I D E N T I D A D – SOMOS DIFERENTES
— POR: EROL —
Draco respiro normalmente después de unos minutos, su madre intentaba sin éxito hacer algo que ayudara a su hijo, al cabo de unos segundos se limito a mirarlo preocupadamente mientras acariciaba el cabello platinado de su dragón que poco a poco recupero su postura de siempre.
— ¿Qué sucede Draco?
— Sentí dolor, mucho dolor.
— ¿Te has sentido mal últimamente? De ser así…- le replico su madre.
— No, no ya paso madre es solo que estoy cansado por el viaje, ¿Podrías disculparme?
— Claro- le respondió comprensivamente— Vete a dormir.
Draco no espero una insistencia más de su madre la cual le examinaba con aire preocupado, el rubio se levanto de su asiento y le dejo un beso en la mejilla de su preocupada progenitora, ahora mismo lo único que quería era recostarse un poco y pensar lo extraño que sentía desde que ella se había marchado. Todo se tornaba más extraño a su alrededor.
— ¿Por qué no puedo dejar de pensarte Hermione?- reflexionaba Draco-lo que paso esta ultima semana fue tan extraño, el sentir esa opresión cuando ese Ravenclaw te ah besado…más aun el ver como tu le has correspondido me sentí tan mal y a ti pareció no importarte, cuando te eh cuestionado me has dicho que no recordabas nada y luego…luego ya no logre verte por causa de tu suspensión.
Draco inconcientemente apretaba más y más los puños con los recuerdos regresando a su mente.
- FLASH BACK –
Zabini corría presuroso rumbo a la sala Slytherin era extraño ver a un Slytherin como el romper la pose correcta que un sangre pura de su casa debía tener pero es que la noticia le había conmocionado igual que a Hogwarts enteró, sin embargo, Blaise esperaba ver una reacción en especifico: la de su amigo Draco Malfoy. Esto confirmaría o alejaría las sospechas que tenía desde hace tiempo.
Llegó despabilándose hasta el cuarto el cual compartía con sus amigos y compañeros Draco, Crabbe, Goyle y el mismo, abrió apresuradamente la puerta haciéndola estrellarse con la pared causando un horrendo ruido que despertó a Draco que no había tenido precisamente buen sueño por quedarse pensando en lo hablado con Hermione la noche anterior.
— ¡Que, que pero que!- saltó Draco sobresaltado en su cama hasta hallarse con la cara de Zabini frente a la suya- ¡Serás animal, menudo susto!
— ¡Oye, no estoy tan feo!- se quejó Zabini— ¡Tienes que venir al comedor ahora!
— No me dirás que ahora tienes el mismo apetito que Crabe y Goyle, ¿No?
—¡Sucedió algo!
— ¿Qué?
El comedor estaba llenó pero todos estaban centrados en los Gryffindor que estaban cerca de la mesa de profesores liderados por Harry Potter quien parecía cargarse el peor genio que Hogwarts habría de recordar en sus seis años del chico en el colegio; había otros compañeros de casas, de hecho varios y todos fijos en un mismo punto que era Dumbledore.
— ¡Ah sido injusto!- volvió a reclamar Potter
— No hemos podido hacer nada Harry, el castigó fue ganado-y por el rabillo del ojo dirigió si mirada a Ravenclaw- hubo alguien a quien no le pareció el castigo y han venido hablar por más que lo hubiéramos querido, tuvimos que ejercer la suspensión.
— ¡Pero ella, ella nunca ah faltado a nadie y solo por esta vez…!
— Ella ya se marcho Harry no hay nada que hacer y nada que hablar.
Para ese momento Draco ya había llegado gracias a que Zabini lo había llevado prácticamente volando al Gran Comedor fue entonces que noto que en verdad algo había ocurrido jamás había visto a Potter alzarle la vos a Dumbledore.
— ¿Qué es lo que reclama Zabini?
— Potter reclama por la suspensión, de alguien de su casa.
— ¿Ah si, de quien?
— ¿No lo imaginas?- enarco una ceja Zabini.
— Me lo vas a decir o lo investigo por otra fuente- contesto molesto.
— Es un tanto obvio Draco, Potter solo armaría todo este alboroto y aun más se dirigiría de la forma en que lo hace a Dumbledore por una sola persona.
Draco no tardó en imaginarse a quien se refería Zabini la imagen fue rápidamente a su mente y su entrecejo se frunció mientras apretaba los dientes.
— ¿Hermione?
— Que comes…que adivinas- decía sonriendo por el estado en que ahora había dejado al rubio sus sospechas se iban confirmando.
Cuando Draco iba a continuar un muy enojado Potter salía rumbo a cualquier lugar que no fuera el gran comedor pero en su camino Cho se cruzó y le sonrió de forma coqueta.
— Harry- habló ella.
— Quítate Cho- le dijo exasperado.
— Pero amor…
— ¡No soy tu amor! Y sabes que Cho me tienes harto, porque no solo te vas al diablo tu y todas tus cotorras amigas- dicho esto la retiro hacía un lado y se encamino algún rumbo del castillo.
Draco por su parte ya se iba a retirar de nueva cuenta del Gran salón cuando sintió que alguien le tomaba del brazo.
— Draco- era Debra.
— Suéltame no me vuelvas a tocar- dijo y salio mientras Zabini se burlaba de ella para seguir a su amigo.
— ¡Uy! parece que también ya dejaron alguien más- soltó Parvarti que cotilleaba con Lavander y de nuevo varias risas se oyeron. Debra se giro digna y salio del comedor como minutos antes había hecho Cho ambas totalmente rojas, quien sabe de que.
Llegados a su habitación Draco soltó un puñetazo a la pared dañando un poco sus nudillos y causando un golpe sordo.
— Estoy seguro que esto de la suspensión lo causo Debra- pensó Draco- ¡Demonios ni si quiera puedo reclamar, no eh podido defenderla, y encima de todo se ah ido molesta conmigo- un nuevo golpe a la pared mientras Draco soltaba un fuerte- ¡Demonios!
Zabini sonreía sus espaldas mientras cerraba la puerta.
— Sospechas confirmadas- susurró para sí.
- FIN FLASH BACK –
Esto fue lo que recordó Draco de sus últimos días en Hogwarts además de cómo después de ese momento no había podido dejar de pensar en su amiga y hasta aliada en ocasiones aunque de eso jamás nadie se habría de enterar para todos ellos eran agua y aceite los cuales nunca se han de mezclar.
De cierta manera no esperaba que le afectara tanto lo de la suspensión desde el suceso se había distanciado de todo, había terminado con Debra a la cual creía diferente pero una vez más se habría de equivocar ya estaba rindiéndose en su búsqueda de una chica diferente la cual no le importara ni posición social ni apellido como todas las damas que solo buscaban a Draco por eso o por el poder presumir de ser algo de Draco Malfoy.
En clase ya no prestó atención hasta Snape le llamó al atención y el hecho de los dulces y la carta de su madre tampoco logran mejorar su estado anímico y todo empeoró cuando un dolor se apodero de su pecho lo había sentido desde que saliera de Hogwarts pero empeoro al llegar a su casa y aun estaba presente en él.
— ¿Qué habrá sido ese dolor?-pensaba Draco— jamás había sentido nada parecido, dolía pero también sentía temor de algo o de alguien, tal vez sentí el temor de otra persona mi padre dice que eso puede llegar a pasar pero que solo es cuando existe alguna conexión con alguien o algo pero que yo sepa no estoy conectado a nadie… ¿OH si?
El rubio se hundió en sus pensamientos tratando de hallar alguna explicación que fuera lo suficientemente satisfactoria para su lógica la cual estaba en una lucha con el corazón y ni si quiera tenía idea del porque.
— ¿Y si en verdad sentí el dolor de alguien más?- pensaba Draco mientras se sentaba en la cama— ¿El dolor de alguien más, imposible pero fue un sentimiento o eso creí- el rubio se volvió a recostar mientras revolvía su cabello tratando de hallar ALGO y así pasó largo tiempo hasta que los ojos le traicionaron y cayó rendido en un sueño o más bien una pesadilla.
El mundo mágico se hallaba en un total descontrol tras la noticia que ocupara las primeras planas del profeta "Ataque al ministerio" la noticia se había regado en menos de lo que el ministro de magia hubiera querido que se enteraran aun mas por las dimensiones del ataque por suerte no hubo ninguna vida que lamentar…no esta vez.
Aunque, a partir de eso el ministerio y el mundo mágico estaba hecho un total caos el temor se apoderaba del ambiente y ningún mago tenía sospecha del causante de la histeria de magos y brujas pero más cualquiera el que más lo había resentido era Harry Potter.
— ¿Harry como te sientes?- pregunto Sirius a su sobrino.
— Bien Sirius.
— ¿Ya no más dolores de cicatriz?
— No ya no, seguramente todo fue a causa del ataque del ministerio seguramente el se hallaba contento.
— Seguramente ah sido eso de cualquier forma es mejor que nos mantengamos en el mundo muggle es menos peligroso de lo que ahora es el mundo mágico.
— Para el no hay una frontera que logre evitar que nos encuentre- contesto el ojiverde.
— De cualquier forma no te pienso arriesgar a partir de ahora cuidare de ti- decía desordenándole más el cabello al ojiverde mientras le sonreía en forma comprensiva cosa que Harry agradeció.
Así ambos se dirigieron al mundo muggle Sirius ya había conseguido un apartamento en el centro de Londres muggle, habían abordado una cosa que según Harry le dijo a Sirius era un taxi y es que Sirius no tenía ni mínima idea del mundo muggle, una sola vez había estado en él en una escapada de Hogwarts acompañado de Moony y Cornamenta.
Al llegar a su destino según lo dicho por el taxista ambos bajaron luego de pagar el auto que se había estacionado en un lujoso edificio de departamentos, al entrar al recibidor se hallaron con el encargado del edificio el cual se sorprendió al enterarse que ese hombre que iba en tan lamentable facha había comprado el apartamento más lujoso que tenían ahí.
— Que tipo más raro- decía Sirius a Harry ya en el elevador el cual Sirius examinaba.
— Yo creo que más bien los raros somos nosotros Sirius.
— ¿Y eso porque?
— Bueno no es por nada pero no estamos luciendo exactamente unas galas de ropa.
Sirius esta vez se examino y seguidamente examino a Harry.
— Yo nos veo bastante normal.
— Si pero no para los muggles.
— ¿En verdad lo crees?
— Las túnicas no fueron la mejor elección.
— Entonces tendremos que ir por ropa- decía bajándose del elevador que ya había parado..
Ambos hombres quedaron sorprendidos al encontrarse con el lugar un apartamento a todo lujo de inmediato ambos no pudieron menos que exclamar un "¡Wow!" definitivamente iba a ser un buen verano por lo menos para ellos dos así sería.
Sus ojos se abrieron poco a poco al principio resistiéndose pero poco apoco se fue desesperándose hasta estar bien despierto, se había quedado dormido y ahora su estomago lo resentí pues no había comido nada desde el viaje según las manecillas era media noche tenía dos opciones volverse a quedar dormido o levantarse y comer algo. La segunda opción fue la buena.
Draco se levanto sin chocar con algún mueble o provocando algún ruido que irrumpiera el silencio, noto una de sus capas en un sillón cercano y la tomo mientras se la ponía, bajó las escaleras con sumo cuidado la poca luz de la estancia le hacía ver todo perfectamente bien cuando de nuevo escucho unas voces provenientes del estudio.
— No sabía que conocieras semejante hechizos- escucho decir Draco a su padre.
— Siempre te sorprendo Malfoy- habló una voz más.
— Este día en verdad que lo has hecho todo a quedado mejor de lo que el señor tenebroso había planeado.
— Y solo es la primera fase- sonrió el hombre el cual Draco solo alcanzaba a verle totalmente cubierto obviamente un mortifago el cual al parecer caía en el agrado de su padre. Extraño.
— En verdad has sido una buena adquisición…
— Salud por ello- levanto su copa el encapuchado y por poco Draco alcanzo a ver su rostro pero no lo logro ver bien a ciencia cierta más que unos ojos azules.
— Mejor me marcho antes de que se den cuenta- Draco salio por una puerta trasera de la mansión ya ni siquiera recordaba el hambre que le había hecho salir de su habitación con paso tranquilo se dirigió a las caballerizas, si algo le gustaba hacer cuando estaba en su casa era montar.
Rápidamente llego al que era su cabello preferido entre los demás, un caballo azabache tremendamente imponente entre los demás, el animal no parecía ser lo más agradable del mundo pero que gozaba de una belleza espectacular a los otros caballos les causaba miedo.
— Por lo que veo te han cuidado bien- le dijo Draco al animal mientras le acariciaba- entonces salgamos a dar un paseo.
El rubio coloco la montura y salió a todo galope esa sensación de libertad la disfrutaba como nadie en el mundo el viento agitar su cabello ya sin gel como desde hace unos años ,sentir que no había nada más, que podía ser libre en un mundo de prisión una prisión de oro como en ocasiones llegaba a considerar la mansión Malfoy como en realidad siempre le había considerado.
Llego hasta un risco cuantas veces había deseado caer en él peor jamás se había atrevido. La luna llena estaba en su máximo esplendor después de todo era el inicio de verano; de otra etapa más o ese era el presentimiento de Draco que se mantuvo fijo en la Luna mientras las estrellas se expandían por el siempre cielo azul aun de noche lo era. Siempre había pensado que las estrellas decían mas de lo que los demás pensaban por eso gustaba tanto de verlas, estrellas.
— A ella le gustan- dijo su pensamiento.
— Si a Herm le gustan.
— ¿Y a ti, te gusta ella?
— No.
— ¿Y entonces que hace todo el día en tu cabeza?
— Ella no esta siempre solo algunas veces…rara vez.
— Si claro, engaño más grande jamás se ah visto.
— No es un engaño…no debe ser un engaño ella y yo no somos compatibles aunque a mi me gustara…cosa que no es…somos diferentes…más sin embargo todo es tan absurdo.
— La vida sin ella es absurda- habló el pensamiento.
Draco calló. Miraba al vació preguntándose, ¿Dónde estaría ella? y aunque el rubio no lo quisiera sus pensamientos lo invadieron hasta que el alba apareció y regreso a la prisión de oro.
Silencio…
Susurros…
Voces lejanas…
Silencio…
— ¿Aun no ah despertado?- alcanzo a oír claramente.
— No al parecer el accidente fue grave.
— ¿Qué sucedió?
— Nadie lo sabe.
— ¿Que ah dicho la policía?
— Ya te lo dije, nadie lo sabe.
— ¿Y dices que…?- la mujer paro al ver que la chica en la cama había despertando y cierto temor se reflejo en la cara de la mujer.
Continuara…
