QUÉ PASARÁ MAÑANA- por Moonlight8
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Descripción: Nuevos retos empiezan para la sailor del planeta de la luna… ¿sabrá enfrentarlos?...
Disclaimer: Como siempre, la serie de anime Sailor Moon corresponde a la gran Naoko Takeuchi

En el capítulo anterior...

-No puedo creer Darien que me creas tan estúpida como para pensar que puedo tragarme esa historia tan absurda… por lo menos deberías darme un poco más de crédito… YA BASTA DARIÉN… deja la parodia de una buena vez… lo único que te puedo decir es que… �¡NO ME INTERESA MÁS ESTAR CONTIGO HAYAN SUCEDIDO COMO HAYAN SUCEDIDO LAS COSAS- dijo gritando Serena, mientras ocultaba en su mirada un par de lágrimas que luchaban por salir y cerraba la puerta con toda fuerza detrás de sí.

-Lo he arruinado todo…-susurró Darien para sí, mientras ocultaba su cara en sus manos ¡Maldita sea- gritó el chico, golpeando furiosamente una de las llantas de su auto con su pie izquierdo. –'Serena… no puedo perderte… yo te amo…'- pensaba el pelinegro rumbo a su casa mientras sentía que su corazón iba a romperse si no pudiera volver con Serena.

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-SEÑORITA MIZUNO… no veo que de loco pueda ver en lo que le he dicho… le estamos haciendo un favor al no manchar su hoja de vida- seguía diciendo el señor alterado por el comportamiento de la chica.

-Pues nadie le estaba pidiendo el favor señor… puede hacer perfectamente lo que quiera, porque yo no haré lo que usted me pide- decía en tono altanero la peli-azul mientras se ponía de pie.

-Pues entonces espero que le sirva para pensarlo la semana de suspensión que le espera- terminó de decir en derrota, mientras le entregaba un pequeño papel a Amy y hacía unas anotaciones.

-Claro, pensaré todo lo que usted quiera… hacía mucho no me tomaba un descanso… gracias señor director- terminaba de decir irónicamente mientras de nuevo se dirigía a la puerta de salida.

¡AH!... y necesito hablar con su acudiente señorita…-

-No se preocupe, se lo diré a mi madre… �¡si quiere le hago una cita con ella!…- gritó por último Amy antes de cerrar la puerta.

CAPITULO 12: DESCUBRIMIENTOS…

-MALDICIÓN�¿POR QUÉ ESTÁ PASANDO TODO ESTO?...- gritaba la chica tirando todo lo que encontraba a su paso al piso. Estaba histérica, fuera de sí, sentía que iba a explotar por dentro si no desahogaba todo lo que sentía… y como un huracán, estaba literalmente destruyendo su cuarto, en unos segundos, libros, ropa y vidrios rotos rodeaban aquel espacio donde habitaba en las noches. Su cara también se hallaba descompuesta por el llanto, tantas lágrimas que había luchado por retener… ahora se habrían paso por sus mejillas sin detención alguna… ¿acaso ya no era suficiente para ella?... ¿Cuántas humillaciones, cuantos desplantes de las personas que se suponía quería tendría que aguantar?... el corazón le dolía a no poder más… no era de hierro, ni una niña caprichosa que no le importaba nada… aunque se esforzara por no demostrar su dolor, ya no podía más… no podía mantener la alegría, la sonrisa en sus labios… sólo había tristeza y un vacío profundo a punto de aniquilarla… lloraba, sí lloraba, reconocía que lloraba como nunca antes lo había hecho, se sentía una niña indefensa en busca de protección… pero no la hallaba en ningún lado, en ningún lugar se sentía segura y menos, conforme… deseaba gritar hasta quedarse sin voz –LOS ODIO A TODOS- Gritó dejándose caer pesadamente al piso sin importarle que algunos vidrios rotos se clavaran en su piel, sintiendo como de repente sus fuerzas la abandonaban y todo se nublaba a su alrededor, hasta hallarse en una total oscuridad, su cuerpo calló al piso mostrando una piel pálida y unos labios azulados cual si la chica se hallase sin vida…

Mama Ikuko junto con Kenji, lograron abrir la puerta que hacía rato forzaban, al escuchar las constantes protestas de la chica a todo pulmón y los estruendos que le acompañaban…quedaron atónitos al ver a su hija tirada en el piso, completamente laxa, rodeada de miles de objetos que yacían en el piso semidestruidos…

¡SERENA- gritó Mama Ikuko corriendo hacia la rubia para alzarla en sus brazos, su cuerpo estaba frío, y por más que moviera a la chica, ella no reaccionaba. Kenji sólo podía mirar perplejo la escena y tras unos minutos de intentos fallidos de los dos padres por hacer reaccionar a su hija, decidieron llevarla a un hospital, su estado no era el mejor y temían mucho por su integridad física.

En el hospital…

Ansiosos esperaban los dos adultos al médico que estaba atendiendo a la muchacha que hasta que ingresó al hospital no había recuperado la conciencia, ambos se miraban preocupados sin atreverse a decir nada, les había tomado por sorpresa lo que había pasado con ella, pues nunca hasta el momento, habían visto en ella señal de estar enferma y… cualquier pronóstico que hicieran, era más que precipitado… pero por sus mentes de padres pasaban muchas cosas, unas aterradoras, otras más que increíbles… pero no podían encontrarse tranquilos… Kenji se paseaba por el corredor de un lado a otro, poniendo aún más nerviosa a Ikuko, que miraba sus manos como el objeto más interesante que encontraba en el lugar.

-… ¿Y bien- preguntó sin preámbulos Kenji al ver salir por fin al doctor Shinji, según aparecía en su escarapela.

-Creo que es mejor que tengamos una charla en mi oficina…- dijo el doctor muy serio haciendo ademán de que lo siguieran al lugar, a lo que los padres de la chica respondieron afirmativamente, nerviosos por el tono en que se había dirigido el señor.

¿Cómo se encuentra…-preguntó dudosa la madre casi inmediatamente que tomó asiento.

-Les seré sincero…- contestó haciendo una pausa –Logramos estabilizar a la chica, su estado no es el mejor, pero por el momento… con un poco de esfuerzo, creo que se repondrá… ahora tienen que brindarle mucho apoyo, en casos como estos… es lo más adecuado que debe hacerse…- decía fijándose en unos papeles para leer el nombre de la paciente –Serena sufre de desordenes alimenticios, desordenes que tienen su origen en patologías de tipo psicológico… esta enfermedad se ha difundido mucho entre las jovencitas… es lo que conocemos por Anorexia…- dijo, haciendo una pausa mucho más larga para dejar tiempo a que los padres digirieran la noticia.

-Pe… pero… ¿cómo?...- preguntó atónita Ikuko, mientras que Kenji sólo esperaba a que el médico continuara.

-Es difícil que los padres se den cuenta de cuando sus hijas han empezado a sufrir de esta enfermedad, en casos como éstos la enfermedad avanza lentamente… las chicas suelen dejarse llevar por los prototipos de mujer que les impone la sociedad… un grave error diría yo… puesto que son pocas mujeres en realidad, las que gozan de cuerpos atléticos, delgados y perfectos… el caso es que la enfermedad surge como un problema de aceptación de su apariencia física, castigándose ellas mismas… privándose de la comida, como es el caso de la Anorexia… -

-Mi hija no puede estar sufriendo de eso que usted dice, ella es una joven muy sana, y siempre come muy bien… ¿cómo es posible que usted diga que eso es lo que le pasa a mi hija si no vive con ella?... – contestaba Kenji a la defensiva, mientras que en la cara de mama Ikuko se formaban gestos de culpabilidad.

-Lo entiendo señor, no vivo con su hija para darme cuenta si come o no… pero la Anorexia provocan desgastes físicos que los médicos sí podemos identificar claramente, y su hija señor… presenta todos los síntomas característicos de anorexia como lo son debilidad, mareo, caída del cabello, trastornos del ritmo cardíaco, bajas en el potasio, resequedad en la piel, anemia-

-NO… mi hija no…- seguía en defensa Kenji pero mama Ikuko lo detuvo.

-No, Kenji… es verdad lo que dice el doctor… ahora que lo pienso mejor… No he visto que Serena haya comido bien últimamente… pero no le presté atención a eso… ella siempre me decía que comía donde sus amigas o cosas así… además… la he sentido mal en las mañanas… pero ella siempre me evadía…- dijo con lágrimas en los ojos.

-Tranquilícese señora…- decía el doctor Shinji –Es normal que los jóvenes evadan a sus padres y que éstos en últimas terminen enterándose cuando empiezan a presentar síntomas como desmayos…-

¿Podemos verla?...- preguntó Kenji.

-Claro, síganme… pero por ahora está sedada, así que no despertará hasta un par de horas más…-

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Miraba como caía la lluvia en la ciudad de Tokio, no tenia nada que hacer, por alguna extraña razón todas sus amigas estaban desaparecidas, las había estado buscando toda la tarde en la preparatoria y no las había podido encontrar, así que estaba sentada en una de las mesas del Crown Center tomando una malteada mirando aburrida a todos los que pasaban.

-hace frío ¿verdad? –preguntaba detrás de ella una voz masculina.

-Aghhhhh... ahhhhh hola Andrew... huy que susto me diste -decía la rubia tomándose el pecho con las manos.

-lo siento no fue mi intención-

-no te preocupes... pero tu acabaste de llegar¿verdad?... estas empapado –decía mirándolo de arriba abajo.

-si, un poco, por hoy terminaron mis clases, pero mejor dime… ¿porque estas tan sola? –decía el chico sentándose frente a la chica, sosteniendo aun el delantal que pretendía ponerse antes de ver a la joven rubia.

-no se, todas tenían algo que hacer así que me toco venir a tomar algo totalmente sola–expresaba la chica.

-y que¿yo no cuento? –decía el rubio mirándola fijamente.

-ah... pues yo pensé… -decía la chica nerviosa rascándose la cabeza¿no tienes que trabajar-

-no todo puede ser trabajo¿cierto? –Preguntaba guiñándole un ojo e inclinándose hacia la joven con una gran sonrisa al tiempo que colocaba sus codos en la mesa para verla con mirada penetrante, poniendo más nerviosa aun a la ya conocida sailor regente del planeta venus.

-Andrew¿estas bien-

-claro, mejor que nunca... ¿porque lo preguntas? –decía aun con esa sonrisa.

-te noto extraño –expresaba tratando de alejar su rostro de el del chico¿sabes? me tengo que ir –decía esta vez tomando rápidamente su maleta y levantándose.

-pero… ¿porque, pensé que íbamos a tomar algo juntos –decía el chico levantándose también señalando la mesa.

-recordé que tengo algo muy importante que hacer –dijo corriendo hacia la salida.

-pero esta lloviendo –comentaba el rubio señalando esta vez las ventanas por donde se veía caer la lluvia.

-hasta luego Andrew, nos vemos después –se despidió la chica a lo lejos agitando su brazo, siendo observada detenidamente por el dueño del Crown.

-será la próxima vez… –susurro el chico mientras se colocaba el delantal sin muchos ánimos.

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-… La nueva técnica de cirugía consiste en… ¿Darien?… ¿me estás escuchando?...- preguntaba el rubio al ver como su amigo parecía estar en cualquier lugar del mundo menos allí junto a él.

-ehhh… ¿qué decías?...- respondió el pelinegro al volver al mundo real.

-Ey! Darien… así no podemos… has estado todo el tiempo pensando en todo menos en el examen que tenemos en dos días… no has puesto atención ni a una palabra de lo que he leído… y yo tampoco puedo concentrarme así…-

-Lo siento Andrew… de verdad lo siento… es que no puedo pensar en otra cosa que no sea Serena… no puedo sacarme de la cabeza lo tonto que he sido y cómo se complicaron las cosas sin necesidad…-

-Pues Darien en eso te doy la razón… no quisiera sonar a disco rayado… pero… "Te lo dije"-

-Lo sé… lo sé… creo que me sentí demasiado seguro de que la tenía conmigo pasase lo que pasase… y ahora no sé que voy a hacer- decía el chico pasándose las manos por su cabello.

-Hermano… creo que estás demasiado tenso… y en estos momentos eso es lo que menos te ayudará… ¿qué te parece si salimos un rato a cualquier lado?... te sirve para que despejes la mente… ya después podremos seguir estudiando…-

-Tienes razón… si sigo así me va a dar algo… ¿a dónde vamos- decía el pelinegro cerrando el libro que tenía en sus manos.

-No sé… ¿que te parece si vamos al bar que queda cerca de ac�?...-

-Genial…- decía el pelinegro sin mucho ánimo.

Horas después……

-Hermano… en verdad te digo que gracias a ti estoy vivo…- decía en un tono muy alto y tambaleándose de un lado a otro.

-Sí si claro… lo sé…- decía el rubio por quincuagésima vez ¿Nos vamos?...-

¡Andrew!... ¿cómo crees?... pero si apenas estamos empezando… hip… - decía el pelinegro agarrado del hombro de su amigo –Andrew… yo te juro que voy a ser un gran médico… hip… yo… yo voy a ser el mejor- seguía con la voz un poco quebrada y un par de gotas saladas en sus ojos.

-Claro Darien… yo lo sé…- decía el rubio un poco aburrido de escuchar lo mismo por casi dos horas… ahora que lo pensaba, no había sido tan buena idea haber invitado a Darien a ese lugar, al principio Andrew no sabía que hacer para que el pelinegro mostrara un poco más de ánimo, pero después de las primeras copas, la efusividad de Darien había cambiado drásticamente… ahora Andrew luchaba por convencer a el chico de que no tomara más… él también estaba un poco mareado pero aún seguía en sus cabales como para darse cuenta perfectamente que su amigo estaba fuera de sí.

¿No te vas a tomar ese?...- preguntó señalando el vaso que estaba al frente de Andrew.

-No no… ya he tomado suficiente…-

-Vamos Andrew! No te acobardes ahora…- decía insistentemente el chico ofreciéndole el vaso al rubio.

-No no… no Darien… en serio que no quiero…- decía el rubio apartando el vaso de sí.

-no hermano… qué aguafiestas!... bueno, si tú no quieres… yo sí- decía mientras se llevaba el vaso a la boca y bebía de un sorbo todo el contenido.

-Darien… yo creo que ya has bebido demasiado… ¿porqué no nos vamos ya-

-que NO… ¿porqué insistes tanto con eso?... si quieres vete tú… yo estoy aquí muy a gusto- respondió Darien un poco disgustado mientras pedía otra copa, Andrew suspiró… obvio que quería irse ya… eran casi las 2 de la mañana, pero ¿cómo iba a dejar a su amigo solo en un estado como ese?.

-Señores lo sentimos mucho pero vamos a cerrar ya…- se acercó a decirles amablemente una chica de cabello negro hasta los hombros y ojos color miel.

-Gracias señorita… sí ya nos vamos…- dijo Andrew suspirando aliviado de que el establecimiento cerrara… él, Darien y uno que otro borracho más eran los únicos que quedaban en el lugar.

¿Cómo?... ¿Nos vamos?... Te irás tú… yo no me voy a ir de acá…-

-Pero señor… no podemos dejarlo aquí… el bar ya va a cerrar…- decía conciliadoramente la chica, Darien la miró por un momento y parpadeo unos segundos más como tratando de entender y luego sonrió.

-Mira ojos lindos…- empezó diciendo mientras se paraba tambaleando de la silla -eres muy amable, muy linda y todo lo que quieras pero yo me quedo aquí…- decía el chico en una actitud un tanto ruda mientras señalaba el piso del lugar. La chica miró a Andrew con ojos de impotencia, suplicándole con los ojos al joven que se llevara al pelinegro de allí.

-No te preocupes… yo me encargo…- la chica esbozó una sonrisa de agradecimiento y luego se dirigió a otra mesa a despertar a otro de los clientes del lugar que se había quedado dormido.

¿TU TE ENCARGAS?... ATREVETE SI ERES CAPAZ- empezó a gritar el chico casi histérico, haciendo sobresaltar a la mesera y alertar al administrador del lugar, pero Andrew les hizo ademán de que él podría controlar la situación.

-Por favor no me hagas esto hermano… mañana tenemos clase… ¿no que era tu mejor amigo?...-

-Claro que sí…- dijo casi a punto de llorar el pelinegro en un cambio demasiado brusco de emociones –Yo… yo te quiero mucho Andrew- terminó de decir abrazando al chico, cosa que aprovecho Andrew para apoyar al pelinegro que apenas se sostenía en pie sobre sí y arrastrarlo disimuladamente hacia la salida.

-"si alguna vez te vuelvo a ver… si alguna vez te vuelvo a tener… oh oh… mi alma danzará de alegríaaaa"…- tarareaba el pelinegro una canción recién inventada por él, gesticulando con su mano libre, haciendo tambalear a Andrew también.

-Darien, quédate quieto que me vas a hacer caer…- decía Andrew tratando de mantener el balance.

-Pues entonces suéltame, yo no necesito que me lleves, puedo caminar solo…- protestó, moviéndose bruscamente para zafarse de las manos del rubio, tambaleando hacia todos lados hasta casi caer al piso.

-Darien¡hombre, no seas tan terco!...- decía Andrew siguiendo al pelinegro, no entendía como era que su amigo, estando en esas condiciones pudiera moverse tan rápido, aun siendo tambaleando de lado a lado.

¡Cállate pajarraco parlanchín!…-

-Ey… ey¿A dónde vas?... por allá no se va a tu apartamento…-decía al ver que Darien tomaba otra dirección – hermano, creo que has perdido el sentido de la orientación…-

-Estúpido loro… ¿por qué no se calla?...- murmuró, haciendo caso omiso a los comentarios del rubio.

-Darien… ey¿A dónde vas?... vamos a tu casa… ¿quieres- decía impotente el rubio agarrando a su amigo por los hombros para tratar de desviarlo hacia el camino correcto.

¡Déjame!... ¡Déjame!... no me dejas encontrar lo que quiero…- decía volviéndose a apartar de Andrew.

-Oh-oh… Darien no… hacia allá no… es muy tarde…- dijo al darse cuenta de los propósitos del pelinegro, pero él no escuchaba, Andrew no le iba a impedir hacer lo que quería y así, con el rubio pegado a su espalda como garrapata llegó a su destino. El chico sonrió al mirar hacia una ventana, que en este momento se encontraba a oscuras.

-Serenaaaaaaaa- empezó a gritar.

-shhhhhhhh…… Darien deja de hacer ruido… los papas de Serena nos van a matar…-decía Andrew agazapado.

-SERENA! AMOR MÍO!...- siguió gritando.

en la alcoba de Serena

¿Quién es ese idiota que hace tanto ruido?... ¿A quién se le ocurre hacer visita a esta hora?...-se preguntaba mientras se daba vuelta para tratar de conciliar el sueño –'Justo empiezan a hacer ruido cuando comenzaba a dormirme…'- pensó enojada, pero a pesar de que se tapó con la almohada la cabeza seguían gritando y esta vez distinguió la voz de quién gritaba y qué era lo que decía, la estaba llamando a ella, pero –'¿cómo se le ocurría aparecerse a esa hora?...'- pensó mientras se disponía a levantarse antes de que sus papás se despertaran.

Con Darien

-Vamos Darien¡vamonos ya!... ¿ves? Ella está dormida… no va a salir… deja que descanse tranquilamente… mañana hablas con ella…- decía en tono conciliador el chico, y al ver como Darien daba vuelta, pensó que había logrado su cometido, pero No, estaba muy equivocado, lejos de querer alejarse del lugar, el pelinegro ahora hacía algo que a Andrew lo dejó boquiabierto, había recogido unas pequeñas piedras del piso y las lanzaba contra la ventana del cuarto donde dormía Serena. Andrew palideció al oír ruidos en la casa, ahora sí que estaban en problemas, de seguro el papá de Serena estaba a punto de salir con una escopeta en mano.

-Qué se supone que están haciendo ustedes dos aquí- dijo Serena enojada al salir y ver a los dos jóvenes muy campantes al frente de su casa en plena madrugada.

-Serena… lo siento, no pude hacer nada… le dije a Darien que era muy tarde pero no me quiso escuchar…-se disculpó el rubio.

-Serena… cariño…- decía el pelinegro acercándose a la chica.

-Darien, no te da vergüenza… mira en el estado que estas…-decía mirando al chico con desprecio.

-Serena… por favor… tienes que escucharme... yo…-

-Quieres irte por favor… es muy tarde… y no quiero que mis papás se despierten…-

-No… escúchame…- dijo agarrándola de la muñeca –Serena… yo… yo te amo…-

-Darien… por favor…- rogaba la chica tratando de zafarse –Vete…-

-Sí, Darien, es muy tarde…-

¿QUIERES CALLARTE DE UNA BUENA VEZ, ANDREW…- gritó el chico mirando con enojo al rubio.

¿Quieres bajarle al tono de voz?... vas a despertar al vecindario entero…-

-No me importa… sólo quiero que me perdones…-

-hablamos mañana… ¿quieres?...-

-No, no quiero… te quiero a ti-decía acercándose a la chica para acariciarle la mejilla.

-Darien…-

-Darien, vamos… razona, es muy tarde… debemos irnos… Serena tiene que ir a estudiar mañana, y nosotros también…-

-QUE NO ME VOY A IR…- volvió a gritar.

-Shhh… no grites…- le dijo Serena al ver que en una casa vecina habían encendido las luces, de seguro que se habrían despertado por el escándalo, al menos sus papás parecían estar muy dormidos¿Qué hacemos?...- preguntó la chica a Andrew, al ver que Darien estaba fuera de sí y era imposible razonar con él, el rubio solo se encogió de hombros, ya estaba harto del pelinegro, de seguro cuando estuviera en sano juicio se las pagaría.

-Darien… es en serio… vamos a tu casa… además… Serena nos acompañara…-

¿En serio Sere…- preguntó el chico con los ojos totalmente iluminados.

�¿QUÉ!...- Exclamó ella sorprendida.

-Claro que sí… Sere¿cierto que nos vas a acompañar a casa de Darien?...- decía el chico mirando a la rubia, pidiéndole con los ojos que no se negara, no veía otra forma de llevarse al chico de ahí.

-ehmmmm… sí, Darien… voy con ustedes…-contestó renuente.

-Entonces… ¿qué esperamos?... ¡Vamos!...- dijo animado abrazando a la chica, haciéndola tambalear por el peso.

-Por lo menos ayuda¿quieres?... por si no sabías, Darien pesa…- susurró la chica a Andrew.

-Oh!... claro, claro…- dijo agarrando a Darien por el otro hombro, esta vez sí que estaba recargando su peso y sí que estaba oscilando de un lado a otro.

Después de muchos tropiezos, los dos jóvenes pudieron llegar al apartamento de Darien y convencer a éste de que se acostara, claro, no sin antes repetirle unas 100 veces que Serena se quedaría con él, cosa que la chica hizo sólo para librarse de él pues no le había hecho mucha gracia tener que salir de madrugada de su casa, encima en pijama, sólo porque al joven se le había antojado.

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-entonces nos vemos en una hora en la cancha, esta vez si los acabamos –decía riéndose un chico de cabello castaño y ojos verdes a sus amigos alejándose, todos vistiendo el uniforme de una de las secundarias de la ciudad, caminaba a paso rápido debía llegar a casa, comer algo y cambiarse para el partido de fútbol que tenia en una hora contra los estudiantes de otra de las secundarias de la ciudad de Tokio, pero al tiempo no ponía la mas mínima atención a nada mas, cuando al pasar por uno de los callejones cerca de un colegio privado sintió que algo duro le caía en la cabeza, era una mochila que venia del cielo ¿Pero las mochilas no caen del cielo, así como así, pensó el joven, a menos que alguien las tire, dirigió su mirada a la pared superior del muro que separaba la calle del instituto y vio a una niña que trataba de saltar sujetándose de la pared, niña que aun no se percataba de la presencia del castaño, la joven miraba el piso buscando su mochila-

¿buscas esto? –decía el joven con una pequeña sonrisa a quien la mochila le había dado en la cabeza.

-si, es mía –decía asustada una niña pelinegra, con mirada violeta- démela!

¿sabes?... Esto –expresaba enseñándole la mochila a la pelinegra- me dio en la cabeza –señalando esta vez su cabeza- y me dolió –decía como si nada.

-nadie lo mando a que se atravesara-

-y a ti nadie te mando a que la lanzaras, ahhhh pero eso solo debe ser por una razón, no me digas que una niña tan linda piensa capar clase… – Preguntaba con picardía- eso no se ve bien-

-eso no le interesa, déme mi mochila –decía con rabia.

-tampoco es para que te pongas agresiva conmigo, aunque el que debería estarlo soy yo… pero no lo estoy, solo quiero una disculpa-

-déme la mochila-

-solo tienes que decir lo siento –decía el joven con voz calmada alejándose de la chica a medida que esta se acercaba amenazadoramente.

-lo... siento –decía lentamente y entornado los ojos con rabia¿contento? Ahora déme mi maleta-

-lo ves, no era tan difícil –decía extendiendo su brazo para entregar la maleta negra- ahhhh me gusta tu uniforme –decía mirándola de arriba abajo, la chica miro su falda y sus mejillas empezaron a tornarse de un color carmín, su falda se había rasgado al pasar la cerca, dejando ver parte de su pierna derecha y ella no lo había notado.

-idiota –le dijo pasando rápidamente por su lado sin siquiera mirarlo intentando cubrir con sus manos la falda rota, si lo miraba, el notaria que estaba avergonzada y no le daría ese lujo.

-también me llaman Sammy –gritó el joven viendo como se alejaba la pelinegra- aghhhh –decía por fin fijándose en la hora- ya me cogió la tarde por culpa de esa niña –y salió disparado en dirección contraria a la chica dirigiéndose a su casa, ahora ya no tenía tiempo de comer si pretendía llegar a tiempo al juego.

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-Me alegra mucho que me llamaras…-

-No sé si haya sido lo correcto pero… necesitaba hablar con alguien… y siento que en ti puedo confiar… a veces siento que ya no puedo más…- decía la rubia mirando al piso.

-No digas eso… tú eres una persona muy fuerte… muy especial…- decía el chico haciendo que la princesa de la luna alzara su cara para mirarlo, viendo en sus ojos una profunda tristeza ¿qué te hace decir eso?...-

-Es que… todo mi mundo se ha derrumbado… las personas que quería me han dado la espalda… y… me siento sin fuerzas para continuar… además… no sé que me está pasando…- decía bajando su mirada a sus manos en su regazo. Fox solo podía sentir un profundo dolor en su corazón por ver la chica en ese estadoél sabía que sufrimiento era lo que venía para ella, que por esa razón estaba él ahí, el estaba destinado a protegerla… y lo que venía, aunque el no supiera bien qué… era algo que pondría a prueba la entereza de la chica, podía sentir como ya había empezado el ciclo.

Lo único que se le ocurrió fue abrazarla –No te preocupes chiquita, no importa lo que pase… yo estaré aquí para ti-

-Es que… en serio no sé que me está pasando…- decía ahora entre sollozos, empapando al hombro del muchacho con gotas saladas –yo…yo… no sé… mis padres no creen en mí… sé que algo me pasa pero… NO SOY ANOREXICA!...- siguió diciendo negando con la cabeza.

¿De qué hablas?...- preguntó dudoso el chico, intuyendo lo que podía aquejarla.

-No sé como explicarlo… pero he estado sufriendo desmayos y… en la última vez mis padres me llevaron al hospital y me diagnosticaron anorexia… pero te juro que yo no…-

-No tienes que jurarme nada, yo te creo…- dijo interrumpiendo las palabras de la rubia.

-Es que… estoy segura a que se debe a algo con…- la chica sólo se quedó en silencio mirando al lago que tenía en frente. Fox la miro fijamente… ¿acaso era hora de decirle quien era?... ¿debía decirle que el sabía?

¿Con tu identidad secreta?...-preguntó él, haciendo sobresaltar a la chica en sobremanera que trataba de articular palabra, más de su boca no salía nada.

-Co… Cómo es que… ¿Cómo es que sabes?...- pudo decir al fin.

-……- El chico de cabellos castaños solo se limitó a mirar hacia el horizonte, en su mente buscaba las palabras adecuadas para explicarle a la rubia el porqué sabía ciertas cosas.

-Fox, mírame… te estoy hablando… ¿Cómo lo sabes-

-También viví en una vida pasada en el reino Lunar…- respondió de pronto.

�¿QUÉ!...-

-Sí, Serena… sé que esto te toma por sorpresa… pero desde que estaba muy chico empecé a tener visiones… visiones de cosas que no entendía… pero que poco a poco pude ir descubriendo, es una historia larga…no me pidas que te diga quién era antes… porque ni yo mismo he logrado descifrarlo bien… sólo se me reveló en sueños que había vivido en el reino lunar, que era un guerrero, y que así mismo en esta vida lo sería… desde entonces, tenía pesadillas recurrentes, pesadillas que sólo se fueron cuando empecé a entrenar para mi misión ahora y a investigar un poco sobre lo que veía en ellas… gracias a esas investigaciones descubrí muchas cosas… entre ellas la del mito de la princesa de la luna, y que esa princesa ahora estaba en esta época bajo la identidad de sailor moon, y con un poco más de esfuerzo logré averiguar que sailor moon eras tú…- Fox miraba la cara de perplejidad de la rubia, esperando que dijera algo.

-No… No puedo creerlo…- susurraba la chica, más no tuvo tiempo de pensar más sobre el tema, porque un profundo dolor en sus sienes la hizo gritar de dolor y agarrarse la cabeza, sentía que de nuevo iba a desmayarse. –No! Basta!...- empezó a vociferar mientras se levantaba del banquillo en donde se hallaba.

-Serena… Serena, escúchame… no dejes que te venza, tienes que soportarlo…- decía Fox tratando de calmar a la chica, mientras esta seguía gritando. –Serena, mírame… mírame- pedía el chico mientras la obligaba a alzar su cabeza y trataba de que ella enfocara su mirada en él –Eso es… eso es… concéntrate… aclara tu mente…- seguía diciendo el joven al ver que la chica menguaba sus gritos y trataba de mantener su mirada fija en Fox –Eso es… no tienes porque dejar que el dolor te venza, no tienes porque desmayarte… eres mucho más fuerte… ¿A dónde sientes que debes ir ahora?...-

-Están acá…- dijo con voz agitada.

¿Ac�?... ¿en la reserva?...-

-Sí… por allá…- dijo señalando débilmente con su dedo índice hacia un lugar lleno de árboles.

-Bien, muy bien… es lo que debemos hacer ahora…- decía moviéndose en compañía de la chica hacia el lugar, pero unos pasos más adelante, Serena perdía el equilibrio, y por poco cae, de no ser por los brazos de Fox, que lograron capturarla a tiempo –¿Estás bien?…-

-Me siento débil…-respondió ella recargándose aún más en el chico.

-No seas consentida…- dijo de repente, con voz fría y semblante serio a la vez que soltaba a la rubia para que se sostuviera por sí sola –No es momento para debilidades… que no te ha pasado nada… ¡Vamos!...- dijo casi ordenando mientras se ponía en marcha, sin siquiera voltear a mirar a la chica, algo que a Serena la dejo aturdida, pero a la vez la obligó a sacar fuerzas para continuar.

Cuando llegaron al lugar, vieron a varios grupos de personas tiradas en el césped, Fox se acercó a ellas, para comprobar que sólo estaban desmayadas, sin ninguna herida aparente. En el lugar reinaba un silencio inusual, no se sentía ni el trinar de los pájaros ni el crujir de los árboles al ser mecidos por el viento, es más, no había viento, algo que extrañó al chico. Iba a voltear en busca de la rubia, cuando escuchó la voz de esta.

¡Suéltalo de inmediato- Fox se dirigió guiado por la voz hacia un lugar más apartado, cerca de una gruta natural.

Al llegar allí vio a la rubia transformada en sailor, enfrentada a una chica vestida con un enterizo negro, con una capucha que dejaba en sombras su rostro.

¿De nuevo tú?... qué fastidio!... ¿no te puedes quedar en casa viendo la tele mientras hago mi trabajo- dijo la chica mirando a la rubia, sin dejar de perder el control sobre su víctima, un hombre alto de cuerpo atlético, de unos 30 años.

-Lamento decepcionarte, pero es que quiero barrer con los estorbos como tú… ¿por qué no sueltas al señor?... ¿qué es lo que buscas?...-

¿aún no lo sabes?... jajajaja… y pensar que esta es la niña que era merecedora de poseer el conocimiento del universo… no podían estar más equivocados, Nix tiene toda la razón… mejor no estorbes tú… Egle, haz tu trabajo…- y dicho esto, apareció de un costado otra chica, de cabellos rubios que llegaban hasta sus talones, casi blancos, piel resplandeciente, vestida con una ligera tela blanca transparente, que envolvía todo su cuerpo, sus ojos estaban cerrados, más aun así no tenía problema de moverse sin chocar con nada.

-Con que esta es la niña… qué débil… no puedo creer que el señor Nix haya pasado dificultades por tu culpa… no sé como una insignificancia como tú pudiera ser la desgracia de los akiliar- decía aún sin abrir los ojos, mientras Ker se centraba en su víctima, situando su mano a la altura del abdomen del chico, haciendo que éste se doblara hacia atrás gritando de dolor. Al ver esto, Serena se dispuso a atacar sin perder tiempo.

-Sublime meditación Lunar- pero apenas si su ataque salió que Egle abrió sus ojos.

-Resplandor- gritó dejando que de sus ojos saliera una luz que cegó todo el lugar por varios segundos, Serena sintió que todo su cuerpo se inundaba de un dolor insoportable, mientras la luz permanecía obligándola también a cerrar sus ojos, Fox sólo observaba sin ser afectado por el ataque, pues un campo de energía lo protegía. Cuando la luz se disipó, se podía ver a una sonriente Ker, viendo fascinada un cristal luminoso parecido a una flor amarilla de la que se desprendían 10 puntas de color púrpura.

-El tercer chakra… por fin tenemos el auténtico Manipur chakra… vamos Egle, ya no hay nada que hacer aquí-

-Pero yo quiero matarla…- decía mirando a Sailor Moon aún en el piso.

-Ya sabes que la necesitamos, sin ella no podemos hacer nada…- dijo mientras desaparecía con Egle, mientras Serena sólo observaba.

�¿QUÉ DIABLOS ESTÁS PENSANDO!... ¿PORQUÉ NO HICISTE NADA- empezó a gritar Fox al acercarse a la rubia.

¿De qué hablas?... son muy fuertes!...- decía mientras trataba de incorporarse.

¿Fuertes?... ¿Y qué?... ¿Cuál es tu misión acaso?... quedarte viendo… NO… es proteger a las personas si no me equivoco…-

-Pero es que acaso no viste, ni siquiera sé que es lo que buscan… además estoy muy débil-

-Si no puedes hacer nada¿para qué siquiera te molestas en transformarte?...- Al comentario, Serena esbozó una expresión de culpabilidad, pero a la vez dolida por la forma en que Fox le estaba hablando.

-Levántate de ahí…- dijo casi ordenando –Tenemos que identificar quién es la víctima…-

¿Por qué me reprochas que yo no haya hecho nada si tu tampoco hiciste el menor movimiento?...- preguntó la rubia cuando al fin pudo ponerse en pie.

-Porque no es mi pelea… no me corresponde intervenir… No estoy destinado para eso…- dijo casi para sí mismo mientras se encuclillaba para ver quién era el hombre que había estado en manos de Ker.

–Es el ecologista Jinjiro…- comentó Serena al ver que Fox no daba con la identidad del hombre.

-Ecologista… Manipur Chakra… centro energético de la abundancia de la Divina Madre Naturaleza…- susurró pensativo, tratando de correlacionar las ideas.

¿Qué?... ¿De qué hablas?...-

-Ahora no importa, luego te explicaré… por lo pronto hay que llevarlo a un hospital…-

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-hola preciosa… ¿porque tan solita?– trataba ella de ignorar los susurros que escuchaba al pasar cerca de los callejones oscuros aledaños a su casa- si deseas… ¿te puedo hacer compañía? –escuchó detrás de ella una voz ronca.

-y si quieres yo te ayudo –escucho frente a ella a un joven robusto de cabello oscuro enmarañado y no muy buen aspecto el cual se interfería en su camino.

-permiso –dijo la chica tratando de ocultar su nerviosismo.

¿qué¿no te gusta nuestra compañía? – preguntó uno mas de los jóvenes que la acorralaban.

-creo que a nadie le puede gustar, así que por favor déjeme pasar-

-si, pero si me das un besito –decía el primero de los tres mostrando en una fea sonrisa sus dientes amarillentos y señalando descaradamente su mejilla.

-en tus sueños –decía la chica mirándolo amenazadoramente tratando de esquivarlo para seguir su camino, siendo detenida por los fuertes brazos del hombre frente a ella, pero lo que el chico no sabia era a quien tenia en frente, no era cualquier chica, sino la mas fuerte del grupo de sailors interiores del sistema solar- se lo pedí por las buenas, pero no quiso, así que tocó por las malas –decía cogiéndolo por el cuello de la camisa y lanzándolo con fuerza contra una pared dejándolo inconsciente, pero cuando intento seguir con su camino los dos jóvenes que se encontraban a sus espaldas la sujetaron con fuerza impidiéndole moverse, la chica gritaba e intentaba soltarse, pero los jóvenes eran mas fuertes de lo que parecían.

-oigan manada de aprovechados, suéltenla –gritaba a sus espaldas un chico de cabello castaño un poco largo el cual era sostenido por una pequeña coleta, de mirada negra intensa y piel blanca.

-huy! Ya llego el héroe –reían socarronamente quienes sostenían a la chica alta de cabello castaño y ojos verdes.

-solo unos cobardes como ustedes pueden atacar a una mujer en manada¿es que no saben que a una bella chica no se le toca ni con el pétalo de una rosa? –preguntaba con seriedad.

-jajajajaja –se reían con cinismo- que romántico jajajajaja jajajaja –reían ambos con mayor intensidad dejando de apretar a la joven ojiverde quien aprovechó el momento para encajarle a uno de ellos un fuerte rodillazo en el estomago dejándolo arrodillado en el piso e inmediatamente después ante la impresión del otro chico propinarle una impresionante patada en sus partes nobles dejándolo tirado en el piso moviéndose desesperadamente a causa del dolor, después de tales acciones los miró con desprecio y recogió su maleta que había caído al piso para retirarse.

-oye… ¿estas bien?–escuchó la chica a sus espaldas.

-claro que estoy bien –lo miró de reojo.

¿no te lastimaron? –preguntó de nuevo preocupado el joven.

-tranquilo Mark, estoy bien –dijo la chica con una tierna sonrisa.

¿cómo sabes mi nombre? –preguntó el chico.

-jeje porque estudiamos juntos-

-ahhhhhh tu eres Lita –dijo él con asombro- jajajaja lo siento no te reconocí –decía acercándose con las manos en la nuca... -oye pero ¿de verdad estas bien-

-si tranquilo estoy bien, me sé defender sola-

-si, eso veo –expresaba asombrado mirando de reojo a los hombres que yacían inconscientes aun en el piso¿vives por acá cerca? De todos modos es peligroso que andes por aquí sola, esos tipos pueden buscar venganza-

-jejejejeje no creo que deseen -decía esta vez deteniéndose frente a una pequeña casa- aquí vivo¿quieres pasar a tomar algo? Así te doy las gracias –decía algo cohibida por la intensa mirada del chico.

-gracias de que si tu hiciste todo, pero de todos modos si te acepto un refresco –decía subiendo las escalones al segundo piso siguiendo a la castaña-... Solo recuérdame no hacerte enojar –decía con una hermosa sonrisa haciendo sonrojar sin darse cuenta a la joven sailor del trueno.

Aquí va uno que otro nombre que he utilizado en el fic y su significado.

Ker Muerte. Nix Noche. Egle resplandeciente. Hipnos personificación del sueño.

Ahh y gracias a todos ustedes por sus reviews!

Con cariño,

Moonlight8

Escrito: 21 de Agosto de 2004

Editado: 4 de Febrero de 2005