Cáp. 03- El diario
Hola Shu, ¿cómo estás? Yo hoy estoy regular, ¿sabes? Llegué a casa muy magullada, y mi padre me pregunto "¿qué te ha ocurrido Chise?" y yo le dije que me había caído de camino a casa, pero el no se lo creyó, ahora piensa que hay gente que me pega en el instituto, dice que a partir de mañana me llevará y me recogerá el mismo, parece un guardaespaldas, que royo, ¿verdad?... ya estoy harta, estoy harta de las FA, Shu, por favor, huyamos, vamos lejos de aquí. No puedo soportar mi existencia, no puedo, estoy desesperada... Hoy he arrasado tres ciudades enteras, Shu. Dime, ¿cuánta gente? ¿cuánta gente crees que habrá muerto por mi culpa? Me doy asco, no se que hacer. Quizás, quizás lo mejor para todos es que yo muera, ¿verdad, dime la verdad, Shu, por favor, no hago mas que daros preocupaciones a todos, Shu, por favor, Shu, no dejes de quererme, necesito sentirlo, necesito saber que hay alguien que no me considera despreciable. No puedo escribir mas... lo siento, ahora te habré hecho sentir mal... Hasta mañana, Shu.
PD. Perdóname, no era mi intención
Chise... yo... nunca... dejaré... de... quererte... te lo prometí, ¿recuerdas, mi Chise, tan guapa, tan frágil, un animalito indefenso... Era imposible que un ser como ella pudiese causar tanto dolor... ¿por qué la habrían elegido a ella? Las FA me daban asco, todos los estúpidos políticos me daban asco, ¿para qué esta guerra inútil? ¿Para qué arrasar el planeta? Solo eran una panda de egoístas, solo querían poder, sin importarle las consecuencias, asquerosos asesinos. ¿Pero de que sirve gobernar un país en cenizas?
Hola Chise, te quiero, te quiero, quiero protegerte, quiero que sepas que yo siempre estaré junto a ti, no sufras, huyamos, los dos solos, busquemos un sitio donde nadie nos pueda encontrar, donde no lleguen ni la guerra ni el dolor, ¿te gustaría? Chise, cuando leas esto estaré esperándote en la estación, no me falles, por favor, te llevaré muy lejos de aquí. No volveremos a llorar, ni volveremos a tener miedo y tampoco sufriremos, y pasaremos el resto de nuestros días felices... ¿qué dices, Chise? ¿te gusta, a mi si, recuerda, te esperaré en la estación, no importa cuanto tardes, yo siempre estaré ahí, te seguiré queriendo siempre. Y te protegeré, por siempre Chise, nadie nos volverá a hacer daño.
Hasta mañana Chise
Shu.
Yo... la esperé, la esperé hasta el amanecer, Chise nunca llegó a la estación. A la mañana siguiente la vi, caminando lentamente hacia el instituto, la saludé, no mencioné nada de la huída, la miré a los ojos, ella retiró los ojos avergonzada, pude ver una nueva herida en su cara... le pasé el brazo por los hombros, no me miraba, la apreté contra mi, empezó a gemir, a intentar llorar... caminamos en silencio hasta el instituto.
