Hey! Perdón por la espera! n.nU Ya terminó por fin la semana de exámenes...buf...creí que no lo contaba o.o ¡Pero la oscuridad siempre acaba cediendo, y mañana el sol brillará más radiante aún! (ugh...ó.o). Bueno, el caso es k ya no tengo excusa para no actualizar rápido u.u...A ver...al grano.
¡Muchísimas gracias Youko Hikari, hitomi chizu, Hiyu Kitsune y Sayume! En este capítulo tendremos a un Hiei grandioso y heroico que salvará a nuestro querido kitsune. Yuujuuu! non
Pero aún no puedo dejarles en paz...y menos a nuestro querido kitsune (muajajaj, k mala soy). No es que quiera que todo le pase a él...pero esta vez...le ha tocado. (jiajiajia...ó.o...Pobre Kurama! ToT)
¡Ah! Hikari! ¡Tienes toda la razón! Hace mucho k no voy por SSY...Se me había olvidado colgarlo ahí... o.o...¡Pero ahora mismo lo hago! ò.o
¡Espero que os guste! Aunque este es un poco corto...u.u
La inspiración cobra por horas...-o-
6. Retirada
-¡OGRIIIIIIIIIIIII! ¡VEN INMEDIATAMENTE!
-¿S...sí se-señor Koenma?-la cabeza del demonio miedoso asomaba apenas por la puerta del despacho del pequeño príncipe. Estaba seguro de que todo el Reikai había escuchado ese estremecedor grito del niño Dios.
-¡Ogri!-repitió, un poco más sereno, sin dejar de sellar documentos y más documentos.-¿Puedes explicarme qué demonios es todo este jaleo? ¡¿Puede alguien explicármelo! Desde las dos de la madrugada no he hecho más que firmar papeles...y nadie es capaz de explicarme el porqué...¡No dejan de llegar! ¡Y todos son del mundo humano! ¿Cómo pueden estar muriendo más de cincuenta humanos cada minuto?...-preguntó incrédulo, atónito tras ver los cálculos en la enorme pantalla de la habitación.
-Se...ñor Koenma...-empezó, nervioso-La verdad es que...nadie a parado ni un minuto desde las dos de esta noche. Las guías espirituales están colapsadas, y los demonios inferiores que le servimos a usted no damos abasto trasladando las almas...
-¡Muy bien! ¡Pues ya estoy harto de sellar papeles! ¡Voy a averiguar qué ocurre ahora mismo! ¡Soy el príncipe Koenma, tengo derecho a saberlo!-sin esperar los consejos de Ogri sobre que los documentos se acumularían en su mesa y luego no podría acabar nunca tanto trabajo, el príncipe encendió la televisión y escogió la opción de "Ningenkai" en su mando a distancia. La primera imagen que apareció fue la de uno de esos trípodes demoliendo un edificio, y a su retaguardia más de ellos, aniquilando a todo el que se acercase.
-¿Pero qué demonios...?-el mando se deslizó de su mano sin que se diera cuenta.-¡QUÉ SON ESAS COSAS! ¡¿ Y POR QUÉ NADIE ME AVISÓ ! ¡Sois todos unos malditos incompetentes! ¡Debe tratarse de un ataque del mundo infernal! ¡Y yo aquí, como un estúpido, firmando papeles!-agarró su cabecita con ambas manos en gesto de exasperación y rabia-¡Ogri! ¡Manda llamar ahora mismo a Botan! ¡Que contacte con Yusuke! ¡El detective espiritual debe ponerse a trabajar! ¡Vamos!
-Se...señor Koenma...-Ogri estaba sudando y temblaba. La cólera del señor Koenma podía llegar a ser terrible. Pero debía explicarle...-Las guías espirituales no pueden parar ni un minuto de trabajar...porque las almas se perderían a millares...Pero Botan me informó, en una de sus idas y venidas, que había visto a Urameshi, Kuwabara, Keiko y Shizuru. Ellos estaban huyendo...hacia el templo de Genkai...
-¿Có...cómo? ¿Yusuke huyendo? ¿Pero...?
-Señor Koenma...-le interrumpió, tremendamente serio-Yusuke y los suyos no pueden hacer nada contra eso...Porque no es algo de este mundo...ni del infernal ni del humano ni del espiritual...Son seres de otro planeta...Y han venido a exterminar a los humanos...-su rostro palidecía por momentos al dictaminar el destino de los humanos tan llanamente. Levantó la mirada para ver la reacción del príncipe...Quizá él encontrara una solución...Él confiaba en el señor Koenma...
Koenma ya no replicaba. Esa noticia le había caído como un balde de agua fría. Miró a su sirviente.
Ogri estaba esperando sus órdenes...Pero no había órdenes posibles...Él no tenía competencia en esto...No eran seres de este mundo...¿Qué podía hacer...?
Koenma se recostó pesadamente en su sillón, dejando escapar un largo suspiro.
-Yusuke...-susurró-...Yusuke no ha podido hacer nada...Y esto le viene demasiado grande a la fuerza especial de defensa...¿Qué puedo hacer yo?
-¡Señor Koenma, otro cargamento de documentos!
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Hiei abrió los ojos y parpadeó varias veces, aturdido, encontrándose a sí mismo a cuatro patas sobre una superficie pringosa que parecía ser sangre coagulada. Notó que del exterior llegaba una luz del mismo color. Las paredes la transparentaban. Entonces sintió el cable deslizarse por todo su cuerpo, aflojándose y soltándole finalmente, desapareciendo por un agujero en el extremo de ese extraño lugar en que los había metido esa cosa.
El youkai ladeó la cabeza. Kurama estaba a su lado, aún tirado contra el suelo, en la misma posición en que lo había dejado la serpiente metálica. Hiei advirtió que el chico se estaba manchando toda la ropa de carmesí, y también la mejilla en contacto con esa masa, pero dudó que el kitsune se diera cuenta. Para su sorpresa, el youko empezó a levantarse lentamente, giró su cuerpo y se sentó, cabizbajo. Hiei vio como observaba con tranquilidad sus manos sucias, pero no pudo ver su rostro, ya que la cortina roja de su cabello lo cubría completamente.
El koorime abrió la boca para volver a intentar despertarlo de su ensimismamiento. Ya no sabía qué palabras utilizar. Y aunque las hubiera sabido, no habría podido pronunciarlas.
Un tintineo y un tenue brillo gris en la penumbra del fondo lo pusieron en alerta. No estaban solos. En esa especie de cápsula había algo más. Hiei se levantó rápidamente y empuñó su espada, esperando. ¿Con qué otra cosa podían sorprenderle los extraterrestres? ¿Más cables?
Dos largos y elásticos cables con vida propia. Pero estos eran distintos: de sus puntas surgían agujas hipodérmicas, más grandes que las comunes, con tubos preparados para almacenar cuanta sangre fuera posible. ¡Esas cosas pretendían succionar su sangre!
-Je...No he llegado tan lejos como para dejar que ahora me robéis la sangre...-dicho esto, se abalanzó, empuñando la katana, y de un rápido movimiento los partió en pequeños trozos que siguieron retorciéndose en el suelo.
-Demasiado fácil...-musitó el koorime.
Repentinamente, de los dos cables principales crecieron incontables ramificaciones, que se extendían a su alrededor, amenazantes. Se parecían a las plantas carnívoras de Kurama...
-Bien...¡ya es suficiente!-el jaganshi enfundó de nuevo, harto de tantas tonterías, e invocó al fuego humano, que comenzó a crepitar con furia en sus palmas. Sin más dilación, soltó todo su poder contenido. Los cables al quemarse lanzaban unos chillidos insoportables.
El fuego se extendió de los cables a las paredes con rapidez.
-Tsk...esto va a estallar...-Hiei volvió a sacar su espada y sin perder tiempo se situó al lado de Kurama. Con suavidad deslizó su brazo por la cintura del youko, y se aseguró de tenerle firmemente agarrado. Le tranquilizó sentir su respiración más moderada y el calor de su torso. Aunque Kurama no se movía, seguía vivo, y eso era suficiente por ahora.
Sin perder tiempo, asestó una cuchillada a la pared lateral por la que habían entrado, abriendo una considerable vía de escape. La fuerza del fuego humano hizo el resto.
Los humanos de la jaula tan sólo vieron sorprendidos una tremenda explosión en el techo. La onda expansiva acabó con todos ellos sin que pudieran apenas darse cuenta de lo que sucedía.
El trípode se tambaleó levemente y volvió a enderezarse. Las ligaduras que sujetaban la jaula en su costado se desataron, dejando caer el foco del incendio para que no afectara al resto del mecanismo. La jaula ovalada siguió ardiendo en medio de la destrucción, mientras el coloso seguía su camino sin contratiempos, intentando encontrar sin éxito la causa de la explosión.
-Hn...nada...no le ha hecho nada...-se quejó débilmente el koorime, entre los escombros cercanos.-¡Maldita máquina!-por un momento sintió la necesidad de perseguirla y acabar con ella de una vez por todas. Pero...
Giró sobre sí mismo para observar a su compañero sentado a su lado. Debía hacer algo con él. Esto no podía seguir así. Además...el haz de luz del trípode estaba cada vez más cerca, a punto de encontrarles.
-Mierda...-sin perder más tiempo, acomodó al kitsune en su espalda y echó a correr tan rápido como le fue posible cargando con el doble de su peso. Lanzó una última mirada hacia atrás. El monstruo viraba hacia la derecha. Quizá se había cansado ya de buscarles...
