Hola, hola, mis preciosos niños y niñas de todas las edades. Uy, eso sonó circense. El caso es que aquí estamos, de nuevo, una semana más con un nuevo capítulo de este fict, lleno de misterios, aquí aclaramos alguno. (Al fin) Claro, que también aparece alguno más. (O no) Pero antes de eso, vayamos a la sección de halagos, críticas, amenazas y preguntas:

Caperucita Roja: Mira, una fan de la Loveday. Que muestras de cariño que la dais... Pues va a ser que no la mando a Durms... Durnst... Bueno, la escuela esa de los glaciares. Es que no la iría bien para el cutis. Chao.

Ginny84: No te canses cielo, por mucho que te esfuerces jamás entenderás como James se enamoró de otra, y más en concreto de Loveday. No lo entiendo ni yo, y eso que lo he escrito. En fin, aparte de que la chica sea rubia, guapa, tenga un tipazo y no le monte los perifostios que le lía Lily, no creo que tenga el menor atractivo. Sí, esas frases made in Loveday son la caña. Muaks.

Noriko (7): Hola guapa. ¡Bienvenida a casa! Aunque dentro de nada te largas de vacaciones, que envidia a la playita... Mm. Me alegra que te gustara Madrid, y más importante, que sobrevivieras a la primera impresión. ¿Del autobús te bajaste en Mendez Álvaro? Uf, es que ahí hay más ladrones que en una película de la Mafia. Y las obras, es que a Gallardón de pequeño no le dejaban jugar con el lego y ahora que es alcalde se quiere curar el trauma. O eso, o que busca petróleo. No lo sé. Ahora nos leemos. Muakis.

Gerulita: No sé de que chica me hablas, pero fijo que Loveday esta de por medio. Sí lo del vídeo era buena idea, aunque la vergüenza que pasaron James y Lily fue tremenda. Besos.

steffy potter: .¿Que tal los finales, guapa? Seguro que de fábula. ¿Ya los terminaste? Muchas gracias por el tiempo, guapa. Besines de apiserum. Que fijo que lo necesitas.

Made: Bueno, alguien que no se mete con Loveday sino con Jack. Ay, no me digas que no te ríes. Venga, va. Que las dos sabemos que con Remus no va a sacar más que ese beso, y entre tanto nos reímos con ella un rato. Ah, no espera, que veo que también tienes tu momento "odio a Loveday" la verdad es que yo prefiero lidiar con novias celosas, estilo Bell, que las comprensivas estilo Loveday. Conociendo a Lily lo esta llevando con mucha calma. De Voldy, ahora sabrás lo que quiere de Lily. Besitos de caramelo.

Kurumi-desu: Siento defraudarte, pero la famosa película favorita de Snape y que conserva Joy, es "Sentido y Sensibilidad". ¡Que mala eres! Pues aunque no lo creas si tuviera una película así de Snape, más de una me la compraría. Me parece que el único lado oscuro que tiene la Loveday, es el de la sombra de ojos. Kisses.

Iraty Rowling: Ey, sí mi fict es más interesante que tus apuntes culpa a los profes y no a mi. Son ellos los que te ponen cosas sin argumento. Yo a Will con rollo fijo, la verdad es que no lo veo, más que nada que el chico se lo pasa en grande. Además, si falla eso, siempre hay más opciones. ¿Eh? Joy no tiene estrés de séptimo, ella esta en sexto. Como Evy. Besitos de algodón de azúcar.

Adrea-Black: .¿Qué tal, preciosa? Espero que ya estés libre de tu reclusión y qque te sirviera de algo. Yo a James ya le sacudí con un bate de goma espuma y nada, que no reacciona. Lo malo es que Lily se ha hecho con él, y va sacudiendo batazos a todo Dios. (Ays. Lily. Estate quieta, coño.) Que pesada. Bueno, al menos aún no la dio a la pelirroja por técnicas más agresivas porque sino me parece que cierto moreno y cierta rubia, va a terminar muy mal. Besotes bien gordotes. PDTA: Te entiendo, es que te pone los ojos de Bambi que a perdido a su madre: ya a ver quien se le resiste. (Ays) Vale, Lily. En cuanto pueda la quito el bate. Más besotes.

sOfIa: Esa es la pregunta del millón. ¿Cómo neutralizar a una novia pasiva? De todas formas, yo creo que la falta de celos de Loveday es cuanto menos rara. Entiendo que no vayas por ahí en plan paranoico, pero es que con Lily tiene que tener más ojo. Yo creo que el mundo no se acaba todavía, lo malo sería que Jack respondiera correctamente a una pregunta de McGonagall. Will te ha impresionado, je, je. Espero que tome precauciones. Bueno, vale, le buscaré algo a Jesse. Pero tranquilidad. Muaks.

Dimebonitareina: Por partes. Sí, Loveday fue druida antes que vampiro. Lily, ahora verás lo que es. No creo que Jack lo adivine. Lo de porque Lily no recibe clases particulares, creo que sale en el 13, que pronto leerás. Que fue Sheila, es una teoría. Puede no ser ella. Las preguntas sobre James y Loveday, la respuesta es sí. La razón por la que Evy no ayuda a Lily, yo creo que es porque la da miedo liar más aún las cosas. Pero Sirius y ella trataron de que James no estuviera con Loveday, pasa que no pudieron evitarlo. Yo creo que a Will le va a durar la etapa y Jack, la verdad es que esta como una cabra, pero se la va venir a la milla. Besos.

Saphira: Antes que se me olvide, me hace mucha gracia cuando traduces al castellano el nombre de la Loveday. Siento que le hayas tomado manía a James, pero seguro que tenía una buena razón... Mejor, dicho más le vale tenerla. Aunque eso de que ha olvidado a Lily no se lo cree ni él. Lo de Joy y Will estaba tanteando el terreno, pero no parece tener mala acogida. Vamos a ir un paso más adelante. Ya me dirás que tal. Muak. PDTA: a ver para subir un ff, es largo, mejor déjame tu mail, cuando firmes y yo te cuento.

Ivy potter black: Tranquila, y piensa que si me matas, no sabrás nunca la respuesta a esas preguntas. Más que nada que viene en este capítulo. Bueno, alguna te la contesto desde ya: Samuel se fue a Australia con su familia. Creo que Remus esta descolocado. Un besín cielo.

AnnaTB: Bueno, en defensa de Joy y Will no sabían que era una película X. En defensa de James y Lily... Digamos que no me pagan lo bastante para ser su abogada defensora. Bye.

VeriBlackPotter: Hola, muchas gracias, me alegra que te guste la historia. Sí, Loveday es algo desquiciante aunque luego es buena chica. ¿Qué? A mi no me cae del todo mal. Sólo es rara, aunque yo apoyo a Lily. (Y no solo porque la pelirroja parezca estar lista para lanzarme una maldición prohibida.) Sobre el triángulo Jack/Remus/Bell, yo no me pronuncio que luego la gente dice que tengo favoritismo. Es que yo a esta historia no la veo fin, así que en principio 40. Pero pueden ser más. Apunto el mail. Muakis.

K-rmen: Tranquila, chica, entiendo que Loveday te estrese, pero tu cuando te pase deja de leer, respira tres segundos profundamente y verás que se te pasa un rato. ¿Tu crees que Jack va bien? Bueno, viento en popa va, lo que no sé si va directa a una tormenta de granizo. Cuidate tu también mucho.

Noriko (8): Pues no se me había ocurrido que Voldemort atacara la Terpsícore para convertir Hogwarts en un campo de batalla, pero con lo retorcido que es el tío, no sé porque me sorprende. Ja, ja. Que bueno, me habían dicho muchas cosas de Loveday, ninguna buena, pero lo del oso amoroso nunca. Que bueno. En realidad, el nombre es el de un personaje de Rosamunde Pilcher. Eres la única que se me queja de velocidad, es más ahora la moda es escribirme un RR para decirme que nunca antes me habían escrito, me retraso mucho al actualizar, y que nunca más me van a volver a dejar RR. La gente que es muy "maja". Besos de magnun. (Escoge el sentido que quieras, pero el gusto esta delicioso.)

Shen-Tao: Pobre Joy. Es que aunque tu ex sea un capullo xenófobo que se ha unido a una secta de psicopatas, la primera ruptura es difícil de superar. Chao.

Noriko (9): Si te digo la verdad como a James le tengo asegurado a todo riesgo, si Lily le causa daños graves, el seguro me paga un pastonazo. (Más un par de milloncejos de Snape.) Y claro. Una es un ser humano y necesita dinero para ir de compras. También me preocupa la salud mental de Dumbledore, porque yo ni hubiera puesto a Remus de profesor particular de Jack ni por todo el oro del mundo. (El dinero no es lo más importante, y mi lobito encuentra siempre mejores formas de compensarme.) Sí, a mi también me sentaría mal, pero bueno, conocemos a Bell, no creo que se quede de brazos cruzados sin hacer nada mientras Jack le levanta a Remus. ¿Te apetece otro beso de mágnum? Muakis, para que no te empaches.

Aloromora: Sí, la verdad es que yo tampoco entiendo la calma de Loveday, yo a mi chico le hubiera montado un circo de tres pistas por menos. Gracias por ser tan maja y comprensiva. Suerte con el nuevo fict. Muaks.

Y se acabo con la sección de halagos, críticas, amenazas y preguntas... Ahora ya sí, os dejo con el capítulo. ¡Disfrutadlo!

Por amor al arte 12.

Sueños... ¿O no?

¡Joder!. ¿Cómo se podía besar tan bien? Pensó la morena, mientras dejaba que el chico hiciera lo que quisiera con su lengua, dado que lo hacía tan perfectamente bien que Joy logró olvidar que estaba besándose totalmente desnuda con Will...

Siempre pensó que llegado ese momento y estando con un amigo, estaría nerviosísima. O peor aún, que se sentiría tan ridícula que no podría parar de reír. O más horrible aún, que al verla desnuda el que no podría parar de reír sería él.

Pero no, era al contrario. Nunca se había sentido tan bien en su vida. Y es que ningún chico la había besado así en su vida... ¡Joder! .¿Cómo se podía besar tan bien?

Justo cuando iba a empezar lo bueno... Isis la tiró una almohada a la cabeza que hizo que Joy bajara del mundo de los sueños a la cruel realidad.

.- ¡Arriba, dormilona! – Ordenó la oriental. - Deja de pensar en tu Snape que tenemos un día duro por delante.

.- Isis, hoy hay reunión de profesores y no tenemos clase. – Comentó Lily desde su cama, de donde no se había movido.

.- Es verdad. – recordó Isis. - ¿Y entonces por qué Jack lleva media hora despierta?

.- Tiene clase con Remus. – Contestó Evy simplemente, logrando aclarar las dudas de la prefecta oriental. Ahora a Jack, le había dado por registrar los baúles de sus amigas en busca de "ropa sosa", vamos, algo que tuviera más de 20 cm de tela.

.- Ah. Lo siento, Joy. Sigue durmiendo.

¡Que cachonda! .¡Como que iba a poder volver a pillar el sueño justo dónde lo dejo! En vista de que aquello era imposible, Joy se limitó a arrebujarse entre las sábanas y a meditar un poco sobre su vida.

Una cosa estaba clara: no podía seguir así. No podía pasarse la noche soñando con Will y el día pensando en volver con Snape. Uno era pasado y el otro sólo un amigo. La culpa la tenía Jack, por supuesto. Si ella no hubiera dicho que la convenía acostarse con Will para solucionar sus problemas, Joy no tendría esos sueños con su hermano.

Lo peor de todo era no poder contárselo a nadie. Isis no se enteraba de la misa la media y andaba deprimida porque no la gustaba nadie, como para contarle algo así. ¿Jack? Ni de coña. Ella podía bromear con el tema para sacar los colores de Will. Pero a la hora de la verdad, si se fijaba en serio en Will no la apoyaría lo más mínimo. Simplemente no entendía que alguna chica pudiera pensar que su hermano era atractivo.

¿Evy? En otro tiempo hubiera sido su elección natural. Pero la daba que la onza se traía algo entre manos. Algo peligroso y que hasta que no terminara con ello no escucharía a nadie. No era una intuición. Sabía que Evy había ido a visitar al maestro Chen la semana anterior, señal de que preparaba algo y dado que lo hizo en el más absoluto secreto, Joy no se hubiera enterado de no ver la bolsa de la tienda por la habitación, estaba claro que Evy no quería que nadie se metiera de por medio.

Lily, en otro tiempo ni lo hubiera pensado. Un no como una casa. Pero la nueva Lily, era muy distinta a la antigua. Incluso había aceptado explicarlas a Jack & Evy como hacía el movimiento con la espalda que tanto había impresionado a las jóvenes. Claro que a cambio las 2 chicas la devolvieron su cinta, pero Lily se lo explico igualmente. Aunque Lily... Estaba enfadada con James. Otra vez. Aunque con razón. Pero a consecuencia de dicho enfado, la pelirroja no quería oír hablar de "esas cosas con pito", como la había dado por llamar a los chicos.

¿Jesse? No. No era un secreto que... No, Jesse, no.

¿Bell? No. Hablar con ella de sexo estando de buenas ya era un triunfo y medio. Estando tan de malas como estaban Joy y ella en ese momento, era misión imposible.

¿Will? No, no, no y no. Se moriría de la vergüenza. Aunque... en su sueño estaba tan cómoda con él. ¿Y si? No, Joy no. Olvídalo y vuelve a dormirte.

&·&·&

Cuando Snape recibió el aviso de que el Señor Tenebroso quería verle, al moreno le falto tiempo para escaquearse y acudir a su llamada. Pero aún así se retraso bastante y para colmo cuando llego a la puerta del despacho del Señor Oscuro, estaba cerrada.

¿Debía llamar o no? Por un lado ya llegaba bastante tarde si se retrasaba aún más el Señor Tenebroso se enfadaría. Pero por otro lado si interrumpía algo importante se enfadaría aún más... Los ojos negros examinaron el pomo de la puerta como sí allí pudiera encontrar la respuesta a su dilema.

.- Creo que entrar no sería buena idea. – La respuesta no se la dio la puerta, sino una voz femenina a espaldas de él. La dueña de esa voz resultó ser una mujer joven, aunque un poco mayor que él, de pelo rubio recogido en una coleta, hechizantes ojos grises, cuerpo espectacular embutido en una túnica negra ajustadísima, que fumaba un cigarro sentada cómodamente en un sillón.

.- Hola, Narcisa. – Snape saludó con amabilidad a la prácticamente esposa de Lucius Malfoy.

.- ¿Nos conocemos? – La rubia ladeó la cabeza como si tratara de ubicarle. O tal vez solo fuera una forma más de hacerse la coqueta. ¿Quién sabía realmente lo que pasaba por la mente de una Black Rubia?

Eso era lo que solía decir la madre de Snape, y ella sabía bastante de esa familia mágica. Bueno, de esa y de cualquiera que se la cruzara por delante. Según lo que su madre le enseñó a Snape, los Black venían en 3 formatos que además definían bastante bien su personalidad.

Estaban por un lado los morenos de ojos claros, como Andrómeda, Alphard o uno de sus mayores enemigos, Sirius. Los rebeldes de la familia que solían ser borrados del árbol genealógico.

Luego estaban los morenos de ojos oscuros. Como Bellatrix y Regulus. Esos eran simplemente, la definición literal de locos dementes psicópatas. Vamos, unos verdaderos desequilibrados mentales.

Por último estaban los Black Rubios, como Narcisa, nadie había sabido nunca de que pie cojeaban ni uno sólo de ellos. Si querían a los Muggles, si los odiaban... Ni la menor pista al respecto.

Por eso Snape se la quedo mirando, tratando de descifrar ese pensamiento o de invadir su mente mediante Legimancia, pero o la rubia no pensaba o había descubierto una forma sutil de Occlumancia, porque no fue capaz de captar ni una sola imagen de su mente.

Por su parte, la rubia le miraba con interés. Como si estuviera viendo algo que no había esperado ver en toda su vida. Y sin embargo, allí estaba, frente a ella.

.- A Malfoy no le gusta que fume. – Narcisa apagó el cigarro y sacó un chicle mentolado. – Así que tengo que esconderlo.

.- Usa algo con sabor cítrico. – Recomendó Snape. – Te aseguro que no hay olor que no oculte el limón.

.- Lo probaré. – Narcisa le sonrió con agradecida dulzura. Fue una sonrisa muy extraña, resultaba demasiado cálida para su altivo rostro. – No me has dicho si nos conocíamos...

.- Pues... – Cuando Snape iba a responderla, se abrió la puerta del despacho de Voldemort y Malfoy salió haciendo reverencias.

.- Sí, mi señor. Por supuesto, señor mío. Lo que usted diga mi señor. – Cuando Malfoy se dio cuenta que Narcisa & Snape le miraban demasiado raro, el rubio se incorporó y recompuso su aspecto. - ¿Qué tal? Espero, que no te hayas aburrido.

.- O no. Estuve hablando con... – Narcisa miro a Snape en busca de ayuda. La verdad es que el chico le sonaba mucho, pero no lograba ubicarle.

.- Severus Snape. – La ayudo el moreno.

.- Severus. – Esta vez los ojos grises de la rubia centellearon, al reconocer al muchacho. Luego se acordó que su celoso prometido estaba delante de ella y recobró la compostura. – Me ha estado dando conversación y se me hizo realmente corto. ¿Pero podemos irnos ya?

.- Desde luego. Suerte, Snape. – Malfoy agarro a Narcisa del brazo y fueron hacia la chimenea.

.- Hasta otra, Severus. – Narcisa se despidió con una sonrisa antes de desaparecer por la chimenea.

Los ojos negros del muchacho observaron un segundo el lugar por donde ser fue la rubia antes de recordar que tenía una cita importante. Cita a la que ya llegaba tarde. Decidido entró en el despacho.

.- Lamento el retraso, mi señor... – Empezó a disculparse Snape según entró.

.- Tranquilo, creo que la prometida de Malfoy te entretuvo. – Voldemort lucía una media sonrisa burlona, ante lo que leía en la mente de su pupilo. – Siempre he creído que Narcisa Black es demasiada mujer para Malfoy. No sé en que pensaba su padre cuando la prometió con él... – Una mano como una garra, acarició la cabeza de la serpiente echada a los pies del Señor Tenebroso, que parecía pensativo. – De igual manera que Dolls y Turner no eran mujeres para ti, Severus. La segunda todavía... Pero la primera.

.- Fue cosa de Rosier, señor. Él decía que era buena manera de superar la ruptura y... Como siempre, estaba equivocado. – Snape esperaba que no le hubiera hecho escaparse de Hogwarts, con alto riesgo de que Dumbledore le enmarronara, para hablar de su vida amorosa. Aunque cuando a Voldemort le entraba complejo de padre cualquiera sabía.

.- Pero no te llame aquí para hablar de eso. – El alivio del muchacho fue evidente. – Tengo una misión para ti.

.- Usted dirá.

.- Supongo que conoces a Liliam Evans.

.- Claro.

.- Necesito entrevistarme con ella. Obviamente en esta realidad es algo totalmente imposible. Así que debo trasladarla al mundo de los sueños. Y ahí es donde entras tú. Tienes que preparar esta poción. – Voldemort hizo aparecer en su mano una lista de ingredientes. Snape sonrió, conocía esa poción a la perfección. Podría prepararla con los ojos vendados. – el día que yo te indique, tienes que conseguir que ella la beba. Espero que no tengas problemas para prepararla.

.- Para eso no. – El problema sería para que ella lo bebiera. Snape se guardó los ingredientes en la túnica. – Supongo que no puedo preguntar porque quiere hablar con ella.

Voldemort, se puso a reír con ganas, como si el joven hubiera contado un chiste verdaderamente gracioso. La verdad es que Snape le resultaba divertido. Era el único de sus mortifagos que aún le replicaba. Seguro que se le pasaba pronto, sustituido por un servilismo más propio de elfos que de magos.

.- Claro que puedes preguntármelo. Pero no esperes respuesta. – Voldemort le hizo un gesto para que se retirara, cosa que Snape hizo sin demora. Aunque no se fue haciendo reverencias como Malfoy.

Mientras volvía a Hogwarts se pregunto para que querría su señor hablar con una Sangre Sucia como Evans.

&·&·&

.- Esta bien, Sirius, James está con Loveday, así que dime lo que querías contarme que él no podía oír. – Remus observó como Sirius aún así no se fiaba y se aseguraba de que la puerta estuviera bien cerrada.

.- Esto va a quedar entre nosotros. No se lo puedes decir absolutamente a nadie. – Una vez seguro que nadie más que Remus escuchaba su conversación el moreno, se sentó en el borde de su cama frente a Remus, sentado a su vez en el borde de su cama.

.- Vale. – Contestó Remus, algo sorprendido. Normalmente los secretos de Sirius los guardaba James y últimamente Evy.

.- Sobre todo no se lo puedes decir a Evy. A James tampoco. Pero a Evy ni pensarlo. – Resaltó Sirius con expresión seria.

.- ¿Por qué no a Evy? – Remus estaba cada vez más sorprendido con el rumbo de la conversación. – Sirius, estás totalmente desconocido. Le ocultas cosas a James y Evy.

.- Estaré madurando. – Sirius se encogió de hombros antes de volver al tema de conversación. - ¿Lo prometes?

.- Sí, pesado. Venga, suéltalo de una vez. – La verdad es que tanto darle vueltas al tema había avivado la curiosidad de Remus.

.- Creo que fue Sheila Bang la que lo hizo.

.- ¿La que hizo qué? – Remus parpadeó confuso.

.- La que hirió a Lily. – Sirius bajó el tono hasta hacer su voz un susurro imperceptible. – Y mato a mi padre. – Luego alzo los ojos grises y los clavo en los dorados de su amigo, cargados de determinación. – Fue ella. Lo sé. Ya sé que parece una locura... Pero ya viste que está liada con Rosier y... Fue ella. ¿Tu que piensas?

.- Que haces bien en no querer que se entere Evy. A no ser que la ofrezcas pruebas lo bastante sólidas no te creerá, te tachará de paranoico... Nunca has ocultado lo mal que te cae Sheila.

.- ¡Y con razón! Mira lo puta que es... – Remarcó Sirius.

.- Pero aparte de eso con las pruebas que tenemos sí podría ser ella. No creo que haya muchas chicas dispuestas a liarse con Rosier. – Opino Remus con tono pensativo. – Aunque creo que debes tener más trabajada la teoría antes de contársela a Evy.

.- Pensaba hacerlo. Sé como se pone, pero si lo expongo de forma razonada ella me escuchará. – Los 2 sabían que era cierto, así que Remus se limito a aprobar con la cabeza la idea de Sirius. Luego miro al animago preocupado. – Estoy bien. – Sirius respondió a la muda pregunta de su amigo.

.- Luego hablamos. – Remus indicó así que no se creía eso de que estaba bien. – Ahora tengo que irme a la clase con Jack.

.- ¿Cómo te va con la diablilla? - La seriedad desapareció del rostro de Sirius, barrida por una pícara sonrisa. Al contrario que James o el mismo Remus, a Sirius le parecía realmente divertido que Remus tuviera que darle clase a una chica que estaba a todas luces loca por él.

.- ¿A ti que te parece? .¡Fatal! Jack es una alumna desastrosa, que no para de coquetear conmigo. Esto último me esta provocando problemas con Bell que esta paranoica perdida y asegura que Jack me gusta. – Remus empezó a poner en su mochila un par de libros de CCM, una de las asignaturas favoritas de Jack, a ver si así estudiaba y le dejaba en paz un rato.

.- A mi no me engañas. Tú en el fondo estás encantado de tener a 2 chicas locas por ti. – Sirius esbozó una sonrisa nostálgica. – A veces lo echo de menos...

.- Sirius, tu vuelve a vacilarme con el tema que igual si le comento a Evy lo que acabas de decirme. – Antes de que el moreno pudiera protestar, Remus había cerrado la puerta.

&·&·&

La quinta clase de Remus & Jack transcurrió exactamente con el complicado ritual que siguieron las 4 anteriores.

Según llegó Remus se sentó en el lado opuesto de la mesa circular al que se sentó Jack y empezó a explicarle el temario a las paredes. Pero Jack estaba demasiado ocupada moviendo la silla para quedar sentada tan cerca de Remus que sus muslos se rozaran, cosa que Remus evitaba alejando su silla de ella. En aquella ocasión a Jack le llevo 3 vueltas a la mesa aceptar que tendría que conformarse con suspirar por su guapo profesor desde el extremo opuesto de la mesa... aunque enseguida se aburrió de eso y decidió buscar un tema de conversación más interesante que los caballos alados.

.- Ya sé porque nos está pasando, esto tan bonito que nos está pasando. – Comentó Jack con un tono meloso, que hizo que el licántropo se pusiera sobre aviso.

.- ¿Quieres decir a porque no prestas atención a lo que digo? – Sugirió Remus con una mezcla de ironía y cansancio.

.- No. – Jack casi rió. – Me refiero a nosotros... Jesse me lo ha explicado. Es un rollo discípulo maestro, muy común entre los griegos, como Salmón, Aritmético...

.- ¿Te refieres a Sócrates y Aristóteles? – Preguntó Remus siempre con el tono irónico.

.- Esos también. Aunque en nuestro caso es 100 heterosexual. – Jack sonrió totalmente ilusionada. - ¿A qué es genial?

.- Jack, tenemos que hablar. – Remus cerró el libro, que en cualquier caso no estaba leyendo porque se sabía de memoria, y se dispuso a empezar el siguiente paso del ritual, es decir, de la clase.

.- Hablemos, Remus, hablemos. – Jack apoyo las dos manos debajo de la barbilla y sonrió con irónica dulzura. – Por desgracia, es lo único que hacemos.

.- Yo a ti no te gusto. - Empezó Remus, con tono seguro.

.- Claro que no me gustas. – Convino Jack. – Yo te quiero, te adoro, te idolatro...

.- No, porque yo no te puedo gustar, Jack. – Argumentó Remus, haciendo que la joven bufara. Ahora venía la enumeración de razones por las que lo jamás podría funcionar algo entre ellos. Otra cosa Jack no habría aprendido durante aquellas clases, pero aquello se lo sabía de memoria. - ¿No ves que tengo novia?

.- ¿Y que? Yo no soy celosa. – Jack desechó aquel pequeño inconveniente con un encogimiento de hombros, como siempre.

.- Eres la hermana pequeña de mi uno de mis mejores amigos. Y las hermanas de los amigos son intocables. – Remus ni siquiera sabía porque usaba aquel argumento. El control de Will sobre Remus era tan grande como el que tenía sobre Jack. O sobre sus propios impulsos.

.- Si tan importante es para ti puedes pedirle permiso. – La sonrisa de Jack se ensanchó. – Aunque yo no pensaba decírselo.

.- Eres demasiado joven para saber lo que quieres... Nos llevamos 2 años.

.- Año y diez meses. – Se apresuró a corregir Jack. – Exactamente la misma diferencia que hay entre Sirius & Evy.

.- Esos 2 sólo se llevan año y medio. – Matizó Remus, feliz de haber encontrado un fallo en el razonamiento de la chica.

.- Por 120 días de nada que es la diferencia no nos vamos a poner tan puntillosos. – Jack hizo un gesto de desinterés en el tema.

.- Jack... – Suspiro Remus cansado.

.- Remus... – Contestó la aludida con ironía. Luego se inclino hacia el joven. – Escucha, cielo, pon las excusas que quieras pero el destino quiere que tú y yo estemos juntos. No puedes enfrentarte al destino. – Remus abrió la boca para decir algo pero cambio de idea y volvió a cerrarla. – No te quedes con las ganas, cielo, di lo que quieras. Te aseguro que no hay nada que puedas decir que te haga ganar a esta discusión.

.- ¿Estás segura de eso? – Remus sonrió de forma maligna, haciendo que la serenidad de Jack vacilara. – ¿Y si te digo que soy un licántropo?

.- ¿Tú? .¿Un licántropo? .¡Anda ya! – Rechazó Jack antes de ponerse a reír como si la acabaran de contar un chiste buenísimo. Hasta que la vinieron a la mente las ausencias inexplicables de Remus que casualmente coincidían con la luna llena y la risa se la cortó a media carcajada. – Va en serio... Realmente, va en serio. ¿Eres un licántropo?

.- No te lo habría dicho sino fuera cierto. – Remus jamás pensó que se alegraría de ser un licántropo. ¡Gracias a eso se libraría de Jack! Aunque en el fondo, muy en el fondo, lo bastante hondo como para no tener que reconocerlo, se sentía decepcionado, por tener que librarse de ella así.

.- Vaya. – Los ojos verde jade de la joven le miraron de arriba abajo, pero sin verle. Estaba como en trance, hasta que despertó de él. – Joder, es genial. – Jack dio palmas entusiasmada.

.- ¿Genial? – Repitió Remus. Las cosas no iban como él pensaba y no sabía si alegrarse o no.

.- Sí. – Jack movió la silla hacia Remus, que estaba tan desconcertado que ni se dio cuenta, hasta que ella estuvo prácticamente sentada en su regazo. – Es genial, al fin tengo una explicación a porque eres más sexy que cualquier hombre que haya conocido jamás...

.- Se terminó la clase. – Remus se puso en pie de un salto.

.- Que va, faltan 3 minutos y medio. – Jack sonrió burlona. – Mira que le digo a Dumbledore que no te tomas interés en mi educación...

.- Dile lo que quieras. Te asignara otro tutor y Bell y yo nos quedaremos tan felices. – Apunto Remus con astucia mientras cerraba la puerta tras de sí.

.- ¡Maldición! – Siseó Jack al darse cuenta que Remus tenía razón en eso. Aunque al menos en esa clase, había logrado encajar una pieza más en el rompecabezas que era Remus Lupin.

Fue mientras Jack recogía sus cosas, cuando la empezó... Pero de todas formas fue unos segundos y enseguida se la paso. Como siempre, no le dio la más mínima importancia.

&·&·&

Bueno, era el momento perfecto. Jack estaba en clase con Remus. Lily en la biblioteca estudiando transformaciones. Supuestamente James iba a ayudarla, pero a Lily le había dado un ataque de orgullo y había rechazado la ayuda del moreno de pelo revuelto. Lo cual por supuesto hizo que a James le entrarán ganas de ayudarla, por llevar la contraria, mayormente. Joy se había escapado con Jesse a Hogsmead para ir de compras. Isis estaba con Will en una reunión de prefectos. La habitación era de Evy.

Tras asegurarse que la puerta estaba cerrada, Evy se dirigió hacia el baño donde tenía montado el tenderete, por llamarlo de alguna manera, consistente en una alfombra con extraños dibujos cabalísticos. La onza se sentó en la alfombra al estilo indio y sacó un pequeño frasco de color azul verdoso.

Cuando un par de días atrás fue a ver al maestro Chen, el anciano no pareció sorprendido de verla allí, de hecho tenía la poción preparada para ella.

.- Los ojos de un dementor mirado has. Ayudarte esta poción podría. – El Maestro Chen balanceó ante ella el frasquito con la poción, Evy trató de cogerlo, pero el anciano, con unos reflejos envidiables, teniendo en cuenta su edad, la aparto del alcance de la onza. –15S son.

.- ¿Funcionara? – Pregunto Evy, tras pagar y guardar la poción en su bolsillo. – Necesito ver las visiones por separado.

.- Lo hará. – Aseguro el Maestro guardando el dinero en la caja. Evy estaba a punto de volverse. – Siempre y cuando tranquila tú estés.

Por eso Evy había tenido que esperar a estar totalmente sola y que nadie la interrumpiera. Por eso y porque no quería que nadie entrara a dar la lata con eso de que aquella poción de las narices era peligrosa. ¡Evy ya sabía que era peligrosa! Cualquier poción que te permita sumergirte en tu subconsciente es peligrosa, puedes quedar atrapado dentro de tu propia mente. Pero más peligroso sería que aquellas visiones se hicieran reales, sólo porque Evy no sabía cuales eran.

Decidida, quito el tapón del frasco y bebió el líquido verde azulado de un solo trago. ¡Que asco! Sabía a rayos. ¿No podían añadir a aquello un poco de azúcar? .¿Algo que le quitara el sabor a quinina pura?

La onza dejo el frasco vacío a su lado, en el suelo. ¿Cuándo se suponía que aquello empezaba a funcionar? En teoría era inmediato...

Y lo era... La habitación había empezado a desvanecerse y daba paso a un baño distinto al de su cuarto. Evy se puso en pie, o tal vez se limito a pensar que se ponía en pie, y se acercó a la bañera...

Era tal y como la había visto en la casa de Joy, la bañera estaba llena de sangre hasta rebosar y en ella flotaba el cadáver de una mujer. Sólo que ahora era como si estuviera en aquel baño físicamente, podía andar por la imagen tranquilamente. Lo primero que observó es que el grifo estaba abierto y era a causa de ello que la bañera estaba rebosando. Lo segundo era el olor, junto al metálico de la sangre, se apreciaba uno más floral, a rosas concretamente.

Eso descartaba que la de la bañera fuese Lily. Con lo que odiaba las rosas ella jamás se bañaría en ellas. Evy se fijo en el pelo de la chica, tenía matices rojizos aunque podía deberse perfectamente a que el pelo estaba empapado en sangre. Mejor dejarse de tonterías. Sin vacilar, saltó dentro de la bañera y fue a darle la vuelta al cuerpo para ver su cara y salir de dudas de una vez.

Le sorprendió lo caliente que estaba el agua. Y lo difícil que era avanzar por ella hasta la chica. Pero al fin llego hasta la cara de ella, hundió sus manos en el agua para dar la vuelta a su cara y al tantear...

¡No había cara! A cambio, su mano había encontrado un pequeño anillo. Cuando sacó la mano del agua, ya no estaba en la bañera, estaba en una iglesia. Aunque aún sostenía el anillo.

Bien, pensó con sarcasmo. ¿Y ahora que hacia con eso? .¿Recorrer la Tierra Media para destruirlo? Aunque aquel anillo no tenía pinta de ser el Anillo Único de Sauron. Era de oro y llevaba engarzado un rubí con forma de estrella, la verdad es que se parecía bastante a su colgante. Demasiado.

Al alzar la vista reconoció la iglesia. Sólo que no era una iglesia, sino un templo mágico. Había estado en él aquel mismo verano. Durante el funeral del padre de Sirius. Aunque en aquellos momentos parecía engalanado para una boda. Cerca de ella, donde un rato antes estaba la cabeza de la chica de la bañera, estaba el cojín para las arras. Evy dejó allí el anillo, junto a su compañero, similar al que había aparecido en su mano pero sin piedra.

Nada más hacerlo, tuvo que agarrarse a una barra. El metro acababa de hacer una curva demasiado brusca, de esas que te mandan al suelo. Su vagón estaba vacío. Pero en el de al lado, en cambio había una pelea intensa, entre una joven de pelo verde, (Sheila Bang) y un hombre rubio de pelo largo. (¿Ethan? Joder, sí. Era él.)

No supo porqué se puso tan nerviosa. Aquello no estaba pasando realmente y no tenía porque pasar nunca, pero Evy se olvidó de ello en aquel momento. Histérica se abalanzo sobre la puerta que unía los vagones para frenar aquella pelea, pero se encontró con que no podía. Algo en el otro vagón bloqueaba la puerta. Al bajar los ojos sólo vio una mano. Una mano ensangrentada. Una mano masculina que llevaba puesto el anillo que había visto en el cojín.

Durante unos segundos se olvidó de la pelea, estaba embobada mirando la mano, que la era tan familiar, pero entonces Sheila gimió. No era para menos, Ethan le acababa de hacer una X enorme en el pecho y no estaba claro si lo hizo con la espada o con un hechizo.

.- ¡Ethan! .No! - ¿Por qué diablos gritó? No servía de nada, simplemente no estaba allí.

Pero Evy estaba demasiado ocupada tratando de abrir la puerta para fijarse en ese detalle. Al final, tiró de la puerta hacia dentro, en lugar de hacia el otro vagón, y logró abrirla. Pero al hacerlo, el tren se puso totalmente vertical, haciendo que Evy cayera por un gran abismo oscuro salpicado de visiones flotando en él.

La onza se aferró con los dedos según pasó, por una de las escenas y se aupó hacia ella, como si estuviera tratando de salir de una piscina, sin usar la escalera. Al igual que en ese caso, sitió esa peculiar quemazón de cuando se te pelan las rodillas. Pero el caso es que al llegar arriba, se encontró con la visión más extraña de todas.

Le recordaba a una escultura de Bernini, ahora no sabía a cual exactamente, pero era muy... Místico. Estaba en una habitación en penumbra. Una figura sentada en la cabecera de la cama, con la espalda apoyada en la pared, abrazaba desde atrás a una joven. Tenía el pelo muy largo, aunque no sabía muy bien de que color por la poca luz. Lo que sí estaba claro era que estaba muerta. Una X la atravesaba el cuerpo, desde los 2 hombros hasta las caderas. En la cama había tanta sangre como en la bañera. La figura alzó la cara y durante unos segundos Evy le sostuvo la mirada. Aunque no necesitaba tanto tiempo para reconocerle. Le hubiera reconocido aunque la hubieran arrancado los ojos. Tb a la joven muerta.

Lo siguiente de lo que tuvo consciencia Evy, era que la alfombra era demasiado blanda. Muy mullida. Increíblemente cómoda. Y muy calentita.

.- ¿Dónde estoy? – Gimió la onza. Aunque en ese punto no sabía si hablaba, pensaba, soñaba o que... Aún estaba colocadísima. Y la dolían las rodillas.

.- En tu cama. – Replico la voz de Sirius, desde algún punto cercano de la habitación. Sonaba enfadado, cosa que divirtió a Evy. – Y antes de que preguntes como has llegado aquí... Me aburría y pasé a buscarte. Te encontré en el suelo del baño, gritando como si estuvieras poseída y las rodillas en carne viva. Con el frasquito este al lado... – Sirius mostró el frasco vacío, del que Evy bebió el líquido verde azulado. - ¿No tienes nada que decir al respecto?

.- Sí. ¿Cómo abriste la puerta? – Evy trató de incorporarse, pero sentía como si la cama estuviera totalmente vertical y sólo Spiderman pudiera escalar por ella.

.- Muy graciosa. – Ironizó Sirius, aunque luego suavizó el tono. – No intentes levantarte. No podrás.

.- No quería hacerme la graciosa. Le hice un encantamiento a la puerta para bloquearla. ¿Cómo la abriste? – Insistió Evy, tanto en el tema como en lo de levantarse. Lo segundo con menos éxito.

.- Recordé el contra hechizo. – Sirius al final decidió ayudarla a sentarse. La habitación daba varias vueltas, pero allí se atrevió a abrir los ojos para encontrarse con un mágico mundo de colores. Tuvo que volver a cerrarlos, no creía que Sirius la llevara unas gafas de sol. Aunque al menos, la acarició la cara. – Me vas a contar porqué. O lo tengo que adivinar.

.- ¿Te acuerdas del día que fuimos a la playa? – Evy tardó tanto en contestar que Sirius pensó que se había dormido. Pero sólo estaba sopesando si la convenía mentir o decir la verdad. Decidió que mejor lo segundo. Tc se la ocurría nada creativo para enredarle.

.- No, lo he olvidado. ¡Claro que me acuerdo! – Contestó Sirius con tono picado.

.- Ese día... Le miré a los ojos al dementor. No debí hacerlo.

.- ¿Y qué? Verías alguna escena horrible de tu pasado, no veo ningún motivo para que te hayas bebido este mejunje. – Sirius volvió a tomar el frasquito que tanto le había cabreado. Al menos, después de ver que Evy estaba bien. Conocía a más de uno y más de 2 que estaba peor que si le hubiera besado un dementor por beber esa mierda.

.- Los Onzas no vemos el pasado. Vemos el futuro. – Sirius se la quedó mirando con verdadero pasmo. Mientras Evy se llevaba la mano a la frente, igual era por la poción pero se la notaba rara. - ¿Crees que tengo la frente rara?

.- Yo la veo normal. ¿Pero que es eso de que viste el futuro? Pool Vuh no decía nada de eso en su libro. – Rebatió Sirius.

.- Pool Vuh no escribió ni la mitad de lo que sabía sobre los Onzas en su libro. – Contestó Evy, sin darse cuenta de lo imprudente que podría ser decirle eso a Sirius. Podía haber dicho la frase de mil maneras que la volvieran inocua, por ejemplo, "Pool Vuh de onzas no sabía tanto como creía". Pero al decirlo así dejaba claro que sabía demasiado de un individuo que resultaba casi desconocido para un mago, más para una onza de origen Muggle.

.- ¿Y qué viste? – De momento Sirius no se percató en ese detalle. Aún estaba demasiado preocupado por ella.

.- Muchas imágenes. Quería separarlas. Por eso tomé la poción esa... Pero no funcionó del todo bien. – Sirius gruño de forma irónica. ¡Joder! .¿Por qué estaría tan enfadado? Al principio, aquello divirtió a Evy, ahora la estaba irritando un poco. - ¿Se puede saber que coño te pasa?

.- ¡Nada! .¿Por qué iba a pasarme algo? – Ironizó Sirius, tan molesto como ella. – En cuanto me descuido mi novia se bebe un frasco entero de una poción de Psique, magia negra pura y dura, y me le encuentro totalmente colgada... Pero supongo que no hay motivo para enfadarse. – Así que era eso. Debió darse cuenta antes: Sirius odiaba todo lo relacionado con la magia negra. Incluso se hubiera tomado menos mal verla liándose con otro que pillarla con el frasco ese.

.- Lo siento. – Se disculpo Evy. Se encontraba fatal y no solo por el mosqueo de Sirius. Si al menos la cama se pusiera horizontal y la habitación no tuviera aquellos tonos anaranjados... – No quería preocuparte. Ni siquiera se me paso por la mente que saliera mal. – De haber tenido los ojos abiertos, se hubiera dado cuenta que Sirius la miraba sorprendido.

.- Te llevo a la enfermería ya mismo. – Sirius trató de cargarla a hombros pero ella se negó.

.- ¿Por qué? .¡Estoy bien! – Evy se abrazó a la almohada, como si ese cacho de plumón pudiera evitar que la arrastraran hasta la enfermería.

.- Desde que te conozco creo que esta es o la segunda o la tercera vez que te disculpas por algo. – Señaló Sirius. Dejó de tratar de cogerla en brazos, se sentó en su cama y atrajo la cabeza de la onza hasta apoyarla en su hombro. – No pasa nada, nena. Pero no vuelvas a asustarme así. ¿Prometido?

.- Prometido. – Respondió ella. La verdad es que estaba genial, por fin la cama se había quedado horizontal. Se atrevió a abrir un ojo, sí todo volvía a la normalidad. Entonces se fijo en la mano de Sirius, se parecía demasiado a...

.- ¿Entonces no lograste ver nada?

.- No. – Mintió Evy.

.- Normal. Esa poción no sirve para nada. – Evy no contestó. Estaba demasiado ocupada tratando de acallar la sospecha que se formaba en su mente. Pero ya había empezado y no era tan fácil frenarla.

Desde el principio habían asumido que la persona que mato al padre de Sirius fue la misma que hirió a Lily. ¿Pero y si no fue así? .¿Y si fue Ethan? Trató de decirse que no podía ser, que estaba en otra parte, pero sabía que no era así. Justo en ese momento, Ethan había ido a verla antes de proseguir su viaje a Roma.

Por encima del hombro de Sirius, vio a Kevin en un rincón. ¡Fantasma de mocoso descarado! No era la primera vez que le pillaba espiando uno de sus encuentros a solas con Sirius, pero cuando quería abroncar al fantasma, este se escabullía. Sin embargo, aquel día Evy se fijo en algo más, algo que de no persistir parte de los efectos de la poción no hubiese notado: el tatuaje del ojo dentro de la concha que Kevin lucía en medio del pecho y que gracias a la poción, la ropa del fantasma no podía ocultar.

&·&·&

Lily salió hecha una verdadera furia de la biblioteca. Tres segundos después, James salía no mucho más contento que ella de la biblioteca.

.- ¡Para, Evans! – Le gritó James a la espalda de la pelirroja.

.- ¡No me da la gana! – Lily se giró lo bastante como para gritarle a la cara, pero no paró de andar.

.- ¡Estúpida orgullosa! – James ignoró al grupo de curiosos que había salido de la biblioteca sólo para presenciar el final de la pelea, con expresión divertida.

Lily no les decepcionó y puso punto final, girando el tiempo suficiente como para mostrarle el dedo medio levantado a James, antes de perderse de vista. Por su parte, el Gryffindor de pelo revuelto hizo un gesto de "paso de ti" con ambas manos, antes de volver a entrar en la biblioteca a recoger sus cosas y volver a su sala común.

Snape, el único del grupo de curiosos que no sonreía ante la escena, meneó la cabeza con expresión aburrida. ¿Es que esos dos no se iban a cansar nunca de pelear? Lo que deberían hacer era dejarse de tonterías y rodar la secuela de su película. Mientras todos volvían a la biblioteca intercambiando comentarios jocosos sobre el nuevo numerito de la ex pareja, Snape se quedo en silencio mirando el corredor por el que desapareció Lily.

Aquella chica no llevaba sólo a Potter de cabeza. A Snape tb. Todo por el capricho de su señor de hablar con ella. La poción estaba lista, pero no tenía ni idea de cómo lograr que ella la tomara.

Por probar, Snape la había mandado esa semana una caja de bombones en nombre de Potter. La prensa amarilla de Hupplepuf les atribuía una aventura a espaldas de la Woodville, si era cierto, tomaría el regalo y Snape podía mandarle un segundo regalo comestible con la poción. Pero ese mismo día, después de comer, vio a la pelirroja alimentando a la fauna del lago con los bombones. Cuando terminó de lanzarlos, tiró la caja al suelo, saltó encima de ella y la pisoteó con ganas. ¡Menos mal que le dio por probar! El cabreo que se hubiera pillado su Maestro si termina en los sueños del Calamar Gigante.

El caso es que seguía igual, sin lograr desentrañar la forma de suministrarla la poción a la pelirroja y su tiempo se terminaba. Sabía lo que pasaría si fallaba.

Ya en la biblioteca se dedico a repasar los planes que se le ocurrieron, aunque sabía que ninguno funcionaría.

Plan 1: Mandarle un regalo por lechuza. Rechazado. La pelirroja no conocía a nadie que pudiera mandarle un regalo de esa forma y ella se lo comiera sin preguntar.

Plan 2: Poner la poción en su comida. Descartado. No comían en la misma mesa.

Plan 3: que un elfo le llevara la comida a su cuarto. Descartado también. El elfo encargado de ello, pertenecía a Potter, aunque en la práctica solo obedecía las órdenes de Vega, y no tenía tiempo material para preparar una poción multijugos. (Y no tenía claro si aunque la tuviera querría ser una chica, aunque fuera de forma temporal.)

La lista seguía así, hasta el plan 2050. Todos descartados. Snape acababa de comprender el significado de la palabra "frustración" en toda su plenitud. No había una puñetera manera de hacer que esa pelirroja engullera la poción. Simplemente no lo conseguiría en la vida.

La solución llego por si sola, justo cuando Snape tiraba la toalla y se puso a estudiar DCAO. Alzo un momento la vista para repetir uno de los textos que acababa de estudiar y sus ojos se clavaron en Lily. La pelirroja había vuelto un rato antes a su sitio y entonces Snape se fijo en algo... ¡Evans mordía las plumas!

¿Cómo no se dio cuenta antes? Igual era un vicio nuevo. O sólo lo hacía cuando estaba nerviosa. O cuando Potter la ponía frenética. Pero a Snape le venía de perlas. ¡Al fin la solución!

Snape ejecutó su plan a la semana siguiente, la primera de diciembre, después de recibir la orden de Voldemort esa misma mañana.

Fue realmente sencillo. Aprovechó que durante la clase de encantamientos, Lily estaba ocupada demostrando que era mejor que Loveday para quitarla la pluma, mojarla en la poción y devolverla a donde la tenía Lily.

Ese mismo día, la volvió a ver después de clases en la biblioteca, mordiendo su pluma. Estupendo.

&·&·&

A Lily le parecía exagerado toda la comida que había en la mesa. Al igual que todas las velas. Y la cantidad de vino. En fin, sólo era para dos personas. Y ninguna de las dos estaba comiendo. Él porque no parecía necesitar ninguna de las cosas que resultan básicas para los humanos, como comer o dormir. Pero sino dormía... ¿Cómo podían estar soñando a la vez?

.- ¿No comes? – Pregunto el hombre desde el extremo de la mesa, viendo que la pelirroja se limitaba a pasear la comida de un lado a otro del plato.

.- No tengo hambre. – Lily encogió sus blancos hombros que sobresalían de un vestido de terciopelo verde. No la gustaba. Se sentía como la novia de Shrek.

.- Tampoco bebes. – Voldemort señaló la copa de vino que Lily no había tocado.

.- No tengo sed. Y no me gusta el vino. – Los ojos verdes lanzaron una mirada despectiva a la botella de vino, pese a que era un estupendo Merlot.

.- Otra cosa en la que no te pareces a tu madre. – Los ojos de la joven se desplazaron rápidamente desde la botella a Voldemort. Asustada por la doble alusión a su madre, con la que daba a entender que sabía que Verbena era Muggle y ex alcohólica.

.- Te equivocas. Mi madre prefiere el ron. – Replico ella con un insolente tono de "No sabes tanto como crees." Voldemort soltó una carcajada, le encantó su descaro.

.- Me gustas, me recuerdas a mí. – Le dijo a modo de cumplido.

.- Seguro que eso se lo dices a todas. – Lily no espero que la saliera ese tono tan... coqueto. Pero sin querer lo dijo en el mismo tono que se lo decía a James allá por la prehistoria, cuando él la tiraba los tejos y ella se resistía como un pobre gusano clavado en el anzuelo.

El ataque de risa le duro esta vez más a Voldemort. Lily aprovechó para estudiarle como si fuera un microbio bajo el haz de un microscopio. Era extraño, siempre pensó que si estuviera enfrente de aquel... psicópata, estaría tan asustada que no podría ni hablar. Pero no estaba asustada. Estaba fascinada. Como un pobre pajarito que se queda tan hipnotizado contemplando los ojos de la serpiente, que no se da cuenta que ella abre la boca para devorarle.

Por los artículos de El Profeta, Lily se lo había imaginado con el físico de un espantoso demonio, pero aquellos periodistas se habían dejado influir por sus propios miedos y no habían sido capaces de ver más allá de ellos. Al final, los vampiros tenían razón cuando decían que Voldemort tenía cierto atractivo. Lily no tuvo la menor duda que a su edad debió ser un chico guapísimo. Aún retenía parte de ello, ni toda la magia negra del mundo había podido destruir del todo su atractivo, aunque sí le habían pasado factura.

Al fin, el mago se calmó y la miro tranquilamente. Lily se irguió como si le hubieran pinchando con algo en las costillas, temiendo que él pudiera haber tenido acceso a alguno de esos pensamientos, pero se limito a servirse una copa de Merlot. Más porque le apeteciera beber que porque tenía sed.

.- Sí, me gustas Lily. Serás una valiosa adquisición.

.- ¿Adquisición? .¿Pero que te crees que soy? .¿Un artículo en venta? – Lily resistió la tentación de lanzarle un plato a la cara.

.- Claro. Todo el mundo esta en venta. Sólo hay que saber que tecla pulsar para lograr que tu seas su propietario.- Los ojos rojizos la miraron con curiosidad, como si estuviera localizando el botón que necesitaba pulsar para que ella se uniera a él. Ella le sostuvo la mirada con abierto desafío.

.- Estaría loca si quisiera tener algo que ver contigo. – Soltó Lily. – Para empezar trataste de matarme en mi propia casa, y tengo una preciosa cicatriz que me cruza desde aquí. – Se señalo debajo del pecho derecho. – Hasta acá. – Señaló encima de su cadera izquierda. – De recuerdo.

.- De hecho, fueron unos siervos bastante ineptos que tengo los que te hicieron eso. – Se apresuró a puntualizar Voldemort. – Y si tú me lo pides, no tengo el menor inconveniente, en servirte sus cabezas en bandeja de plata.

.- Visto el aprecio que tienes a tus seguidores, dan ganas de convertirse en uno de ellos. – Ironizó Lily.

.- A ti no te trataría como ellos. Tú eres diferente. – Lily soltó una carcajada, cargada de incredulidad.

.- ¿Y que me hace diferente? – Pregunto burlona.

.- Puedo encontrar cientos como cualquiera de ellos. Tú eres única en tu género. – Voldemort sonrió con astucia. – Es un hecho, Lily, no un cumplido.

.- ¿Qué quieres decir? – Voldemort no contestó, se limito a sonreír como si hubiera ganado un premio. Lily comprendió enseguida el porqué: había logrado llevarla a su terreno. Se apresuró a retroceder. - ¡Olvida eso! No me uniría a ti ni aunque me lo pidieras de rodillas.

.- No necesito pedírtelo de rodillas. Sucede que tienes más motivos para ser de los míos que para no serlo. – Respondió el mago con el tono de quien dice una verdad innegable.

.- No tengo ni un solo motivo para unirme a ti. – Rebatió Lily.

¿No? – Voldemort se levantó tranquilamente y avanzó hacia el otro extremo de la mesa. Hacia donde estaba Lily, que se mantuvo erguida para no mostrar debilidad. – Repasemos. Un motivo para no unirte a mi sería ese tal James Potter. ¿Sigues enamorada de él? Aunque él parece muy feliz en los brazos de esa veela. – Había llegado a la altura de Lily y la siseó en su oído. – Podrías destruirla con solo desearlo de verdad. – Volvió a ponerse de pie y se situó tras la silla de Lily, apoyando las manos en los hombros de la pelirroja que tuvo la impresión de que podría destrozárselos por pura diversión. - ¿Lealtad a Dumbledore? Muy noble por tu parte. Aunque no correspondida. Si le importaras un poco te habría dado clases de Occlumancia,. ¿no crees? De esta forma habría evitado que tú y yo tuviéramos esta conversación. ¿Crouch? No, seguro que ni siquiera te cae bien. Normal, no le cae bien a casi nadie. ¡Hasta yo tengo más éxito social que él!

.- No sé si me cae bien. – Lily se libero de las garras del mago en sus hombros, se levantó de la silla y, apoyándose en la mesa, se encaró con él. – Nunca he hablado con él, como para juzgar eso. Ni siquiera hemos estado en la misma habitación.

.- ¿No? – La zona donde debían estar las cejas de Voldemort se alzó con falsa sorpresa. – Pero si fue a verte al hospital después que hubieras despertado...

.- No seas embustero. Desperté en Hogwarts.

.- No, según mis fuentes en San Mungo. Pero no hablemos más de Crouch. Ese hombre me aburre mucho. Sigamos. ¿Tu familia? Por ella te conviene mucho ser de los míos. Son Muggles, pero si te unes a mi te garantizo que haré una excepción en la tarea de limpieza con ellos y cualquiera que tu me digas. ¿Tus amigos? Sí, a más de uno lo extrañarás. Sin embargo, creo que alguno podría unirse a nosotros. No te sorprendas, muchacha, pero creo que más de uno tiene madera de asesino. Esa Vega. Dalton. Y los hermanos Sparrow. Si ellos servirían... ¿Me estás escuchando? – Voldemort se paró en seco, al ver que Lily no estaba escuchando ni media palabra de lo que decía. Al principio, no se dio cuenta, ocupado en su discurso de "yo me hago preguntas, que yo mismo me respondo" que no se dio cuenta. Pero cuando se fijo se sintió un poco ofendido.

Y es que Lily se acababa de fijar que Voldemort debía tener espías por todas partes. No había más que ver la cantidad de cosas que sabía de ella misma. Así que era probable que tuviera espías en San Mungo, que le podían haber informado, en uno u otro momento de los detalles de la estancia de Lily en el hospital.

Así mismo, no le parecía la clase de persona que era muy comprensiva con los que le proporcionaban información errónea. En consecuencia, podía ser cierto que Lily despertó en San Mungo...

.- ¿Pero sí es así por qué no lo recuerdo? – Lily lo dijo en voz alta, aunque estaba tan concentrada que no se dio ni cuenta.

.- ¿De que hablas? – Pregunto Voldemort, un poco picado porque ella no le hiciera caso.

.- Cosas mías. – Lily se incorporó de la mesa y se dirigió tranquilamente hacia la puerta.

.- ¿Adónde vas? – Voldemort la miraba incrédulo. ¿No se atrevería a dejarle allí colgado?

.- A casa. Tengo algo importante que solucionar allí. – Explico Lily, en la puerta.

.- ¿Más importante que decidir si quieres unirte a mi o no? – El tono de Voldemort era mitad ofensa, mitad herido.

.- Ah, eso. – Por el tono de Lily se había olvidado del objetivo de la reunión totalmente. – Ya te diré otro día .¿Vale? Gracias por la cena. – Y sin más, Lily se atrevió a dejar al mago oscuro más temido de la historia de la magia, colgado en el plano astral como un plátano en la palmera.

&·&·&

Tengo que hablar con Dumbledore. Fue lo primero que paso por la mente de Lily cuando despertó. Tenía que averiguar si efectivamente Crouch fue a verla al hospital y porque no había querido darla clases de Occlumancia.

Saltó de la cama y sin preocuparse por estar en pijama salió corriendo de la habitación hacia el despacho de Dumbledore.

Como iba con prisas, no reparo en Evy, de pie en la puerta de la terraza con Perla en brazos. Desde que tomo la Poción de Psique para mirar en su subconsciente no podía dormir. Y las pocas veces que lo hacía tenía horribles pesadillas en las que Ethan mataba a Toliman...

Perla por su parte estaba encantada. No entendía porqué sus humanas se negaban a vivir en la habitación de Perla, pero ella iba allí siempre que podía. Además, desde que su humana felina dormía tan poco, las sesiones de mimos eran dobles.

Pensativa, Evy volvió a la terraza y se quedo mirando el brillo de la luna, cuarto creciente, en el lago, sin dejar de rascar la cabeza de Perla, que ronroneaba mimosa.

Hasta que la gata decidió que ya tuvo bastante por aquella noche. Saltó de los brazos de Evy, que la dejo ir sin tratar de detenerla, se deslizo hacia la rama de un árbol y se perdió en la noche. Había todo un enjambre de mariposas y bichos nocturnos para cazar.

Evy la observó con envidia. Una noche de caza era justo lo que necesitaba, pero la rama era demasiado endeble para sostener el peso de una adolescente, no digamos ya de un jaguar... Evy suspiró y siguió contemplando la luna.


Y así termina este capítulo. Para el próximo, tachán, tachán. Lily va a hablar con Dumbledore, y digamos que se entera de una par de cosas muy instructivas.

Besos, para todos y todas.

Carla Grey.

Orgullosa Lupina. MOS. Hermana de Mya & Maru Malfoy. Tía de Azi Black. Paciente de Serenity. Hija política de Veronika. Emperatriz consorte de Alonning. Ahijada del hada madrina Noriko. Prima de Miss Molko y Luigi. Miembro de las 15 de Mey. Amiga por correspondencia de una miembro de LODF. Pariente de Anvy Snape. Casi pariente de Libertad, la amiga de Mafalda