I D E N T I D A D – PREPARANDOSE PARA EL FINAL

— POR: EROL

Draco regresaba de su salida nocturna, caminaba con paso lento cuando un carraspeó lo hizo notar a su padre escaleras arriba, que le miraba de forma interrogativa y con esa fría mirada que parecía un témpano de hielo uno irrompible aun para el chico rubio o cualquiera mas.

— Apenas has regresado ayer y ya comenzaste con tus salidas.

— Necesitaba despejarme.

— ¿De que o debiera preguntar, de quien?

— Nada en especial padre.

— Acompáñame al estudio- ordeno su padre mientras Draco le seguía los pasos.

Su padre se sentó en uno de los sillones cercanos a la chimenea mientras indicaba a Draco sentarse a costado suyo en el otro sillón. El silencio prevaleció por un minuto su padre miraba la llamas de la chimenea cosa que Draco imito al encontrarse falto de palabras o de animo para entablar un intento de conversación con su progenitor.

— Draco.

El chico permaneció en silencio escuchando a su padre.

— Sabes bien que este será tu último año en la escuela y tu primero como fiel sirviente del Señor Oscuro.

— Lo se bien.

— Sin embargo…no lo deseo.

— ¿Cómo?- preguntó creyendo que el oído le fallaba

— No deseo que te unas al señor tenebroso no quiero que llevas una marca de por vida como yo la llevo.

— Padre…- fue lo único que atino a decir pues se hallaba sorprendido ante lo cual su padre enmarco una de esas medias sonrisas Malfoy.

— Draco los últimos acontecimientos me han hecho ver lo perdido de una causa que hace tiempo yo defendía con mi propia vida, sin embargo, ahora veo que solo fue una perdida de tiempo. Te deben sorprender mis palabras pero cuando sea tiempo de que sepas la razón de estas, comprenderás el sentido de las mismas.

— ¿Cuándo será eso?

— Todo a su tiempo, ahora es necesario que aprendas lo último que te puedo enseñar.

— Padre, ¿Por qué suena todo esto a una…despedida?

— Por que tal vez lo sea; ahora, alista tus cosas haremos un viaje uno que debimos hacer hace mucho…habrá que prepararse para el final.

Draco estaba petrificado aun no asimilaba bien las palabras de su padre y no las asimilaría hasta su tiempo mientras Narcisa miraba desde la puerta a su Dragón que estaba muy confundido y una silenciosa lagrima siguió un camino por la piel de la mujer, varias más descendieron por la mejilla de marfil.

Lena lloraba amargamente, se había sentido tan impotente. Algunas frases se repetían constantemente en su cabeza "Yo debí estar ahí…la debí cuidar…fue mi culpa…no debí dejarla" era sus pensamientos mientras una mano se posaba en su hombro.

— Lena no sirve de nada lamentarse además no ah sido culpa de nadie.

— ¡Yo lo pude evitar!

— Yo mismo lo pude evitar pero no teníamos forma de saberlo.

— Perdón- exclamo Lena abrazándose al hombre que trataba de consolarle.

— No hay nada que perdonar- dijo Bryan Wilman mientras sus ojos azules se mostraban sombríos.

En otro lugar no muy lejos de ahí, mas acertadamente en una habitación Hermione comenzaba a tomar mas conciencia. Comenzó a recorrer el lugar con la mirada mientras sus manos se aferraban mas a las sabanas blancas, estaba confundida, no tenía idea en donde estaba cuando abrió los ojos vio a dos mujeres desconocidas, la puerta de esa habitación se abrió y miraba a la castaña desde el marco.

— Hola Hermione- saludo el hombre.

— Hola- conteste mientras el sonreía

— ¿Cómo te sientes?

— Bien, un poco aturdida.

— Eso es bueno, me pareces bien consciente- decía cerrando la puerta- ¿Crees sentirte tan bien como para recordar lo sucedido?

— ¿Lo sucedido?- dije confundida.

— Veo que no.

— Si me explicara- dijo ceñuda.

— Con mucho gusto lo haría pero nadie sabe nada y por desgracia no soy la excepción.

— ¿Qué día es hoy?

— Sábado ya casi domingo has dormido un buen rato.

— ¿Y que se supone hago en…?

— ¿Un hospital, uno muggle?

— ¿Mago?- cuestiono desconfiada Hermione mientras miraba al caballero.

— Si, al igual que tu una bruja.

— ¿Quién es usted y por que sabe de mi?- reclamo en una forma nada cortes.

— Soy alguien que te quiere ayudar- decía aproximándose a la cama.

— ¿Y a que se debe su cuestionable ayuda?

— Carácter fuerte- pensó el- Hermione no se si recuerdas lo que ah pasado apenas ayer.

La chica se aferro mas a su sabana apretando los nudillos mientras buscaba algo…una imagen, un recuerdo pero no nada, solo sombras no recordaba nada de ayer y las palabras de este hombre la hacían sentir más nerviosa.

— ¡Usted sabe algo!

— Nada- fue la respuesta de una mujer que entraba.

— Lena- susurro Hermione.

— Veo que me recuerdas- sonrió la mujer a pesar de la tristeza que delataba sus ojos.

— Bueno mi memoria no ah sido la mejor desde hace tiempo pero si te recuerdo, recuerdo que estabas en la sala en la que yo lloraba, al principio eras una gata y después te mostraste humana como ahora.

— Si, lamento no haberme quedado por más tiempo en esa ocasión- decía mientras tomaba su mano— lamento no haber estado cuando mas lo necesitabas.

— No entiendo bien, ¿A que viene esa disculpa?

— Lena no se refiera nada en especifico- retomo el hombre

— ¿A todo esto quien es usted?- le pregunto Hermione.

— Un gusto, soy Bryan Wilman- dijo haciendo una reverencia.

— ¿Y…?

— ¿Y que estoy haciendo aquí? Te conozco desde hace no mucho tiempo; en verdad, pero aunque te cueste trabajo creerme soy alguien que se preocupa por ti ,no me preguntes las razones solo confía en que yo eh de cuidarte y en mi puedes encontrar a un amigo y un protector

— Disculpe, ¿A que vienen sus palabras?

En ese instante se formo un silencio tenso en la habitación mientras Lena soltaba la mano de su protegida, la rubia se apresuro a salir por la puerta entre gimoteos que dejaron preocupada a Hermione, algo andaba mal y el no recordar nada no le hacía la más mínima de las gracias, pronto la idea de sus padres vino a su mente.

— Mis padres… ¿Dónde están?

— Tú eres la única que puede contestar esa pregunta.

— De poderla contestar no le estaría cuestionando ¿No?

— Hermione nosotros te encontramos a treinta millas de tu residencia con varias heridas, semiinconsciente y al parecer con un golpe a la cabeza, pensamos llevarte a San Mungo pero tu estado era tan lamentable que lo mas acertado fue traerte a este hospital muggle.

— ¿Y quien es usted para hacer todo eso, como se supone que me encontró?

— Ya sabes quien soy yo y no fui yo quien te encontró si no mas bien Lena.

— ¿Qué hacia yo tan lejos de casa?- se pregunto.

— Yo conozco a tus padres.

— ¿Dónde están ellos ahora, ah?

— No hay rastro de ellos al a parecer…desaparecieron.

Un nuevo silencio invadió ese cuarto que Hermione empezaba sentir que le asfixiaba.

— ¿Estaba completamente sola?

— Completamente y ni una sola señal de tus padres, tal vez ellos están bien.

— ¿Usted lo cree?- pregunto esperanzada.

— Yo…- la duda en la voz del hombre hizo un hueco en el estomago de Hermione que sin evitarlo comenzó a llorar amargamente mientras el hombre se acercaba tratando de dar algún consuelo a la chica.

Sirius y Harry caminaban por un centro comercial, el primero era el turista en ese desconocido lugar y el segundo el guía a pesar de tampoco conocer mucho de centros comerciales como su tío, era incomodo para el chico ojiverde las miradas no tan agradables que la gente les dirigía.

— ¿Qué dices que es eso Harry?- pregunto de nuevo Sirius como había hecho todo el camino.

— Una heladería.

— ¡Helados!- dijo Sirius emocionado y de inmediato ya estaban en la tienda.

Ciertamente habían ido a esa centro para conseguir ropa decente, pero hasta ahora no habían comprado nada de lo planeado y es que comprar dulces, golosinas, helados y demás comida no era precisamente el objetivo hasta que por fin Harry hubiera conseguido meter a Sirius a una tienda de trajes.

— ¿Estas seguro que debo probarme esto Harry?

— Si Sirius siempre hace falta tener uno en el armario

Sirius volvió a repasar el atuendo y no muy convencido entro a probárselo al salir realmente relucía bien el traje lección de su sobrino favorito pero al intentar ponerse esa corbata el atuendo ya no le gusto tanto.

—¿Que tal?- pregunto el mereodador.

— ¡Te ves muy bien Sirius!

— ¡ODIO LAS CORBATAS!

— Es parte del atuendo así que déjatela.

— ¿Es necesario?

— ¡Si!

A partir de ese momento los hombres siguieron con sus compras desde ropa hasta cosas que les serian útiles para un buen baño o para lucir simplemente decentes ante los ojos muggles que a pesar de todo los seguían viendo RARO según Sirius.

— Debe ser el cabello- se aventuro a decir Harry

— ¿Eso crees?

— Si bueno habrá que cortarlo.

Una odisea, eso fue lo que tuvo que pasar Harry para llevar a Sirius a una estética aunque sin proponérselo el también había terminado siendo arreglado en ese lugar pues al llegar "Samy" el tipo dueño del lugar había puesto el grito en el cielo al ver el cabello de ambos y así los dos salieron con un aspecto completamente diferente agregándole el cambio de ropa.

Faltaba decir que no fueron los únicos que se sorprendieron con el cambio aun el portero del edificio donde vivían se había ido para atrás al reconocerlos estaban realmente cambiados mucho y muchos mas para el gusto del sexo femenino que se sorprendía ante maravillosa vista.

— Nunca vuelvo a ir a uno de esos lugares muggles la heladería estuvo bien pero todo el ajetreo más no me gusto- dijo Sirius ladeando la cabeza.

— Si fue cansado- asintió Harry pero al ambos verse al espejo callaron toda palabra por un buen rato.

— Abra la boca- dijo el doctor.

Desde que había despertado Hermione habrá estado siendo revisada por medico tras medico, estaba ya muy estresada por esto pero por suerte esta era la ultima revisión pues ese mismo día le daban de alta.

— Muy bien jovencita me sorprende su avance.

— Gracias- contesto aunque por dentro pensaba- todo gracias a las pociones de Bryan y Lena.

Bryan y Lena estaban a lado de su cama el primero con su figura seria aunque en tan corto tiempo Hermione se había dado cuenta de que no era realmente así, en realidad era muy agradable y había dado confianza a la castaña además de hacer mas reconfortante la estadía en tan aburrido hospital. Aun así su animo estaba por los suelos, la imagen de sus padres muertos le daba pánico si bien no estaba confirmada la muerte tampoco había rastro alguno de ellos.

— Muy bien jovencita, esta usted dada de lata- dijo firmando un papel.

La atención dada al doctor se desvió cuando un hombre de mediana estatura entro seguido de otro el segundo fue reconocido por Hermione como el Sr. Grapz abogado de la familia y eso no era ninguna buena señal.

Draco se asombro al lugar que llegaron no parecía realmente algo al estilo de la familia Malfoy.

— Es de la familia Black- dijo su madre tras Draco.

— Ah- dijo el — ¿Qué se supone que vendré aprender aquí?

— La primera clase será animagia- dijo su padre tomándole por el hombro y una autentica sonrisa se forma en el descendiente de los Malfoy.

CONTINUARA…