El cielo se esta nublando.
Nunca me gusto el cielo así, como si estuviera acarreando malos presagios.
Estoy en mi departamento observando a través de la ventana, una ventana que seguramente no volverá a abrirse. Ya paso una semana y no ha vuelto. Ahora si lo perdí.
El cielo se ve igual al día en que papa se fue. Yo todavía era muy pequeño y Kaasan se puso muy apenada.
Mama ¿donde esta papa?
Papa se fue (Shiori lo abraza)
¿Y va a volver?
No (Shiori se pone a llorar) pero el te quería mucho ¿sabes? Y yo también te quiero ¿entiendes?
Si Mama
¿También me quieres?
Si mami mucho (se abraza a ella esperando consolarla)
Es uno de los tantos recuerdos que tengo de Kaasan, por ella me convertí en el chico perfecto, el hijo con el que toda madre sueña, para hacerla feliz.
Le debo tanto, yo un frió y cruel Youko al borde de la muerte, y ella una humana que me acobijo, me cuido y amo. El Makai es un lugar en donde no existen los sentimientos, por eso solía ver a los humanos como seres inferiores.
Ahora que soy mitad humano he cambiado en gran parte, estos tienen la capacidad de llegar muy lejos pero aun tienen que madurar.
Gracias a Kaasan he visto cosas que nunca abría apreciado con mi otra forma. Y me enseño lo mas importante el poder amar, ese sentimiento hacia que la vida se volviera mas valiosa, mas hermosa.
Pero no lo podía aplicar en nadie mas, por que nadie sabia lo que yo era en realidad, no aquel chico perfecto que todos querían sino el legendario ladrón del Makai, y si lo supieran de seguro pondría en peligro sus vidas.
Pensé que tendría que vivir para siempre en mi mundo de mentiras, hasta que tu, Hiei, apareciste. Al principio creí que eras igual a todos los youkais que conocí, carente de emociones, pero algo me movió a ayudarte, quizá por mi bondad.
Luego que te fui conociendo te encontré fascinante, tenia deseos de saber mas de ti. Siempre e sido un buen observador, podía ver en tus ojos una inocencia tan pura que temía que si pudiera tocarla podría corromperla.
Eres tan diferente, eres único, a pesar de haber vivido en el mundo del mal rodeado de demonios con la peor de los propósitos, tu inocencia se a mantenido intacta, quizá debido a tus muros pero también te aislaron de la calidez de los bien intencionados.
La soledad no es buena, el alma se ahoga hasta que ya no queda mas que la sombra de lo que se era.
No es tu culpa ser tan desconfiado, después de tantas malas experiencias. Y aun no se como fue que logre ser tu amigo, tal vez percibiste que en verdad me preocupaba por ti.
Somos tan diferentes, nuestras personalidades tan opuestas pero con un pasado tan similar lleno de tragedias. Cuando peleamos, cada uno con nuestra particular manera nos complementamos compensando los defectos del otro.
Sin darme cuenta te fui queriendo, eres tan bello pero no te das cuenta, tu inocencia intacta pero tu corazón herido. Contigo podía ser yo mismo sin tener que estar rodeado de mentiras, y tu me aceptabas de esa manera.
Pero no podía decirte que te quería, no. De seguro pensarías que te usaría como mis otros amantes, te comprendo, yo me lo gane. No quería perder tu amistad, seria mejor así.
Y ahora te e alejado de mi lado. Ese día estaba estresado, las presiones de la universidad y el trabajo me agotaron, me sentía frustrado, en mi otra vida nadie se abría atrevido a tratarme así. Por eso quería desquitarme con algo, y desgraciadamente tu estabas allí.
No fue tu culpa, en verdad, yo debí ser mas paciente pero no me contuve y te dije muchas cosas de las que ahora me arrepiento y ahora ya no volverás.
Quizás sea lo mejor y tratar de seguir adelante. Suspiro y vuelvo a mi trabajo. Me quedo un rato así pero no puedo, por mas que lo intento no me puedo concentrar. Vuelvo a ver el cielo, que esta gris. Definitivamente no me gusta, creo que tengo un mal presentimiento.
Dejare el trabajo para mañana, después de todo no es tan urgente. Me pongo una chaqueta marrón dispuesto a salir, me siento como encerrado, me caería bien algo de aire fresco.
El aire esta frió pero no hay mucho viento. Paso junto al árbol en donde Hiei solía esperarme cuando iba a la universidad, una vez te encontré durmiendo. Te veías tan pacifico, en esos momentos podía ver una parte de tu verdadero ser que se escondía detrás de las mascara.
Hiei estas cansado?
Hmm... no claro que no kitsune(todavía esta soñoliento)
Esta bien
Ahora vas a tu "universidad"?
Sip... (sonrisa)
Hn no entiendo como puedes soportar a tantos ninges molestos
Acabas por acostumbrarte
Oh Hiei... tengo tantos recuerdos tuyos, y no quiero dejarlos atrás... acaso podré olvidarte?... provocas tantas cosas en mi con tu sola presencia, y ahora que no estas me siento... no puedo describirlo con palabras pero siento una opresión en mi pecho que me deprime.
Camino sin ningún rumbo, dejándome guiar por el instinto. No se cuanto tiempo paso, me había encerrado en mi mente. Cuando despierto puedo ver muchos árboles a mi alrededor. De seguro en una especie de bosque de los que tanto abundan.
Sigo adelante, se siente un ambiente sombrío, muy parecido a las noches en el Makai, mis sentidos se agudizan, debido a tantos años de entrenamiento ya se a vuelto un acto reflejo.
Pronto puedo sentir una presencia pero es demasiado baja como para reconocerla, me dirijo hacia ella. A cada paso que doy me resulta mas familiar, acaso podía ser... pero siento un aroma también muy familiar.
No podía equivocarme, ese aroma que siempre se presenta al final de las peleas, el de la sangre.
No eso no podía ser me apresure a llegar... la presencia se estaba haciendo mas débil... cuando llego...
Hiei
Lo vi allí enfrente mío, recostado en un árbol rodeado por un gran charco de sangre que emanaba de un corte en tu brazo, rápidamente voy contigo, toco tu hombro, estas frió y tu piel esta pálida.
Me arranco un pedazo de mi camisa para envolver la cortada evitando que pierdas mas sangre, te pongo mi chaqueta y te tomo en mis brazos, salgo corriendo lo mas rápido que puedo.
No sabia hacia donde iba, tan desesperado estaba, solo pensaba en salvarte, pedía que fueras fuerte, que no te fueras, que no me dejaras.
Inari debió de estar de mi lado por que llegue un hospital. Fui con el primer doctor que encontré, enseguida llamo a unas enfermeras con una camilla, lo recosté en ella y pronto se lo llevaron.
Yo quería ir pero una enfermera me lo impidió. Me acompaño a la sala de espera. Allí me quede, sentado con la mirada perdida.
Dos palabras surcaban en mi mente... Por que?
Por que lo hiciste?... que fue lo que te llevo a hacerlo?... por que no viniste conmigo?... por que?... por que?... por que?... por que tuvo que pasar esto?...
Me encuentro demasiado confundido, todo paso tan rápido, trato de calmarme lo mas que puedo, es la primera vez que no evaluó fríamente la situación... como podría, con Hiei en ese estado... no me puedo contener y me pongo a sollozar en silencio...
Iba a limpiar mis lagrimas, pero veo mis manos... manchadas con su sangre... por favor Inari no dejes que se vaya... por favor no dejes que lo pierda... dame otra oportunidad...
Me encuentro agotado y me quedo dormido.
Todo esta oscuro, no se ve nada. Camino a ciegas por ese paraje, hace mucho frió y comienzo a ver algunos árboles, están secos, muertos. Que extienden sus ramas demacradas hacia todos lados. Al pasar algunas de ellas se enganchan en mi ropa, como si me pidieran que no las dejara, que las ayudara.
Parecía como si hubiese caminado eternamente en ese mundo de sombras. Pero escucho unos gemidos apagados, voy hacia el origen de estos. Los árboles, antes dispersos, se empiezan a amontonar, parecía que querían esconderme algo.
Los lamentos se hacían mas cercanos. Difícilmente logro atravesar un grupo de árboles, sus ramas me rasguñaron como filosas garras. Llego a un claro y veo una pequeña silueta apoyada en un frondoso roble igual de muerto que los demás.
Los gemidos venían da la pequeña silueta, que de pronto calla y un pesado silencio nos envuelve. Me acerco hasta que logro ver con claridad sus rasgos. Su cabello erizado negro como la noche con una estrella blanca en la frente. Su piel blanca como la nieve y ojos rojos rubí pero se veían opacados por las lagrimas. Era Hiei el que estaba delante de mi pero él parecía no darse cuenta de mi presencia.
Se veía tan desamparado... tan vulnerable. No quería verlo así, solo quería ir con él abrazarlo, consolarlo... pero no podía moverme no podía...
Se incorpora, camina unos pasos y saca su espada... no, no lo hagas!... la coloca sobre su muñeca... detente por favor!... y rápidamente se hace una incisión a lo largo de su brazo... no!... hace lo mismo con el otro brazo... Hiei... la Katana cae al suelo al igual que la sangre que provenía de tus brazos...
Contemplo inmóvil como te desangras hasta que finalmente caes, ahí es cuando recupero mi movilidad me acerco despacio a tu lado sintiendo desesperación, angustia, tristeza y sobre todo un vació sobrecogedor.
Alargo un brazo hacia ti... siento que algo se desgarra dentro de mi... no puedo soportarlo y grito sin voz...
Me despierto repentinamente, todavía me encuentro en el hospital, solo había sido una pesadilla nada mas. Me incorporo y espero.
Pasan las horas hasta que veo venir a doctor. – Como esta...? – mi tono de voz preocupado. El medico me observa unos momentos y luego sonríe. –Ha perdido mucha sangre pero estará bien, tendrá que permanecer unos días aquí.- Suspiro algo aliviado y como si hubiera leído mis pensamientos el medico dijo.-Puede pasar a verlo si quiere...- Asiento con la cabeza, lo sigo a la habitación.
Miro unos momentos la puerta. –Esta bien, ahora mismo esta durmiendo- me dice el doctor. Despacio entro al cuarto, es blanco con una ventana, tenia una mesa y un par de sillas. En el medio esta la cama, y tu en ella.
Me siento en una silla al lado de la cama, contemplándote, tu piel aun esta pálida, pero me reconfortaba tu suave respirar. Tomo en mis manos la tuya, me fijo en el vendaje de tu brazo. Por que lo hiciste?... me pregunto nuevamente.
La angustia vuelve a mi, mis ojos se humedecen. Me siento un inútil... yo debía haber estado allí, detenerte... algo... acaso tan mal estabas para intentar suicidarte?...
Cuando supe de tu trágico pasado, lleno de traiciones y soledad, me prometí que te protegería de todo quien tratara de herirte, ahora solo culpa puedo sentir.
Acomodo un mechón de tu pelo, resaltando mas tu bello rostro y acaricio tiernamente tu mejilla. Tu piel ahora esta tibia... y suave. Te ves tan hermoso... pero también tan indefenso.
No te preocupes, yo te cuidare. Todo estará bien Hiei.
Me apoyo en la cama y cierro los ojos.
TBC...
Suggestions: Me alegra que te aya gustado, la verdad me identifico mucho con Hiei por eso me gusta tanto. Aca te traje la segunda parte y habra una tercera y ultima, pero te aconsejo que no esperes de pie. Muchas gracias por leer, nos vemos. Muchos besos.
Lila-chaaaan: No, nunca dejaria que Hiei muriera, pobresito. En este cap. puse un poco de los pensamientos de Kurama y, obviamente, quedo muy afectado. No te preocupes por mi que estoy bien, lo que pasa es que puse mucho sentimiento en la primera parte y creo que en esta tambien. Aunque me gusta el humor, se me da mas por lo dramatico. Tratare de actualizar lo mas pronto posible mis otros fics. Hasta otra, muchos besos y abrazos.Pensé que tendría que vivir para siempre en mi mundo de mentiras, hasta que tu, Hiei, apareciste... Ahora estoy en mi departamento observando a través de la ventana, una ventana que seguramente no volverá a abrirse.
