Capítulo once

Esa respuesta dejó a Darío tan callado como ratón de iglesia. Iba a alegar algo mordaz y muy seguramente hiriente al respecto, pero la mirada fría de Paola lo detuvo. Así que no le quedó otra que hacer una mueca de disgusto y salir de aquella habitación. Mientras Ken permanecía mirando fijamente a Paola y Jun de forma alternativa.

-Hoy dormiré aquí contigo, si no te molesta –anunció Ken seriamente

-¿Co...conmigo? –tartamudeó Paola sorprendida

-¿Hay algún problema con eso? –insistió el portero, mientras Jun lo miraba con extrañeza

-Este... –dudó ella apenada

-Si es por mi hermana y por mi, no te preocupes Paola –le dijo Jun resuelto- Si tienes un par de futones que prestarnos, podremos acomodarnos en algún otro lugar

-Me parece bien –dijo Ken con una media sonrisa, mientras su novia lo miraba con enojo

-Lamento esto Jun, y sí, les daré unos futones que tengo y sobre los cuales los demás no quisieron dormir –alegó Paola

-Gracias –contestó el colombiano con amabilidad, presintiendo que lo mejor en ese momento era la retirada

Y dicho y hecho, una vez que salió escuchó a la pareja iniciar una discusión. El muchacho no pudo evitar sentirse culpable, pero aun no tenía claro el por qué. Iba pensativo rumbo a la habitación de Paola a sacar su maleta, cuando se topó con una sonrojada Saki que salía de la habitación de huéspedes seguida por Matías, por lo que pese a las aclaraciones ya hechas, no pudo ignorar la punzada de desconfianza que lo atacó en ese momento.

-¿Y? De quién era el regalo –preguntó Jun evitando más reclamos al respecto

-No sé, tampoco éste tenía remitente –replicó su hermana algo incómoda

-Pero es un lindo regalo –comentó Matías sonriendo- Quien se lo dio, se nota que se muere por tu hermana

-Je, no exageres Matías –pidió Saki apenada

-¿Quién será, eh? –inquirió Jun sin dejar de mirar al argentino con sospecha

-Y...qué sé yo –lo evitó él, dirigiéndose a buscar su bolsa de dormir

-No creerás que... –murmuró Saki al descubrir que por la mente de su hermano pasaba la misma sospecha (por algo son mellizos nn)

-¿Matías?

-Ahá...

-No sé, se comporta de manera sospechosa, pero no creo que se atrevería –comentó Jun

-¿Verdad que no? -confirmó Saki más como tratando de convencerse a sí misma- Oye ¿y Paola?

-No la busques ahorita, ella y Ken están lidiando con un pequeño desacuerdo en la cocina –explicó su hermano

-¿Desacuerdo? ¿y ahora por qué están peleando?

-No sé –fingió Jun demencia y fue por sus cosas, dejando a su hermana pensativa

Rato después la familia Imai descansaba en su respectiva habitación. Kazuki y Matías yacían encamados en sus lugares de siempre, mientras Darío ya dormitaba. Saki y Jun se pusieron a arreglar cerca de ellos, en el living del departamento, sus futones. Paola y Ken, luego de salir muy serios de la cocina se encerraron en la habitación de la chica.

Una vez acostado Jun no podía dejar de mirar con curiosidad la puerta del dormitorio de Paola, donde continuaba el "adorno" de papel hecho por Shimano.

-Ya se les pasará, no te preocupés –le dijo Kazuki al notar su inquietud

-Estaban muy molestos –murmuró el colombiano

-Siempre pasa –dijo Darío, que aunque continuaba con los ojos cerrados no había estado durmiendo- Se pelean como perro y gato pero luego solucionan todo

-Eso me consta –agregó Saki convencida, mirando el techo

-Ahumm... –bostezó Matías- Los dos son celosos y hasta ahora no lidian muy bien con eso

-¿Pero de qué podría él estar celoso ahora? –indagó Saki curiosa

-Quién sabe –contestó Kazuki, parándose para apagar la luz y retornando a su lugar- Pero mejor es no averiguarlo

Aun pensativa Saki se puso de pie para ir al baño, la tenue luz de los faroles de la calle que se colaba por las cortinas iluminaba débilmente el living. Cuando volvió se quedó parada frente a la puerta de la habitación de su amiga.

-¿Creen que si yo...?

-Mejor no entres –recomendó Kazuki tranquilamente, echándose de vientre y acomodando su almohada para luego abrazarse a ella

-¿Por qué no? –preguntó la melliza con inocencia XD

-Jajaja, porque deben estar reconciliándose –rió Matías sin poder evitarlo

-¿De qué hablas? –inquirió Jun curioso

-Par de ingenuas palomitas –se burló Darío- Se creyeron el cuento de que Paola visita a Ken y cada quien duerme en camas separadas ¿no?

-¿Era cuento? –se escandalizó Saki, a punto de iluminar, a la par de su hermano, el lugar con su roja cara- Pero...pero ella dijo...

-Sabemos lo que ella dijo –replicó Kazuki bostezando- Pero es obvio que ella no admitiría las cosas que realmente hace cuando está aquí

-¿Y lo dices tan campante? –le reclamó Jun- Se supone que es tu mejor amiga

-Y lo es, pero con una recomendación creo que basta –contestó el muchacho

-¿Qué recomendación le diste? –preguntó esta vez Darío intrigado

-Cuídense –rió Matías, mientras los colombianos se sentían incómodos

-¿Genzo no lo sabe, verdad? –interrogó Jun preocupado

-¿Bromeas? Si se entera desbautiza a Ken –respondió Kazuki divertido

-¿No le dirás, verdad Saki? –preguntó Darío con desconfianza

-¡Claro que no, por quién me tomas! Es la vida privada de Paola y yo no tengo por qué estar divulgándola –se defendió la muchacha

Luego de tal afirmación nadie dijo nada más. Después de unos minutos Saki escuchó los resoplidos de alguien que dormía. Ella y se hermano estaban como lechuzas, con los ojos abiertos de par en par y los oídos más que aguzados para captar sonidos extraños XD, ella con Ta-kun dormido en su regazo. De pronto escucharon risas en el interior del dormitorio de Paola, lo que les devolvió a ambos el color esmeralda en los rostros. Saki se quedó congelada tratando de no imaginar la cara que pondría Genzo si se enterara de aquello, mientras Jun intentaba ocupar su mente en repasar algún lejano partido para distraerse. Entonces la puerta se abrió y la luz central se prendió. Saki fingió dormir, pero por un resquicio de los párpados miraba interesada: en el umbral de la puerta apareció Paola, toda despeinada, con el cabello cubierto de algunas plumas blancas y escupiendo otras tantas por la boca. Murmuró algo en alemán mientras iba y volvía de la cocina con un par de vasos de jugo. Acto seguido apagó la luz y cerró la puerta tras de ella.

-¿Qué le habrá pasado que salió así? –preguntó Jun, sabiendo de antemano que su hermana no dormía

-Qué sé yo...

-Con menudo grupo de locos nos vinimos a relacionar –bufó el mellizo Aiza

-Jejeje –rió por lo bajo su hermana- ¡Pero como nos divertimos!

Matías, quien no estaba dormido, sonrió ante el comentario; creyendo que aunque en apariencia podían ser muy similares, las personalidades de esos mellizos eran como el agua y el aceite.

Minutos antes, en la habitación de Paola...

-Y...¡tiempo! –exclamó Ken viendo su reloj

-Tiempo de qué –refunfuñó Paola quitándose los zapatos

-Ya pasaron los diez minutos de "silencio molesto" –le dijo Ken, sentándose sobre la cama

-¿De qué hablas? Jamás impusimos un límite para el enojo –reclamó la joven

-Quizá tú no, pero durante todo este tiempo lo planeé yo solo –respondió el karate keeper con una dulce sonrisa

-Se nota que tienes mucho tiempo para aprovechar

-Pues sí...

-¿Acaso no sales con tus viciados compañeros de equipo?

-Jajaja, a veces sí, a veces no...

-Me parece que son más "no" que "sí" –bromeó Paola con una sonrisa

-¿Me tachas de aburrido? –fingió indignarse Ken

-No, sólo de conservador

-¿Conservador?

-Claro, te encanta conservarte en casa, jajaja

-Chistosa –refunfuñó él, arrojándole suavemente una almohada

Paola sonrió maliciosamente, tomó otra almohada ¡y la guerra empezó! De manera que minutos después el dormitorio estaba cubierto de blancas y suaves plumas de ganso.

-Fuchi... –murmuró Paola, escupiendo algunas plumas de la boca- Todo por reír y atacar

-Jaja, pareces otro ganso –se burló el japonés

-Ja, ja. Ya me dio sed, ahora vengo –le dijo su novia, saliendo aun con plumas en la cabeza y la boca

Salió y notó que todo estaba a oscuras, así que para no correr el riesgo de tropezar contra alguno de sus amigos, decidió prender la luz. Fue hasta la cocina por un par de jugos y luego regresó a su dormitorio, sin percatarse que los gemelos Aiza no estaban dormidos. Entró y descubrió que Ken yacía sobre su cama, completamente dormido. Por lo que no pudo evitar mirarlo conmovida. Así que dejó los vasos en su mesita de noche y se acostó abrazando al muchacho.

Al día siguiente Saki fue la primera en despertarse. Buscó con la mirada al desaparecido Ta-kun y lo encontró durmiendo en brazos de Kazuki (conozco a un par de chicas que morirían por ser Ta-kun ese momento XD). Recogió silenciosamente su futón y lo arrinconó allí mismo. Entró a la cocina para preparar el desayuno de todos, cuando apareció Paola, bostezando.

-Buenos días –saludó su amiga

-Hola Pao –saludó la colombiana, algo apenada al recordar la noche de ayer- Y...¿cómo dormiste?

-Bien, ¿y tú?

-Igual...

-Hola –saludó Darío secamente, dándole a Paola un beso en la mejilla

-¿Quieres jugo de naranja o pomelo? –le dijo su amiga, abriendo el refrigerador

-Pomelo, gracias –contestó el uruguayo

-Este...¿hablaste con Esmeralda? –preguntó la germano japonesa

-No –respondió Darío, viendo de reojo a Saki, mientras Paola le servía jugo en un vaso

-¿Familia tuya? –quiso saber Saki, más que por curiosidad, por tratar de hablar algo con Darío, que había sido uno con los que menos se relacionaba

-Algo así –dijo el muchacho, sin mostrar mucho interés en entablar una conversación con ella

-¿Café? –preguntó Paola, poniéndole agua a la cafetera

-Gracias

-Eh...voy a ver si ya despertaron los demás –dijo la colombiana, percatándose que el chico no aflojaría tan fácilmente, sintiendo un poco de molestia frente a su actitud altanera

-¿Pasa algo? –le preguntó Paola cuando Saki se fue- Parece como si los Aiza te desagradaran

-Me dan igual –confesó Darío tranquilamente- Sabes que no tengo muchos amigos, y la verdad no me llama la atención el que ellos sean parte de mis amistades

-No seas injusto Darío –le pidió su amiga

-No soy injusto, soy como soy –concluyó el uruguayo, saliendo de la cocina

-Ya levántense –les decía Saki a los otros, cuando vio a Paola salir tras de Darío, hacia el jardín

Como ninguno se levantaba fue tras de ellos. Al llegar al jardín los encontró sentados en una banca de madera que allí había.

-¿Qué pasó? ¿por qué no hablaste con Esmeralda? –le dijo Paola, Saki se mantuvo detrás de un árbol cercano para no ser vista

-La internaron otra vez –contó Darío, con dolor en la voz- No lo entienden, sólo en casa estará bien

-Pero Darío, si la internaron quizá fue porque lo necesitaba

-¡No Paola! Lo que menos necesita Esmeralda es estar metida en un psiquiátrico –exclamó el uruguayo con desesperación, dejando a Saki helada con el comentario

-Darío, la esquizofrenia es una enfermedad poco a poco invalidante y que requiere supervisión médica

-Esmeralda no necesita un médico, me necesita a mi –aseguró el muchacho

-Pero no puedes aparecerte así como así

-¿Y por qué no? Yo necesito verla y ella necesita verme a mi

-No te reconocerá si le dio una de sus crisis

-Lo hará, porque siempre lo ha hecho aun en sus peores momentos

La chica Aiza no pudo seguir escuchando, sentía que estaba inmiscuyéndose en un tema muy personal de Darío, así que sigilosamente como llegó, decidió irse de regreso al departamento. Una vez allí descubrió que sus demás amigos estaban ya desayunando, embromando a Ken por su estancia nocturna en el lugar, mientras Ta-kun la saludaba con un "naaa" de buenos días, y continuaba tomando la leche que Eirina le había servido en un pequeño plato.

-Ya les dije que me dormí –refunfuñó Ken, tomando un poco de leche

-Sí claro, ahora se le dice dormir –se burló Matías

-Acéptalo. De todos modos aquí no está Genzo como para degollarte –insistió Kazuki

-Pero está Saki –bromeó Matías, al notar la presencia de Saki, quien fingió enojarse y lo golpeó en un hombro- ¡Ouch! Eso me dolió

-Pues entonces no digas tonterías –lo regañó la colombiana

-Mi hermana no es ninguna chismosa –alegó Jun

-Yo no dije eso, huacho –se defendió el argentino- Sólo era una broma

-Mejor dejate de hinchar las que ya sabés –le aconsejó Kazuki divertido- O este par te las parte, jaja

-¡Por Maradona! Eso sería horrible –exclamó Matías divertido

-Dejen sus vulgaridades cuando está presente una dama –replicó Ken molesto

-¿Cuál dama? –preguntaron los argentinos al unísono, logrando que Saki los fulmine con la mirada y Ta-kun los mire molesto por el comentario

-Hasta que despertaron –dijo Paola, quien con su intervención los salvó de una muerte segura XD

-Dormimos solos y como lirones –dijo Matías, ignorando la entrada silenciosa de Darío

-¿Y por qué mencionas eso de "solos"? –inquirió Paola, saludando a su novio con un beso, provocando incomodidad en Jun XD- ¿No será envidia?

-Y envidia por qué

-No sé, dímelo tú

-Mirá, si Saki no estuviera comprometida, creeme que lo intentaría con ella para no pasar noches tan solitarias –alegó Matías, rodeando a la aludida por los hombros con un brazo, guiñándole un ojo- Pero no le haría eso a tu primo

-Je, qué chistosito –murmuró Saki muy incómoda, zafándose ruborizada

-¡Qué abnegado! –se burló Paola, mirando divertida a su sonrojada amiga, mientras acariciaba el lomo del gatito negro

-Oigan, apúrense, que quedamos de vernos con los muchachos para ir a surfear –anunció Ken, apurando su desayuno

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Jaja, recuerden, Ken no es celoso "sólo es escéptico" XDD

¡Ni crean que Paola y Ken viven la vida loca! Naah...es sólo que no son unos mojigatos XDD

¡Ahhhhh! ¡mentes sucias los que imaginaron la manera en que Paola y Ken se estaban "reconciliando"! XDDDDD Igual y el tema no pasó a "mayores" porque este es un fic puritano e inocente (y Saki se asegura de aquello nn)

Y si lo pensaste ¡atinaste Samael! Con el par de chicas que quisieran suplantar a Ta-kun junto a Kazuki ¡me refería a ti como una de ellas! XDD

Eso de ignorar a "la dama", me inspiró al recordar lo que Tsubasa le dice a Sanae en un capítulo del anime antiguo XDD

Esmeralda es otro personaje creado por mi, o sea Tsuki nn