.-.-.-.-.-.-.-.-.- Parte III: An angel for your loneliness .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. .-.-

-Discúlpame Hermione, discúlpame…- explicaba el muchacho nervioso, haciendo gestos incalculables y movimientos con sus manos, pero la muchacha no reaccionaba seguía absorta en su pensar... con las lagrimas bordeándole el rostro y con una inquietud más grande que su ser mismo, carcomiéndola desde el centro de su cuerpo hasta recorrer un perímetro incontable de su existir.

Draco la volvió a observar, y rogó con todo su corazón, rogó que la muchacha no tomara aquel beso, aquella expresión de cariño que él le había dado, como una vil burla hacia ella.

-Hermione... escúchame- clamo Draco, pero la muchacha solo miraba al vació sin vacilación...

Llevo sus dedos hasta chocar con las comisuras de sus propios labios, sintiéndose tan llena, Hermione volvió a mirar a Draco, a un Draco inquieto y preocupado, con una mirada sincera y expresamente cálida.

Entendió entonces el verdadero significado de un amor, de un beso. Comprendió al fin lo que significaba enamorarse- que iba más allá de ilusionarse- entendió que aquel sentimiento iba más allá que una simple palabra mal pronunciada, que un simple gesto, que una simple caricia.

Entendió que su cuerpo, su alma, su todo: había entrado en una inmersión total de expresiones, que era cierto ello que se podía odiar con tanto Amor a una persona: Draco era prueba de ello.

Comprendió, a final de cuentas que aquel encuentro que habían tenido con Draco la primera vez que sus seres se conocieron, no era más que un movimiento sutil del destino por empeñarla en hacerla creer en el amor.

Y ella comenzaba a creer en ello, porque estaba cien por ciento segura, que el amor existía ... y existe. Que puede disfrazarse, encubrirse de mil maneras, para cautivarte y atraparte. Ella infaliblemente lo entendía ahora.

Es cierto, su relación hasta ese entonces era escuetamente peculiar, pero también es cierto que –aunque ella no lo notase- se había cautivado. No necesitaba una razón más precisa para amarlo más que esa misma. Por que aunque no lo quisiera Hermione Granger había aprendido a adaptarse y acoplarse a su forma de ser, había caído rendida enteramente por aquel mirar, por aquel cielo apasionante que reflejaban sus ojos. Había estado con él cuando había surgido un problema. Y él había compartido con ella sus locuras... sus arrebatos, había sabido entregarle un abrazo y una mirada en el momento más oportuno para ella y es que aunque él no lo quisiera, inconscientemente, había hecho que la muchacha se enamorase locamente de él.

"Enamórate de alguien que te ame. No te enamores del amor, enamórate de alguien que este enamorado de ti."

Draco la miraba expectante, sus manos trataban de coger las de ella, pero se lo auto negaba. No daría ni un movimiento más hasta que Hermione reaccionase de aquel pensar.

Pero su amor había resultado extrañamente más dominante que él; eso era una sensación nueva para el muchacho que se había acostumbrado a no querer, ni a sufrir por una ilusión. Estaba enteramente preso entre las redes de su propio poema y lo mas paradójico de ello es que él, no quería salir de aquel enredo.

Había disfrutado conociéndola: había disfrutado hablando, encarando y soñando con aquella mujer que ahora tenía frente a él. Y no negaría en aceptarlo, claro que no, La amaba.

Draco la amaba.

Arrebatado y guiado por una loca pasión Draco deslizó sus dedos entre los de la muchacha, la miro expresamente a los ojos y le susurro un te quiero.

Un te quiero.

El corazón acelero sus latidos, la adrenalina se hizo presa de aquel cuerpo...Hermione sentía que su ser no vacilaría en romper el equilibrio con su mente:

Dios ¿qué había escuchado?

Sus ojos buscaron los de Draco y su mirada se fundió en la suya, Draco la cogió suavemente, su corazón latía enérgicamente, el sentimiento los embragaba suave y cálidamente. Apresó más sus manos con las suyas. Y Hermione sonrió.

Bésame...Bésame mucho.

Hay infinidad de parejas en esta vida. Todo absolutamente todo tiene la dualidad mostrada en cada punto.

Existe el ying y el yang; la luna y el sol, el cielo y la tierra, los peces y las aves, el agua y el fuego...entre muchos.

Como todo lo dualizado en esta cultura, Hermione, tenia su contraparte perfecta: ciertamente perfecta, porque ella lo había encontrado, lo había atrapado y cautivado. Y es cierto que eran realmente opuestos en muchas cosas y aspectos, Pero para ellos, eso era el punto de magnificación que tenia la relación.

Se conocían a la perfección y su analogía era realmente peculiar...

Queda mucho por decir y poco por explicar, pero por algo debemos acabar la historia ¿verdad?