Dark Janubis no es dueña de yugioh! Ni de ninguno de sus personajes
Un cruento hallazgo
Ya habían pasado varias horas desde que Yugi había desaparecido. Todos sus amigos habían vuelto a la tienda y ahora estaban sentados en la sala esperando a que algo o alguien les diese alguna pista del paradero del pequeño duelista. Ryou, Bakura, Joey, Tristan, Tea, Yami y el Sr. Mutou, quien había llegado a casa solo para enterarse de lo ocurrido, estaban totalmente nerviosos. Al no encontrar otra salida, el Sr. Mutou había decidido llamar a la policía. Esta situación no le agradó en nada a Yami, quien no podía evitar el sospechar que quizá algún duelista de las sombras hubiese secuestrado a Yugi, caso en el cual, ningún policía podría hacer nada. Pero terminó accediendo puesto que no se le ocurrió ninguna otra opción. El ambiente del lugar era tan denso que podía cortarse con un cuchillo.
-Realmente espero que este bien- dijo Ryou para romper el silencio.
Joey también.
Yami estaba caminando de lado a lado con el rompecabezas en sus manos. Bakura lo notó y no pudo evitar dar su opinión.
-Ustedes, mortales, se preocupan demasiado, ¡quizá el tonto hikari del faraón sólo sigue de paseo!
Antes de que alguien se diese cuenta, Yami ya estaba sobre Bakura sujetándolo del cuello de su camisa y chocando su frente contra la del otro espíritu.
-Cierra tu boca o la pasarás peor que en el reino de las Sombras, ¡¿entendiste ladrón de Tumbas?!
-¡Tu no me mandas faraón, además yo podría tener razón!-Bakura luchó por liberarse, pero Yami tenía la ventaja de la ira.
-¿VES ESTO? - dijo mostrando el rompecabezas, casi empotrándolo en la cara de Bakura-. ¡SI ESTO ESTA AQUÍ MIENTRAS YUGI ESTA ALLÁ AFUERA, ALGO ESTA DEFINITIVAMENTE MAL!-al oír sus propias palabras empezó a soltar a Bakura-. Yugi nunca va a ningún lado sin el rompecabezas... ¿por qué se lo quitaría y lo arrojaría ahora?- dejó caer a Bakura puesto que había perdido las fuerzas.
-Bueno quizá quiso deshacerse de ti por un tiempo y en un arranque de ira lo arrojó- la tranquilidad con que Bakura dijo esto le incitaron a Yami ganas de golpearlo-. Después de todo, si yo fuera él, ¡también desearía alejarme de tu obsesiva persona!
Yami estuvo a punto de ir a golpear al imprudente ladrón cuando de pronto oyó un gemido y una caída. Al voltear notó que Bakura estaba en el suelo, una mano en su rostro y una expresión de perplejidad.
"¿pero quién...?"Se preguntó.
-¡MAS TE VALE QUE TE CALLES O YO ME ENCARGARÉ DE CALLARTE!
Yami quedó tan atónito como Bakura al ver a Ryou gritándole a su yami después de haberle dado un puñetazo.
Bakura sólo podía observar asombrado a su hikari. Nunca ni en sus más lejanos sueños habría pensado que Ryou tendría el valor para golpearlo y menos para amenazarlo. Y por más extraño que parezca no se sentía enojado, más bien algo preocupado al ver que Ryou estaba llorando silenciosamente. Desde ese instante, Bakura no dijo nada más y todos volvieron a lo que estaban.
Ooo
Estaba agotado, adolorido y muy, muy cansado. Tenía frío, hambre y más que nada, mucha sed. Yugi despertó para encontrarse otra vez sólo en la oscura habitación. Su captor se había retirado después de 'jugar' unas horas con él. El pequeño joven yacía en el suelo. Quería levantarse, pero no podía. Ya no estaba atado. Su captor lo había soltado de sus ataduras diciendo que podía moverse cuanto el quisiese, claro, si es que aun podía. Pero Yugi simplemente no pudo, no tenía las fuerzas, y aunque las tuviese su cuerpo le dolía tanto que no podía levantarse. Esto era por mucho, peor que cualquier paliza que hubiese recibido durante toda su corta vida.
-Yami... chicos... abuelo...-susurraba Yugi mientras de su rostro caían lágrimas de desesperación.- perdónenme...
Yugi se sentía muy mal y estaba seguro que también estaba haciendo preocuparse a sus amigos, ese pensamiento lo angustiaba más.
Aun tenía la esperanza de que lo ayudasen, pero como su captor lo dijo, aun habrían muchos 'juegos' antes de terminar.
La oscuridad de la habitación lo asustaba, pero podía soportarla. Es más, estaba empezando a agradarle el no ver luz, puesto que la luz significaba que ése hombre había regresado para seguir con su sádica forma de 'diversión'. Yugi se mordió el labio inferior en un esfuerzo por no gemir del dolor que su pierna le hacía sentir. Tal vez, estaba rota… pero no podía moverse para mirar.
"debo re...sistir" pensaba con todas sus fuerzas. Intentó dormir un poco, pero pronto se dio cuenta que no podría volver a dormir, no hasta que pudiese salir de ahí.
Ooo
Ya era de día y todos se habían quedado dormidos en donde estaban. El Sr. Mutou en un sillón; Joey, Tristan y Ryou en otro; Bakura sobre la alfombra; Tea en el último sillón vacío; y Yami sentado recostándose a un lado del sillón de Joey y los otros. Todos estaban inconcientes cuando de pronto el timbre sonó volviéndolos a la 'vida' de una forma un poco brusca. El Sr. Mutou fue a abrir la puerta mientras los otros se desperezaban.
-Buenos días, ¿en que puedo ayudarles?- dijo el abuelo al hombre parado enfrente de él y a la mujer detrás. Ambos vestían uniformes de policía.
-Buenos días, usted es el Sr. Solomon Mutou, ¿verdad?- preguntó el hombre
-Sí, lo soy.
-Mucho gusto Sr. Mutou, soy el detective Mark Lenik y ella- dijo señalando a su compañera-. es la detective Lisa Miller, hemos venido por que usted reportó la misteriosa desaparición de su nieto, ¿verdad?
-Sí… pero, pasen.
Ambos entraron y se dirigieron a la sala donde encontraron a todos los presentes que obviamente padecían de la falta de sueño que un caso como ese ocasionaba.
-Muchachos, este es el detective Mark Lenik y ella es la detective Lisa Miller.
-Buenos días- respondieron todos.
-Bueno creo que será mejor que tomemos asiento y nos ayuden a ver con qué contamos- dijo Lisa.
Todos tomaron un lugar en la sala y los detectives empezaron a hacer sus preguntas.
-¿dónde fue la última vez que vieron al joven Yugi Mutou?
-Aquí mismo Sr. Lenik, en la tienda de juego, antes de que se fuera corriendo- respondió Tea.
-¿Tienen idea de adonde fue?
-Si, sabemos que corrió dentro de la ciudad Srta. Miller-dijo Joey.
-¿Cómo lo saben?
Nadie sabía cómo responder a eso.
-Él hizo una llamada y nos dijo dónde había estado, pidió que lo fuésemos a recoger, pero la llamada se cortó, mas antes pude oír que pedía ayuda- dijo Yami, cubriendo las partes que involucraban algún tipo de conexión mística para no quedar como loco.
-Y ¿usted es?- pregunto Sr. Lenik.
-Yo soy su hermano- a Yami le dolió mentir sobre su relación con su hikari, pero no le quedaba de otra.
-¿Alguna otra información que puedan darnos?-dijo la detective.
-Si- dijo Ryou-. Después de caminar varias cuadras buscándolo encontramos eso- señaló al rompecabezas en las manos de Yami-. Es una de las posesiones más valiosas de Yugi, sabemos que él nunca se lo quitaría a voluntad. Por eso pensamos que algo malo pudo pasarle.
-Además del hecho que lo hallamos muy lejos del punto de dónde él llamó- agregó Bakura.
Yami notó que los detectives estaban compartiendo miradas sospechosas entre sí. Pudo ver con claridad que algo estaban pensando, pero fuese lo que fuese, por las expresiones en sus rostros, no parecía nada bueno.
-Lisa, ¿por qué no... Traes el mapa del auto?
-Claro, enseguida.
La detective salió con gran rapidez de la habitación.
-Disculpe Sr. Mutou, ¿tiene alguna imagen de su nieto?
-Claro detective.
El abuelo se puso de pie, fue a la cocina y regresó con una foto de su nieto frente al mostrador de la tienda de juegos.
El detective la observo y no pudo evitar que su rostro mostrase algo de preocupación. Justo en ese instante su compañera regresó con un mapa en sus manos.
-Aquí tienes Mark.
El detective lo expandió sobre la mesa de centro y pidió que los muchachos indicasen el punto de dónde su amigo llamó y dónde habían encontrado el objeto. Con gran rapidez y casi conociendo los puntos de memoria, Bakura ubicó ambos puntos, se notaba que le gustaba explorar la ciudad.
Los detectives permanecieron en un silencio perturbador, como si no se atrevieran a decir lo que les pasaba por la mente.
-Mark, ¿no crees que pueda ser?
-No lo sé Lisa, pero... mira esta foto del muchacho y dime tu lo que crees.
Lisa tomó la foto. Apenas la vio su rostro palideció como si hubiese visto a un fantasma.
Yami ya no lo soportaba más. Esos detectives sabían algo y ¡él ya no aguantaba la angustia de no saberlo!
-Por favor- dijo Yami tratando de calmarse-. Podrían decirme lo que están pensando, ¿qué le pasó a Yugi?- su voz se oía llena de desesperación
-Bueno...-Mark normalmente no diría estas cosas sin más investigación, pero las pistas eran tan claras que no se podía negar. Miró a su compañera, quien le puso una mano en el hombro como soporte emocional ante lo que estaba por explicar- ... creo que sabemos quien tiene a su hermano.
-¿quién?
Tomaron asiento y el detective comenzó a hablar como si fuese la tarea más difícil de su vida.
-Verán... con lo que nos han dicho podemos comparar este suceso a una serie de casos que han presentado similitudes alarmantes- se detuvo y pasó saliva con algo de dificultad, todos en la habitación estaban tan callados que se podría oír la caída de un alfiler- Creemos que Yugi podría ser la victima de un criminal apodado "sombra" puesto que siempre se ataca desde la oscuridad y esconde su rostro bajo una capucha.
-Mark ha perseguido a ese criminal desde que cometió su primer rapto... pero siempre se le ha escapado- dijo Lisa.
-Pero que es lo que hace, ¿es un secuestrador?- Joey estaba empezando a perder la calma como todos los demás.
-Me temo que nunca hemos podido recuperar a sus víctimas- las palabras del detective cayeron como una avalancha sobre todos.
-Quiere decir que... él los...los...-Tea no se atrevía a terminar su oración por temor a una afirmación.
-¿Los mata? Si, es exactamente lo que hace- había un gran dolor presente en la voz del detective-. Pero no sería tan monstruoso si sólo los matase y ya – presionaba tanto sus manos que sus nudillos estaban blancos.
-¿De que habla?-preguntó Bakura.
-Disculpen a mi compañero. De lo que se refiere es que... cuando ese asesino atrapa a su victima, le infringe cientos de torturas, tantas que realmente cuando encontramos los cuerpos... no se podía probar a ciencia cierta como los había… bueno, ya saben.
Todos permanecieron callados. Cada uno de los presentes solo podía pensar las cientos de mórbidas torturas que Yugi estaba sufriendo.
-Pero quizá no sea él, quizá se equivocan- el abuelo no quería aceptarlo y se aferraba a la posibilidad de que los policías se equivocasen.
-Si, ¿cómo están tan seguros?-dijo Tristan esperando que dijeran que no lo estaban.
-Porque todas las piezas encajan- Mark no quería ver los rostros de los presentes.
-Lo que él quiere decir es que su amigo encaja perfectamente en el patrón de todas las víctimas. Desapareció en el rango de todas las desapariciones, cómo siempre, la primera pista de su rumbo fue hallada a gran distancia, sin mencionar que cualquier otro ladrón nunca habría arrojado un objeto que aparenta tan gran valor- con cada frase, los muchachos se convencían más-. Además, la apariencia de este joven es de un niño de doce o trece años. Ese criminal... siempre rapta niños débiles para verlos sufrir... hasta que...
-Ya entendimos- dijo un decaído Ryou-. Pero, ¿acaso no hay ninguna forma de salvar a Yugi de ese Sádico Maniaco Asesino?
-De sus nueve víctimas hasta ahora... nunca hemos podido salvar a ninguna -dijo Mark, poniéndose de pie-. Pero eso no quita que lo vamos ha intentar, aunque el tiempo no este de nuestro lado-. Volteó a ver a todos los presentes y vio tanto dolor que lo hizo sentir comprometido-. Sr. Mutou, le aseguro que encontraremos a su nieto lo antes posible, ¡y que daré mi vida por traerlo a salvo a casa!
-¡Igual yo!-dijo la detective, contagiada por el entusiasmo de su compañero.
-Se los agradezco mucho Detectives - agradeció el abuelo.
-Llámeme Mark
-Y a mi Lisa
Con eso salieron rápidamente dando su número telefónico para cualquier caso al abuelo. Una vez fuera los detectives, los chicos y el abuelo ver su desesperación.
-¡Demonios! ¡Esto no puede estar pasando!- dijo Joey
-Ese hombre va a... o pobre Yugi- dijo entre lágrimas Tea
-¿Por qué? ¿Por qué Yugi?!- gritaba Tristan
Ryou sólo lloraba en silencio igual que el abuelo Mutou. Yami por su parte estaba tan consternado que ni siquiera parpadeaba, estaba como en trance. Bakura por su parte estaba harto de este pequeño despliegue de dramatismo.
-¡YA BASTA!- su gritó sacó a Yami de su trance-. ¡Acaso creen que gimotear, gritar o lamentarse traerá a Yugi de vuelta! Son patéticos. Incluso tu Faraón. ¡Díganme, acaso van a llorar y esperar que esos ineptos mortales traigan un cadáver a casa! ¡Despierten, si quieren recobrar a Yugi tendrán que moverse y hacer algo en vez de quedarse llorando como unos tontos!
-¿Y qué quieres que hagamos?- preguntó Yami, sorprendido de que Bakura se interesara en los demás.
-Buscarlo, que más, tonto faraón, ¡es tu hikari no puedes encargárselo a alguien más!
-Pero, ¿cómo podríamos encontrar a alguien secuestrado, en toda una ciudad?- preguntó Joey.
-Con un poco de ayuda, Wheeler- se oyó desde la entrada de la sala, todos voltearon para encontrar a la persona menos esperada...
-¡KAIBA!- dijeron al unísono.
Ooo
Yugi podía sentir el sabor de la sangre en su boca y cada parte de su cuerpo hervía en ardiente dolor. Costaba toda su energía evitar gritar, gritar sólo causaba que su atacante disfrutara lo que hacía. Yugi aun trataba de aferrarse a la idea de que lo ayudarían, pero con cada segundo de tortura y sufrimiento, la esperanza parecía más lejana. Con cada segundo que pasaba, su fe se escurría de sus manos como la sangre por sus brazos. Pero aun así, se juró así mismo que no se daría por vencido. "quiero ver...ver a mis...amigos otra vez… aun no me he… disculpado…" pensaba, mientras sentía el ardor en su espalda de los golpes que recibía. Las lágrimas caían de su rostro, pero él no se rendiría.
