Un verano en el paraiso
Capitulo 13: Cambiar de posición
- ¿Estas seguro de que esto es seguro? - soltó Hermione al menos por tercera vez en la tarde.
Después de una comida deliciosa en la cocina durante la cual Narcissa salió a asegurarse que Lucius no los descubriría, ambos amigos estaban dispuestos a pasar a la fase B de su plan: llegar hasta la habitación de Draco con los menos obstáculos posibles.
- Absolutamente... cuando era pequeño y había tenido una mala nota en la escuela, mamá me hacía subir por el montaplatos hasta mi habitación con el fin de evitar a mi padre... esto es súper simple y sin peligro.
Pero una mirada hacia a el Slytherin señaló a Hermione que parecía tan nervioso como ella. Se encontraban frente al hoyo abierto y miraban a un elfo domestico accionar la manivela que hacía mover la bandeja del montaplatos. Ésta se inmovilizó algunos segundos más tarde delante de sus ojos con un rechinamiento siniestro. No era muy ancho, pero apretándose, dos personas podían sentarse allí. Draco se apartó para dejar pasar a Hermione primero, pero la joven chica no se movió. "¿Y si eso se rompía a mitad de camino?"
- ¡Venga! ¿A que esperáis? Cuanto antes cojais las cosas, antes podréis iros de aquí!
Narcissa acababa de volver. Tenía en la mano una botella llena de un líquido marrón. Hermione se dijo que por nada del mundo querría saber la naturaleza de la bebida. Tratando desesperadamente de vaciar su cabeza, se apoyó en la pared y se subió dentro del montaplatos donde se sentó, mirando hacia el exterior. Mientras Draco se deslizaba al lado de ella, levantó la cabeza e intentó distinguir algo en la oscuridad que había encima de ella. "Oh, no me gusta esto... no me gusta nada de nada esto…"
- ¡Buena suerte y tratad de ser los más discretos posible!
La inquietud de Narcissa fue la última cosa que Hermione vio antes de que la bandeja se pusiera en movimiento y comenzara a elevarse lentamente en el aire. Instintivamente, se agarró a la cosa más cercana, que en ese instante era Draco Malfoy, que asombrosamente no rechistó. El perfecto caballero (y porque tampoco estaba totalmente calmado), deslizó un brazo en torno a sus hombros y la atrajo hacia él. Hermione retuvo por los pelos la exclamación de sorpresa que amenazaba con escaparse de su boca y apoyó ligeramente su cabeza contra el hombro de Draco. "Al menos, su presencia es tranquilizadora" se sorprendió pensando.
- Siempre podemos encender mi varita - sugirió ella, sin pensar verdaderamente en ello.
Draco hizo como que reflexionaba un instante antes de responder con tono serio:
-No... créeme, ya lo hice una vez y no fue agradable de ver…
Hermione tuvo la súbita visión de un cuerpo mutilado disimulado en ese mismo montaplatos, su sangre embadurnando las paredes, sus saltones ojos quedaron fijos mirando a la pared, sus vísceras..."¡Basta! ¡Cállate! Has visto demasiadas películas de terror, vieja…" Se acercó a Draco, que secretamente sonrió en las tinieblas.
- Tu habitación está arriba del todo …
Realmente esto no era una pregunta. Draco tuvo la impresión que su amiga trataba solamente de persuadirse de que 'arriba del todo' quería decir ' llegaremos allá pronto '.El mismo debía admitir que no se sentía completamente a gusto. Una telaraña pegajosa paso sobre su cara y no pudo evitar estremecerse.
- ¿Que pasa?
Justo en el momento en que Draco iba a responder, la bandeja se inmovilizó con un sobresalto. Hermione dio un grito pero el Slytherin le colocó una mano sobre la boca. Sabía muy bien donde se encontraban en la casa. El segundo piso, e inevitablemente, la oficina de su padre. Debían esperar sin duda a que saliera del cuarto para poder continuar su ascenso, en el caso de que la máquina hiciera ruido y Lucius sospechara algo. Voces resonaban al otro lado del tabique, de las cuales ambos reconocieron la de Narcissa. Draco se adelantó un poco para escuchar, pero era inútil, las paredes eran demasiado gruesas. Se dio cuenta de repente que continuaba amordazando a Hermione con su mano, y la retiró con rapidez. Susurrando lo más bajo posible, le dijo:
- Es la oficina de mi padre y todavía debe estar allí, por eso estamos parados. El somnífero de mamá no debió funcionar y me parece que está tratando de hacer salir a Lucius, si no, podría oír el mecanismo del montaplatos.
Sintió a Hermione asentir a su lado. Suspirando, apoyó la cabeza contra la pared e intentó estirar un poco sus piernas. Se quedaron algunos minutos en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. Al cabo de cierto tiempo, el cansancio les ganó, pero ambos se negaban a dormir.
- Draco
- ¿Si?
- Me aplastas
- Perdón.
Pero no hizo absolutamente nada para cambiar de posición.
- ¿Draco?
- ¿Qué?
- ¡Lo digo enserio, me estas aplastando!
- Y yo te ruego que me perdones.
- ¡No tiene gracia!
Le lanzó un ligero puñetazo a lo que creyó que era su hombro. Soltó un juramento y lo sintió moverse al lado de ella.
- ¡Au! ¡mi mejilla! ¿Ya vale no?
- No veía otra solución... además creía que era tu hombro...te creía más grande que esto, Draco Malfoy.
El murmuró algo inaudible. Hermione levantó la mano en la cual tenía su varita y murmuró un hechizo de cura al azar en la oscuridad.
- ¿Que has dicho?
- Estoy totalmente acurrucado,...pero no tenías porque curarme.
- Oh, no te hagas el macho... necesitamos estar en forma los dos esta tarde
Estaba volviéndose hacia él, cuando la plataforma rechinó y se desplomó algunos centímetros, asustándoles a ambos. En un arranque de pánico, Hermione se agarró al cuello de Draco, que cayó involuntariamente contra ella, tirándola de espaldas. La bandeja hizo una nueva y pequeña caída, alrededor de 30 centímetros, luego se inmovilizó. Hermione había cerrado los ojos (a pesar de que esto no cambiaba nada, con la oscuridad rodeándoles) y apretaba a Draco con todas sus fuerzas contra ella.
- ¡Oh Dios mio!¡Oh Dios mio!¡Oh. . . !
- ¡Calla!
Draco la atrajo contra él y enterró su cara en el cuello de Hermione, respirando su perfume, como para convencerse de que realmente no habían caído. Ahora estaba medio acostado sobre ella y en cualquier otro lugar, se habría felicitado por haber llegado hasta allí, pero en ese instante, no lograba pensar en nada más.
- Si se mueve, morimos.
- Ok
Fue sólo porque su oreja se encontraba directamente al lado de la boca de la Gryffindor que Draco la había oído porque parecía casi incapaz de hablar. "Tengo que distraerla, para evitar que entre en pánico..."
- Ahora sí podemos decir que te aplasto... lo siento Hermione …
La respiración de la chica salia entrecortadamente y Draco levantó una mano tan delicadamente como pudo para acariciarle los cabellos, en un esfuerzo más bien vano por calmarla. Ella movió su cabeza a un lado, asustada sin duda de que se tratase de una araña o algo parecido.
- Solo soy yo, cálmate... excepto si piensas que yo te parezco a una bestia gorda y peluda.
Draco sintió la mejilla de Hermione contra la suya que se arrugaba. Sonreía débilmente, ya era una buena señal. Dejó el lado izquierdo de su cara, la que Hermione había curado, reposar en los rizos largos y morenos que se extendían alrededor de su cabeza como si se tratase de un cojín y pasó su brazo entorno a la cintura de la chica. "Y pensar que hace una semana todavía nos detestábamos…" El se sorprendió soplando ligeramente en la oreja de Hermione, que dejó involuntariamente que una pequeña risa pasara la barrera de sus labios.
"Se está relajando, es posible que ahora podamos sentarnos de nuevo sin hacer mover esta cosa" pero se dio cuenta de que eso no era lo que realmente deseaba. Su mano, como movida por su propia voluntad, abandonó el vientre de Hermione para ir a trazar círculos sobre su mejilla tan dulce. "¿Cómo pude jamás considerarla idiota, sin interés? …" Se adelantó un poco y puso sus labios sobre el cuello de su antigua enemiga. Ella se estremeció al contacto caliente, pero no se apartó. Había notado una extraña sensación en el vientre y levantó una mano para coger la de Draco que acariciaba su mejilla, para llevársela a la boca, y depositar pequeños besos a lo largo de la palma hasta la muñeca. Hermione creyó durante un instante que había hecho algo malo cuando sintió los labios del Slytherin dejar su cuello, pero se calmó un segundo más tarde cuando él colocó un beso delicado sobre su frente.
- ¿Estás verdaderamente seguro de que es lo que quieres, Draco?
Hermione sintió la frente del joven apoyarse despacio en la suya. "Si pudiéramos vernos, se vería en los ojos..."
- Sí Hermione... sí es lo que quiero.
Justo tuvo tiempo de murmurar "yo también" antes de sentirse fundir al contacto de los labios de Draco contra los suyos. El beso era dulce, pero apasionado, y sintió algo desconocido removerse en ella, en el fondo de su ser, algo infinitamente bueno y prohibido. Una de las manos de Draco se deslizó bajo su jersey y dejó escapar un gruñido por tacto de sus dedos fríos que propagaban escalofríos a través de su cuerpo. Durante un momento Hermione vagamente se dio cuenta que la bandeja acababa de empezar de nuevo su ascensión, pero la lengua de Draco que procuraba penetrar en su boca le impidió notar que pasaba a su alrededor. Fue sólo algunos minutos más tarde, cuando el montaplatos se inmovilizó del todo y una trampilla en la pared se abrió, que ella se dio cuenta en la posición en la que se encontraban (y en todos los sentidos de la palabra, desgraciadamente). Algo horrible debía haber pasado mientras que la bandeja estaba entre los pisos, porque no era un elfo doméstico quien estaba allí para abrirles, sino Lucius Malfoy en persona.
Wolaaaaas!
Siento muchísimo la tardanza, pero estoy trabajando y entre eso, los exámenes y demás, no he podido hacer mucho, pero he sacado un huequito para traduciros este capi como regalo de Navidad
¡Felices Fiestas a Todos!
Besukis
Alykea
