-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.Epíteto de un amor anunciado:-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

...Quiero flotar en tus mares, volar en tus brazos gritarle mis penas a Dios...

Hermione miraba nerviosa a minerva, sus ojos vacilaban en mirarla directamente, así que se detenían en el marco de la venta o meramente en su vestido... pero no en sus ojos.

Una inquietud entera comenzaba a embriagarse de su ser, de su existir.

-¿y bien?- pregunto la profesora moviendo levemente su cabeza, al punto que sus gafas se deslizaron por su nariz, hasta la punta.

-Hermione se mordió suavemente el labio inferior, en verdad le había fascinado el resumen del teatro que su profesora- por ahora- le había enseñado, pero sin saber ciertamente el porque comenzó a sentir aquel cosquilleo, nada nuevo para ella, en el centro de la barriga, como si algo emocionante fuera a sucederle. ¿¿no se entiende?...como cuando sentimos aquel "monstruo" de emociones al abrir un regalo nuevo. Cuando entendemos que definitivamente ese día será diferente.

Aquel día en particular Hermione se sentía así.

Minerva la miraba ansiosa:

-Dígame señorita Granger , ¿qué le pareció?

En verdad la historia la había cautivado... llenado y atrapado completamente, pero – siempre nos colocamos un pero- pero el trabajar con Malfoy, cuando había luchado por apartarlo, por olvidarse y por recomenzar una nueva vida en todo el sentido sin él. volver a verlo ahora... trabajar por completo con él. Eso ella no lo soportaría.

Claro que no. Ella no podía desvanecer el trabajo que tanto le había costado. Porque estaba segura que apenas lo viera nuevamente todo, absolutamente todo en ella, cambiaría.

-Dígame ¿qué le pareció?

Suspiro largamente como para ordenar sus ideas y encontrar las palabras precisas para explicarle a la profesora, que ella, no podría hacer ese teatro.

Boqueó una y otra vez y cuando estaba decidida a hablar sus frases se perdieron en el sonido de la puerta y la estrepita entrada de Draco...

Sus ojos se dilataron al verla ahí, con la piel bronceada y esos cabellos castaños que hacían notar mas sus profundos ojos. No miró a la profesora por unos segundos, pues sus ojos se perdieron en los pardos de ella. Hermione se mordió levemente el labio inferior- y eso fue un gesto de total seducción para el muchacho- sus cuerpos reaccionaron ante el carraspeo de Minerva.

Malfoy, se acomodo en la silla dispuesta al lado de la muchacha e inmediatamente su profesora (ahora coordinadora de aquella actividad) le alcanzo el guión de su nueva propuesta.

Con unos dedos temblantes, Hermione tomó las manos de Draco, antes que este pudiera comenzar a leer el escrito.

-No te preocupes, te aseguro que te encantará.- le susurro.

-Draco sonrió abiertamente y miró a la profesora- Estoy ciertamente seguro que será una verdadera historia de amor, profesora, de esas que tanto le gusta que hagamos, así que no tengo dudas de iniciar ya.

La mujer de cabellos canos, pero castaños, los quedó mirando, por unos momentos había notado cierta tensión en los muchachos que tenía al frente, pero ello se había desvanecido ante la caricia de Hermione a Draco.

Ahora solo ahora se veía un brillo peculiar en sus miradas, lo que hizo que por un momento minerva pensará que algo comenzaría, pero la idea se desvaneció tan pronto se había creado.

Porque ellos ya no se querían ni se añoraban de la manera en que alguna ves lo habían hecho

¿o si?