"Cómplices por un día"

Bueno debido a las peticiones de quienes me dejaron los reviews pidiéndome q siguiera la trama les dejo el tercer capitulo de una maestra fuego espero les guste!

Al amanecer los ahora cuatro amigos despertaron con pocos ánimos, ese día Elwing tenia q partir en otra dirección pero volverían a encontrarse cuando Aang haya aprendido la tierra control, esto implicaba algo así como... mucho tiempo y Elwing tenia q ayudar a su primo Tahalos q había abandonado la nación del fuego y ahora vivía con si tío Nienor en el bosque cercano a un pueblo del reino tierra.

- bueno amigos tengo q irme Tahalos me espera- dijo tristemente Elwing inclinando la cabeza, sus ojos marrones demostraban tristeza y nostalgia.

- nos vamos a encontrar de nuevo?- pregunto Sokka que había llegado a tenerle cariño a joven muchacha, pero al decirlo sus mejillas se sonrojaron y sus orejas se pusieron de color tomate.

- yo creo q si- respondió Elwing mientras colgaba sobre la grupa de Amrod su pequeño bolso y se alistaba a partir

- esta bien luego de terminar de aprender pasaremos a buscarte- dijo Aang que se había acercado a Elwing un tanto triste

- esta bien los esperare- dijo ella dedicándole una de las mas hermosas sonrisas a sus amigos, katara se acerco y la abrazó, sus ojos azules lucían decepcionados pero se reconfortaron al ver la siempre presente alegría de Elwing, ella luego se acerco a Aang y a Sokka y les dio un beso de despedida a ambos en la mejilla, los dos jóvenes se pusieron colorados y mas aun Sokka que inclino la cabeza y miro el suelo avergonzado por el color de su cara.

- supongo ustedes también se han convertido en parte de mi familia y me son muy queridos, así que cuídense y nos vemos- dijo Elwing saltando sobre Amrod , este se acerco a los chicos y los lamió luego se elevó perdiéndose entre la nubes mientras la muchacha los saludaba con la mano.

El príncipe de la nación del fuego despertó en su habitación rodeada por penumbras, con fiaca se sentó en la cama y se frotó la cabeza, ya había amanecido, pero él seguía perdido en el remoto recuerdo de su sueño en el que con gran placer degustaba unos labios dulces y tibios pero que por culpa del momento en que cerro sus ojos para recibir ese beso no vio de quien se trataba, solo permitió que su corazón lo guiase dejándose seducir por aquella piel blanca y por sentir un corazón latiendo sobre él.

Un pequeño escalofrió recorrió su espalda mientras se vestía para salir a desayunar, abrió la puerta de su habitación y fue a la cocina, le pareció extraño no encontrarse con su tío él siempre le daba los buenos días y le ofrecía unas galletas de Avellanas. Desayunó lo que encontró y salio fuera del barco, apenas abrió la puerta una gran brisa de viento recorrió osadamente su cuerpo, el sol lo encandiló y la brisa del mar se sentía en el aire, estaban anclados detrás de una isla. Su tripulación hacia las tareas de costumbre pero Zuko se acerco a un hombre:

- no han visto a mi tío?- preguntó

- buen día señor- respondió el hombre haciendo una reverencia- su tío salió a caminar esta mañana

Zuko simplemente le agradeció, lo cual al hombre le llamó la atención, él no solía ser así por lo general era mandón algo malcriado y pocas veces agradecía y encima de mal modo, " en que estará pensando?" se preguntó el hombre volviendo a sus labores.

El día pasó volando para el joven príncipe estaba anocheciendo y su tío aun no volvía, "de seguro se puso a mirar alguna colección de cuernos Tsunkies" pensó Zuko, el cocinero sirvió la cena a él solo y luego de terminar si dirigió a su habitación cerro la puerta y se sentó en la cama para pensar donde podría estar su tío y por muy sorprendente que sea, si estaría bien.

De repente alguien llamó a su puerta. Algo molesto se incorporó y la abrió y vaya sorpresa se llevó al ver que quien estaba frente a él era nada mas y nada menos que Elwing.

Ella se encontraba con una expresión de "tardaste mucho" en el rostro, sus brazos estaban cruzados y lucía algo molesta. Tan sorprendido estaba Zuko que no se dio cuenta de que unos pasos se asomaban por una esquina, hasta que volvió en si justo a tiempo, agarró a Elwing por el cuello de la camisa y tiró de sus ropas haciéndola ingresar a su habitación. Cerró la puerta y oyó que los pasos seguían sin siquiera fijarse en nada raro, luego que el suspenso pasó se dirigió a Elwing que estaba parada en medio de la habitación

- que estas haciendo aquí?- pregunto Zuko muy confundido

- bueno…- dijo Elwing adoptando una posición de sumisión –no puedo creer que tengo que hacer esto murmuró volteando la cabeza por un segundo

- escucha tengo malas noticias- continuó la joven poniendo una expresión de preocupación en su rostro.

-m...?- la incitó Zuko

- tu tío y mi primo están cautivos- explicó Elwing mirando a los ojos a Zuko, él pudo ver preocupación, frustración y tristeza en sus ojos marrones manchados de negro, y algo en su corazón se ablandó. En su mente propia Zuko pensaba "porque? Porque esa mirada? Esa mirada... suplicante esa mirada cautivadora para él

- Piensas hacer algo o solo me vas a quedar mirando así!- preguntó Elwing molesta

- bien te ayudo- respondió fríamente Zuko- pero es sólo porque mi tío también esta prisionero

Ella sintió un pequeño cosquilleo por dentro y un hilo de esperanza brotó en su corazón.

- bueno y como salimos sin que nadie se de cuenta que estoy aquí, hice un tremendo lío para entrar- dijo ella

Sin embargo Zuko se le había adelantado y le había dicho a un hombre que revisaran las bodegas en busca de polisones. En pocos minutos la superficie del barco estaba desierta y él miro a Elwing triunfante y burlón.

- ja!- bufó ella. Un momento después se encontraban recorriendo el barco del príncipe caminado rápido para no ser descubiertos, cuando se estaban por asomar a la última esquina por doblar para salir del barco una puerta se abrió y 3 hombres de la tripulación salieron, hablaban de temas idiotas como la posibilidad de que los peces murieran ahogados por ejemplo. Elwing se congeló los atraparían tenían que hacer algo, de repente sintió algo que le tiró de la manga de la camisa hacia un costado.

Zuko la corrió del paso y la encerró entre sus brazos tapándole la boca con una mano, estaban en un rincón escondidos detrás de una puerta guardando un silencio sepulcral. Los hombres que caminaban guardaron silencio y escucharon que había sido ese sonido metálico. Zuko con la armadura había golpeado el borde de la puerta y Elwing sin tener conciencia de lo que hacía se tomó del brazo con el que Zuko la había agarrado por la cintura y lo apretó con fuerza, estaba nerviosa los hombres se acercaban hacia donde escuchaban el leve sonido de una respiración. Luego de un rato en silencio ellos al no ver nada y por holgazanes se encogieron de hombros y volvieron por donde habían venido, continuando su estúpida charla de los peces. Pasado el peligro ambos jóvenes se relajaron un poco pero no se separaron...

- em... gracias por esconderme pero...- dijo Elwing luego de que Zuko le destapó la boca – ya me puedes soltar- finalizó un poco ruborizada. Él sin embargo se volvió un tomate con piernas e inmediatamente la soltó a la muchacha.

Cuando salieron fuera del barco la noche cayó sobre ellos, estrellada y cálida, se alejaron corriendo hacia la orilla y se internaron en el tupido bosque.

Caminaron por un largo sendero que atravesaba este, ambos caminaban sin dirigirse palabra, de repente el camino se angostó y se vieron forzados a caminar uno detrás del otro, Zuko iba delante marcando camino hasta que fue derribado por Elwing, ella se había abalanzado sobre él y lo había corrido del sendero, cayeron entre unos arbustos totalmente desparramados y ahora con picazón por las pequeñas púas de la planta.

- pero que crees q...- trató de decir Zuko pero Elwing le tapó la boca y se llevó un dedo al labio haciendo q él se callara, un hombre montado en un caballo-pájaro recorría el camino por hace unos segundos venían caminando. El animal se detuvo haciendo ruidos extraños pero el jinete lo controló y continuó su marcha...

- muy bien... ahora sal de arriba mío quieres!- exclamó Zuko tratando de salir de debajo de Elwing, ella se incorporó sin prestarle atención y se concentro aún mas en ver lo que había detrás de una gran barrera de árboles.

- Zuko, mira esto- murmuró, éste aun fastidiado porque ella lo había tirado se acercó y vio una gran muralla de piedras alineadas minuciosamente una con otra. En la base donde había un par de puertas había 4 guardias y sobre la muralla todo un pequeño ejército preparo para disparar flechas a diestra y siniestra ante el menor movimiento sospechoso. Elwing y Zuko se miraron diciendo "como demonios vamos a burlar eso!"...

Disimuladamente se escabulleron detrás de la fortaleza y encontraron una abertura provocada probablemente por un fuerte golpe de rocas y fuego, ya que en los bordes el hollín se asomaba.

- esta grieta lleva dentro de la fortaleza- dijo Elwing

- no enserio, y a donde mas nos va a llevar? Al polo norte?- bufó Zuko burlonamente demostrando una sonrisa maliciosa

A Elwing no le cayó bien la broma y en lugar de ignorarlo se puso a discutir... estaban frente con frente echando humo por la nariz enojados, un momento después un grito se oyó sobre ellos.

- quien esta ahí!- preguntó una voz ronca y potente – ey fíjense que fue ese ruido!

Unos soldados vestidos de marrón se acercaron a donde Zuko y Elwing discutían.

Pero al legar no vieron nada estaba vacío no había nadie...

- no hay nadie mi señor- dijo un segundo hombre

Ambos jóvenes se miraron en la oscuridad, se habían escondido dentro de la grieta que estaba cubierta por arbustos y árboles, el lugar era pequeño, demasiado pequeño para que dos personas entraran, se encontraban enfrentados, inmóviles y silenciosos pero muy juntos... Zuko sentía como el cuerpo de Elwing se movía suavemente conjuntamente con su respiración un tanto agitada. Cuando sintieron que los pasos furtivos se alejaban ambos suspiraron aliviados y al levantar la mirada se encontraron con los ojos del otro, casi de inmediato voltearon la cabeza y Edwin murmuró

- vamos ya vi al general Iroh esta atado a ese poste de hierro, en medio de la oscuridad el rubor de sus mejillas no fue notado por Zuko...

- bien entonces vamos- dijo Zuko tomándose enserio el rescate. Con mucho cuidado salieron fuera del pequeño lugar donde estaban y se escondieron detrás de unas grandes cajas de madera. El lugar parecía estar concentrado en otra cosa, ambos jóvenes semi inclinados y corriendo livianamente se acercaban al poste donde estaban prisioneros tío y primo.

Se acercaron y ocultaron detrás de sus figuras y Elwing despertó al joven rubio q estaba atado junto a Iroh.

- Tahalos, despierta- murmuró sacudiéndolo suavemente, el joven abrió los ojos y volteó la cabeza.

- Elwing q haces aquí?- preguntó confundido – y quien es él tu novio?- continuó mirando a Zuko q desataba a su tío,

- eso no importa y no es mi novio vinimos a rescatarlos así que cállate- le reprochó

Elwing terminó de desatar a Tahalos y Zuko a iroh pero su primo se incorporó para estirarse y un guardia lo vio

- LOS PRISIONEROS ESCAPAN! – gritó a toda voz haciendo q maestros tierra los rodearan con armas retorcidas y extrañas.

- por dios Tahalos no puedes quedarte quieto!- exclamó frustrada Elwing – que acaso tienes hormigas en el pantalón o que ¿!

Los 4 se agruparon espalda con espalda recibiendo los constantes ataques de los hombres, uno por uno fueron separados y aislados en un rincón cada uno por separado,

Cuatro maestros fuego contra un ejército hay una desventaja muy grande pero aún así lucharon.

Ya separados y encima acorralados Elwing creyó que no lo lograrían pero se equivocó y juzgó mal el momento, en medio del cielo negro la figura halada de Amrod rasgó la noche como un cuchillo aterrizando en medio de la fortaleza de forma amenazante batiendo las alas y pateando el piso con fuerza, los guerreros se apartaron de él luego de ver como sacó a volar a un hombre que trató de derribarlo.

- AMROD GOLPEA ESA PARED!- gritó Elwing aprovechando el momento para escapar de sus opresores. El gran animal embistió con fuerza el lugar donde estaba la grieta quebrando el muro. Tahalos ayudó a Zuko a cargar a su tío y salir de ahí, una vez fuera el joven rubio de ojos verdes silbó tal y como hace Elwing para llamar a Amrod pero en lugar de un grifo apareció un caballo-pájaro,

Subieron a Iroh y Tahalos detrás, Amrod se acercó corriendo y se inclinó para que Elwing y Zuko subieran sobre él.

- Tahalos vuelve a la casa estamos mas bien lejos nosotros distraeremos a los hombres!- dijo Elwing espoleando a Amrod para q despegara, su primo le asintió y junto con el animal y Iroh desaparecieron entre las furtivas sombras del bosque ennegrecido. "nosotros" pensó Zuko tomándose de la cintura de Elwing mientras el grifo se elevaba.

"el plan había funcionado, Iroh y Tahalos estaban libres" pensó Elwing.

El animal se alzó sobre las copas de los árboles dejándose ver por los maestros tierras quienes cayeron en el engaño y lo siguieron sin sospechar nada, persiguiéndolos a siegas a trabes del bosque.

Cuando estuvieron sobrevolando las blancas playas del archipiélago los guerreros se percataron del sucio truco y se despidieron de sus prisioneros maldiciéndolos.

Amrod voló a baja altura, rozando con sus patas el azulino océano que jugueteaba con sus olas, el suspenso cesó y ambos se relajaron pero Zuko se percató de un pequeño detalle que lo hizo enrojecer hasta las orejas, él no era aficionado a las alturas y por el temor de caerse se abrazó a Elwing quien ya había comenzado a notar que algo le apretaba la cintura...