Un verano en el paraíso.

Capitulo 12: Buena en el fondo.

- ¿Ma…mamá ?

Narcissa Malfoy se encontraba en el primer escalón de la escalera, vestida con un vestido de seda verde-gris pálido. Una esmeralda en forma de gota colgaba de una delicada cadena de plata de su cuello y los pendientes finos, también de esmeraldas y plata, contrastaban con sus cabellos largos y rubios. Hermione se sorprendió, a pesar de la situación, admirándola. Esas galas debían valer tres veces todo su guardarropa reunido. La cara de la madre de Draco tenía un aire sorprendido y un fruncimiento de cejas comenzaba a formarse sobre su delicada frente.

Draco, apoyándose un poco en Hermione, volvió a bajar la escalera y se rascó la garganta. Si no hubieran estado a punto de hacerse linchar, la Gryffindor se habría reído de la mueca que hacía su amigo.

- Yo. . . – comenzó, pero Narcissa ya estaba a su lado.

- ¡Qué inconsciencia¡No me atrevo a imaginarme lo que tu padre diría si te encuentra aquí! Afortunadamente esta en su estudio a esta hora, sino... ¿y cómo demonios hiciste para pasar los hechizos de defensa¿Donde has estado¡Me has echo sudar sangre!

- Mamá

- ¡Envié lechuzas a todas partes¡! A los Goyle, los Crabbe y también a los Parkinson, aunque sé cuánto detestas a su hija… Tu padre no sabe nada de eso evidentemente, no quiso escucharme cuando le dije que había que enviar a alguien a buscarte¡Oh¡Qué inconsciencia!

- Mamá!

- Incluso llegué a ponerme en contacto con Andrómeda. . . en caso de que. . . ¡y sabes muy bien en que estado me pone hablar con tu tía!

- Mamá!

Hermione no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa. Era algo bueno que al menos alguien se haya inquietado por Draco. Sabía que se habría sentido completamente traicionado sino. "Es raro como aprendemos a conocer la verdadera naturaleza de la gente durante situaciones parecidas… "

Draco parecía muy confuso, pero Narcissa seguía con la reprimenda. La perorata duró por lo menos dos minutos hasta que una puerta se abrió dos pisos más arriba y una voz atronadora llegara hasta ellos.

- ¡QUÉ ES TODO ESTE JALEO¡PEDÍ QUE NO SE ME MOLESTARA BAJO NINGÚN PRETEXTO! NARCISSA!

En el piso de abajo, Narcissa calló. Señaló silenciosamente con el dedo una puerta a la derecha en lo alto de la escalera. Hermione no se hizo de rogar. Tirando de Draco (a quien le costaba avanzar) con fuerza, subió los últimos escalones de mármol, abrió la puerta y empujó al Slytherin hacia el interior, antes de seguirle y de cerrar el cerrojo. Se encontraban en una especie de guardarropa donde estaban colgadas diversas capas de pieles y abrigos. Draco se sentó en un abrigo y comenzó a examinar su tobillo mientras Hermione pegaba la oreja contra la puerta. Ruidos de pasos rabiosos resonaban en el pasillo y pronto, la voz enervada de Lucius les llegó.

- ¿Qué es lo que pasa aquí? Estaba tranquilamente redactando las cuentas de mis donaciones al Ministerio...

- Era yo, Lucius. Gourky rompió uno de mis perfumes de París haciendo la limpieza.

- Maldito elfo doméstico. . . ¿Dónde está ahora?

- Se fue cuando gritaste.

- Me ocuparé de eso más tarde y trataremos de comprarte otro perfume. Bueno¿puedo volver a trabajar en paz ahora?

Hermione se despegó de la puerta cuando oyó un ruido que le indicó que Narcissa acababa sin duda de besar a su marido para apaciguarle. Lucius volvió a pasar algunos segundos más tarde delante del guardarropa y el ruido de sus pasos se perdió mientras volvía a su estudio. Se volvió hacia Draco, que había cerrado los ojos.

- Encantadora, tu familia. . .

Recibió por única respuesta un gruñido exasperado. Mientras Hermione se levantaba, la puerta del guardarropa se abrió de golpe y una mano adornada de sortijas de plata la sacó fuera. Narcissa aún parecía furiosa, pero un poco más calmada. Hermione se apartó y oyó a Draco protestar cuando su madre le ordenó levantarse.

- Tengo torcido el tobillo. . .

- No me sorprende, no quiero imaginar cómo habéis entrado aquí!

Hermione sacó su varita. Ahora que tenían un poco de tiempo, podía posiblemente hacer algo por él.

- ¡Ferula Emendo!

La joven chica comprobó con satisfacción que la cara de Draco recobró un poco de color. Narcissa se volvió precipitadamente hacia ella, como si la viera por primera vez (lo cual era un poco verdad).

- ¿Y tú¿Quien eres?

Hermione sintió su corazón estrecharse un poco. Sabía demasiado bien que Draco ya había hablado de ella a sus padres. Sabelotodo Granger, la única persona que era mejor en la escuela que él. Una sangresucia, además. "Parece que no acabara bien a pesar de todo" pensó con vehemencia. Pero de todos modos¿que tenían que perder? Según Draco, él ya no contaba para su padre y Hermione estaba convencida de que Narcissa Malfoy era buena en el fondo, aunque fuera en el fondo fondo.

- Hermione Granger, señora.

Narcissa la recorrió con la mirada un momento, pareciendo buscar en su memoria. Frunció el ceño, luego con aire de asombro infantil.

- Yo ya te he visto... en los mundiales de Quidditch, el año pasado... con Harry Potter y Weasley¿verdad?

- S. . . Si

- Granger …Granger... ¿no eres también quien obtiene tan buenos resultados en Hogwarts¿Tú ya me habías hablado de eso, no Draco?

Este último parecía preparado para salir pitando como un conejo. Meneó la cabeza rápidamente y se levantó, con su tobillo de nuevo a las mil maravillas. Dio un paso adelante, pero su madre le paró con una mano en el pecho.

- ¡OH NO¡Me debes unas cuantas explicaciones¡Vamos al salón azul!

Giró los talones y volvió a bajar la escalera. Hermione miró de reojo a Draco, que le avisó con la cabeza que debía seguir a Narcissa. Los tres atravesaron el vestíbulo y se metieron por un pequeño pasillo lateral, en oposición a las cocinas. Atravesaron el comedor, en el que podía caber perfectamente toda la casa de Hermione, el jardín incluido, y la sala de música en la cual Hermione admiró el piano de cola magnífico y el conjunto de arpas doradas dispuestas alrededor del cuarto.

- ¿Tocas? - preguntó ella señalando con el dedo el piano.

Draco la miró con una semi sonrisa.

- No desde los 7 años, cuando mordí al profesor porque quería hacerme tocar una pieza de un compositor muggle... un tal Chopet... creo …

Su sonrisa se ensanchó cuando oyó a Hermione murmurar "típico" e "inculto". Narcissa se volvió y dejó inmediatamente de sonreír. Aunque prefería con mucho a su madre que a su padre, ella podía mostrarse completamente temible a veces. Después de haber atravesado un segundo corredor a oscuras, abrió una pequeña puerta y penetraron en un salón donde todo estaba decorado de un azul pálido, de ahí el nombre de ' salón azul'. Narcissa se sentó en una de las numerosas butacas Luís XIV pero no invitó a ambos adolescentes a que hiciesen lo mismo.

- ¿Y bien?

- Bueno. . .

- Tu padre puede volver en cualquier momento, conoces su talento para sorprender a la gente en situaciones comprometedoras. Apresúrate, no voy a comerte …

"Por lo menos no ahora" añadió irónicamente Hermione en su cabeza. Draco parecía muy nervioso y ella igual, había que reconocerlo. El rubio pasó una mano por sus finos cabellos y se rascó la garganta.

- Bueno. Como sabes, padre me echó a la calle. Él te dijo sin duda por qué - echó una molesta mirada a Hermione, quien se decidió a mirar el suelo, como si fuera la cosa más interesante en el mundo - Viendo su cólera, me dije que habría prohibido a la familia ocuparse de mí... es verdad que no pensé en tata Andrómeda…

Narcissa hizo un ruido de desaprobación.

- Completamente comprensible.

- Y no tenía muchas ganas de ir a casa de Crabbe, Goyle o Pansy... entonces me fui andando... comenzó a llover y alguien me recogió haciendo autostop.

- ¿Haciendo que?

- Autostop, mamá…en coche, ya sabes, estas maquinas que utilizan los muggles para desplazarse: grande, de diferentes colores y que hacen ruido.

- Hummm.

Narcissa parecía lejos de estar encantada con esta noticia. Sin embargo, Draco siguió.

- Sucedió que la persona que me recogió no era otra que la madre de Hermione... aunque no lo supe hasta más tarde. Me ofreció albergarme una noche y como estaba desesperado... en fin, eso es...

Su madre bajó los ojos y Hermione comprobó que parecía medianamente loca de rabia. La voz que salió de la boca de la mujer era muy dulzona, como controlada a duras penas.

- Le dijiste a la primera persona que viste: voy a vivir en su casa. Sabes que habrías podido hacerte matar, Draco¿Y si hubieran descubierto tu identidad?

- Pero si ya te he dicho que era la madre de Hermione!

- Pero eso tu no lo sabias!

Draco se sentó en una de los sillones, exasperado.

- Eso no tiene importancia ahora, de todos modos. Para continuar, me fui con ella y fue allí donde vi que había aterrizado en casa de Hermione. Les había contado una historia como qué tú y padre estabais de vacaciones y qué había habido un escape de agua pero Hermione - le echó de nuevo una mirada - no me creyó. Entonces me propuso quedarme en su casa hasta que se encontrara una solución para recuperar mis cosas... incluso se propuso ayudarme.

- Por eso estáis aquí. . .

- Si

- ¿Qué harás después?

- ¿Después de qué?

- Después de recuperar tu varita y tus libros – silbó Narcissa

- Regresaré a casa de Hermione para el resto de vacaciones... mamá no te preocupes, encontraré un medio para llegar a mi habitación y padre jamás sabrá nada de esto …

- ¡No seas estupido¡! Creo que tu pequeña estancia en casa de los muggles no te ha servido. ¡Tu padre ha puesto protecciones y seguridades en todas las puertas y ventanas¡Además, no habríais debido poder entrar en la Mansión!

- El tragaluz de la cocina, mamá. . . . no tenía seguridad. . .

Alisando su vestido distraídamente, Narcissa suspiró y se relajó en su butaca. Hermione, todavía de pie, no sabía donde ponerse. "Estoy segura de que todavía falto yo..." En efecto, Narcissa ya se volvía hacia ella.

- Tú... ¿por qué consentiste en ayudar a mi hijo? Siendo una amiga de Potter, normalmente deberías de haberlo echado a la calle en seguida.

- Eso es lo que quería hacer, al principio. Luego me explicó lo que le ocurrió y le propuse ayudarle... llegamos a un acuerdo.

- ¿Un acuerdo?

- Sí. Estaba de acuerdo en albergarlo y ayudarle solamente si dejaba de llamarme ' sangresucia ' y se mostrara cortés conmigo mi familia y mis amigos.

- Y presumo que dijiste sí Draco. Bueno... ¿y qué vais a hacer ahora? No serviría de nada precipitarse a la habitación de Draco, el pasillo y el exterior de la torre y alrededores están llenos de encantamientos …

- ¿No vas a denunciarnos, mamá?

Narcissa sonrió y Hermione, como Draco, pensó que estaba radiante cuando lo hacía. De repente parecía más gentil.

- Por supuesto que no... no me gustó lo que hizo tu padre... creo... que creo que hasta voy a ayudaros.

Draco levantó una ceja.

- si, y se exactamente que hacer para recuperar tus cosas.

- ¿que? – preguntaron Draco y Hermione al mismo tiempo.

- Iréis en el montaplatos.

Holaaaaaa!

Bueno, otro capi más.

Besukis y muchísimas gracias por los reviews.

Alykea