Capítulo 24

La biblioteca de la casualidad

Harry estaba al borde de la desesperación. Lo habían tenido metido en una habitación en los cuarteles de la orden desde hace más de una hora. Ya no soportaba los fuertes latidos de su corazón que le indicaban que hermione estaba en peligro. Iba de un lado al otro de la habitación, moviendo las manos con nerviosismo y tratando de pensar que hacer. No había tenido tiempo para coger sus cosas importantes, como la capa de invisibilidad, sólo su varita y sus zapatos. La casa de los weasleys se había convertido en una nube de gritos y confusión y desapariciones y polvos flu. La señora weasley lo había ido a buscar al cuarto de ron, donde él se hundía en el dolor que le daba su cicatriz, además de su corazón, y una confusión de sentimientos contra su novia... que... ¿¿¿ya no era su... novia? Entre muchas palabras sin sentido logró entender que blablabla hermione había desaparecido, cosa que resultaba "imposible" ya que blablabla y blablabla y que debían ir con la orden porque blablabla el-que-no-debe-ser-nombrado blablabla y peligro blablabla. Demasiado blablabla y muy pocas explicaciones.

Ron se encontraba en el mismo cuarto, acostado boca abajo con las manos sobre una gran almohada bien mullida y polvorienta en la cabeza, en una gran cama aún más polvorienta con dosel. De vez en cuando, cuando a harry se le acababan las ideas y se le secaba el cerebro, miraba a ron y se preguntaba si aún respiraba. Y se daba cuenta de que sí lo hacía cuando este se daba la vuelta de forma violenta tomaba aire y se ponía en la posición anterior de nuevo. Harry, viendo que ron no pretendía ayudarlo, ni siquiera dirigirle palabra, caminó sin hacer ruido hasta la puerta, la abrió y lentamente bajó las escaleras. Pasó por un corredor con muchos cuadros de personas con nariz respingada y mirada indiferente y llegó hasta la entrada de la casa. Dio un par de pasos. Estaba a punto de abrir la puerta principal, cuando esta se movió de la nada, como si alguien estuviera esperando entrar desde el otro lado. Le entró una rápida ráfaga de pánico. Retrocedió y se escondió bajo el mantel de una mesita con adornos viejos justo al final del corredor. Vio que dos pares de zapatos entraban rápidamente, y luego dos espaldas. Dos manos, con un movimiento de la varita dejaban sus capas en un perchero (percha, ganchito para abrigos no sé cómo más se dice...) y se dirigían a la cocina. Buscó que no hayan moros en la costa y se dirigió a la puerta de nuevo. Por alguna razón, en lugar de salir, a pesar de tener campo abierto, siguió recto hasta la puerta de la cocina. Para su suerte estaba entreabierta.

-molly, arthur. Cómo están? Cómo están los chicos? La lechuza que nos enviaron nos dejó muy conmocionados...Qué sucedió? Digo, sé lo que pasó, pero... cómo? lo que sea, no se preocupen, tengo a todos los aurores del ministerio en esto... bueno, casi a todos...

-no sé qué decirte, Kingsley. Estamos tan... aún no entiendo cómo pasó todo...

-pero están seguros que alguien se la llevó, molly? Porque, analizando las circunstancias, ella podría haber ido en busca de sus padres a san mungo, ella sabía que los habíamos transferido allá y podría haber tenido ganas de escapar...

-no! No!- contestó el señor weasley tranquilamente- la seguridad de la casa fue violada. Nosotras también consideramos eso, una vez que ron nos contó de la pelea que tuvieron harry y... pero no... hermione no habría podido salir a menos que el hechizo de protección que pusieron sobre la casa fuera desconectado por nosotros... cuando llegamos a la casa, estaba deshabilitado... sin poder...simplemente no sirvió!- dijo esto con más furia, como con impotencia y nerviosismo, todo en uno.

-pero cómo saben que fue... ustedes-saben-quién?

-porque... nuestro vecino se lo dijo a fred.- respondió calmado el señor weasley.

-su vecino?- preguntó extrañado el hombre que hasta el momento no había hablado- ella? Es mago?

-no... es un funcionario español que trabajaba en el ministerio de relaciones exteriores allá en españa. Sabe de la existencia de nuestro mundo y nuestros problemas porque era el encargado muggle de las negociaciones con Fudge y el gobierno en españa. Vino a vivir acá con su hija.

-y? No entiendo cual es la relación... sabía de ustedes-saben-quién, pero, cómo podría resultar de ayuda?

-El hechizo no permitía entrar ni salir de los terrenos de nuestra casa ningún tipo de magia. –explicó la señora weasley- La pequeña fue a casa y salió en el momento en el que el-que-no-debe-ser-nombrado llegaba con sus seguidores. Los vio y fue a avisarle a su padre. Él nos alertó que había habido un ataque por eso, cuando llegamos, y vimos el lugar hecho... pedazos...nos asustamos! Luego nos cuentan que no hubo ningún ataque. Vamos a buscar a hermione y no esta... quién más va a ser, kingsley?

Harry estaba escuchando todo y sintió que casi le daba un infarto cuando escuchó que el secuestro de hermione era de hecho, un secuestro! Que voldemort se la había llevado... había cumplido con su promesa... su promesa de arruinarle la vida a él y todos a quienes quería. Se volteó para dirigirse a la puerta y salir a buscarla, pero había alguien ahí, mirándolo fijamente con ojos vidriosos y la cara roja.

-qué estás haciendo harry?

-yo... shhhh- le hizo una seña con el dedo y siguió en voz baja- voy a buscarla. Voy a salir a buscar a hermione!

-no puedes... no sabes dónde está...

-no me importa, ginny! No sólo es mi novia. Es mi mejor amiga (se puso a pensar en lo que acababa de decir... no estaba seguro de que siguieran siendo pareja después del fiasco con ginny y gabriela y todo lo demás) y no pienso dejarla sola nunca. Voy por ella!

-no lo entiendes! Incluso hermione me advirtió que algo así sucedería... eso es lo que ÉL quiere que hagas! Quiere que vayas tras ella para ponerte una trampa y matarte.. esto YA ES una trampa!

-ginny! Haz silencio- le respondió en un grito silencioso.

-si vas tú, vamos todos!- agregó una voz detrás de él.

-ron?

-no te vamos a dejar solo. –dijo muy serio, pero siguió con una sonrisa un poco forzada- Seremos como los tres mosquitos. Todos para uno y uno para todos, o como sea...- a harry le parecía impresionante la capacidad de ron para hacerlo sentir mejor con sus bromas inesperadamente improvisadas e imprevistas. Les hizo una señal de asentimiento a los dos hermanos y caminó hasta la puerta. La abrió y los tres amigos se encaminaron hacia ninguna parte.

°°°°°°°°

Las calles estaban desiertas. No era raro, considerando la hora y el lúgubre barrio en el que su ubicaba la casa. Harry iba adelante del trío, seguido por ginny y ron en la retaguardia. Llegaron hasta un callejón sin salida y los tres comenzaron a desesperarse más.

-y ahora qué?

-tenemos que... encontrar la forma de...

-no tienes la menos idea de lo que estamos haciendo, verdad?- preguntó ron de forma tranquila.

-ron! no lo molestes... vamos, harry! La mayoría del tiempo tienes buenas ideas... eres impulsivo, haz algo!

-ginny... no me estas ayudando, pero gracias.

-ehh..de nada... lo lamento, pero... debemos pensar en algo.. o simplemente regresar a la casa. Tal vez seas más útil si trabajas con los aurores que están buscándola. No crees?

-dumbledore nunca me deja hacer nada. Yo sabía que algo así sucedería y no hice nada! Traté de alejar mi mente de los problemas y solo terminé metiéndome en líos más grandes!

-no seas tan duro contigo mismo- lo apoyó ron, dándole una palmada en la espalda- hay cosas que no podemos prevenir. Hay que ser positivos. No temas, todo se arreglará.

-no... no temas? A Harry se le prendió el foco. Recordó algo. Sabía que eso le recordaba algo, pero no sabía exactamente qué. Qué le había dicho Voldemort en ese sueño?... "Podría serme muy útil. Me he dado cuenta, a través de los años, de que es, obviamente, más fuerte que Rita Skeeter, pero aún así podría sacarle un poco de información... -no, no eso no le servía, eso ya lo sabía, pensaba- No sabes cuán impaciente estoy por encontrar a mi buen amigo Sir Robin de Peur, a quien creo no conoces. Haría lo que sea por encontrarlo y estoy seguro de que tu noviecita sería de gran ayuda. Ella lo conoce, aunque no sabe que lo conoce... Eso no es problema... podemos arreglarlo...

-sir robin de peur...

-ah?- dijeron juntos ginny ron quienes observaban a harry pensando, sentado en una caja de cortón con las mejillas apoyadas en sus manos en puño.

-rita skeeter... sir robin de peur... hay una conexión entre ellos...

-quién rayos es sir boro de puré? Robo de peras... Robin de peur!

-no tengo idea ron!- respondió molesto- voldemort me dijo que sabía que hermione era más fuerte que Rita Skeeter, pero aún así sería posible sacarle información... dijo que necesitaba encontrar a Sir Robin de Peur y que hermione lo ayudaría a encontrarlo!

-y por qué conocería ella a un francés extraño relacionado con vol-demooort? Y que hace la loca parlanchina de skeeter metida en esto?

-no lo sé... ese nombre no les suena conocido? No es de algún brujo famoso de los cromos de las ranas de chocolate?-siguió impaciente

-uuuu... no! eso yo lo sabría...- dijo ron orgulloso

-no han pensado que podría ser una mujer? Robin también puede ser nombre de mujer...- comentó ginny con un tono muy confiado

-voldemort dijo que era su buen amigO- dijo harry recalcando la O- además, en qué nos ayuda eso?

-si es amigo de ése, yo no quiero conocerlo- agregó ginny en tono despectivo y con una mueca de asco...

-hablaba de forma sarcástica, creo... pero en este momento no me importa si es su más confiable socio o su peor enemigo. Sólo quiero encontrar a hermione y no me importa tener que recorrer el mundo buscando a mi nuevo amigo francés.

-lo que sea... dondé hay una biblioteca? Seguro, estará todo en los libros...-harry y ginny miraron a ron con temor

-quién eres y qué le hiciste a mi hermano! – preguntó ginny en broma

-es lo que hermione habría hecho... después de cinco y más años juntos, al fin aprendí algo...

-y yo que pensé que no tenías remedio- dijo ginny con una sonrisa.

-chicos, dónde hay una biblioteca? Que no sea la de hogwarts!- siguió antes de que ron le respondiera

-podemos ir a esa biblioteca mágica de la calle 98... la biblioteca del nombre raro!- sugirió ginny- papá dice que es muy completa... aunque no creo que...

-ya! Pero queda lejos... cargas por si acaso tus polvos flu?- preguntó ron en tono sarcástico

-sí, ron! de hecho, los traigo conmigo! Toma eso!- le gritó mientras le sacudía una bolsita en la cara.

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-bienvenidos a la biblioteca aoife sinead mclauren-mackenzie. Puedo ayudarlos en algo, jóvenes?-una mujer que parecía el clon de madame pince los atendió en la entrada de un edificio ubicado en una callejuela oscura en el centro de Londres. Al ver que ninguno de los tres respondía, les sonrió fríamente y les dijo con una voz melosa- por favor, si tienen alguna pregunta, no duden en buscarme. Sólo dos cosas: el sector del ala este está siendo utilizado para una misteriosa investigación. Se nos ha solicitado que la gente se mantenga alejada. Y por favor no demoren. Ya es tarde y cerramos en media hora. Feliz navidad...- se alejó lentamente con la cabeza alta y un ojo discretamente puesto en ellos.

-y ahora qué gran genio? qué se supone que vamos a buscar aquí?- le preguntó ginny molesta a su hermano.

-ginny! Empiezas a cansarme! Yo no tengo la culpa de todos los problemas del mundo! Recuerda que en cierta forma, estamos aquí por TU culpa. Si quieres ayudar a arreglar el despelote que causaste... CÁLLATE DE UNA BUENA VEZ y haz lo que harry diga! Bien?- refutó ron histérico

Harry observaba en silencio las inmediaciones de la fantástica biblioteca. Escuchaba sin poner mucha atención la discusión entre los dos hermanos y trataba de pensar qué hacer a continuación. La verdad era que él, al igual que ginny consideraba inútil esa parada en la biblioteca. Para él lo más sencillo sería hablar con dumbledore. A pesar de que al inicio no quería saber nada del viejo que siempre lo mantenía fuera de peligro, pero que no se molestaba en poner a sus amigos como carnadas, ahora estaba seguro de que lo mejor sería ir hasta hogwarts y poner las cosas claras. Tanta incertidumbre le daba jaqueca, mientras que la lentitud del "rescate" le achicaba el corazón minuto, a minuto.

De repente, sin darse cuenta, sus pies se empezaron a mover. Sus pasos lo condujeron hasta unas escaleras. Las escaleras lo condujeron hasta una sala. Las voces de los hermanos weasley discutiendo y varios "shhh" en respuesta, sonaban cada vez más distantes. A dónde lo llevaba esto? Sin miedo, siguió caminando por corredores y pilas de libros, estantes y mesas con gente estudiando media dormida. Caminó hasta que su reloj perdió la noción del tiempo. Se detuvo frente a una enorme puerta de ébano, que se alzaba imponente frente a harry. El techo de la habitación era tan alto, que apenas se veía el final de la majestuosa pieza que lo separaba de la siguiente habitación. No obstante, al bajar la mirada, se encontró con algo más que le impedía el paso. Una pesada barra de madera trancaba la puerta. En el centro, un cartel con las palabras "no entrar" era visible. Miró hacia atrás y buscó algún otro letrero que lo ubicara en el espacio.

-ala este... – leyó en voz baja unos segundos más tarde.- aquí.. aquí hay gato encerrado... debo... debo regresar a buscar a ron...- continúo entre confundido y nervioso.

La puerta se abrió lentamente con un chirrido. Harry se quedó paralizado. Estaba a punto de correr lejos del lugar, pero como siempre, la curiosidad venció al buen juicio y nuevamente guió los pies de harry hacia el interior de la habitación. El gran madero que custodiaba la entrada había cedido y sin un solo sonido, caído al suelo, tan liviano como una pluma.

Oscuridad. No se veía nada. De pronto, se escuchó un sonido rápido y ligero y de la nada, un corredor lleno de antorchas apareció frente a los ojos del joven intruso. Con confianza, siguió por el corredor de piedra con estantes llenos de libros que apenas se distinguían en las sombras y piso de madera oscura, suavemente húmeda. Cada paso que daba producía un sonido grave que hacía eco en las paredes.

Finalmente, llegó hasta una gigantesca sala circular, con hermosos frescos en las paredes, que representaban una arboleda llena de tristes sauces y flores de tonos lilas, rodeada de un muro de piedra. La sala estaba decorada con descomunales candelabros que colgaban del techo, iluminándolo hasta el punto de dejar ciego a quien intentase ver las pinturas del tumbado. Los dibujos de las paredes era terriblemente real y te daba la impresión de estar en el claro de un bosque. Un montón de mesas y sillas de biblioteca estaban estrechamente apiladas en una mitad de la habitación, limitando el espacio. Dio un paso y las luces del pasillo que había dejado se apagaron completamente. Examinó el lugar detenidamente.

No había otra salida.

-qué demonios... en esta sala supuestamente estaban haciendo investigaciones misteriosas... pero si está vacía!- miró hacía los lados en busca de alguna puerta escondida tras las mesas o algo... debía regresar por el mismo lugar por el que había entrado. Se disponía a volver, cuando oyó voces conversando. Las luces del pasillo por el que había llegado se iluminaban nuevamente. Alguien se acercaba. No podían verlo allí! Se escondió bajo una mesa cercana, esperando a que alguien llegara.

-esta es la peor idea que se le pudo haber ocurrido...-comentaba una voz masculina, gruesa y aburrida.

-no cuestiones las decisiones de nuestro señor! Todo lo hace por una razón! Si necesitaba tomar prestada a la chiquilla sangre sucia para atraer al inútil de potter hasta aquí, yo lo apoyo.

Dos figuras encapuchadas arribaron a la gran habitación. Una se detuvo en seco frente a la otra y lo detuvo.

-casi nos descubren! No me mandarán a Azkaban de nuevo! Entiende! Yo... yo tenía miedo cuando acepté al señor oscuro en mi vida... pero tengo la certeza de que... al final, el bien siempre gana.

-eso crees?

-sí! Y eso espero! Porque no quiero que mis hijos vivan en un lugar e el que todo sea oscuridad.

-deberías cuidarte... una vez tengamos a potter en la trampa, muerto, el jefe reinará y a tus hijos les convendrá tener aliados en el lado correcto.

-no! No seguiré con esto! Me largo...

un murmullo, luego un haz de luz verde atravesó al infiel encapuchado y lo dejó en el suelo, muerto.

-regresaremos por ti, más tarde...- el otro hombre fue hasta la pared justo al frente de donde estaba escondido harry. Con la mano, movió del camino una ramas que parecían ser parte de la pintura y se perdió en la oscuridad de la arboleda.

-esto es increíble-pensaba- todo esto es una trampa... qué predecible... fui tan estúpido... de cualquier forma, no me importa. No me iré de aquí sin hermione. -Harry, atónito, salió de su escondite y lo siguió. Pasando el lugar de las ramas y la pared, llegó hasta otra habitación, oscura.

-otra más!-seguía pensando- ya quiero que se acabe este laberinto de cuartos!

Miró a todos lo lados. Vio una luz a lo lejos, apuntaba hacia un único cuadro visible en lo alto de una pared. Justo abajo, una persona lo contemplaba inmóvil. Harry inmediatamente reconoció sus despeinados rizos castaños y con un grito ahogado corrió hacia ella.

-hermione...