Capítulo nueve
Llegaron a un restaurante cercano de comida variada, donde se acomodaron en una larga mesa en la que cabían todos. Ni decir del tremendo barullo que todos armaban con sus comentarios y chistes, de manera que tal situación dejaba a Jun algo ofuscado. Sin embargo su hermana, que ya estaba acostumbrada por encuentros anteriores con los del Toho, estaba de lo más contenta charlando con Kazuki y Matías.
-¿Por qué tan callado? –le preguntó Paola, sentándose junto al colombiano
-Mucho ruido para mi –confesó Jun con sinceridad
-Y eso que no los viste en un partido de fútbol –anunció la muchacha sonriendo divertida
-¿Tú siempre conviviste con ellos?
-No siempre, más o menos desde los 8 años, primeramente con Kazuki y Shimano –contó Paola melancólica, mirando a los aludidos
-¿Y con Ken? –se le salió al chico repentinamente
-Pues con él desde los 10 u 11 años, no recuerdo bien
-¿Y desde entonces son novios? –se sorprendió el gemelo Aiza
-Jaja, no pongas esa cara, ¡claro que no! Yo tenía como 14 o 15 años cuando empezamos...
-Incluso así es mucho...
-¿Y tú? ¿no has tenido novia alguna?
-Una, pero fue romance de adolescentes –contó Jun algo avergonzado
-¡Paola, tú qué vas a pedir! –gritó Ken desde un extremo de la mesa
-¡Un asado a la parrilla! –contestó su novia, recibiendo como respuesta una señal afirmativa del karate keeper
-¿Asado? Esa no es comida japonesa –notó Darío, que estaba cerca de ella
-¿Y eso qué? ¿esperabas que en mi disco duro esté programada sólo comida japonesa para antojarme? –se burló Paola
-Pues no, pero mínimamente sé realista –devolvió el uruguayo
-¿Y tú Jun? –inquirió Ken, quien tenía para ese momento a Misuki sentadita sobre sus rodillas y que jugaba con una cuchara
-Lo que pida la mayoría –contestó el colombiano algo tímido, viendo de repente volar frente a él un tenedor
-¡Ouch! ¡Matías ten más cuidado! –lo regañó Takashima frotándose la pinchada frente
-¡Lo siento, no le achunté a Shimano! –se disculpó el argentino, mientras Saki se echaba a reír
-Hermana... –refunfuñó Jun sin querer, moviendo negativamente la cabeza
-Ahora vengo –le dijo Paola, levantándose hacia la barra del bar- Oiga, señor, ¿podría darme un poco de hielo, por favor?
-Sí, un momento –respondió el barman muy solícito
Mientras, Paola se sentó en uno de los asientos próximos, echándole de cuando en cuando una ojeadita a la mesa de sus amigos, que aun continuaba alborotada, incluso creyó ver un pan volando en dirección a la cabeza de Matías XD De manera que no se percató cuando un tipo se sentó junto a ella sin quitarle la mirada de encima.
-Hola linda... –saludó melosamente
Paola volteó a verlo con cara de "¿me hablas a mi?", y se topó con un hombre cuarentón, atractivo, pero con cara de pervertido ¬¬
-¿Sí? Dígame señor –contestó Paola tranquilamente
-¿No quieres tomar algo? –preguntó el hombre
-No gracias, ni leche, no se me vaya a agriar –dijo la chica con sarcasmo
-¿Cómo te llamas? –insistió el tipo, pese a que Paola le dio la espalda
-¿Yo?
-Claro, estoy hablando contigo
-Pues...Lolita
-¿Lolita? –preguntó el tipo, sin creerle el invento
-Lolita Gómez, mucho gusto –siguió bromeando la chica, extendiéndole una mano- Soy de Honduras...
-¿Hablas español?
-Es mi idioma natal –fingió Paola, con voz gangosa
-Pues déjame decirte que eres muy linda, Lolita –comentó el hombre, acercándose más a ella- ¿Esperas a alguien?
-Bueno sí, espero mi hielo
-¿No te gustaría ir conmigo a un lugar más privado? –preguntó coquetamente el cuarentón
-¿Para qué querría ir yo al baño con usted? XD
-No, al baño no –aclaró extrañado por el peculiar humor de la chica- Digo, a un lugar como mi departamento...
-Ay no, gracias. Aun ni comí, así que me quedo un rato más –explicó Paola, volteando nuevamente
Jun, que se sentía como boquense en media barra de River, decidió ir a ver por qué Paola tardaba tanto, y sobra decir que nada le gustó cuando la encontró siendo acosada por un tipo.
-Oiga, suélteme –exigió Paola, que ya tenía su recipiente de hielo en la mano
-¿Pasa algo? –preguntó Jun, acercándose muy molesto
-Nada Andresito, sólo este buen hombre que me estaba entablando plática –mintió la chica, logrando zafarse
-¿Es tu novio? –preguntó el hombre algo pálido
-Eh...
-Sí, lo soy –inventó Jun muy seguro, de manera que no quedaran dudas- ¿Te ha estado molestando este tipo, Pao?
-¿Pao?
-Es mi segundo nombre –mintió la chica- Y aunque no fuera ¡a usted qué le importa!
-Mejor vámonos –pidió Jun sin dejar de fruncir el ceño, tomando a Paola de la mano
-Ok, vamos –respondió ella, siguiéndole el juego
-En otra será, mamacita –murmuró el hombre
Entonces Paola detuvo la marcha, se volteó a ver al tipo con una sonrisa de oreja a oreja, se acercó a él coquetamente, y de buenas a primeras le abrió el pantalón, le vació los hielos dentro y le dio una patada en la entrepierna que lo hizo arrodillar.
-Ahora sí, vámonos –dijo Paola diplomáticamente, tomando de la mano a Jun y llevándoselo, mientras el pobre tenía cara de susto OO
Volvieron a la mesa donde los demás seguían armando bullicio, pero poco a poco se fueron callando y los veían extrañados.
-Qué –murmuró Paola de mala gana
-¿Por qué se están tomando de la mano? –preguntó Kazuki curioso
-¿Qué? –repitieron ambos a la vez y notaron que seguían agarrados, por lo que se soltaron rápidamente, bastante colorados
-Aquí tienen sus pedidos –interrumpió el mesero, seguido por otro par más, mientras Paola le agradecía y se iba a sentar junto con Ken, quien seguía jugando con Misuki
-De qué te ríes –lo increpó mientras se acomodaba la servilleta sobre las piernas
-Jaja, si hubieras visto la cara que pusiste cuando notaste que llevabas a Jun de la mano –se burló Ken
-¿Y eso te causa risa? –se indignó su novia
-Obvio, qué esperabas ¿que me ponga celoso?
-No, claro que no –murmuró ella nada convencida- Pero mínimo no te hubieras echado a reír
-Ya, no te enojes –le pidió Ken sonriéndole con ternura
-Bah, mejor devuélvele Misuki a Naoko, que esta niña vomita que da miedo después de comer
-Bueno –accedió él, llevándose a la bebé con Naoko, quien charlaba con Saki, ya que Matías y Shimano se habían ido al baño a tratar de quitarse el vinagre que se habían echado mutuamente en el cabello- Toma, aquí tienes a Misuki
-Gracias Ken –dijo Naoko, tomando a su hijita, quien chupaba el celular del karate keeper
Ken se fue, luego de recuperar su babeado celular, seguido por la mirada curiosa de Naoko.
-Qué tanto ves –indagó Saki, mientras sazonaba su comida
-A Ken, ¿tú lo ves a él o Paola como padres?
-¡Qué! –se atragantó la colombiana
-No sé, para mi que pintan como padres
-No lo creo, aun están jóvenes –aclaró Saki, recomponiéndose de la atorada
-Sería lindo...
-Mejor déjales la decisión a ellos
Pero Ken y Paola, que bromeaban entre ellos, no eran el punto de atención sólo de Naoko y Saki, porque Jun también los seguía de reojo.
-¡Comida! –exclamó Shimano contento, sentándose a la mesa, con el cabello mojado
-Sólo no te vayas a atragantar –advirtió Matías, retomando su lugar junto a Saki, que veía con agrado que el look con cabello mojado le sentaba mejor- Che, Saki, ¿podés pasarme el aceite?
-¿Eh? –balbuceó Saki, que seguía con una gran sonrisota en la cara
-El aceite –repitió Matías extrañado
-Ah, sí. Perdón –reaccionó la colombiana, pasándole el aceite
Sin querer, como sabiendo que Jun estaría mirándola con cara de reproche, miró hacia él y lo notó distraído en un extremo de la mesa. Dirigió su vista allá y se encontró con Paola y Ken, que conversaban sobre algo. No le pareció muy extraño, sin embargo había algo que no le latía bien a la gemela del chico, y nada tenía que ver con su corazón XD
-¿Qué sucede?
-No, nada en especial –dijo Jun, sacudiendo un poco su cabeza.
-Entonces, ¿por qué te quedaste mirando a Paola y Ken tan fijamente?
-Es que… Si prometes no contarle ni a Ta-kun, te digo por qué tenía tomada de la mano a Paola.
-Ni siquiera mi pata derecha lo sabrá –respondió la hermana de Jun, guiñando un ojo.
Acto seguido Jun le contó el episodio con el pervertido, y cómo fingió ser novio de Paola para librarla del acosador.
-Eso fue muy noble de tu parte, hermano –Saki sonrió, dándole un abrazo.
-Tenía que hacerlo. Sabes que detesto a los viejos verdes, y se notaba que ése era un petardo de quinta.
-No eres el único que piensa eso.
-Sí… Shinji también habría hecho lo mismo, creo…
-No sólo él. Cualquiera de los que estamos aquí habríamos hecho lo mismo.
-¿De qué hablan? –preguntó Matías, quien se había hecho el sordo para no molestarlos.
-Esto…
-Anda, Jun… Recuerda que él es también amigo de Paola y tiene derecho a saberlo.
-Vale… -y una vez más el colombiano relató lo sucedido.
-Cómo quisiera haber estado allí y dejar a ese boludo en el piso (¿Sonó muy grosero? Naah...)–dijo Matías finalmente. –Che, te felicito, Jun. Sos un bárbaro.
-Ni tanto… Es sólo que no soporto que se metan con mis amigos y amigas, y además ese tipejo estaba acosándola.
-Esto… Voy a ir al baño –dijo Saki. –Creo que tomé demasiado refresco.
-Ten cuidado –dijeron Jun y Matías a la vez, mientras la colombiana iba al baño, algo cautelosa.
-Ahora sí, ¿de qué querés hablar? –preguntó el argentino.
-Bueno, quería disculparme por haber actuado como un petardo.
-¿Como un petardo?
-Esto… Rayos, se me salió el colombiano. Quise decir, el haber actuado como un idiota. Es que tanto mi hermano mayor como yo protegemos mucho a Nat… Saki
-Sé que se llama Natalia.
-Ah, OK. Mi hermano mayor, David, y yo protegemos mucho a Natalia porque es nuestra única hermana…
-Y te molesta que alguien que no sea tu cuñado sea tan cercano. Decime una cosa, Andrés. ¿Cómo reaccionabas con los amigos de tu hermana cuando vos eras un pibe?
-Eran amigos de nosotros dos, y además Reiji no… Oh, lo siento… Reiji es un amigo de ella y mío que fue novio de Saki.
-Conocí a Reiji hace un tiempo. No te preocupés.
-Vale… Bueno, en todo caso, no puedo evitar ser desconfiado. No quiero que nada le pase a mi hermana.
-Che, no te preocupés, que yo jamás le haría daño a Saki. Ella es una amiga muy especial y ni loco la lastimaría.
-Eso espero –dijo Jun, mucho más aliviado.
-Si yo tuviera una hermana como ella, yo también la protegería como vos.
-Bueno… Espero que me puedas disculpar.
-Disculpa aceptada –y tanto el colombiano como el argentino hicieron las paces.
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Para quienes no lo sepan, los hinchas de Boca Juniors y River Plate de Argentina son rivales acérrimos
