QUÉ PASARÁ MAÑANA- por Moonlight8
Rating: G
Nota: Sailor Moon le pertenece a Naoko Takeuchi y el uso de sus personajes sólo se hace con intención de recrear la imaginación.
En el capítulo anterior...
¿Quién eres?...- preguntó Tuxedo Mask con suspicacia. Fox lo miró con algo de enfado.
Sólo alguien tratando de ayudar…- pero el pelinegro seguía mirándolo con desconfianza –No hago parte del enemigo…- agregó.
¿Fox?...- llamó una voz conocida por todos.
Sailor Moon…- susurró el pelinegro al ver a la rubia. La chica se sorprendió. Apenas se daba cuenta de que Darien y las chicas estaban allí.
¿Estabas aquí y no viniste a ayudar?...- preguntó enfadada Mars. ¿Pero qué es lo que tienes en la cabeza?...- la rubia la miró indignada e iba a responderle cuando Fox se le adelantó.
No creo que sea hora de pelear… además, ustedes no hicieron nada, sólo han hecho que den de baja a una de las de su grupo…- le dijo Fox con voz fuerte y mirada severa haciendo que Mars hiciera mala cara, pero no se atrevió a decir nada más, ella sólo fue a ayudar a Lita y Amy con Mina.
¿Lo conoces?...- preguntó el pelinegro, sin evitar pensar que el chico se le hacía conocido de algún lado mientras se acercaba a Serena que miraba desde lejos a las chicas socorrer a Mina. Después de todo, le preocupaba. Pero sabía que ya no se podía hacer nada por el momento.
Sí, es un amigo…- dijo la rubia volviendo la mirada hacia él, mientras Fox llamaba por su celular a una ambulancia.
Ya está… ¿nos vamos Serena?...- preguntó Fox cuando terminó con la llamada. Serena sólo asintió con la cabeza mientras evitaba la mirada inquisidora de Darien y se detransformaba. Darien no pudo sorprenderse más. El chico sabía la identidad de Serena y a ella no le importaba. ¿Quién era?
Tuxedo Mask ¡ven a ayudarnos!... ¡Mina está convulsionando!...- oyó decir a Amy interrumpiendo sus pensamientos.
Nos vemos luego Darien…- dijo la rubia antes de irse y el pelinegro no pudo hacer nada por detenerla o averiguar más, tenía que ayudar a las chicas.
CAPÍTULO 16:HAY QUE RECORDAR EL PASADO...
Si tanto te importa lo que digan en palacio puedes irte, no me importa, por mí, puedes hacer lo que quieras, yo puedo pedir un entrenador nuevo y se acabó el asunto...
-No se trata de lo que piensen, se trata de quien eres tú, quien soy yo y de tus responsabilidades... sabes que tu madre no va a estar de acuerdo con esto, y menos si tratamos de desafiarla.-
Se encontraba en un lugar nuevo, extraño para ella, pero a la vez acogedor, el chico había hecho de su estancia algo placentero, pero... estando allí, tras cuatro paredes de un cuarto desconocido que no era el suyo, no podía evitar pensar en él, aquel a quien había llegado a considerar su hogar a pesar de todo, donde estaba él, ella se sentiría bien, solía asegurar... pero ¿ahora?... ¿qué pasaría ahora que había decidido que su corazón no le pertenecería más?... se sentía vulnerable y frágil, con ganas de que las cosas hubieran sido diferentes, con ganas de no haber sentido la ausencia del pelinegro a pesar de verse con él, con ganas de no haber sentido que él no quería confiar en ella, con ganas de sentir que el aun le pertenecía, con ganas de pertenecerle también a él... pero... ¿qué más daba?... se había enfrentado a sí misma y se había desafiado hasta por fin admitir que debía dejarlo, que debía dejar que se fuera y no tratar de retenerlo, no había logrado nada con eso...
Suspiro para luego dejarse caer pesadamente en la cama, recorrió el lugar con la mirada, Fox se había preocupado de ambientar el cuarto para ella, un colgante rústico de lunas en el techo, las paredes pintadas de un tono pastel, más claro que el resto del lugar, una lámpara de… ¿una pareja?... se quedó fascinada viendo aquel objeto, le recordaba a las imágenes vagas que tenía en mente de sus sueños… él, un joven apuesto con mirada decidida, llevando su armadura y la espada a un costado y ella, sonriendo feliz de estar a su lado…
Le gustaba esa imagen que estaba viendo, por alguna extraña razón se le hacia cercana sin saber el por que.
-Kyros…- susurró inconcientemente antes de caer en un pesado sueño que era extraño para ella, que se había acostumbrado a contemplar el amanecer casi todas las madrugadas.
0000000
En otro lugar, un pelinegro de ojos azules no dejaba de pensar en como la situación se le había salido de total control con la rubia, no podía ser posible que en tan poco tiempo hubiera perdido amor, confianza, entrega, todo venido de una misma persona, que por estupidez había decepcionado. Haber aclarado el malentendido con Crystal no había sido suficiente para que Serena regresara a sus brazos, a pesar de que le sonara ególatra, incluso a él mismo, le parecía mentira que aquella chica que solicitaba su atención y protección a todas horas, de un momento para otro, se hubiera alejado de él.
Pero eso no era todo, no sólo se había alejado de él, ahora resultaba que había alguien, cuya existencia en la vida de Serena el desconocía –pensaba que ella le contaba todo- y que por si fuera poco, al parecer conocía la identidad de la rubia.
No pudo evitar que le hirviera la sangre cuando, en el último encuentro con ella, el joven desconocido le pidiera a su…. –negó con la cabeza al darse cuenta que todavía no se acostumbraba a que ella no fuera su novia- a Serena que se marcharan y ella, sin importar que estuviera hablando con él, aceptara obedientemente.
No le iba a importar lo que habría de hacer, pero estaba seguro que tenía que averiguar quien era ese chico que al parecer conocía tanto de Serena. No iba a permitir que cualquiera se aprovechara de la situación en que estaban ellos dos para quitarle lo que le pertenecía, eso sí que no…
0000000000
-¿Cómo sigue?...-
-Igual, ensimismada, en otro mundo… no responde a ningún estímulo exterior…-
-Chicas, la verdad no sé que tan buena idea sea dejarla aquí en el hospital, todas sabemos que lo que le causó el estado en el que está no ha sido ningún evento normal, y desde que los médicos la examinaron y dijeron que no tenía ninguna herida ni lesión aparente…-
-Lo sé Rei, pero aquí al menos estarán al pendiente de ella, nosotras no podemos cuidarla todo el tiempo…-
-Amy tiene razón… con todo lo que está pasando no nos será posible estar al pendiente de ella…- Rei tuvo que admitir que sus amigas tenían razón, pero le dolía ver a la joven rubia así, la miró por un momento y no pudo más que sentir un vacío en su corazón, estaba totalmente pálida, sin un ápice de color en su piel, el cabello totalmente enmarañado a causa de los ataques repentinos de euforia que ahora sufría, murmurando y gritando cosas que al parecer, carecían de toda lógica. Lo que sea que le hubiesen hecho con el ataque que había sufrido días antes, le habían robado toda su vitalidad y la habían alejado de este mundo para dejarla en algún lugar en el limbo.
-Volveremos pronto…- le susurró al oído pero la chica siguió tan impávida como si hubiese hablado el viento.
-No podemos seguir así, ya es suficiente chicas, siento que estamos dando vueltas sin sentido, poco sabemos de el nuevo enemigo que ha aparecido y ya dieron de baja a una de las nuestras, ni siquiera sabemos que le pasa pero ya no podemos contar con Mina, no sabemos si lo que tiene ahora pueda progresar, no podemos contar con Serena… así que en total somos 3 chicas contra "los akiliar" , son muy fuertes y no hemos logrado hacerles nada de nada, si continuamos así, estaremos todas fuera de combate en dos peleas más como mucho…- Hablaba la peliazul que después de horas de investigar y teclear en su computadora trataba de razonar, queriendo ganarle a la impotencia que sentía en ese momento sin obtener ningún resultado.
-¿Y qué es lo que sugieres entonces Amy?...-
-Creo que debemos hablar con las outers… ¿Qué?... No me miren así- replicaba la joven al ver la mirada de reproche y desconfianza de las otras dos chicas. –Sé que ellas siempre han estado del lado de Serena y que probablemente ahora también lo estarán, pero en este momento no se trata de lo que ocurre entre nosotras, se trata de lo que ocurre con muchas personas inocentes, o ¿acaso por qué peleamos?... ¿sólo por nosotras?...- Las otras dos chicas sólo atinaron a bajar la cabeza, era cierto, estaban siendo muy egoístas e insensatas, lo que estaban poniendo en juego valía 1000 veces más que su orgullo.
000000000000
-Pensé que ya no vendrías…- replicó el joven vestido con ropa deportiva que se encontraba sentado en una de las bancas del parque al sentir a alguien más sentarse a su lado.
-No seas exagerado, sólo son las 6: 35 de la mañana…-
-5 minutos de retraso, en otrora eso era suficiente para pensar que ya no llegarías… La puntualidad era una de tus mejores cualidades…-
-El pasado es el pasado, hoy somos otros ¿no?- El joven de cabellos castaños esbozo una sonrisa ante lo dicho.
-En eso tienes toda la razón, es otra vida… pero… como quiera que sea, por nuestro linaje es necesario que recordemos lo que fuimos… pero no todos lo han hecho- dijo de forma reflexiva.
-¿Crees que sea necesario que…?- Fox no le dejó terminar la frase.
-Es necesario… De lo contrario, los akiliar no se hubieran empeñado en opacar sus memorias…-
-Entiendo…- aceptó Artemis –Entonces creo que procederé a decirle todo…-
-Oye¿Qué acaso estar en ese cuerpo de gato por tanto tiempo te afectó las neuronas?- dijo de forma sarcástica mientras que el ex – felino lo miraba con cara de pocos amigos.
-No, creo que al contrario, a ti te haría muy bien estar en esa forma un tiempo, así podrías tener un ego un poco más chico…- el chico sólo negó con la cabeza.
-Lo que necesito, es que utilices tus facultades mentales para que desbloquees la memoria de Nicolas y así el por sí mismo pueda recordar… Contarle todo así sin más le crearía un fuerte shock… No comprendería…. Y eso sólo nos retrasaría más de lo necesario…-
-Pero…- dudó el joven de cabello blanco.
-No me digas que no sabes como hacerlo…- Artemis enrojeció mientras que Fox negaba con la cabeza –Eres un minino muy perezoso… creo que esto te servirá a ti también como entrenamiento…-
-Ya está bueno Fox, creo que estas abusando ¿eh?- protestó aun apenado.
-Jejeje, lo siento, no puedo evitarlo... todavía me parece increíble que el rígido y serio del Artemis haya pasado tanto tiempo como un gato…- dijo palmoteándole la espalda.
-Ehmm… ¿Cómo está Serena?- cambió hábilmente de tema, no le gustaba ser objeto de burla, menos de Fox. La cara del castaño cambió totalmente a una completamente seria.
-Ella está mejor… se está quedando en casa…- Artemis levantó una ceja en señal de incredulidad.
-¿Ah?... ¿Si? Y ella sabe que…-
-No, no sabe, y es mejor que no lo sepa, al menos no hasta que no lo recuerde...-
-Espero que no estés viendo este encuentro como una segunda oportunidad… nosotros tuvimos la ocasión de ver el futuro y en ese futuro ella estaba muy bien con su novio de ahora…- Dijo a manera de consejo.
-Corrección, ex – novio, además creo que en el futuro nada está escrito de forma definitiva, lo único que cuenta es el presente… Y este encuentro, lo veo como lo que es, una oportunidad de conocernos nuevamente, lo que pase después sólo será decisión de ambos que nada tendrá que ver con el pasado… - Dijo de forma casi agresiva después de lo cual se levantó del asiento –Espero que hagas un buen trabajo y Nicolas recuerde pronto su pasado y a su hermana Serenity, necesitamos unirnos…- Acto seguido se marchó dejando a Artemis un poco descolocado.
Fox corría de forma desaforada queriendo desvanecer los pensamientos que había dejado sembrados Artemis en su mente cuando sintió que una mano se aferró de la suya de forma firme haciéndole detener bruscamente.
-El poder de la joven poseedora del conocimiento del mundo la destruirá, dejarla débil puede ser la única forma de salvarla… de lo contrario morirá- Le susurró, cerca al oído de forma autómata una jovencita de cabellos negros.
-Hotaru¿que haces?...- preguntó su acompañante extrañada.
-¿Eh?...¿Qué?... ¿De qué hablas?...-
-De lo que acabas de decirle a él¿Lo conoces?...- Dijo señalando hacia el castaño, a lo cual Hotaru miró a Fox, chocando con su mirada. Después de unos instantes, reaccionó.
-Oh, lo siento, disculpe- le dijo, soltándole, dándose cuenta por primera vez que su mano se asía a la de él de forma aprehensiva.
-No te preocupes pequeña… ¿Hotaru te llamas?- preguntó Fox.
-Sí, ese es mi nombre, ah! Y no soy pequeña…-replicó.
-Esta bien, jovencita, mucho gusto… mi nombre es Fox- dijo ofreciéndole su mano.
-Mucho gusto…- contestó, estrechando su mano, mas por cortesía que por deseo propio. –Bueno, ya nos vamos… hasta la próxima- se despidió rápidamente halando a su amiga consigo.
-Hasta pronto jovencita… Ah! Y no te preocupes, Serena está conmigo y cuidaré bien de ella, Sailor Saturn…- le susurró el también, haciendo que la joven se detuviera bruscamente y se girara para mirarlo, a lo cual Fox le guiñó el ojo –Aquí está mi número telefónico- dijo entregándole una pequeña tarjeta –Llámame y te daré la dirección para que nos visites…-sugirió.
00000000000
-¿Qué hacen aquí?...- preguntó altaneramente.
-Queremos hablar con ustedes…- dijo la peliazul cortésmente.
-No creo que tengamos algo de que hablar…- siguió diciendo la rubia.
-Déjalas pasar Haruka…- dijo Michiru desde adentro, a lo cual la rubia se hizo a un lado para dejar la entrada libre sin mucho convencimiento.
-Entonces están aquí para…- preguntó Haruka de forma hosca.
-Ustedes saben lo que le pasó a Mina, no creo que debamos seguir corriendo el riesgo de que pase lo mismo con otra de nosotras, aun a pesar de las diferencias…-
-¿Y saben ustedes acaso lo que le pasa a Serena?...- Las tres chicas se miraron con incredulidad.
-No estamos hablando de ella precisamente…-
-¿Entonces de quién?... ¿de Mina?...-
-Serena siempre ha sido el elemento de la discordia entre nosotras, pero no, no quiero que hablemos de ella, hablo de pelear juntas-
-Qué conveniente para ustedes…- dijo con aire sarcástico.
-¡Ya basta Haruka!...- reprendió Michiru –Pelearemos juntas porque es lo más sensato que podemos hacer… No creo que problemas personales deban interferir en nuestra misión…- dijo, mirando a Haruka y a Rei, que eran las que estaban más visiblemente alteradas. –¿Esta claro para todas?- Cada una asintió, menos Haruka que permaneció inmutable. -¿Haruka?...- preguntó la aguamarina pidiendo una respuesta de la rubia
-Haré lo que sea necesario para acabar con esos granujas …- dijo con desgano, acto seguido se marchó.
000000000
-Dame tu brazo…- dijo en tono autoritario y severo.
-No quiero!- casi grito alejándose de él.
-No estoy bromeando, deja de ser tan caprichosa y dame tu brazo…-
-NO! Me vas a hacer daño con eso…- dijo casi llorando y señalando un objeto que le parecía demasiado filoso para su delicada piel.
-YA ES SUFICIENTE SERENA, VÉN ACÁ Y DAME TU BRAZO!- Gritó Fox haciendo que la rubia se sobresaltara con su tono de voz –No te lo estoy pidiendo, te lo ordeno…- dijo ya en un tono más bajo, a lo cual la rubia se acercó a él de forma renuente, puso su brazo en manos del joven y cerró los ojos.
-¿Acaso siempre tendré que gritar para que me obedezcas?...- Le dijo aprisionándole el brazo de manera fuerte con una pequeña cuerda –Es por tu bien…- La joven esperaba por el fuerte dolor al que temía pero no llegó. –Ya está…-
-¿Qué?... ¿Eso fue todo?- preguntó asombrada.
-Sí, llorona… eso fue todo…- Dijo pasándole la mano por la mejilla.
-No dolió- Dijo en tono alegre.
-No comprendo como enfrentaste a tantos enemigos y ganaste batallas y le temes al dolor del aguijón de una jeringa...- dijo negando con la cabeza.
-Voy a cambiarme para irnos… ¡Ah! Y yo no obedezco a nadie, que quede claro…- respondió de forma hosca.
-Claro como el agua…- dijo sonriendo y luego se dirigió a uno de los últimos cuartos de la casa, el más pequeño, allí se había esmerado en preparar un mini laboratorio para uso personal, le gustaba esa área, y podía haberse pasado allí tardes enteras haciendo análisis de tejidos, sangre y otras cosas no muy agradables para la mayoría.
Puso unas gotas de sangre de la rubia en el microscopio y observó.
-Esto es…- hablaba para sí mismo cuando sintió algo que rozaba su pie que le hizo sobresaltarse pues se hallaba muy concentrado, el movimiento brusco de su mano hizo que el microscopio se tambaleara quedando en el borde de la mesa, a punto de caer el piso. –Argh!... Qué demonios…- miró al piso en busca de aquello que le rozó. –Luna!... ¿Qué haces aquí?... ¿Cómo entraste?...- se sorprendió.
-Ahhh, así que me reconoces…¿Porqué yo no…? – preguntó la gata.
-¿Artemis no ha hablado contigo?...-
-Sí, de hecho lo vi muy bien, más alto de lo usual… Y me dijo que tu le ayudaste a volver a su forma humana… lo que no comprendo es porque tú puedes hacer eso…-
-Luna, supongo que Artemis te habrá dicho que hago parte de la dinastía lunar, y no es un secreto para ninguno de nosotros que cultivábamos muy bien nuestras habilidades…-
-¿Quién eres?...- preguntó suspicazmente la gata –Estoy segura que Artemis lo sabe, pero no quiso decirmelo…-
-Bueno, pues si supones que es así, si no te lo dijo ha de ser por algo… ¿No crees?... Recuerda que la curiosidad mató al gato… en este caso es de forma literal lo que te digo…-Dijo en forma burlesca.
-No juegues conmigo, no creas que voy a permitir que Serena esté contigo si no sé quién eres…-
-Ya lo está…-dijo en tono desafiante.
-Aun puedo hacer que se aleje de ti…-
-Si quieres hacerle daño, hazlo- Dijo simplemente.
-¿Qué quieres decir?...-
-Tu eres su guardiana y debes velar por su seguridad, y créeme, no estará más segura que conmigo…-
-Quiero que me conviertas en humana a mí también…-
-Ahhhhh…. Con que esa era la razón de tu visita… ¿Temes perder a Artemis¿Eh?-
-Puedes hacerlo o no…- le desafió.
-Eso, mi querida Luna, tendrás que pedírselo a Serena…-
-¿A Serena?... ¿Crees que si Serena supiera como hacerlo, no lo hubiera hecho ya?...-
-No lo sabe, pero puede aprender contigo…- dijo sonriendo.
-No lo creo... – dijo temerosa.
-Entonces, quédate así…- Dijo y sin esperar respuesta, volvió a su tarea de mirar por el microscopio.
-Oye! Es de mala educación dejar a alguien hablando solo…- Pero el chico hizo caso omiso, aunque rato después se volteó a mirar a la gata.
-Luna¿sabias que la sangre de Serena está envenenada?...-
-¿Qué?... ¿Cómo puede ser eso?...-
-Tiene tanto veneno en su sangre como para dejar muertas a 10 personas…pero aún así, sigue en pie, como si nada… ¿Sabes como pudo suceder eso?...- La gata meditó por un momento.
-El único evento en el cual Serena pudiera resultar envenenada que se me ocurre fue en una pelea que tuvimos en la cual le hirieron el vientre, pero la herida le cerró por sí sola…-
-Esto es muy extraño…- reflexionó el castaño –No tiene ningún síntoma de envenenamiento…-
00000000000000000
Era un día tranquilo, sin mayores sobresaltos, la casa estaba silenciosa, no había quién le molestara, podría traer a sus amigos sin tener que preocuparse porque alguien entrometido viniera a arruinar el momento, inmiscuyéndose en sus conversaciones de hombres, mama Ikuko lo había aprendido muy bien, pero su hermana, era otra cosa… debería estar feliz¿cuantas veces había deseado ser sólo el en casa?... ahora su deseo era realidad, pero ¿porque se sentía que le faltaba algo?... ¿Por qué se empeñaba en ir una y otra vez a la habitación de su hermana, esperando verla allí?... La quería más de lo que se permitía admitir, eso era verdad, por eso la extrañaba, en realidad sus peleas con ella, no era más que una excusa para sentirse cerca de ella. Sentía que ella había fabricado una máscara para usar con ellos en casa, pero había descubierto que la rubia era mucho más madura de lo que todos pensaban, la había visto salir muy a menudo en las noches y regresar pasada la madrugada, muchas cosas extrañas sobre ella las había callado para sus padres, como queriendo ser cómplice de sus secretos… pero quería saber, quería ayudarla a despejar esa tristeza que siempre escondía en sus ojos.
00000000
-¿No querrás que yo pase por allí?- Preguntó incrédula.
-No veo porque no…-
-Pero…- antes que pudiera protestar más la empujó hacia delante, obligándola a dar unos pasos hacia el pequeño puente que yacía entre dos terrenos de tierra, surcados por un lago, pero eso no era lo que le preocupaba, el puente, más que puente, parecía una barrita de equilibrio en la que su tamaño, hacía imposible apoyar todo un pie, y por si fuera poco, el paso hacia el otro lado estaba adornado de grandes bultos que se balanceaban de lado a lado. Sólo pudo caminar dos pasos antes de ser arrojada al agua por uno de los bultos.
-Fox, ayúdame…- Pidió desde el agua la rubia.
-No lo creo…-
-¿Y como quieres que me salga de aquí?... El terreno está muy alto…- Dijo quejándose.
-Es tu problema…- dijo dándole la espalda –Quiero que para el final del día hayas cruzado por lo menos dos veces… No quiero trampas…- Dicho esto, el joven se marchó, dejando a la rubia sola en medio del agua.
Continuará…
Notas de Autora: Espero que les haya gustado este capítulo porque la verdad que casi no sale de mi cabeza…Siento la demora en actualizar, sé que las excusas sobran, lo único que puedo decir es que faltó inspiración. Ah! Pero por favor no crea que abandonaré la historia, nop, la seguiré hasta el final.
Gracias a todos los que me apoyan con sus reviews, a:
SHIRAZE ASAKURA TAO, Ginny Potter W, Yael111, LMUndine, CleoFrhismanAldry, Pandora no Rea, Pola Kaiou, Rosario, Randa1, Eliz, Delaila, Lady Palas.
Y especialmente, a Alexandra Somers, que me recordaba siempre que tenía un capítulo por actualizar y sus ganas de ayudar, que me dieron un par de ideas.
Y a mi amiga Tatekanine, por dar largas a la apuesta, y así poder compartir la pena… jejeje Nena, mis lectores me necesitan, recuérdalo…
Con Cariño,
Moonlight8
