el argentino.

Entretanto, Paola vio a Jun con cara de tormenta.

-¿Qué pasó, Jun? –preguntó la Wakabayashi.

-Nada… No. Miento. Pasa que me enferma que ese Matías Dugarry…

-Dugatkin.

-Bueno, Dugatkin ese sea tan amigo de Saki.

-¿Qué tiene de malo?

-No sé… Pero no me agrada. Me da la impresión de que él le está echando los perros a mi hermana.

-¿Y? Saki sabe defenderse muy bien.

-Entonces dime por qué Saki se sonrojó cuando Matías le sonrió.

-Cualquiera podría haberlo hecho. Además, Saki no tiene tan mal gusto para los chicos… Aunque sea novia de mi primo.

-Sí, pero al menos tu primo no le sonríe a la primera que ve en la calle –dijo Jun, mordaz.

-Bueno…

-Oigan, ¿qué hacen? ¿No quieren ir a la playa con nosotros? –preguntó Koike.

-Sí, claro. ¡Ni se te ocurra sacarme de los planes, Hideto!

-Vale –y Jun fue por sus shorts.

---------------------------

Valga la aclaración: Manolo cree que Jun es mujer porque la misma Saki creó al personaje con rasgos más femeninos que masculinos, lo que claro, no le quita lo machín XDD

Bostero: apodo que en Argentina tienen los de Boca Juniors