Dark Janubis no es dueña de Yugioh! Ni de ninguno de sus personajes!
Un alma desgarrada
Cuando Yugi hubo terminado de hablar con el detective Mark, decidió haría lo que sus espirituales amigos le dijeron y les daría una visita a sus amigos. Por esta razón, en ese instante, Yugi caminaba por una calle conocida, ya que sabía bien cual sería su primera parada.
-Ahí es...sólo espero que Ryou este bien...-con eso se acercó al edificio donde vivía su amigo.
Yugi caminaba por los pasillos abandonados, puesto que la mayor parte de la gente ya estaba dormida a esa hora. Pero, si dejaba ese hecho de lado, parecía que estuviese yendo a visitar a Ryou como lo había hecho ya tantas veces en el pasado. Después de que Yami y Yugi lograron hacer que Ryou se enfrentase a Bakura, ellos (Yugi y Ryou) se volvieron aun más unidos.
(Flash Back)
Ding Dong
Sonó la campana del recibidor. Yugi solo esperó unos segundos antes de que la puerta se abriera mostrando a un alegre Ryou.
-¡Yugi!...que gusto el verte, pasa, pasa-Yugi estaba apunto de entrar cuando se oyó un grito demandante resonar desde dentro.
-¡Ryou! ¡¿Dónde Rayos dejaste mi cereal?!
-¡En la alacena!
-¡¿EN la qué?!
-¡Olvídalo! ¡Espera a que llegue ahí!...-luego volteó a Yugi quien trataba de no reírse-Ah...Yamis, ¡siempre te vuelven loco!
-Al menos hasta que aprenden a manejarse a través de nuestros hogares...
Ambos amigos conversaron durante un buen rato, Ryou le contaba con emoción a Yugi lo sencillas que se volvían las cosas al no tener que temerle a Bakura. Ocasionalmente, Bakura pasaría por la habitación y le gruñiría a Yugi, quien sólo le daba una cálida sonrisa como respuesta. Después de todo, Yugi sabía que cuando un Yami se siente molesto, es mejor no arriesgarse a molestarle más.
(Fin de flash back)
Yugi se sentía algo triste porque esos recuerdos, ahora, se veían muy lejanos. Parecían meros sueños y temía la posibilidad de perderlos. Se acercó a la puerta de su amigo, pero antes de tocar el timbre se detuvo " ¡Ja! ¡Tonto de mí!...no puedo tocar el timbre, además, ¿para qué? Si puedo atravesar la puerta" sonriendo Yugi siguió su camino.
El departamento de Ryou siempre había tenido un aura un poco siniestra (a causa de Bakura y la presencia de la sortija), pero nunca como ahora. Yugi se sintió entrando en un pueblo fantasma, claro que, técnicamente, el fantasma era él mismo. El lugar era tétrico.
Una vez que notó que todo el lugar estaba en sombras, sintió que la mejor opción sería la habitación de Ryou. Así, que rápidamente se dirigió allá.
Cuando atravesó la puerta para verle, su alegría se desvaneció. Ahí, estaba Ryou, pero en un estado que Yugi hubiera preferido evitar tener que ver. Gracias a la tenue luz que atravesaba por una ventana, Yugi pudo ver el rostro de su amigo. Sus ojos estaban obviamente hinchados a causa de las lágrimas que había derramado. Estaba dormido, pero lo que sorprendía era en donde estaba dormido, porque Ryou había quedado dormido con la cabeza en el regazo de su Yami. Bakura estaba aun despierto y estaba mirando a Ryou dormir. En lugar de alejar la cabeza de su hikari, la estaba acariciando. Pasaba suavemente su mano por sus cabellos para ayudar a Ryou a descansar, de la misma forma que un preocupado hermano lo haría por su pequeño hermanito. Yugi miraba asombrado la increíble expresión de afecto que se reflejaba en Bakura. El único ruido en toda la habitación, era un suave silbido que escapaba a causa de la respiración afónica de Ryou. Yugi se acercó a su pobre compañero y tomó asiento en la cama. Colocó su fantasmal mano sobre la de su amigo. Ryou solo cerró un poco su mano. Fue entonces que Yugi levantó la vista hacia Bakura. Nunca podría haber pensado que el rostro del gran rey de los ladrones podría estar lleno de tanta compasión.
-Tranquilo Ryou...-empezó a susurrar Bakura-todo estará bien...no permitiré que nada malo te pase...
Yugi miraba sorprendido a Bakura. ¿Bakura estaba siendo como Yami había sido con él?...pero, ¿por qué?... ¿por qué ahora? quizá era el hecho de Ryou realmente necesitaba apoyo, o quizá el hecho de que Bakura pensaba que nadie más que él mismo podía oírle, pero estaba hablando con aprecio y comprensión.
-Sé que es difícil...la muerte siempre trae dificultades...pero tienes que ser fuerte...sé también que no fue justo...pero, Ryou, la vida no es justa...y por eso no permitiré que tu la arruines más para ti mismo...si algún día veo a la VÍBORA que asesino a tu amigo, juró por mi orgullo que lo enviaré al reino de la eterna oscuridad. No permitiré que tu vida este en riesgo...no fallaré en eso...-Entonces Bakura quedó quieto en silencio por un instante antes de continuar-Me pregunto...cómo estará el faraón...siempre pensé que verle sufrir sería divertido...pero nunca pensé que cuando lo viera sufrir sería por tal circunstancia...Quizá lo odie...pero nunca le desearía a nadie perder la mitad de su alma, soy cruel, pero considero que preferiría ir al reino de las sombras una eternidad, con tal de no perderte Ryou-con eso el Bakura recostó a su hikari en su cama y salió de la habitación.
Yugi miró a su amigo y sintió el deseo de llorar pero la frustración de no poderlo hacer por falta de un cuerpo físico para hacerlo. Se sentía tan mal, por traerle dolor a un buen amigo, pero sabía que no podría evitarlo. Al menos, ahora Yugi sabía que Bakura protegería a Ryou, incluso si no lo decía en voz alta; el gran rey de los ladrones tenía un corazón.
Luego de que Bakura se fue, Yugi se acercó más al rostro de su amigo y vio una expresión de depresión en él. Se acercó a su oído y le susurró un "lo siento Ryou" antes de salir de la habitación y abandonar el edificio.
oo
Después de caminar un largo rato, Yugi llegó hasta su segunda parada. Realmente nunca había estado dentro de esta casa, quizá en el jardín, pero no todos los días entras a la mansión Kaiba.
Él realmente no sabía a donde ir. Nunca había estado aquí, así que no era raro que terminase en la cocina o en un baño por error. De pronto, sintió una extraña energía que parecía llamarlo hacia un corredor. Yugi dejó que sus instintos lo llevaran y siguió el camino, con cada paso se sentía más cálido. Era como si esa energía le diera la bienvenida. Entonces, Yugi se percato de la luz que provenía de una habitación y sin pensarlo dos veces, ingresó.
Cuando estuvo dentro, sus ojos tardaron unos segundos en ajustarse a la luz. Al aclararse la imagen, Yugi vio una enternecedora escena. Ahí, estaba Seto, sentado en la cama de su pequeño hermanito y en sus brazos estaba descansando el pequeño Mokuba. El niño parecía usar el pecho de su hermano como almohada y mientras estaba profundamente dormido. Seto miraba a su hermanito y lo mecía un poco, como lo haría un padre a su bebé. Yugi los contemplaba y sentía como ese afecto empezaba a calentar el frío en su alma, aquel frío con el que había dejado la casa de Ryou.
-¿Mokuba?... ¿estas dormido?-preguntó Seto en susurros. Al ver que el pequeño no respondió, Seto se puso de pie con su hermano en brazos. Luego, con extrema suavidad, dejó al niño en su cama y lo cubrió con sus sábanas. Antes de irse, apagó la luz y miró a su agotado hermano, y dando un suspiro, se marchó de la habitación, con Yugi siguiéndole los pasos.
Kaiba tenía una expresión extraña en su rostro, o al menos eso era lo que pensaba Yugi. No había arrogancia, no había rabia ni resentimiento. Su rostro estaba calmado, no tenía ni una pizca de indiferencia, era una calma extraña. Kaiba parecía estar tranquilo, pero algo en el fondo de su mirada hacía que Yugi lo dudara. Era una extraña emoción...Yugi no podía estar seguro de lo que era.
Pronto Kaiba se detuvo frente a una gran puerta. Sacó de su bolsillo unas llaves y la abrió. Las luces estaban apagadas. Kaiba ingresó y Yugi lo siguió muy de cerca. De pronto la habitación se iluminó ya que Seto encontró el interruptor. Yugi miro alrededor y se dio cuenta de que era un estudio. Seto se dirigió rápidamente hasta su escritorio y prendió su computadora (¡Pantalla plana HD!) y empezó a buscar entre sus archivos.
Yugi sabía que no sería correcto espiar lo que alguien tiene en su computador, pero, realmente, estando muerto no era como si él fuese a contarle a alguien lo que Kaiba conservaba ahí. Por eso se acercó sobre el hombro de Seto y vio que tenía una página abierta. En el título decía casos de asesinato. Yugi estaba muy sorprendido, no sabía que Kaiba tenía una afición por esa clase de archivos policiales. Kaiba presionó el archivo y apareció un listado: Caso Thomas, Caso Jaylow...Caso Morti, Caso Sombra. A cada instante Yugi se ponía más nervioso. Kaiba había elegido el caso sombra. Luego apareció una descripción del criminal y en la parte baja había un botón en rojo que decía "Perfil de víctimas". Yugi vio cómo Seto se ponía cada vez más nervioso. El cursor se acercaba temblorosamente al botón y pronto sonó un Clic.
En la Pantalla apareció un listado de diez personas, diez nombres, pero lo que a Yugi le puso nervioso fue el nombre diez "Perfil: Yugi Mutuo". Yugi vio como Kaiba dudaba, y por un instante, Yugi hubiera deseado que Seto le oyese decir "no lo hagas, ¡por favor!", pero no pudo. Seto hizo un Clic y apareció el perfil en la pantalla:
Nombre: Yugi Motou
Edad: 16
Sexo: Masculino
Hora de muerte: 7:22 p.m.
Estado: Múltiples heridas. Huesos fracturados. Perdida de sangre.
Causa de muerte: Droga(desconocida).
Ubicación actual del cadáver: Morgue de estación de policías Domino.
Detective a cargo: Mark Lenik
Yugi estaba sintiendo que se desmayaría, pero como estaba muerto, eso no era posible... ¿o sí?. Aparentemente, saber que estaba muerto era una cosa, pero leer los datos explícitos, era otra. Luego, Yugi vio que Kaiba movía de nuevo el mouse. Angustiado miró la pantalla y vio el cursor acercarse a un botón en la pantalla que decía "Prueba de daño". Yugi no sabía que era, pero sentía que el frío regresaba a su interior. Quiso detener a Kaiba pero su mano solo pasaba a través de él mientras Kaiba daba un Clic.
Aterrorizado Yugi volteó a ver de nuevo la pantalla y lo que vio no le gusto nada. Ahí, había dos fotos suyas. Una era una foto que le tomaron en la escuela. Pero la otra...la otra era lo que lo espantó. La otra era una foto suya, no, más bien, una foto de su cadáver. Yugi podía ver el enfermizo color pálido de su piel, la sangre seca que cubría sus múltiples heridas, las marcas moradas, verdes y rojas de los golpes recibidos. De haber tenido un estómago físico, Yugi hubiera vomitado. Se sentía verdaderamente enfermo. Pero pronto un suave sollozo lo hizo voltear. Ahí estaba Kaiba con la mirada fija en la pantalla, pero de sus ojos, estaban cayendo lágrimas. Yugi nunca había visto a Kaiba llorar, ahora estaba sorprendido.
-Lo lamento... Mokuba… ¡LO LAMENTO!-gritó dando un fuerte golpe a la mesa-debí... ¡DEBÍ PENSAR MÁS RÁPIDO! pude haberle salvado, pero no, yo tenía que probarme a mi mismo que era más inteligente, en lugar de pedir ayuda en un comienzo... Quizá...-dijo mientras sollozaba-¡quizá si no hubiera sido tan arrogante, le hubiéramos podido hallar antes!
Yugi estaba muy acongojado, nunca pensó que vería a Seto Kaiba en tal estado. El sentimiento de culpa lo embargaba.
-Kaiba...no...Kaiba...yo...-Yugi tenía fantasmales lágrimas cayendo por su rostro pero no conseguía saciar su necesidad de llorar, sus manos le temblaban y empezaba a sentir que el frío volvía a recorrer su cuerpo-yo...lo lamento...no quería, no quería ¡CAUSARLES ESTE SUFRIMIENTO!
No pudo tolerar la ráfaga de frío y calló al suelo mientras lloraba y temblaba, se sentía culpable por causar tanto dolor a otros, sentía que era su culpa haber muerto, de verdad lo estaba creyendo. Pero algo hizo que detuviera su llanto, el sonido de un rápido tecleo. Yugi levantó la vista para ver a Seto tecleando con gran agilidad. Kaiba ya no estaba llorando y se había limpiado las lágrimas del rostro. Era extraño, parecía volver a aparecer un rasgo de confianza en él.
-¡Pero, no voy a caer!-dijo mientras una leve sonrisa aparecía en su rostro. Yugi estaba sorprendido, el frío empezaba a irse de nuevo, volvía a haber calor-¡No! ¡Nadie va a decir que Kaiba es un perdedor!-Yugi se sentía cada vez más contento-Ya lo verán, he de encontrar al asesino de Yugi y me asegurare de que vaya a prisión, y que se pudra por el resto de sus días tras las rejas! ¡Les demostraré a todos que Seto Kaiba nunca se da por vencido!
Yugi sintió un nuevo respeto hacia ego de Kaiba que le impedía caer completamente en depresión al darle ánimos para superarse. Además, Yugi sabía que contaba con Kaiba para hallar al asesino. No podía sentirse más contento. Lleno de esperanza y saltando (literalmente) de alegría, Yugi salió de la mansión y se dirigió su siguiente punto.
Ooo
En la casa de Joey...
Yugi buscó por todas partes a su amigo, pero no lo encontraba por ningún lado. En su habitación no se encontraba, pero Yugi pudo ver unas marcas extrañas en la pared. Estaba algo preocupado por su él, lo buscó y lo buscó, y cuando al fin lo encontró, Yugi no pudo evitar el caer de rodillas ante él. Joey había caído, exhausto, sentado junto al teléfono. Yugi pudo ver las marcas en sus manos y las lágrimas secas en sus mejillas. No necesitaba ver más… con lo que había visto era suficiente para saber exactamente como se encontraba Joey. Con una última mirada a su amigo, Yugi se marchó.
Ooo
Con Tristan las cosas fueron casi iguales que con Joey...quizá la diferencia era que Tristan estaba dormido en su cama y no tirado por ahí. Antes de irse, Yugi vio a su amigo luchar contra un mal sueño. No era necesario especular mucho para saber de que trataba.
Ooo
En la casa de Tea...
Yugi la vio dormir en el suelo junto a su cama. Su mirada reposó sobre el pequeño álbum de fotos. Y recordó la promesa que le hizo a Tea.
(Flash Back)
-¿Y esta foto?-preguntó Tea tomando una foto de un parque de diversiones.
-¿Es en la que Joey termina con toda una hamburguesa en su boca?
-¡Sip!-dijo Tea dándosela.
-¡Perfecto! Definitivamente, ¡esa va al álbum!-Yugi estaba divirtiéndose mucho observando las fotos.
-Oye...Yugi... ¿crees que los chicos se molestarían si supieran de este álbum?-preguntó Tea.
-Tal vez, un poquito... ¡pero luego estarían riéndose por un largo tiempo!-respondió con una sonrisa.
-Tienes razón. Pero, supongo que no lo mostraremos...-dijo con una triste sonrisa.
-¿Y quién dice que no?
-¿Qué?
-¡Sí, lo vamos a mostrar Tea!
-Pero...Yugi...
-Te prometo que el día que hayamos llenado este álbum, invitaremos a todos los chicos a mi casa y las veremos juntos, y reiremos mucho-las palabras de Yugi hicieron sonreír a Tea y ambos continuaron trabajando y riendo con el pequeño álbum.
(fin de Flash Back)
-Perdóname Tea...no...no...no pude conservar mi promesa...-dijo Yugi mientras se empezaba a retirar dejando a su mejor amiga descansar.
Ooo
Yugi se encontraba caminando tranquilamente. Se había sacudido lo mejor que podía la tristeza de ver a sus amigos, pero de algo estaba seguro...que si sus amigos estaban así tristes, entonces Yami debía completamente devastado. No podía permitir que el espíritu sufriera por mucho tiempo, tenía que encontrar la forma de arreglarlo todo.
Yugi continuaba caminando mientras pensaba en la posibilidad de volver a vivir. No se estaba dando cuanta, pero lentamente sus pasos empezaron a desviarse de se rumbo.
-Me pregunto si mi abuelito estará bien...espero que no haya sido tan duro...no quisiera que se enfermase... ¡AH!-gritó al atravesar por accidente una pared. Yugi retrocedió sus pasos para ver donde estaba, pero no reconocía nada- ¿Dónde estoy?-fue entonces que vio a un chico de apariencia conocida acercarse. Era Gail, uno de los tantos abusivos de su escuela.
Yugi vio hacia donde había ingresado y de pronto, sintió como su alma era arrastrada hacia la misma dirección. Atravesando la pared notó que estaba en un bar. Yugi sabía que Gail era menor de edad, pero era consciente de que eso no le impedía tener varios vicios.
Siguiendo al muchacho, se acercó a una mesa. En ella estaban sentados varios chicos de la escuela, eran los miembros de la pandilla de Gail. Yugi reconoció al chico nuevo mientras charlaban y se reían de sus profesores y compañeros. "Es el chico nuevo" pensó tristemente "ese chico es la razón por la que me peleé con Yami y los demás...no lo entiendo...un día ni me miraba y al día siguiente me empuja de las bancas...que raro."
-¡Gran comentario, Dex!...sabes, te estas integrando bien al grupo-dijo uno de los muchachos al chico nuevo.
-Si, hombre, ¡realmente te luciste para pasar tu prueba de iniciación!-dijo otro mientras bebía una cerveza.
-¡Nah! Fue sencillo, el tonto solo se quedó ahí como si estuviera esperando a que lo hiciera. ¡Se vio tan patético cuando calló de las bancas y se golpeó la cabeza!-Todos empezaron a reírse de eso-y pensar que le llaman el "Rey de lo Juegos"... ¡yo diría, mejor el "Rey de los Ineptos"!
Yugi no podía creer sus oídos. Una prueba...los abusivos de la escuela hacían una prueba para admitir a nuevos miembros...y era agredir a otros chicos de la escuela… chicos que, como él, no habían hecho absolutamente nada para merecer tal agresión. Yugi los miraba reír cruelmente y empezó a sentir un escalofrío recorrer todo su cuerpo. No era como el que sintió con sus amigos, este frío era demasiado intenso. Yugi creyó que se estaba congelando. Justo en ese instante, un chico entro corriendo por la puerta del bar. El grandulón tenía un brazo vendado y una herida en el rostro. Yugi se sentía petrificado, algo no estaba bien, en especial porque el enorme chico tenía una sonrisa en el rostro.
-¡Chicos! ¡No me van a creer esto! -dijo con una alegría enfermiza.
-¿Qué ocurre Poul?- dijo Gail- ¿no deberías estar en el hospital? ¡Después de esa pelea creí que te quedarías toda la noche!
-Iba a quedarme, pero ¡luego me enteré y tuve que venir a contárles!
Todos, incluyendo a Yugi, lo miraron expectantes.
-¿Saben? Yo no fui el único miembro de nuestra escuela en el hospital hoy.
-¿A sí?-dijo Dex-¿quién más estaba ahí?
Yugi sentía que el frío en su cuerpo le empezaba a hacer herir, era extraño, pero se sentía como si lo estuvieran entumiendo con algo.
- Ese enano idiota...el...ése estúpido, ¡el insecto de Mutou!-dijo entre risas.
-¿Yugi Motou?-dijo Gail muy interesado-¿Y estaba grave?
-¡Mucho...!-dijo reprimiendo una risa.
-¿Lo viste?
-¡Oh, sí!
-¿Qué tan grave estaba?-preguntó otro chico con una gran sonrisa.
-¿Qué tanto? Tan grave como se puede estar estando Muerto!
De pronto Yugi sintió un penetrante dolor en su pecho. Sus pupilas se empequeñecieron y cayó de rodillas al suelo sujetándose con desesperación el área sobre su corazón.
-¿Mutou...Mutou, esta muerto?-preguntó sorprendido Gail.
-Si...yo lo vi con mis propios ojos, vi cuando los hombres de la morgue sacaban su cadáver de la habitación... ¡y pude ver a sus patéticos de sus amigos llorando tras él!
Yugi se sentía muy adolorido. Pero ¿cómo era posible? Estaba muerto, carecía de un cuerpo material, no debería ser capaz de sentir tal agonizante sensación.
Levantó la vista y pudo presenciar como todos los siete chicos empezaban a reír. Vio como Gail pedía cervezas para todos sus amigo gritando "!celebremos!".
-¡Qué bien! No más Yugi Motou ¡ya no habrá más un mediocre que fomente a Wheeler a rebelarse contra nuestra pandilla!-dijo Gail.
-¡Sí! Adiós al susodicho rey de los juegos... ¡Ahora podremos ver si tenemos suerte con sus amigos y desaparecen también!
-No, pero demos un minuto de silencio-todos voltearon a ver a Gail-un minuto de silencio...porque el mundo a perdido... ¡A UN GRAN SACO PARA GOLPEAR!
Yugi sentía que el dolor se esparcía por sus brazos y sus piernas. Cada centímetro de su cuerpo ardía en inigualable dolor. Y su mente empezó a llenarse de rabia y cólera. Ardía y destrozaba cada pensamiento, era inhumano.
-¡Sí! ¡por el insecto más patétoco que existió!
-¡Por el muchacho que al morir nos da una motivo para festejar!
-¡Por él! ¡SALUD!
Yugi no podía tolerar esas palabras, sentía que eran ellas las que le causaban tanto dolor. Por un instante, solo quería que se detuvieran, quería que se callaran, quería que murieran. Era terrible, Yugi no podía pensar claro, no podía moverse y sentía que iba a desmayarse. Tenía frío y dolor. Necesitaba ayuda. De pronto, empezó a ver borroso y se sujetó con más fuerza el pecho, el dolor ya era insoportable. Pero, de la nada, Yugi sintió que algo lo empezaba a jalar, miró a los muchachos riendo en la mesa, y luego, todo se vio envuelto en oscuridad.
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