Capítulo ocho
Al fin llegaron al puerto donde llegarían los otros, mientras el calor arreciaba y el barco se acercaba. Por suerte Kazuki iba bien protegido contra el inclemente sol, y Ta-kun se había sentado a la sombra del delantero.
-¡Eirina! ¡Te la perdiste! –exclamó Paola, bajándose del barco y dándole un fuerte abrazo.
-¿Qué pasó?
-¿Na?
-Pues recorrimos algunas islitas en el barco y además vimos el fondo del mar. Sin embargo, como curioso que es, Shimano quiso asomarse por la borda del barco y…
-Se cayó –dijo Matías, tratando de no reír.
-¡Mentiroso! ¡Tú y Darío me empujaron! –exclamó el aludido, quien aún estaba empapado.
-Incluso nos detuvimos en una isla desierta, y Jun encontró algo muy interesante –agregó Kawabe con aires de suficiencia.
-¿Qué encontraste? –preguntó Sorimachi, interesado.
-Bueno… A falta de algo mejor que hacer, busqué un pedazo de madera para tallar con mi navaja… Y resulté encontrando un trozo de ámbar con un bicho prehistórico dentro –respondió Jun, mostrándole el fragmento de resina fosilizada. –Si la isla no hubiese tenido pinos, no habría tenido la oportunidad.
-¿Y qué harás con el ámbar?
-Lo venderé en el mercado negro por millones de dólares –dijo Jun, con una sonrisa maliciosa (OO), y varios se le quedaron mirando.
-Anda ya… Que esa no te la cree nadie -dijo Saki, sonriendo.
-Lo sé… Después dicen que soy un amargado porque no hago chistes.
-Eso es un cambio –murmuró Darío, diciendo otra cosa muy por lo bajo después.
-¿Y entonces?
-Lo guardaré de recuerdo.
-¿Y tú? –preguntó Tsubaki a Kazuki, algo confundida. –Me hiciste falta, Kazuki.
-Sabes que no me gusta mucho ir en barco, Tsubaki. Me mareo… Al igual que Ta-kun.
El gatito afirmó con la cabeza vigorosamente, en señal de acuerdo con el delantero del Toho.
-Bueno… ya hace hambre. ¿A quién se le antoja comer algo? –preguntó Koike.
-A ti siempre te da hambre –dijo Matías, divertido.
-Sí… Pero preguntaba si a alguien más.
-Bueno, yo sí que tengo algo de hambre –dijo Saki. –Además, hace rato que es la hora del almuerzo.
-Cierto… Pero, ¿qué vamos a comer? –preguntó Shimano.
-Se aceptan sugerencias –dijo Takashima.
-Yo propongo algo. ¿Por qué no lo deciden las chicas? –dijo Matías, solícito.
-Buena idea. Paola, Saki, Naoko, Tsubaki… Ustedes elijan.
-Vale –dijo Paola, haciéndole señas a las chicas para que se acercaran, y al final… -Decidimos que queremos comer… Okonomiyaki (panqueques parecidos a las pizzas con varios ingredientes… ¿Recuerdas qué hacía Ukyou en Ranma ½?)
-¿Y de dónde vamos a sacar eso? –preguntó Shimano, en shock.
-Búscalo tú que tienes hambre –dijo Furuta, sin sonreír.
-Tienen suerte –dijo Ken tranquilamente. –Conozco un lugar donde hacen un okonomiyaki que ha hecho que mi régimen falle.
-Y eso es decir –dijo Saki, asombrada. –Tú eres muy estricto con tus cosas, Ken-kun.
-Lo sé. Pero de vez en cuando me puedo dar uno que otro gusto, ¿no?
-Nadie ha dicho que no –dijo Jun, y todos se echaron a reír.
-Oye, Jun, ¿alguna vez te han dicho que podrías ser un comediante? –dijo Paola, secándose las lágrimas de risa.
-No… No tengo tanto sentido del humor.
Rato después, toda la gente (o pandilla…) fue al restaurante del que habló Ken… Y una vez más se encontraron con Alejandro, quien había ido a comprar algo de comer.
-¡Eh, Alejandro! –exclamó Saki al notarlo.
-Pero si es Saki… Un gustazo volver a veros, maja.
-No exageres.
-¿Y vosotros qué hacéis aquí?
-Quisimos comer okonomiyaki para el almuerzo –intervino Paola, saludando al español con un fuerte abrazo.
-¿Decisión de los chavales?
-No. Decisión de las chicas –dijo Jun, quien se había acercado también. –La idea fue de… Matías.
-No me sorprende. Él siempre ha sido muy galante con las mujeres.
-¿Te importaría saludarnos a nosotros también, Manolo? –dijo Koike, cruzado de brazos y sonriendo, divertido. –Sé que eres español, pero también nos entiendes.
-¿Qué prisa hay?
-¡Ah, cierto! Me tengo que ir… Gustazo en veros a vosotros otra vez, gemelos. Molan.
-Gracias. Mis recuerdos a David –dijo Saki, guiñándole un ojo.
-Picarona.
-No tiene nada de malo. Sencillamente lo dijo como amiga –dijo Kazuki.
-Vale. Adiós –y el español se fue.
"¿Del otro equipo? No da la impresión, pero cada quién es como es" –pensó Jun, mientras esperaba su okonomiyaki.
-Penny for your thoughts (Pago por tus pensamientos) –dijo Saki en inglés, distrayendo a su hermano.
-Nada… No es nada importante.
-No me veas la cara de boba. ¿Y qué harás con respecto a tu problema con Matías?
-No quiero pensar en ello.
-Yo que tú lo haría. Él no quiere tener problemas contigo.
Jun volteó a ver directamente a su hermana a la cara.
-Hontou ni? (En serio)
-Muy en serio, hermano. Hablé con él, y me dijo que no quería tener problemas contigo porque soy una de sus mejores amigas.
-Claro… Saki, perdóname. Es que no podía evitar ser desconfiado con alguien que trata a mi hermana con demasiada confianza.
-Sí, pero no tienes que pedirme disculpas a mí. Pídeselas a Matías –dijo Saki, antes de darle el primer mordisco a su okonomiyaki.
-¿Alguien quiere algo más? –preguntó Matías después de un rato
-¡Yo quiero una novia bonita y buena! –exclamó Shimano burlón
-¿Alguien quiere algo más...que sea posible? –aclaró el argentino
-¡Mi hermano quiere decirte algo! –anunció Saki divertida
-¿En serio? Dime Jun...
-Jun –le dijo Koike burlón a Matías
-No seas baboso, le estoy diciendo al hermano de Saki que me diga lo que me tiene que decir
-No toleras ni una bromita –se defendió Hideto, estrechando por lo bajo una mano con Matsuki por su ocurrencia
-Esto...te lo digo luego –pidió Jun apenado
-Vamos a pagar la cuenta –propuso Paola poniéndose de pie
-Voy contigo –apoyó Saki
-De eso nada, nosotros invitamos –respondió su amiga
-¿Cuáles nosotros? –inquirió Darío curioso (Nota de Saki: OOUUU)
-Paola y yo –aclaró Ken tranquilamente
-¡Oh, perdón! –se burló Shimano teatralmente- ¡O sea hello! Pero claro, quieren entrenar con nosotros cómo es mantener vástagos parásitos
-Shimano –advirtió Ken- Sólo por eso, tú pagas tu consumo
-¡Pero Ken! –reclamó el bufón indignado
-Pero Paola, no podemos permitir que paguen por todo –dijo Jun alarmado
-No te preocupes Andrés, no hay problema
-Claro que lo hay, una mujer no puede pagar la cuenta
-Eh...hermano –hizo notar Saki evitando la risa- ¿Recuerdas que Ken dijo que él también aportaría?
-¡Ah sí, pero igualmente, no podemos permitirlo
-Deja que les invite por hoy como próxima cuñada de Saki –pidió Paola sonriendo
-Créeme que será mejor que cedas, porque ella no lo hará –aconsejó Ken aproximándose a ellos
-Pero...
-¡Nada de peros! –concluyó la Wakabayashi, dirigiéndose a cancelar todo
Una vez afuera quedaron de ir a descansar un rato a casa de Ken o Paola para verse directamente en algún restaurant para cenar. Sin embargo no todos apoyaron la idea, ya que Matías, Shimano y Koike aun tenían energías para malgastar.
-Nosotros iremos a pasear unas tiendas –anunció Kazuki, marchándose luego con Tsubaki
-Yo quiero ir a comprarle algo a Misuki –dijo Naoko, mientras ella e Imai se llevaban a su hija
Y así de a poco se dispersaron. Jun y Saki se fueron con Ken y Paola a casa de ésta última a descansar un rato, mientras el resto prefería marcharse a casa de su amigo.
-Voy a dormir un rato –dijo Paola estirando los brazos
-Yo te acompaño –respondió Ken, creando cierta incomodidad en los Aiza
-Eh...nosotros nos quedamos aquí –murmuró Jun sonrojado
-Hasta más tarde entonces –se despidió su amiga, entrando a su habitación seguida por Ken
-¿Qué te pasa? –preguntó Saki divertida, sentándose en una silla reclinable
-¿De qué o qué? –dijo su hermano extrañado
-¿Estás pensando mal de ellos, no? –siguió la Soccer girl sonriendo
-No... –dudó Jun
-¡Claro que sí! Pero desde ya te digo que no podemos juzgarlos, al fin que ésta es su casa
-¡Yo no los juzgué!
-Te conozco de sobra como para saber lo que piensas –aclaró Saki en tono triunfal
-Alucinas... –balbuceó su hermano de mala gana, sin querer reconocer que tenía razón
Minutos después Jun se puso de pie resueltamente.
-Necesito mi cepillo de dientes –anunció con aspavientos
-¿Por qué? –se extrañó Saki, que leía una revista de deportes
-Porque sí –devolvió Jun, abriendo la puerta del dormitorio de Paola sigilosamente
-¿Qué estás haciendo? –inquirió su gemela entre susurros
-Voy por mi cepillo...
Jun entró y se encontró con que Paola y Ken dormían plácidamente sobre su cama. Si bien ella estaba abrazada a él, no había indicios de que nada "inmoral" hubiese ocurrido, así que el colombiano salió más tranquilo.
-¿Y tu cepillo? –notó Saki mirándolo de reojo
-Recordé que lo dejé en el baño de visitas –contestó su hermano, dirigiéndose hacia allá
-Sí claro –murmuró ella divertida
Mucho rato después tocaron el timbre y Saki fue a abrir. En eso Paola se levantó. Entonces apareció Shimano, que le dio un vistazo a la puerta y luego entró.
-¡Ta rán! –canturreó Shimano poniendo las manos en la cintura- ¡Qué tal!
-Y ahora tú, qué te traes –preguntó Paola bostezando
-Matías, Darío y yo estuvimos viendo Dragon Ball Z toooooooda la tarde
-¿Y?
-Hola –saludó Matías, entrando
-¿Dónde dejaste a Darío? –preguntó su amigo, dizque disimulando
-No quiere entrar... –dijo Matías sonriendo
-¿Les gusta ver ese tipo de anime? –preguntó Jun incrédulo
-Claro, por qué no –respondió el argentino tranquilamente
-Eh... ¡ahora vengo! –exclamó Shimano, trayendo luego a empujones a Darío
Cuando las amigas lo vieron no pudieron evitar ponerse a reír: de alguna manera le habían untado a Darío tanto gel en el cabello que éste lucía tieso y además tenía tinte amarillo XD
-¡Éste es Son Goku! –dijo Shimano entretenido
-Voy a matarlos... –refunfuñó Darío por lo bajo
-Jajaja, ¿qué te hicieron Darío? –preguntó Paola, acercándose a tocar su cabello
-Es un super saiyajin –explicó Matías sonriendo- Como tiene los ojos azules...
-Jajajaja, pobre Darío –río Saki sin poder contenerse
-Dejen de burlarse –pidió el uruguayo de malas pulgas- Este par me las va a pagar y si no quieren ser las próximas, mejor cállense
-¿Y ahora ustedes? De qué disfrazaron a Darío –preguntó Ken apareciendo, hizo la pregunta tan tranquilamente, como si no fuera la primera vez que pasara XD
-Emulamos a Goku de Dragon Ball Z –dijo Shimano, obligando al uruguayo a hacer una pose
-Se aprovecharon que me quedé dormido –contó Darío refunfuñando
Cuando los demás llegaron encontraron a Darío intentando quitarse todo el gel y tintura del cabello, pero no salía fácilmente, ni con ayuda de Saki y Paola lograban muchos avances. Sin embargo Matías y Shimano no se veían ni quinto de avergonzados por lo hecho y menos iban a disculparse.
-Verán, el cosplay es nuestra afición –contó Shimano orgulloso
-¿Pero no se supone que para un cosplay el participante debería estar de acuerdo? –preguntó Saki
-Mira Saki –explicó Matías diplomáticamente- Si le pidiéramos el favor a Darío, obvio que se negaría, así que nosotros decidimos por él
-Pues obviamente cualquiera se negaría –comentó Jun, aun horrorizado por lo ocurrido con el uruguayo- No pueden ir por ahí disfrazando a sus amigos como les venga en gana
-Aburrido... –dedujeron Matías y Shimano al unísono
-Mirá, hagamos lo que hagamos, no lo hacemos de mala onda –explicó el argentino- El chiste es crear un poco de joda (sonó fuerte la palabra:? No) , nada más
-El gauchito tiene razón –lo apoyó su colega, no sin antes ganarse un codazo por el apodo- Estamos de vacaciones, divirtámonos un poco
-Fresco, pero me parece que para cualquier broma, todo tiene su límite –explicó Jun serenamente
-No entrarán en razón –intervino Paola- Para ellos lo que hacen está bien, y no escucharán reclamos
-¿Vamos a cenar o no? –preguntó Naoko, dejando a Misuki en brazos de Ken
-Sí, vámonos ya, después de todo el tinte no saldrá fácilmente –comentó Saki, viendo a Darío secarse el cabello aun amarillento con una toalla
-¡Qué demonios de tinte usaron! –reclamó el uruguayo
-Uno barato, qué esperabas, ¿qué gastemos mucho en una broma? –dijo Shimano campante, dirigiéndose a la puerta
-¡Bien, todos, vámonos ya! –exclamó Naoko, haciendo que todos salgan en tropel
-¿Alguna idea de a dónde iremos? –preguntó la colombiana, poniéndose de pie- ¡Eh, Paola!
Pero su amiga estaba pensando en quién sabe qué, sólo se limitaba a ver con ojitos de borrego a medio morir cómo Ken jugaba con la pequeña Misuki.
-Tierra llamando a Paola ¿Paola, estás ahí? –se burló su amiga, imitando el tener un micrófono
-¿Ah, qué? –murmuró la germano japonesa, reaccionando
-Nos vamos o te quedas aquí a contemplar a Ken toda la noche
-¡Saki! –le reclamó Paola sonrojada, poniéndose de pie
Saki evitó la risa y se dirigió a la salida, seguida por su aun colorada amiga.
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Jajaja, si por ahí encuentran "notas mentales" son de Saki a mi o viceversa. No las quité porque generalmente son muy divertidas, ya que nos respondemos XDD
Dragon ball Z es propiedad de Akira Toriyama (¡viva Vegeta! ¡y que viva Trunks...pero conmigo! XDD)
Ahora lo que no sé es si se escribe "saiyajin" o "saijayin" o "saijajin", como sea...XDD
Diminutivo de "gaucho", que es el apodo con el que en Sudamérica se conoce a los argentinos, aunque creo que no les gusta XDD (el gaucho es el campesino argentino, de las pampas argentinas pues...)
Fresco: tiene dos connotaciones. Unos le decimos así a los cínicos o sinvergüenzas. En Colombia (según me dijo Saki) se usa para aclarar que todo está bien, como un "todo bien" nn
