Cap. 02- Aquel día
Vi a Chise adentrarse en un callejón sin salida, luego, una explosión. Caminé lentamente hacia el instituto, solo podía pensar en "eso", nunca volví a ver a Chise igual desde el ataque aéreo de Sapporo... nunca...
-Shu, ¿por qué nos has obligado a venir? Yo no tengo la culpa de que Chise te haya dejado plantado...
-Cállate y ayúdame a elegir la ropa, idiota
-Eres un borde
-oh, no ¿qué está pasando? ¿un terremoto?
-¡¡¡Salgamos rápido de aquí!
-waw, cuantos aviones ¿esas no son las Fuerzas de Autodefensa?
-Mirad, le han dado a ese, SE NOS VIENE ENCIMA.
-¡¡¡¡¡corre Shu...!
Esa.. "cosa" cayó sobre mi, no distinguí muy bien sus facciones, pero parecía una persona. Al mirarla me produjo una sensación de terror, asco, no se como expresarlo... pero salí corriendo tras "eso". El polvo que había originado la explosión se empezó a disipar, allí la distinguí. De pie, mirándome con esa mirada de arrepentimiento que solía poner... Uno de sus brazos se había convertido en una especie de cañón, de su cuerpo salían cables y tenía como unas alas metálicas en la espalda, parecía un ángel, un ángel destructor...
-Perdóname... Shu... mira en lo que me he convertido...
Fui hacia ella, la abracé mientras su cuerpo volvía a la normalidad, la abracé fuertemente, quería sentir sus latidos, pero su corazón se había parado hace tiempo
Allí en ese mismo instante volvimos a recordar aquel día en el que nos enamoramos
Nos seguiremos queriendo
Entré en mi clase y mis amigos me preguntaron que donde estaba Chise, me inventé la excusa de que estaba enferma... No quería hablar de nada, quería estar solo y pensar, así que decidí saltarme las primeras horas, total, no íbamos a hacer nada interesante.
En la terraza del instituto soplaba una brisa muy agradable. Me senté y cerré los ojos, era una sensación muy placentera, hacía tiempo que no sentía algo así... con Chise, solo eran preocupaciones, yo ya no sabía que hacer para hacerla sentir mejor, quizás, solo podría amarla... mi mente fue quedándose en blanco y me dormí.
En mi sueño se mezclaron varios recuerdos, recuerdos que siempre me esforzaba por olvidar, Fuyumi.
Recordé la primera vez con Fuyumi, soñé que estaba con ella, que éramos felices y caminábamos de la mano. Luego aparecía Chise, nos miraba, lloraba. Hubo una explosión, todo se volvió negro, podía sentir el fuego quemándome la piel. Vi a Fuyumi, su rostro había quedado desfigurado, su cuerpo calcinado y Chise... había desaparecido. Después, vi mi figura, sola, en medio de una ciudad en llamas... el sudor corría por mi frente mientras dormía. Me golpeé contra la pared y me desperté. Solo había sido un mal sueño, el sol brillaba en lo alto y me quemaba la cara. Me levanté. Fui hacia el lavabo a refrescarme un poco la cara y volví a clase. Cuando estaba subiendo las escaleras para llegar a mi aula una mujer se cruzó en mi camino, me miró, me sonrió. El tiempo se detuvo en aquel instante. No, era imposible que fuese ella. Giré el picaporte de la puerta y entré en clase, allí estaba Chise, magullada y con aspecto cansado...
-¡Shu, ya estoy aquí, pero cuando llegué no estabas, ¿Dónde te habías metido?
-Eso Shuji, eres un mal novio, mira que dejar tan preocupada a la pobre Chise
-Esto...Akemi no deberías ser tan dura... lo siento, la culpa es mía por llegar tarde...
-Ay ay Chise, nunca aprenderás...
-Chise, vamos... a dar un paseo
-Esta bien Shu... vamos
-Le cogí la mano, estaba fría. Caminamos lentamente. Salimos del instituto y nos dirigimos hacia nuestro lugar secreto. Desde allí se veía el mar, el inmenso mar... la libertad. A veces me gustaría ser un pez, y pasar mis días nadando libremente...
-Shu... hoy... he vuelto a hacerlo...lo he, lo he hecho... y no... no quiero...
Noté su mirada, cargada de miedo y dolor... y remordimientos
-Chise...- No sabía que decirle, ¿qué podría animarla? La habían convertido en un arma definitiva, la obligaban a matar y ella, se esforzaba para no preocuparnos, para que todo pareciese normal... ¿qué podría ayudarla?
-Shuji, por favor, toma el diario...- me lo dijo con una carita...mientras se secaba unas lágrimas que nunca salieron. No pude esperar a que terminase, la abracé, la abracé con todas mis fuerzas, así permanecimos unos segundos que se hicieron eternos...
-Shu... me seguirás queriendo aún sabiendo lo que soy
-Eres una chica encantadora
No pude evitarlo, empecé a llorar, Chise puso sus manos en mi cara... me secó las lágrimas y me besó.
-Por favor Shu, no me tengas miedo...
Así permanecimos, mirando un océano infinito, hasta la puesta del sol.
